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¡Se puede viajar a Chechenia! Mezquitas y montañas: visitas indispensables

A pesar de haber estado sumida en una guerra civil tras la cual quedó prácticamente devastada, se puede viajar a Chechenia y encontrarse con una república resplandeciente. Todo es nuevo y aún más está en construcción.

Desde el ingreso a esta república de la Federación Rusa, uno se sorprenderá de las amplias avenidas jalonadas de edificios modernos y esculturas gigantes. Una muy llamativa muestra un reloj de arena en cuya parte superior están las ruinas dejadas por la guerra y, en la inferior, la Chechenia que renace, renovada y en tiempo récord.

Además de los brillos del progreso, durante el recorrido por Chechenia, estarán muy presentes la figura del líder muy querido por todos, Ramzan Kadirov, y de su padre, Ajmat-Jadzhi Kadirov, quien fue asesinado en un atentado terrorista en 2007. Los retratos de Kadirov padre, a menudo junto a los de Ramzan Kadirov y el presidente ruso, Vladímir Putin, se verán en los edificios administrativos y en las paredes de las universidades y colegios.

Las mezquitas más llamativas de Chechenia y del mundo

Si habitualmente todo es enorme en Rusia, en Chechenia lo es aún más. Aquí, a pocos kilómetros de Grozni, en Shali, se encuentra la mezquita más grande de Europa.

La mezquita de Shali lleva el nombre de «Orgullo de los musulmanes». Además de ser la más grande, con capacidad para 20000 personas y una superficie de 9700 metros cuadrados, está catalogada entre las más bellas del mundo. Se puede viajar a Chechenia y es obligatorio entrar a este templo. El lujo y la opulencia nos dejarán atónitos y con la boca abierta, en una seguidilla espontánea de expresiones de admiración.

Visitar las mezquitas de la región constituye una ruta turística en sí misma, interesante arquitectónicamente y de apreciación artística. Cerca del centro de la capital, Grozni, se encuentra la Mezquita Azul, el templo más importante para los chechenos. Tiene capacidad para 10000 personas y, a pesar de su envergadura y su delicada ornamentación, se construyó en tan sólo dos años. La mezquita Azul está en medio de un enorme parque a orillas del río Sunzha. También está rodeada por el llamado «complejo islámico» que incluye la Universidad Islámica Rusa que lleva el nombre de Kunta-Jadji.

Desde allí es muy agradable caminar tanto por la Avenida conocida con el nombre de Vladimir Putin como adentrarse en el increíble «Parque de las Flores» con estructuras, pérgolas, y galerías, cercadas de enredaderas florecidas.

En este Parque de las Flores, encontraremos tanta belleza como en un cuento de hadas. Al mismo tiempo percibiremos que, la gente que pasea por allí, los chechenos, lucen elegantes y se mueven tranquilamente con sus familias, disfrutan con los niños en juegos infantiles o degustan los famosos y variados helados rusos. Todo el año, verano e invierno.

Asimismo se puede viajar a Chechenia y dejarse llevar por el bullicioso y agradable andar de la peatonal. A ambos lados, en las veredas, surgen las mesas de los bares y restaurantes, la entrada majestuosa de los teatros y más parques.

Es importante, tanto en Chechenia como en Daguestán y en el Cáucaso en general, cuidar la forma de vestir. Los hombres deben llevar pantalón por debajo de la rodilla, la mujer pantalón largo y, aún mejor, falda larga y, tanto el hombre como la mujer, deben tener los hombros cubiertos.

Otra de las mezquitas que merece visitarse está en Argun. Su estilo es moderno. Es una mezquita diferente y novedosa que no escatima en formas y arabescos dorados. Muy llamativa. Esta mezquita lleva el nombre de Corazón de Madre y está dedicada a la madre de Ramzán Kadirov.

Entre lagos y montañas, se puede viajar a Chechenia a través del tiempo

Algunas guías de viaje todavía desaconsejan viajar a esta zona. Sin embargo tras haber estado aquí y en Daguestán con una mano en el corazón y la otra sobre la biblia y el corán, damos fe de que son dos repúblicas seguras además de hermosas y, sobre todo, habitadas por pueblos amables y muy respetuosos.

Uno de los paraísos naturales de la república de Chechenia está en el Lago Kazenoi-am. Es un lago de altura, ubicado a 1870 metros sobre el nivel del mar, con una transparencia increíble y visibilidad hasta los 74 metros de profundidad. Es el lago más profundo del Cáucaso. En invierno se congela aunque su plancton sobrevive y oxigena permanentemente las aguas.

Llegar hasta el lago nos trasladará además por una ruta de viaje en el tiempo. El camino serpentea entre las montañas que empiezan a envolvernos hasta no ver más que laderas y picos a nuestro alrededor. A medida que la carretera da vueltas, damos vueltas las páginas de la historia. Veremos algunas fortalezas y torres y huellas en la piedra de asentamientos humanos que se remitan a más de 40000 años. Algunas pinturas rupestres certifican una habitabilidad en la región durante 8000 años consecutivos.

Las torres de piedra, que además podemos encontrar a lo largo de todo el Cañón y el Valle de Argun, se llaman «teip». También se les dice «torres de clan» ya que, en tiempos inmemoriales, ofrecían refugio a los hombres de un clan en caso de que se vieran expuestos al peligro de las luchas de sangre. De pronto surgen, como de la nada misma, y nos asombran por su poder en soledad en medio de la vastedad infinita de la cordillera.

Esparcidas en Chechenia y en los pueblos cercanos de la región, entre ávaros, cumucos, georgianos, rusos, turcos, se cuentan hasta 300 teip. Cada uno de ellos, en cuanto a clan, se rige estrictamente por el honor. La pertenencia a un teip o clan define la posición social de un checheno.

Actualmente el valle de Argun, con una considerable inversión, se está convirtiendo en uno de los centros de deportes invernales más importantes del mundo. El resort de Veduchi ofrece la pista de esquí más larga a una altura de 1476 metros.

A pesar del progreso, internarse en la cordillera del Cáucaso, nos obliga sin remedio a transitar sobre las huellas imborrables del pasado. Nos desplazamos por el mismo terreno de las calzadas antiguas. Sobre la impronta del deambular de las tribus montañesas y de las caravanas de mercaderes y guerreros.

Más allá de las impresionantes vistas panorámicas apocalípticas. Más allá de una naturaleza que, a no ser por los vestigios de su historia, podría presumirse virgen. Más allá, nos encontraremos con el abrazo cálido de la parca pero generosa gente de las montañas del Cáucaso. Será allí, sin ninguna duda, donde recogeremos en palabras sabias, la mejor anécdota del camino.

¡Nos vamos al Cáucaso!

Los mejores lugares de Daguestán

Y partimos hacia el Cáucaso. Otra región de la Federación Rusa que nos sugerían muchas personas. Muchos nos decían «sí, esto es hermoso, ¡pero el Cáucaso…! no hay como el Cáucaso.» Y allá fuimos a recorrer los mejores lugares de Daguestán. Un camino incitando a más caminos. Otra vez el deseo y la ilusión de un nuevo descubrimiento: la República de Daguestán.

Es la república étnicamente más diversa de Rusia. Allí conviven un centenar de tribus que hablan unos cuarenta idiomas diferentes. A veces, -nos cuentan- dos personas de pueblos vecinos, no pueden entenderse en su lengua madre, pero sí en ruso. Todos son rusos además de darguines, cumucos, lezquinos, laks, azeríes, ávaros, tabasaranos, chechenos… y el ruso, es la lengua franca que todos hablan.

Daguestán es una república privilegiada por la geografía. Lo tiene todo porque está entre las dos maravillas de la naturaleza: las montañas y el mar. Tiene una costa sobre el mar Caspio -que en realidad es un inmenso lago salobre- de 500 km. Allí se establecieron antaño, los principales puertos de la Ruta de la Seda.

Sin embargo, son las montañas las que dieron nombre a la república ya que, «dağ» significa «montaña» en las lenguas turquícas, y «stan», «tierra, país». La ecuación resulta entonces que hemos llegado al «país de las montañas».

Según las evidencias y vestigios arqueológicos, este país de montañas ha sido transitado por la humanidad desde los 5500 años a. C. Además del dominio persa que es el que ha dejado una huella más profunda y definitiva en los mejores lugares de Daguestán, también se enamoraron de la región desde Alejandro Magno, Marco Polo, Tamerlán, hasta Pushkin y Tolstoi. Todos ellos han testimoniado en sus textos el encanto del lugar, Heródoto, inclusive, afirmó que, la ciudad daguestaní de Derbent es la que abre las puertas del Cáucaso.

Antiguamente, el territorio de Daguestán se dividía consecuentemente a su geografía. Por una lado, el sur y área costera pertenecía a la Albania Caucásica y el norte y las cordilleras, a la confederación de tribus.

Con el correr de los tiempos y la historia rica en sucesos las tribus de montañeses y los albanos conformaron esta república que, aunque es heterogénea, notamos muy unida y homogénea en la práctica del islamismo y en sus costumbres.

Puede que hayas escuchado hablar de Daguestán por sus luchadores. Daguestán es la cuna de los mejores combatientes de lucha libre y artes marciales combinadas del mundo. Campeones olímpicos, mundiales y europeos formados con un disciplina muy estricta. Las grandes estrellas de UFC internacional (Ultimate Fighting Championship) como el campeón invicto Khabib Nurmagomedov o el campeón actual Islam Makhachev, son daguestaníes. Así también personajes famosos como Hasbulla.

¿Cómo viajar a la República de Daguestán?

La capital de Daguestán es Majakchalá. Está bien comunicada con el ferrocarril ruso y tiene un aeropuerto pequeño. Luego hay una red de carreteras que entrecruzan el país sin problemas para visitar sus pueblos antiguos y sus atracciones naturales que no se quedan atrás.

Entre los mejores lugares de Daguestán que merecen una visita y que nos dejarán sin aliento, nos encontraremos con el cañón más profundo y la duna de arena más alta contrastando con un bosque subtropical que abarca el territorio hasta el mar.

Para llegar a Majachkalá nosotros tomamos un vuelo desde Altai, desde Barnaúl, cuyo aeropuerto lleva el nombre del cosmonauta Titov. Tuvimos una escala en Omsk y luego embarcamos hacia Uytash, aeropuerto de Majachkalá. Volamos por la aerolínea Utair y todo funcionó al dedillo. Horario puntual, comodidad, sin problemas con las mochilas.

Al llegar al aeropuerto de Majakchalá hay unos minibuses que van al centro de la ciudad. La última parada fue justo a pocos pasos de nuestro alojamiento que reservamos en Ostrovok y era un departamento precioso.

Majakchalá, capital y uno de los mejores lugares de Daguestán

Una capital agradable. Para caminarla. Por sus bulevares arbolados con amenos puestos de comida local. Limpios y donde es posible sentarse ya sea en el interior de salones confortables o afuera a la sombra de los.

Ni bien llegamos nos fuimos al mar. Hay unas playas urbanas en la ciudad. Con sombrillas de palma, arena clara, las aguas azules y tranquilas. A pesar de la exigencia de vestirse con apego a la religión para andar por las calles, es decir con prendas más abajo de la rodilla y hombros cubiertos, en la playa se puede pelar la sunga o la bikini sin problema.

Desayunamos unos mates de cara al Caspio. ¿Acaso puede existir una manera mejor que empezar el día con un lugar por descubrir y mirando el mar?

El cañon Sulak, uno de los mejores lugares de Daguestán

El río Sulak nace de la confluencia de otros dos ríos y en recorre en soledad casi 400 km a través de Daguestán. 53 de esos 400 km lo hace encañonado entre montañas a una profundidad que alcanza los 1900 metros, convirtiéndose en el cañón más profundo de Europa y en uno de los más profundos del mundo. Luego el Sulak serpentea por desfiladeros y se desparrama en un valle hasta desemboca en forma de delta en el Caspio.

El Sulakski es una visita obligatoria de los mejores lugares de Daguestán. Imprescindible. Un espectáculo único que puede disfrutarse desde varias perspectivas.

Se puede navegar. Adentrarse en el cañón y luego dejarse llevar a lo largo de su angostura. Por la mansedumbre de sus aguas. Entre rocas imponentes a través de las cuales confluye un laberinto de meandros. ¡Es fabuloso! Por otra parte, otro punto de vista, verlo desde arriba. Las vistas desde la altura son apocalípticas. La inmensidad a tus pies, nunca tan bien dicho. Literal. Impresionante. Magnífico. Sobrecogedor.

Así es Daguestán a cada paso. Una república para la que no alcanzan calificativos. Otro lugar donde me encantaría volver.

Para viajar al cañón del Sulak o Sulaksky cañón, tomamos una excursión con Kochevnik travel. Estas excursiones pueden reservarse en toda Rusia a través del buscador Sputnik. Elegimos la de Kochevnik que significa «nómade» porque estaba a buen precio y con buenas referencias. No nos equivocamos. Fue excepcional. El chofer, Salmam, nos trató súper bien a todos los participantes, fue cordial y por demás de generoso. Nos invitó té y kvas y, al final, nos llevó hasta el departamento.

Sarikum, una de las dunas más altas del mundo

Aprovechando el viaje a Sulak, recorrimos las dunas de Sarykum. Son las más altas de Europa y unas de las más altas del mundo. Ya hemos hablado de esto en otros posts. Rusia = «lo más». Humildemente…

Sarykum se enmarca también dentro de los mejores lugares de Daguestán. Las colinas de arena de hasta 300 metros de altitud, se explayan a lo ancho de 600 hectáreas. Caminar por la arena caliente y blanda. Dejarse llevar por la inmensidad hasta la cima y vislumbrar desde allí, a 30 km, el Mar Caspio.

En el silencio y con la mirada enceguecida por el sol y el reflejo dorado, a uno le dará vueltas en la cabeza cuál será la raíz del misterio, ¿qué hace allí tanta cantidad de arena encajonada entre agua y montaña? Si solamente al otro lado de todo ese mar, en Asia Central, existen terrenos arenosos. Quizás como las aves o quizás como uno mismo, la arena también ha migrado y se ha establecido en esta tierra vieja y afable.

Los mejores lugares de Daguestán, la ciudad más antigua de Rusia: Derbent

La ciudad de Derbent, según los descubrimientos arqueológicos actuales, es la ciudad más antigua de Rusia y una de las más antiguas del mundo. Sus murallas fueron declaradas en 2003, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Derbent fue fundada por los persas sasánidas quienes construyeron allí una fuerte ciudadela. Ellos llamaron a la ciudad Darband, que significa «puerta cerrada», ya que, es un punto en la montaña desde el que no se puede subir más. A partir de entonces Derbent siempre estuvo íntimamente ligada al significado de ser una puerta.

Se la llamó las Puertas Caspias o las Puertas de Alejandro. Los árabes la bautizaron Bab al Abwad, «puerta de las puertas» y los turcos, Demirkap, «puerta de hierro». En el misticismo islámico persa Darband es el lugar donde vive Simurgh (Shahrokh o Fénix) y es el punto final y más lejano del mundo que el hombre puede imaginar. 

La fortaleza de Derbent, llamada Narin Kalá, con 5000 años de historia, es una de las fortalezas más espectaculares que habrás visto jamás. El lugar donde fue construida es super estratégico y nunca mejor bien pensado. Está en el paso estrecho entre el Caspio, que se divisa desde arriba en toda su amplitud, y la gran cadena montañosa del sur de Rusia.

La fortaleza fue utilizada defensivamente durante casi dos milenios, más que ninguna otra en el mundo. Su arquitectura incluye mazmorras subterráneas en forma de frasca, de imposible escapatoria. Y, en su contraparte, baños públicos de geometría perfecta y casi mágica ya que, con un solo fuego, el agua se mantenía caliente en todos los sectores.

Tras quedarte sin aliento ante tanta inmensidad, te deleitará perderte entre callejas minúsculas y estrechas. Entre la siesta calurosa o el bullicio de los mercados. Respirando el perfume de infinitas hierbas o saboreando un trozo de queso casero con cilantro en el que, según las mujeres del lugar, reside el secreto de su juventud eterna.

Ekranoplano, una genialidad de la ingeniería soviética

En plena guerra fría los soviéticos inventaron el «ekranoplan», conocido como el monstruo del Mar Caspio. Una nave rápida, capaz de volar a ras del agua, llevando al mismo tiempo una carga pesada sin ser detectada. La misma podía efectuar un ataque o defensa de ser necesario.

Estos vehículos descomunales de forma extraña volaban sin ser aviones, sino utilizando una forma de desplazamiento opuesta a la de ellos, el efecto suelo, en ruso ecranniy effect lo que les dio el nombre. Mientras que, los aviones convencionales, utilizan el efecto de sustentación para mantener el vuelo sirviéndose de alas largas y delgadas, los ekranoplanos buscan ejercer la máxima presión entre su fuselaje y el agua con alas grandes, cortas y cuadradas que se apoyan sobre un colchón de aire que queda entre medio.

El primero de la estirpe de ekranoplanos fue el KM (Kaspian Monster según los yankees) en 1966. Era una mole de 544 toneladas, 106 metros de longitud y 42 de envergadura que podía moverse sobre el agua a 500 km/h, a unos 3 metros sobre la superficie gracias a sus 10 motores a reacción.

La invención fue obra de la tenacidad e ingenio del ruso Rostilav Alexeiev. Mucho antes de viajar a los mejores lugares de Daguestán, vi una película rusa acerca de esta historia. Hoy día, uno de estos monstruos geniales que durante décadas fueron la pesadilla de los radares norteamericanos, yace sobre las costas del Caspio cerca de Derbent y se puede visitar. Un mito, hecho realidad.

Viajar a Altai, paraíso natural de Rusia

Desde antes de comenzar esta travesía por algunas repúblicas de la Federación Rusa, tenía en mente viajar a Altai. Había estudiado algo de esta región en el curso de geografía rusa y después, durante el viaje Transiberiano, muchas personas insistían en preguntar: ¿van a ir a Altai? Esa alusiones reiteradas en las que suelo intuir que debe haber alguna señal. ¿Por qué todos nos incitan a viajar a Altai, o a Kamchatka, también, que aún tengo pendiente? Y es que Rusia es inagotable. ¡Todo es tan enorme! Desde la vereda o el puente de una ciudad hasta las distancias de un lugar a otro. Ni en una vida entera ni en dos ni en tres, alcanzaría para recorrerla intrínsecamente.

Inagotable y hermosa. Y dentro de esa hermosura generalizada a lo largo y a lo ancho de kilómetros cuadrados, Altai es especialmente bella. Nikolai Rerich, filósofo y científico ruso reconocido internacionalmente escribió: «Si quiere encontrar el lugar más hermoso, busque el más remoto. Uno de esos singulares lugares es Altai.» Rerich iba de camino a los Himalayas y, al cruzar Altai, quedó obnubilado por estos territorios fascinantes. El filósofo afirmó que en Altai las montañas poseen un magnetismo singular. Que hay una evidente energía extraña.

Altai es una república antigua, hay vestigios de tribus  de pastores que pasaron por allí hace más de 9.000 mil años. Los túmulos funerarios, petroglifos y esculturas que se pueden encontrar, se remontan aún a más miles de años en el pasado. Altai es la cuna de Genghis Khan y posee una cultura y costumbres mongolas.

La palabra Altai significa «montañas de oro» por eso, a la cordilleras de Altai le llaman también «las montañas doradas». Quizás el nombre deviene de la riqueza mineral y preciosa de la piedra, o quizás del colorido de las laderas y valles. Si bien hay colinas muy verdes, quebradas por valles de ríos turquesa como el Katun, hay una zona muy amplia a la que llaman Marte, porque hasta donde llega la mirada, la roca es un tapiz oxidado de naranjas, ocres y rojos.

La montaña más alta es el monte Beluja, el pico más alto de Siberia que desde su cumbre, a 4506 metros de altura, da a luz al río Katun. Según las escrituras locales, Beluja es la puerta al reino de Shambhala, la nueva civilización. Esta aflorará después de la humanidad, cuando seamos destruidos por nuestra propia crueldad. Esta revelación provoca que mucha gente se acerque a Altai con la intención de limpiar su alma. Por esto también místicos y religiosos peregrinan hacia las montañas doradas.

¿Cómo viajar a Altai?

Viajar a través de Altai no es muy sencillo. Es fácil llegar hasta Gorno Altaisk, capital de la república, o Barnaul, o Byisk, que son, por así decirlo, las ciudades cabeceras de la región. Luego tierra adentro brotan la cordillera y las montañas, áreas muy vastas y remotas a cientos de kilómetros de estas ciudades. Hay algunas carreteras asfaltadas que llegan hasta ciudades secundarias y hay rutas en construcción en dirección a estas ciudades. Al interior, donde se encuentra la naturaleza más salvaje, los paisajes más fascinantes, aquello de lo que hablaba el filósofo, sólo hay senderos y caminos de tierra, algunos sólo aptos a vehículos todoterreno.

En esta región nunca se ha desarrollado la agricultura, ganadería, industria o producción de madera. Los árboles caen de viejos sobre una gruesa capa de musgo después de infinitos años de vida. Las pintorescas praderas nunca han sido segadas o utilizadas como pasto. En primavera se convierten en amplias y coloridas alfombras de flores que se extienden por muchos kilómetros alrededor de los ríos y montañas.

Se puede viajar a Altai desde la ciudades antes mencionadas. Nosotros, para entrar y salir de la región, lo hicimos de la siguiente manera:

Desde Omsk tomamos un tren a Byisk. De Byisk un autobús a Chemal. Desde Chemal un blablacar a Gorno Altaisk y desde allí un bus a Teletskoye.

El tren desde Omsk a Byisk demora casi un día, alrededor de 21-22 horas. Hay trenes también a Barnaul y hay transporte asiduamente entre Novosibirsk y Barnaul.

Barnaul, Byisk y Gorno Altaisk, tienen comunicación continúa entre sí. Entre Byisk y Gorno Altaisk se pueden tomar «marshrutki» taxis compartidos. Los taxistas vocean las salidas afuera de la estación de autobuses. La estación de autobuses como en casi todos las ciudades de Rusia, está al lado o enfrente de la estación de trenes.

Existe también la opción blablacar que nosotros la utilizamos para salir de Chemal rumbo a Gorno Altaisk y desde allí ir en bus a Teletskoye.

El tren que va a Byisk es el mismo que pasa por Barnaul. Barnaul es una ciudad más importante. Tiene aeropuerto. Luego saldremos de Altai desde allí volando a Majakchalá, capital de la República de Daguestán.

Para ir desde Byisk a Chemal hay pocos autobuses, ya sea a Chemal o a cualquier otra aldea de Altai. Algunos ni siquiera salen todos los días.

Nosotros compramos el pasaje en el momento y casi no conseguimos. Cuando llegamos nos dijeron que no había. Nos sugirieron esperar a la administradora y ella nos lo vendió.

Los autobuses que se adentran en la zona son de la época soviética. Van bien, pero no tienen aire acondicionado o televisor o juguetitos de la modernidad. Son sólidos, grandes, cómodos, con cortinitas con flecos, muy vintage CCCP.

El chofer y las relaciones con la gente también son tipo a como serían durante la CCCP. El chofer no sólo conduce y traslada a los pasajeros sino que también oficia de mensajero y paquetería. Cuando pensábamos que el autobús llegó y ya encarábamos para subir, el chofer empezó a repartir recados, cajas, cosas tipo huevos, o elementos que la gente de allá enviaba a la ciudad mientras recogía otras cosas, de la ciudad, para llevar a las aldeas. Una camaradería. Tovarisch de aquí y de allá. Lo mismo fue cuando viajamos, posteriormente, desde Gorno Altaisk al Lago Teletskoye.

Esa forma de ser aún la conservan la mayoría de los rusos. Mucha tecnología, todo lo mejor del mundo, pero en las relaciones humanas no se ha perdido en general la humana camaradería. Quizás por eso tienen cerca la puerta de Shambhala.

Chemal, un buen punto de partida al viajar a Altai

Chemal es una aldea rural cuyo centro está cerca de la confluencia del río Katun con el río Chemal. Dejamos atrás el río Ob y nuestra ruta se adentra en un agradable valle inmerso en la taiga.

Desde muchos kilómetros antes de llegar a lo que sería el centro de la aldea de Chemal, ya aparecen complejos de cabañas y posadas rústicas y encantadoras a ambas márgenes del Katun.

En Chemal nos alojamos en una Turbaza. Las turbazas, palabra que viene de tur (tour) y baza (base), son complejos de vacaciones enormes de la época soviética. En estos lugares se obligaba a la gente a descansar por lo menos noventa días al año. Los trabajadores tenían derecho a elegir qué tipo de destino deseaban, ya sea urbano, naturaleza, mar, río, montaña, llanura, nieve… luego el Estado les otorgaba todo lo necesario, transporte incluido, alojamiento, excursiones, alimentos, para que se fueran a disfrutar de su ocio a una turbaza, balneario, complejo o sanatory como le llamaban a otros. Disponer de ese periodo de ocio era obligatorio.

El Katun no ofrece mucha diversidad paisajística, sino más bien la mansa monotonía del fluir de sus aguas caudalosas. Según la época pasa de ser un río turbio, cuando empieza el deshielo, a un río turquesa y calmo en medio del verano y antes de las nieves. De todas maneras, Chemal es un lugar imprescindible al viajar a Altai, hay senderos locales que se pueden hacer en un día y es el puntapié inicial para ir más allá.

En Chemal hay que visitar la isleta de Patmos con su monasterio, trepar a alguno de los cerros de alrededor y disfrutar del aire puro y las vistas desde las alturas, y si es época de río bajo, caminar hasta los lagos azules.

Desde Chemal, agarraremos la famosa Chuisky trak. Una de las carreteras más panorámicas del planeta. Allí, sí, colina tras colina, la diversidad es espeluznante, cada pocos kilómetros nos sorprenderemos con paisajes diferentes y todos hermosos.

Por la famosa ruta del Chuisky Trak, la carretera Chuya

La carretera del Chuisky o Chuiski Trak o Chuya, es algo obligatorio al viajar a Altai. Se la conoce también como la Ruta de la Seda y está estrechamente ligada a la historia de Rusia y los países vecinos.

Ya desde el tercer milenio antes de Cristo, los arrieros iban con sus caravanas a través con artículos procedentes de Asia, el Tíbet y China en dirección al Altai, al sur de Siberia, abriendo el tramo septentrional de la Gran Ruta de la Seda.

Hasta principios del siglo XX la ruta Chuya fue un camino de montaña peligroso, y los comerciantes y mercaderes tan solo lo recorrían por su parte superior. En 1901 se inició su reconstrucción convirtiéndola en una ruta segura que puede ser recorrida en coche o en bicicleta.

Saliemos de Chemal y poco a poco nos alejamos del río mientras la carretera trepa hasta el paso de Seminski. Allí la cordillera está en todo su blanco esplendor cubierta de nieve.

A la altura de este paso hay un monolito que recuerda la adhesión voluntaria de la República de Altai a Rusia y, enfrente, un centro de entrenamiento para los competidores olímpicos. En esta zona suelen también juntar piñones. Los piñones de Altai son muy cotizados, sabrosos, y muy nutritivos.

Durante todo el recorrido de Chuiski trak hay senderos que se dirigen hacia cascadas, confluencias de ríos que impresionan por sus caudales asimétricos y el contraste de la confusión de sus aguas. Bajamos y volvemos a subir al paso Tchike-Taman donde cruzamos el poblado y su mercado de artesanías locales para asomarnos a los valles desde los balcones naturales de la montaña.

Retomando el rumbo por el valle del Chulyshman, paramos a visitar los petroglifos que datan de las primeras eras de la humanidad, algunos de la edad de bronce, otros de la edad del hierro.

Viajar a Altai es viajar a través de la naturaleza virginal y el tiempo. Es paradójico que, en esta tierra, donde el paso del hombre se remonta a tantos milenios, las aldeas parecen solitarias y deshabitadas. Es una tierra famosa por sus chamanes, justo en medio de China, Tibet, Mongolia, Kazajastán y Rusia. Montañas de paso de mercaderes desde los albores de la humanidad y que, sin embargo, mantienen su salvajismo y su pureza.

Mientras avanzamos por Chuisky trak en dirección a Aktash, las vacas pacen tranquilamente y descansan en el asfalto sin inmutarse en lo más mínimo. A ambos lados de la ruta, las colinas se tiñen completamente de rosas. Todas las matas están florecidas. Preveíamos que Altai sería bello, pero a medida que avanzábamos superaba con creces nuestras expectativas.

Lago Geiser, una postal alienígena de Rusia

Cerca del pueblo de Aktash, nos desviamos para conocer el Lago Geiser. En nuestra vida y en nuestros viajes hemos agotado la palabra alucinante. Para hablar del Lago Geiser necesitamos un calificativo que la supere. ¿Cómo describir esta maravilla única de la naturaleza y sobre todo su efecto visual? Es irreal. Psicodélico. Una imagen en movimiento de ciencia ficción que sin embargo aparece en vivo y en directo en nuestro camino.

Caminamos por un bosque cerrado. El terreno es pantanoso. En parte, entre los árboles el pantano se oxida y adquiere colores rojos y naranjas. Más adelante, el pequeño lago Géiser es un ojo que no duerme, siempre abierto, siempre mirándonos.

El fenómeno se produce por los géiseres de agua caliente que revuelven el fondo del lago. Estas erupciones impulsan a borbotones el lecho del lago hacia arriba. La arena y la arcilla del fondo se elevan y se mueven como si bailaran en la superficie, haciendo círculos y arabescos de distintos tonos turquesa.

Uno podría quedarse horas admirando este espectáculo. La danza del agua azul es tranquila. El ambiente alrededor se contagia de paz. La gente que mira y admira, habla en voz baja. Como si hubiera una criatura mítica soñando allí abajo.

De la base alienígena a Marte

Si seguimos viaje por la carretera Chuya, llegaremos al distrito de Kosh-Agach, donde un largo giro a la derecha lleva a las montañas Kizil-Chin, llamadas “Marte” por su color oxidado.

Un nuevo puerto de montaña, nos adentra en el valle que nos llevará directo al altiplano de Ukok, donde el río Katun se encuentra con su afluente, el río Tchouïa.

Cerca de Aktash hay otro desvío que constituye un desafío, ya que se trata de un camino en las alturas sin pavimentar. Sólo se puede circular en vehículos todoterreno. Subiendo por aquí se puede decir que uno llega al corazón de Altái. Arriba, la meseta, está habitada en su totalidad por pueblos nativos y chamanes. Tocan su música típica, practican sus tradiciones y ritos religiosos. En los árboles hay cintas de colores atadas para la buena suerte.

La meseta termina en uno de los puntos más impresionantes del Altai: el paso de Katu-Yaryk. Es un buen lugar para descansar y pasear y ver a lo lejos el valle del río Chulyshman, preferiblemente con una taza de té hecho con hierbas locales.

Viajar a Altai requiere otro viaje. Un viaje exclusivo. ¡Hay tanto para explorar aún! Por ejemplo los curiosos “hongos de piedra”, así como la cascada de Uchar, para verla hay que caminar horas desde la carretera, pero todo el tiempo que haga falta, todo el andar que se necesite, vale la pena aquí.

Lago Teletskoye, imprescindible al viajar a Altai

Otra perla imprescindible de de Altai es el lago Teletskoye. Le llaman el lago dorado por los reflejos que emite su amplia superficie a los rayos del sol y, por su transparencia, también le dicen el hermano menor del Baikal.

Para llegar a Teleskoye desde Chemal, tomamos un blablacar hacia Gorno Altaisk. Nos llevó Sergei quien nos dejó un recuerdo imborrable. Un urso ruso que como todo ruso te abre la puerta del coche y que resultó ser un montañista rudo pero sentimental. En el coche nos acompañan las melodías románticas mientras Sergei nos cuenta de las montañas como lo que son: algo sagrado. Antes de despedirnos, nos regala pulseras que él mismo hace. Nos lleva hasta la puerta del Museo de Gorno Altaisk que nos recomienda visitar y, más tarde, nos llama al whatsapp para que, si no nos hemos ido, vayamos a comer a su casa. Únicos los rusos. Nada siquiera parecido he conocido en mis viajes. Menos aún en un país tan vasto, donde todo cambia, desde el paisaje hasta el idioma, pero no cambia la actitud de la gente.

Desde Chemal tomamos un autobús. Nuevamente se repite lo del chofer mensajero y comisionista que ya vimos al tomar el bus en Byisk.

La ruta desde Gorno a Teletskoye también la están reconstruyendo. El camino es largo. Son más de 7 horas y, en nuestro caso aún más ya que, un choque en medio de la carretera no deja hueco para que el ómnibus pase. Hay dos camiones atravesados, esperando, y sólo pueden pasar vehículos pequeños.

Afuera ha empezado una suave llovizna. Primera vez que nos caen unas gotas en este viaje por las repúblicas rusas. Quedan apenas 30 km hasta el lago. Decido probar hacer dedo si bien la ruta no es muy concurrida. Otros pasajeros, turistas rusos la mayoría, deciden hacer lo mismo.

Me para un auto que es un taxi. Martín dice que nos va a arrancar la cabeza. Le pregunto al chofer y creo entender que me dice «gratis». Como eso no entra en la lógica occidental en la que habito, le pido ayuda a una chica moscovita para que me aclare. La moscovita corrobora lo que escuché, que ante esa situación de emergencia, cómo se le ocurriría a alguien cobrar, que el viaje es desde luego «besplatna» (бесплатно), gratis. Como hay lugar para 3, sube con nosotros y nos vamos en el taxi hasta el lago.

En Teletskoye hay un supermercado en lo que sería el centro de la aldea. Es una aldea pequeña. Aislada. Todo alrededor es naturaleza salvaje. Paramos en el super, ya es de noche. Compramos algo para cenar y para el desayuno y nos vamos a nuestro alojamiento. Una cabaña de madera con balcón, vistas al lago, sobre el lago. Hermoso.

Al día siguiente rodeamos por senderos parte de la costa del lago dorado. Subimos por otros senderos hasta una cascada y hasta un mirador y seguimos caminando por la costa hasta el atardecer.

El tiempo es poco en estos lugares. Me quedo con las ganas de explorar más. Mucho más. Viajar a Altai merece cargar una mochila de autosuficiencia y perderse en la niebla al más allá.

Un viaje a los orígenes, Omsk, distrito de Siberia

Óblast de Omsk, la antigua Ciudad de los Dioses

Puedo decir y dar fe de que toda la vida he viajado con mis hijos. Desde muy pequeños e incluso desde antes de nacer. Siempre y cuando y tal o cuál fuera su deseo, allá íbamos. Esta vez, en este viaje, voy con Martín a quien llamo mi «papútchik» (попутчик), palabra que en ruso significa «compañero de viaje». No existe en otros idiomas. Vamos en el tren Transiberiano hacia el Óblast de Omsk. No imaginaba, aunque conociendo a Martín debería haberlo sospechado, que estábamos viajando, además, en el tiempo. Un viaje al origen. A la Ciudad de los Dioses.

Siempre digo que viajar con mis hijos es lo mejor que hice en mi vida. También lo peor, recapacito enseguida, porque así como fue mejor es ahora proporcional la nostalgia. Sin embargo soy feliz de poseer esas certezas, la de lo mejor y también la de la nostalgia. Viajar juntos constituye el evento más sobresaliente de nuestras vidas. Son los viajes los que nos ordenan la línea terrenal del tiempo mientras convivimos con duendes y fantasmas. No nos deshacemos de ellos.

No pretendía enseñarles nada. Quizás sí despertar su capacidad de observación y su curiosidad. Que de cada viaje regresaran con más preguntas que respuestas y avivar así el deseo de seguir buscando en el camino, más caminos. Atados sólo a un sentimiento de libertad inviolable. Creyendo más en la percepción de un suceso inverosímil o «casual», en un montículo extraño, en una palabra de filología incierta, que en lo que a ciencia cierta está impreso en los libros.

Con esta carga de pasado e historia y andando, siempre andando, llegábamos al Óblast de Omsk en el tren Transiberiano. Yo amando cada día más a los trenes rusos. Allí tengo todo lo que necesito para vivir y encima, se mueven de un lugar a otro. Es perfecto.

Mi papútchik observando concupiscente por la ventanilla mientras sin haberlo previsto, estamos cruzando una porción de Kazajastán.

Habíamos tomado el tren en Miass. En una de esas paradas raudas de dos minutos que hace el Transiberiano en las estaciones pequeñas. Viajamos toda la noche y ahora, parte del día, tomando mates con vistas a las aldeas agrícolas kazajastaníes. Sin trámites salimos de Rusia y volvimos a entrar, rumbo a lo que yo creía que era una ciudad interesante más, de la Federación Rusa. Sin embargo, ahí está Martín para espabilar la revelación de un misterio:

Nuestro tren iba entonces mucho más allá, hacia La Ciudad de los Dioses, en el río Iriy (actual Irtysh) donde esta ciudad fue construida en el verano de su entonces año 5028 a partir de la Gran Migración de Daaria (104.780 a. C.) Dice el texto que en su lugar, en la actualidad, se encuentra la moderna ciudad de Omsk.

Caminar en el tiempo por el óblast de Omsk, del pasado a la actualidad

La ciudad de Omsk creció desde su ancestral raiz a orillas del río Irtish. El susurro de las aguas arrastradas por la brisa sobra una planicie casi llana tiene mucho que contar. Sólo hay que detenerse a escuchar. Dice que antes había una fortaleza que lo rodeaba todo. Esa fortaleza fue construida por los lugareños para prevenir la llegada a Siberia y el ataque de las tribus nómades.

La fortaleza primigenia se mantuvo en pie más de un siglo. Más tarde, el crecimiento demográfico, obligó a erigir una muralla aún más amplia sobre la margen derecha del río Om. Protegiendo su confluencia con el Irtysh y los cimientos ocultos de Asgard de Iry, la Ciudad de los Dioses.

Hoy en día, Omsk es un enorme centro industrial, científico y cultural de Siberia. Sin embargo no ha perdido su interés histórico, su identidad primigenia. Da gusto caminar por la vera del río o confundirse con los locales en el impactante mercado de las flores. De las antiguas fortalezas quedan en pie las Puertas de Tobolsk, Omsk, Tara e Irtysh.

En las calles de Omsk nos sorprendemos con originales edificios art nouveau que afloran intempestivos entre las típicas casas siberianas de madera. Hay galerías de arte y varios museos. Museo de Historia, de Antigüedades, Militar, y de Literatura de Dostoevsky. Este último debe su origen a que el eximio escritor fue condenado a trabajos forzados en el óblast de Omsk donde llegó a ser condenado a la horca y salvado por una contraorden a último momento. El comandante de la fortaleza de Omsk fue quien entonces prestó una especial atención a Fyodor y le concedió una pequeña habitación en su casa. Hoy en día la antigua casa del comandante alberga al Museo de Literatura. La famosa novela “Memorias de la casa muerta” refleja los acontecimientos de ese período.

La ciudad cuenta también con un exquisito Museo de Bellas Artes donde se exponen más de 16.000 obras de artistas rusos y europeos además de piezas de oro desenterradas por los arqueólogos en el óblast de Ómsk. Abundan los teatros en todas sus variantes, y son tan imponentes como bonitas, las iglesias y catedrales ortodoxas con sus cúpulas de cebolla doradas. Visitamos la Catedral de San Nicolás y la Asunción, una de las más grandes de Siberia.

Zlatoust y Miass, dos paraísos del Óblast de Cheliábinsk

Por qué visitar el Óblast de Cheliábinsk

Probablemente en un viaje organizado a un país tan vasto y repleto de atracciones interesantes como lo es Rusia, muy pocos incluyan al Óblast de Cheliábinsk en el itinerario.

En Rusia hay mucho para ver. Hay ciudades plagadas de historia milenaria donde confluyen razas y religiones del mundo. Hay naturaleza única desde el Polo norte hasta el Trópico y desde el Pacífico hasta las estribaciones del Mediterráneo. La cantidad de lagos que hay en Rusia no se cuentan ni en miles ni en millones sino en Ilones. ¡Son demasiados!

Tan sólo en el Óblast de Cheliábinsk se desparraman como un racimo nada menos que 3500 de esos lagos. 3500, poca cosa y, entre esos 3500, se encuentran los lagos más inexplorados y transparentes del mundo.

Sin embargo, Martín y yo, en este viaje de reconocimiento por varias repúblicas de la Federación Rusa, no llegamos al Óblast de Cheliábinsk presumiendo de ir a la «pequeña Suiza», tal como llaman a esta región. De eso nos enteramos después. Tampoco llegamos a Cheliábinsk, para ver al meteorito que cayó a 70 km de Zlatoust y a tan sólo 20 km de Miass y que le dio al óblast un lugar en la prensa internacional en febrero de 2013.

Zlatoust, capital internacional del acero

Una de las mejores formas de viajar y de conocer el mundo verdadero, el que habita la verdadera humanidad, o donde se esconden bellezas naturales con todavía poca publicidad, es dejarse llevar por lo que indican los lugareños. Así llegamos a Cheliábinsk.

Martín tiene un amigo ruso en Torrelavega, Kolya. Conoce a su familia y ha compartido con ellos algunos momentos en su hogar en Cantabria. Cuando Martín les preguntó qué recomendaban visitar en la gran Rusia, Kolya sin dudar respondió: mi pueblo. Y allá fuimos a Zlatoust.

Junto al famoso acero de Damasco, Zlatoust se destaca históricamente por un material idóneo y de dureza única para la construcción de armas, espadas y cuchillos. Se le conoce como acero bulat y su aleación especial con material natural de la zona, se efectúa desde la Edad Media.

Sin embargo el secreto de manufactura de este acero antiguo tan especial se perdió en el tiempo. Varios siglos después, en el XIX, algunas de sus propiedades lograron ser copiadas por el ingeniero Anosov, un entusiasta estudioso y explorador metalúrgico.

Anosov, estudió la calidad del acero y verificó que no era de tanta calidad como el que originariamente provenía de Oriente Medio y decidió duplicar el templado del acero de Damasco incrementando notablemente su dureza.

En Zlatoust se han fabricado desde los primeros cañones hasta las espadas y cuchillos más infalibles y hermosos por sus grabados únicos. Coleccionistas de todo el mundo y, en su tiempo guerreros, han acudido y acuden a las fábricas de acero de Zlatoust en busca de estas piezas exclusivas.

Parque Nacional Taganay, paraíso natural del óblast de Cheliábinsk

 Zlatoust es también la puerta natural a uno de los parques nacionales más populares de los Urales del Sur. El parque es famoso por sus zonas rocosas. Hay piedras tremendas con formas extrañas y origen incierto.

A la entrada del Parque se puede obtener un mapa con todos los senderos balizados disponibles y demás servicios dentro del parque. Hay lugares para acampar, áreas para descansar, y agua.

Las rutas de senderismo pueden realizarse a lo largo de varios días. Una ruta popular es caminar el sendero de Nizhny Taganai hasta Dalny Taganai, o viceversa. Un recorrido de 65 km.

Otras rutas discurren por los tramos bajos del río Serga y ascienden para tener vistas bonitas desde los acantilados. En el parque también hay abundantes cuevas.

Las rocas más visitadas son las Crestas de dos cabezas, la Gran Cresta, Kruglitsa, Itszil, Mont Blanc, Jurma y varias más. Se recomienda también el Valle de las historias de Hadas (Valley of Fairy Tales) y los restos de Skalodrom, Three Brothers y Kialimsky Rocks. Y si se desea aún más, se puede llegar hasta la Puerta del Demonio (Devil’s Gate), Mitkina Rocks y Big Stone y Kurumnaya.

¡Taganay es enorme! Sólo estuvimos un día y medio en Zlatoust y ni siquiera un mes alcanzaría para poder recorrer todo esto.

Zlatoust y los maravillosos zlatoústovtsy

Zlatoust es una de las montañas más altas de los Urales y está incluida en la lista de ciudades históricas de Rusia. Aunque más allá de sus récrods geográficos o históricos, el premio mayor es la amabilidad y el cariño de los zlatoústovtsy, la gente de Zlatoust.

La prima de Kolya, Liuva, se dedicó todo el día a recorrer la ciudad y sus alrededores con nosotros. Su mamá nos sorprendió con un almuerzo inesperado y delicioso. La abuela nos llevó en su coche hasta una de las entradas del Parque Natural. Entiéndase: dos perfectos desconocidos llegan a una ciudad y una familia de esa ciudad dispone todo su día, todo su tiempo, deja sus quehaceres (la abuela dejó hasta un tratamiento en el hospital), para pasar el día con los desconocidos. Eso es lo más de «lo más» en un país que ya de por sí puede jactarse sin temor a fraude de ser «lo más» en casi todo.

Recorrimos todas la ciudad pero lo más importante de ese día fue relacionarnos con la familia de Niko. Fue genial y hermoso. Y ahora podemos decir que tenemos amigos allí. Nunca nada será suficiente para agradecer los vínculos que surgen en el camino. Por más que intentemos dar algo, nunca será equiparable a lo que recibimos.

Liuva se reunió con nosotros esa mañana. Fue a nuestro hotel. Con ella caminamos por el centro de la ciudad, visitamos el Memorial a los combatientes contra el nazismo, en cuyo museo, mezclado con miles de nombres, figuran sus bisabuelos.

Después fuimos hasta el Museo de la Minería donde hay restos del meteorito. Todo este complejo está dentro de un agradable parque con esculturas de metal muy interesantes y bonitas.

No lejos de allí está la torre del campanario de San Juan Crisóstomo a la que subimos para contemplar vistas increíbles de la ciudad y los Urales. Seguimos caminando por toda la ciudad con la familia completa, pasamos a comer «cheburek», y luego la abuela abandonó su tratamiento en el hospital para llevarnos hasta el parque donde pasamos un par de horas trepando rocas por el bosque y contemplando las vistas.

De regreso a la casa de Liuva y su familia nos montamos en el tranvía de montaña más alto del mundo y, al llegar a la casa, nos esperaba un apetitoso y variado almuerzo-merienda con pelmenis de Zlatoust cuya buena fama pudimos comprobar.

Miass y el Lago Turgoyak en el óblast de Cheliábinsk

A unos 50 km de Zlataoust está Miass. Llegamos a Miass porque Mijail, el chofer del blablacar que nos llevó desde Ufá a Zlataoust, vive en Miass. Él nos comentó acerca de la mentada «pequeña Suiza», nos habló del Lago Turgoyak, nos enseñó fotos de un lugar soñado y como buen lugareño nos convenció de que Miass era más lindo que Zlatoust. Así que, tras un día y medio de hermosa convivencia con los zlatoústovtsy nos fuimos con Alexander, otro blablacar, a Miass.

Miass es una ciudad desparramada. Era difícil decidir a qué parte de la ciudad íbamos a ir. No teníamos reservado ningún alojamiento así que nos dejamos llevar un poco por la deriva y bastante por el chofer. Alexander se desvió entonces de su ruta normal a Miass y nos acercó al mejor lugar posible. Nos dejó en un punto medio de la costa del lago desde donde era posible caminar en una u otra dirección para encontrar el alojamiento. Tras el desvío y la buena onda, Alexander no nos quería cobrar el viaje.

Enseguida caminamos hasta la costa. Turgoyak es realmente maravilloso. El lago Turgoyak es uno de los más transparentes de Rusia y del mundo. Transparentísimo. Nos sentamos un rato en las reposeras que hay en la playa a admirar tal belleza de paisaje. Los reflejos increíbles en el agua. El plancton que habita las aguas del Turgoyak se conjuga con el agua hasta volverla un cristal mágico. Puede verse a simple vista qué ocurre allí abajo hasta los 15 metros de profundidad.

En el lago está la Isla de Vera. Allí, en el siglo XIX, vivió una ermitaña curandera que los lugareños llamaban santa. La isla de Vera está situada cerca de la orilla oeste del lago. En el verano se puede navegar hasta allí y en invierno se puede llegar esquiando o en trineo.

Cuando uno llega se presiente inmediatamente que Turgoyak es un lago propenso a los milagros. Rodeado de megalitos y dólmenes, cuya antigüedad supera los 5000 años.

Nuestro alojamiento fue ideal. Lo encontramos ya en medio de la noche. Unas pequeñas lucecitas que titilaban en la oscuridad. Al día siguiente rodeamos el lago por senderos y caminamos hasta el final de una península. Sin querer llegamos al mismo lugar recóndito que justamente Mijaíl había elegido para su foto de perfil. Juramos sobre esas piedras, que no nos había indicado nada al respecto. Sólo seguimos la onda. Toda una experiencia alucinante. Para entender, hay que ir.

El lago Turgoyak es una fuente de fenómenos paranormales: todos los que hemos estado allí lo hemos experimentado.

Alojamiento y transporte en el Óblast de Cheliábinsk

Como habrán leído, en esta zona, en cuanto a transporte nos hemos manejado mucho en blablacar. Fue la opción ideal. Mijail nos presentó a la familia y quiso sacarse fotos, Alexander finalmente aceptó el pago y se despidió calurosamente. Nos dieron consejos amigables, como si se tratara de personas cercanas y no apenas unos pasajeros de taxi. Fueron geniales.

Luego desde Miass tomamos el tren a Omsck. Este tren cruza por el norte de Kazajastán. Sin trámites. Uno va en su compartimento de tren y cuando amanece, sin querer, uno está pasando en tren por otro país. Al rato vuelve a entrar a Rusia.

Entre Zlatoust y Miass también hay minibuses. Funcionan hasta la tardecita.

En Miass, desde la costa del lago caminamos hasta un cruce donde se apelotonan un par de mercadillos y allí, tal como nos señaló Alexander, está la parada de autobús urbano que va hasta la estación Miass 1. El tren parará allí sólo 2 minutos.

El trayecto de Miass a Omsck es un viaje de toda la noche y parte de la mañana-mediodía. Los pasajes se pueden sacar previamente en la página de los ferrocarriles rusos.

Para alojarnos en Zlatoust elegimos el hotel Nikolskiy que está en la costa del lago. Está muy bien. La atención es excelente y el desayuno muy completo y nutritivo. El personal súper simpático.

En Miass caímos junto a las luciérnagas en unas cabañas maravillosas sobre el lago. Las mujeres que nos recibieron hicieron todo lo posible y más para que estuviéramos felices de estar allí.

Tierra de bashkires, Bashkortostán

Ufá, capital de otra de las repúblicas de Rusia

Nuestro periplo por algunas de las repúblicas de Rusia nos traslada a Bashkortostán, la tierra de los bashkires.

Los bashkires son un grupo étnico Kipchak Turkic. La mayor parte de este grupo indígena habita en la República de Bashkortostán, a ambos lados de los Montes Urales. También existen comunidades menores de bashkires en la República de Tatarstán, Perm, Chelyabinsk, Orenburg, Tyumen, Sverdlovsk y Kurgan y algunas minorías viven en Kazajstán y Uzbekistán.

Bashkortostán es una de las repúblicas de Rusia más poblada. Su capital, Ufá, fue fundada en 1574, cuando por orden de Iván el Terrible se construyó una fortaleza.

Al principio se le llamó Tura Tau, como la colina en la cual se asienta la ciudad y que constituye un mirador natural al río Belaya y su confluencia con el Ufá.

Qué visitar en Ufá, capital de otra de las repúblicas de Rusia

Lo más emblemático de la capital es el monumento a Salavat Yulaev, el héroe nacional bashkirio. Además de la ciclópea estatua del líder montado en su corcel galopando hacia el río Belaya, hay un parque al que se accede a través de elegantes fuentes. El parque está jalonado de un bosque bajo repleto de flores.

Todo este conjunto monumental dedicado a Salavet Yulayev, fue colocado sobre la colina más alta de Ufá, la montaña Cherkalikhina. Es un lugar especialmente bonito al atardecer.

Salavat Yulayev, además de haber sido un ferviente cultor de la libertad que logró unir en la lucha a todos los pueblos que vivían en suelo bashkir, fue poeta. Su obra, escrita en idioma bashkir, sobrevivió a las guerras y a los tiempos y ha sido traducida a muchos idiomas.

En el centro histórico de Ufá, por cuyas calles y plazas es agradable caminar, hay numerosas mezquitas, iglesias, y se conservan antiguas edificaciones de madera.

Es llamativa la mezquita Lyalya Tyulpan, cuyos minaretes son como tulipanes. También hay varios teatros, el Teatro Nacional, el de Máscaras y algunos más. Hay un Museo Histórico Nacional y, llegando a Salavet, seguramente llamará nuestra atención un enorme centro de convenciones construido todo en cristal.

Otro de los atractivos de Ufá, es la fuente de las Siete Doncellas cuyas aguas se iluminan en colores fluorescentes durante la noche. Por el centro histórico nos cruzaremos con más parques y monumentos como el de Mustai Karim y también, a pesar de ser un territorio máxime étnico y musulmán, también hay una catedral ortodoxa y algunas iglesias.

Otras atracciones de la tierra Bashikiria

Esta región es famosa por sus paisajes naturales. Al estar ubicada entre el Volga, recostándose en las laderas de los Urales, Bashkiria es ideal para el establecimiento de la flora y la fauna. Por las interminables estepas corren innumerables ríos que alternan con rápidos y cascadas mientras que, en los valles ,abundan los lagos.

También es una zona de peregrinaje con caminos balizados que guían a los caminantes a través de enclaves culturales o naturales tales como las rocas Aigir, la famosa cueva de hielo Askinskaya, la reserva natural de Shulgan Tash o la cueva Kapova, con sus pinturas rupestres de la era Paleolítica.

Cómo viajar entre las repúblicas de Rusia

En general todas las repúblicas de Rusia están perfectamente comunicadas entre sí, con aeropuertos locales, muchísimas aerolíneas que brindan excelentes servicios entre las regiones sin tener que hacer escala necesariamente en Moscú.

En mis viajes por Rusia ya probé varias aerolíneas internas locales y son excelentes. En la mayoría dan algo de comer, en todas dan por lo menos bebida. Son puntuales. No hay problemas con el equipaje de mano. Esta ha sido mie experiencia al menos en Nord Star, Pobeda, Ural airlines, Red Wings, Rossiya y, por supuesto, Aeroflot.

Los trenes, por toda Rusia, ofrecen un servicio de lujo. A veces los precios son más caros que los vuelos. El servicio de ferrocarril ruso, RZhD (РЖД) es impecable.

Actualmente también hay blablacar. Nosotros para ir desde Kazán a Ufá viajamos en blablacar. Es un trayecto largo. Son 535 km que por carretera se hacen más de 7 horas. Los choferes de blablacar son personas amables y en este caso, al ser un viaje largo, paramos un par de veces a estirar las piernas, tomas té y almorzar.

Ya en Ufá, donde habíamos alquilado un departamento a través de Ostrovok, nos movilizamos en autobús primero, y luego a pie. El departamento estaba super bien, en un piso 20 con vistas a toda la ciudad. Nadezhda, la mujer que nos recibió fue super atenta, amable y la seguimos teniendo entre nuestros contactos como suele ocurrir con las personas con las que hacemos algún trato en Rusia.

Descubrir la Rusia desconocida, Yoshkar Olá, capital de la República de Mari El

«Una ciudad que está puesta ahí». Así la describió el uruguayo Kevin cuando nos cruzamos en la estación Kazanskaya para tomar el tren. Una de las ciudades de la Rusia desconocida. Impactante.

La República de Mari El, con su idioma «mari» y sus símbolos nacionales, bandera, himno y demás, tal como los tienen todas las repúblicas de la Federación Rusa, está ubicada entre la República de Tatarstán y el Óblast de Nizhny Novogorod y limita al norte con el Óblast de Kirov y en su sur tiene a la República de Chuvasia. Fue parte territorial de Bulgaria del Volga aunque aliada de los mongoles de la Horda de Oro cuando la región fue sometida por Batu Khan. En el año 1440 se incorporó al Kanato de Kazán que fue conquistado por Ivan el Terrible cien años después.

Yoshkar Olá, una ciudad especial de la Rusia desconocida

Yoshkar Olá es una ciudad especial por su arquitectura original. Las vistas de las casas alineadas junto al río Malaya Kokshaga conforman una postal naif digna de la página central de un libro de cuentos. El colorido de los frentes, naranja, verde, rojo, parece delineado a pincel por un artista romántico. El nombre, Yoshkar Olá, significa «ciudad roja».

Si nos dejamos llevar por el Malecón de Yoshkar Olá, a cada paso y en cada recodo del río, nos sorprenderemos de ir descubriendo a lo largo y más allá, la simpática arquitectura. Las torres y los miradores de las viviendas, con sus cúpulas desiguales aunque todas bonitas. Los ventanales ora rectangulares, ora de medio punto, ora ojivales. Irregulares entre sí y armoniosos en su conjunto.

En un principio la ciudad fue dudada como una fortaleza militar por Iván el Terrible y como se controló de manera organizada y en paz, se convirtió en un núcleo de intercambio comercial y posterior establecimiento de mercaderes y artesanos.

Debido al estable desarrollo económico y a la concentración natural de la población local alrededor de la fortaleza, pronto comenzaron a florecer diversos asentamientos alrededor de ella. Los granjeros cultivaron la tierra, los mercaderes establecieron relaciones comerciales con otras ciudades de la Rusia desconocida y se comenzaron a construir casas más sólidas de piedra.

Yoshkar Olá, una joyita de la Rusia desconocida

En una casa de las más antiguas de esta ciudad, casa que pertenció al mercader Chulkov, funciona el Museo de Historia. Cuenta con casi 24 mil piezas que recorren la historia de la región y su vida rural.

Explorando el centro descubriremos otra vivienda llamativa, famosa por sus intrincados cuartos secretos y pasajes subterráneos. Se trata de la casa del mercader Pchelin.

En el corazón de Yoshkar Olá, cruzando uno de los puentes sobre el río, no dejaremos de admirar a un lado y a otro la Iglesia de la Bendición de la Virgen María en la Torre Anunciación y una copia de la torre Spasskaya del Kremlin de Moscú.

La plaza alberga todo un tesoro arquitectónico de nuestra Rusia desconocida, la Catedral de la Anunciación, el Parque Italiano, la Escultura de la Virgen María con el Niño Jesús y una enorme fuente custodiada por una gran escultura del Arcángel Gabriel.

Yoshkar-Ola posee también una calle peatonal que vas desde la Plaza de la República a lo largo del Boulevard Chavaina. Paseando por ella, llegaremos a la hermosa Plaza del Patriarca, mejor conocida por su entretenido Monumento del Reloj de los Doce Apóstoles.

La visita Yoshkar-Ola no estaría completa sin sentarse un momento junto de bronce Yoshkin, que representa un antiguo personaje de la mitología eslava. Se rumorea que, si uno se sienta al lado de Yoshkin y le pide un deseo, este se hará realidad.

¿Cómo llegar a Yoshkar Olá?

Descubrir esta porción de la Rusia desconocida, y pasar allí una jornada, es algo gratificante y nada complicado de conseguir. Como capital de la República de Mari El está muy bien comunicada.

La mejor forma de llegar es desde Kazán desde donde hay varios autobuses por día. Si se quiere ir en avión también será a través del aeropuerto de Kazán la forma más ágil.

Sin embargo la mejor manera es ir en blablacar ruso. Se puede bajar la aplicación en blablabla.ru. Entre Kazán y Yoshkar Olá, se hace un viaje de dos horas, por una carretera que están ampliando y de momento es muy concurrida. Algunos de los vehículos que hacen blablacar en este trayecto, son simplemente autos tipo van o traffic funcionan como un minibús. Otros son coches particulares con choferes educados y amigables.

Viajar en blablacar en Rusia es otra experiencia inigualeble. Los rusos son increíbles y, el trato con un chofer no se extingue al llegar a destino. En general, se mantiene el contacto y se llega a forjar una entrañable amistad.

Segundo viaje a Kazán, capital de la República de Tatarstán

Qué ver en Kazán

Hay muchísimas cosas que ver en Kazán. Es una ciudad con una abundante historia, un pasado muy rico y determinante para esa región en particular y para Rusia en general.

Kazán es la capital de la República de Tatarstán o Tataristán, una de las repúblicas de la Federación Rusa. Se trata de una zona habitada desde la antigüedad. La ciudad se levantó estratégicamente en la confluencia de dos ríos: Volga y Kazanka. Esta confluencia se puede apreciar desde las murallas que rodean al Kremlin, murallas erigidas sobre las ruinas del antiguo castillo de los kanes.

Es la segunda vez que visito Kazán. La primera fue en 2022 regresando del Transiberiano hacia Moscú y por menos de un día, tiempo totalmente insuficiente pero que alcanzó para encender el deseo y la necesidad de volver.

Uno de los lugares que debemos ver en Kazán es su Kremlin, construido por orden de Iván el Terrible.

Si nos alojamos cerca del centro y salimos a dar un paseo, la aparición del Kremlin no tardará en evidenciarse. Es llamativo e impresionante. Se alza sobre una colina, luminoso entre blancas murallas detrás de las cuales emergen los minaretes de la mezquita Kul Sharif.

Dentro del Kremlin hay varias construcciones que ver como el Palacio de Gobierno de Kazán, siete museos, la Torre de Siuyumbique, la Catedral de la Anunciación y la mezquita.

Todas estas construcciones son preciosas y conforman vestigios con historias y anécdotas. En cada una de ellas encontraremos un código Qr que nos permite indagar un poco más acerca del pasado de cada muro y cada piedra.

Cabe destacar que la Torre de Siuyumbique o Söyembikä, de 59 metros, presenta una leve inclinación, no tan notoria como la de Pisa en Italia. Esta torre se relaciona con una historia de amor y tragedia entre Iván el Terrible y la hija del Kan derrotado por él con la que Iván pretendía casarse.

La Mezquita de Kul Sharif o Qol Šärif se levantó sobre las ruinas de la mezquita original que data de 1500. El edificio primigenio tenía minaretes con forma de cúpulas. Este diseño era tradicional en el Bulgaria del Volga. Kul Sharif fue la mezquita más grande de Europa hasta la construcción reciente de la mezquita de Chechenia.

La Catedral de la Anunciación es uno de los edificios más antiguos del Kremlin. Alberga documentos históricos relevantes, manuscritos de los siglos XVI a XVII entre los que se encuentra el Evangelio de Ephraim.

Otros barrios que ver en Kazán donde convive lo típico con lo monumental

Kazán es una ciudad que requiere más de un día. Hacia todas direcciones hay lugares que merecen un paseo.

Desde el centro o desde el mismo Kremlin, se puede caminar de manera amena y agradable por la peatonal Bauman. Rodearemos varias fuentes y pasaremos delante de llamativas esculturas de metal que ocupan buena parte de la calle. Estas esculturas son habitantes, casi como seres vivos de la ciudad con los que se puede interactuar.

Sobre la peatonal está la Catedral de la Epifanía a cuya alta torre se puede subir para tener una vista aérea panorámica de la ciudad. El campanario está construido de manera independiente al lado de la Catedral. Ambos son de estilo barroco y, a pesar de su majestuosidad, la decoración es armoniosa.

Si seguimos caminando, a unos 15 o 20 minutos del centro está el barrio tradicional Tugam Avylym. Muy cerca, antes de llegar a él, nos sorprenderá un castillo que parece construido de merengues de colores. Es el Teatro de los Muñecos de Kazán. Unos metros más y ya estaremos rodeando las encantadoras casas de madera con flores de Tugam Avylym. Desde allí podemos arrimarnos a la vera del Lago Kaban. Un buen lugar para hacer un picnic aunque no el único, ya que, en pleno centro hay otro lago, más pequeño, el lago negro, rodeado de árboles y con una pradera de pasto mullido y verde ideal para tira

Algo más que ver en Kazán por las riberas del Kazanka

Otra placentera caminata es seguir la ribera del río Kazanka. El Malecón está engalanado de cafés y comercios de regalos. Además hay pérgolas con hamacas, reposeras con vista al río y una zona para hacer ejercicio. El atardecer aquí es magnífico.

El malecón está dividido en dos zonas: una peatonal y un espacio para andar en bicicleta, patines y longboard que se pueden alquilar allí mismo. En invierno, este mismo Malecón se transforma en la pista de hielo más larga del mundo.

Dejándonos llevar por nuestros pasos admiraremos las vistas espléndidas del Kremlin, y cruzando un enorme parque veremos el Palacio de la Agricultura de Kazán. Es una hermosa construcción de estilo ecléctico en cuya puerta principal hay un árbol esculpido.

Otro edificio imponente que vamos a ver en Kazán es la Universidad. Está a un kilómetro del Kremlin y en el momento de su construcción, en 1825, se consideraba el mejor edificio de la ciudad. El famoso matemático ruso Nikolai Lobachevsky fue el principal diseñador del edificio. Aquí estudiaron cientos de los futuros científicos reconocidos en todo el mundo, y dentro de sus paredes nacieron las escuelas académicas que han recibido reconocimiento internacional.

Qué ver en Kazán más allá del centro

En las afueras de la ciudad se encuentra el original Templo de Todas las Religiones.

Es un edificio muy colorido que conjuga la arquitectura típica de diferentes tipos de templos. La estructura del edificio mezcla elementos cristianos, ortodoxos, musulmanes, budistas y judíos.

Su construcción la inició un artista local, llamado Ildar Khanov en la década del noventa. Su idea era crear un espacio de reunión de todos los feligreses, sin importar a qué credo pertenecieran. Un recinto de intercambio y comunicación cultural.

Actualmente en el Templo se desarrolla una escuela de arte para niños, un museo pictórico y también un centro de ayuda a la desintoxicación de adicciones debido a que, en vida, Khanov, ayudó a muchas personas a superar el alcoholismo y la drogadicción.

Cómo llegar y cómo movilizarse

En Kazán hay dos estaciones de trenes. Los trenes que llegan desde Moscú, suelen hacerlo a la estación del centro, Kazán 1. Esta se encuentra a una media hora o 40 minutos a pie del Kremlin.

La otra estación, Kazán 2, está más alejada, del otro lado del río y se puede tomar transporte público para ir hasta el centro.

Desde Moscú los trenes salen de la estación Kazanskaya. Los horarios y disponibilidad pueden verse en la página de ferrocarriles rusos РЖД. Pueden comprarse online con una tarjeta de crédito local o en las ventanillas de cualquier estación de ferrocarril de cualquier ciudad y no necesariamente de donde se va a subir al tren.

Si estás fuera de Rusia, es probable que no puedas abrir la página de РЖД (ferrocarril ruso). Pero no te preocupes, es muy fácil de solucionar. Te descargas la aplicación AiVPN. En la lista de servidores elegís «Rusia» y gracias a la maravillosa ubicuidad digital, aunque no lo creas, instantáneamente te teletransportarás a Rusia.

En Kazán hay una red de metro. También hay un aeropuerto muy cómodo desde el cual sale y llega constantemente el transporte público.

Existe una aplicación de telefonía móvil, 2GIS, que es espectacular para moverse en toda Rusia. Las indicaciones son exhaustivas y al detalle.

Moscú, una de las ciudades más lindas del mundo

Qué hay que visitar en Moscú

Los lugares que hay que visitar en Moscú no se agotarán en un solo paseo. Es imposible. Además, a los sitios imprescindibles de un primer viaje, nos dará gusto regresar y volver a darles una vuelta.

Es mi tercer viaje a través de Moscú. Todos mis viajes a Rusia empezaron y acabaron aquí. Moscú es una ciudad en la que podría quedarme mucho tiempo. Sigo encontrando rincones nuevos, parques, monasterios, construcciones, barrios, calles, lagos. Moscú reserva sorpresas en toda su amplitud y como es una ciudad enorme, digna de la gran Rusia, difícilmente pueda jactarme alguna vez de que ya lo he visto todo.

Al mismo tiempo, volver a ciertos lugares ya recorridos, vuelve a sorprender, a gustar. Se disfruta una vez y se repite y amplifica el disfrute al regresar. Es así. Moscú es bella e interesante al mismo tiempo.

Sitios de interés que hay que visitar en Moscú

La lista de imprescindibles la encabeza por supuesto el Kremlin, la Plaza Roja, la catedral de San Basilio, postal emblemática de Moscú y de Rusia, y las estaciones de metro.

La visita al interior del Kremlin y todas las construcciones, iglesias, museos, monasterios de su interior, requieren mínimo medio día. Si se puede disponer de más horas, mejor. Asimismo hay que recorrer y relajarse en sus jardines interiores y exteriores y si se desea, entrar al Mausoleo de Lenin. El Kremlin de Moscú y todo su entorno, no es la imagen que uno guarda de libros o fotos, estar allí, en vivo y en directo intentando explorarlo palmo a palmo, te dejará sin aliento.

Las estaciones de metro de Moscú fueron construidas bajo el concepto de «palacios del pueblo». En nuestro primer viaje recorrimos las más destacadas, sin embargo todas compiten en estilo arquitectónico, desde las antiguas a las modernas. En Moscú, como dato extra, se encuentra la estación de metro más profunda del mundo y que corresponde a la línea subterránea de mayor longitud. Se trata de un nuevo anillo subterráneo inaugurado recientemente, en 2023, cuya profundidad alcanza los 130 metros.

Más allá del centro de Moscú hay muchísimos parques y museos que vale la pena visitar. A todos lados se puede llegar en metro. Por ejemplo, no se puede dejar de ir al parque VDNKh y visitar el Museo de la Cosmonáutica y enfrente el Parque de los Pabellones. No se arrepentirán. Muy cerca de allí está la estatua del «Rabochi y kolkhoznitsa», la misma que abre las películas de Mosfilm y que ganó la exposición internacional de París en 1938. Impresionante.

Park Pobedy, Parque de la Victoria

Este es un parque y museo dedicado a la Gran Guerra Patria.

El 9 de mayo tras el tradicional desfile por la Plaza Roja y las calles del centro de Moscú, nos dirigimos al Parque de la Victoria donde concurren moscovitas, veteranos, descendientes de combatientes contra el fascismo y personas que quieren convivir en ese día para conmemorar la Victoria y dejar una flor alrededor de la llama eterna. Esta llama arde en cada ciudad o aldea por pequeña que sea de toda la enorme Federación Rusa. Las listas con nombres son tan interminables como dolorosas.

Pasamos buena parte del día allí. Había espectáculos gratuitos dentro del museo, músicos cantando entre las arboledas del parque, gente disfrutando alrededor de las fuentes.

Otros parques, monasterios y palacios sorprendentes

Agregando más lugares a lo antes mencionado y de lo que podrás entrar en detalles siguiendo los enlaces en verde, en Moscú tendrás que dejarte llevar por la peatonal Arbat caminar también por la Nueva Arbat. Debes acercarte y relajarte en Chisty Prudi y no puedes dejar de caminar y contemplar las vistas únicas desde Park Zaryadye.

Más allá de todo esto, hacia cada extremo de la ciudad, te encontrarás con grandes hectáreas de bosque, lagos, fuentes impresionantes y monasterios y palacios. Tal es así que puedes recorrer uno de los monasterios más antiguos de la ciudad, Novospassky, cerca de Taganskaya o uno de los monasterios más deslumbrantes como es el Novodevichi.

Novospassky fue fundado en el siglo XIV. Es una gran fortaleza que alberga en su interior edificios de carácter religioso. La mayoría de gran belleza arquitectónica. A su catedral principal se la llamó la Nueva Catedral del Salvador, para diferenciarla de la del Kremlin de Moscú que lleva el mismo nombre, de ahí, también, el nombre del Monasterio.

Novodevichi es uno de los conventos más ricos de Moscú, donde llegaban a parar las mujeres nobles de la familia de los zares y de los clanes mas privilegiados de los boyardos, una fortaleza de defensa eficiente. Es curioso que en los años veinte del siglo XX desde el campanario barroco del convento el lider del constructivismo Vladimir Tatlin estuvo haciendo pruebas de su máquina de volar Letatlin, inspirada en los dibujos de Da Vincci.  

Otros lugares que son bien apetecibles y merecen un par de horas son el Parque Tsaritsyno, un complejo de palacios y parques, construidos por la emperatriz Catalina la Grande como su residencia de campo.

Este es un territorio de 405 hectáreas, con un palacio del siglo XVIII. El palacio principal de Tsaritsyno es el único palacio pseudo-gótico en Rusia. Los interiores de las edificaciones albergan diversos museos y exposiciones.

Por último, entre lo que hay que visitar en Moscú, iremos a Izmailovo. Allí está el mercado de antigüedades y souvenirs más grande y nutrido. Se puede llegar en metro, a la estación Partisánskaya. Vale la pena reservar un último día en Moscú para hacer las compras allí. Mejor en fines de semana que es cuando hay más puestos. Se puede encontrar de todo y, al mismo tiempo, de toda calidad. Desde artesanías antiguas pintadas a pulso y con plumín o pertrechos de la guerra o sus combatientes, hasta chucherías de plástico.

Moverse por Moscú

La mejor manera de ver todo lo que hay que visitar en Moscú es en metro. Es lo más rápido, lo más económico, lo más cómodo.

Utilizar el metro en Moscú es bastante fácil, todo está indicado en cirílico y en nuestro alfabeto. Los metros funcionan con mucha fluidez y exactitud. No se hacen aglomeraciones. Se viaja cómodo.

Para utilizar el metro lo mejor es comprar una tarjeta Troika a la que se puede ir cargando dinero. Desde 2019 cuando viajé por primera vez a Rusia, utilizo la misma tarjeta Troika. Sirve para varias personas.

Al mismo tiempo se puede ir admirando las estaciones, cada una de ellas, una sala palaciega o una exposición de arte o inclusive un destello de psicodélico de últimas tecnologías.

Por lo demás, entre metro y metro, nada mejor que pasear a pie por Moscú.

Llegar y salir de la ciudad

Llegar y salir de la ciudad, también se puede con el metro.

Si hemos llegado a un aeropuerto, debemos tomar un autobús o tren hasta una estación de metro, y luego hacer las combinaciones necesarias.

Desde todos los aeropuertos de Moscú hay buses de línea, los más baratos, 55 rublos, buses directos hasta una estación de metro 250 rublos, y trenes express por 500 rublos hasta una de las estaciones de Moscú.

Un recorrido por varias repúblicas de la Federación Rusa

Se puede viajar a Rusia en 2023

Corre el año 2023 y mucha gente se pregunta si se puede viajar a Rusia por la Operación Especial y la guerra en Ucrania.

Ya el año anterior, 2022, desde agosto y hasta los primeros días de octubre, estuvimos en Rusia con Stellete Gonzalez. Viajamos sin problemas e hicimos toda la ruta del Transiberiano desde Moscú a Vladivostok, ida y vuelta. Un viaje único. Un sueño hecho realidad. Una experiencia que toda persona interesada en el mundo y su riqueza cultural y natural, o inclusive en la tecnología, los ferrocarriles, o las realizaciones humanas sin parangón, debería tener.

Rusia no es solamente un país, es un conjunto de repúblicas

Rusia es el país más grande del mundo pero no es solamente un solo país. La bien llamada Federación Rusa, es un conjunto de repúblicas. Este es un hecho que mucha gente en los países occidentales desconoce y cuando se habla de Rusia, en el imaginario popular suele aparecer una una postal del Kremlin de Moscú, una chica rubia, una estepa blanca por la nieve, o una iglesia ortodoxa con cúpulas doradas.

Qué me dirían entonces si les cuento que se puede viajar a Rusia y que allí está la mezquita más grande de Europa, que se construyó en la República de Chechenia que está dentro de la Federación Rusa. Pero que sin embargo la que será aún la mezquita más grande, se está construyendo en la República de Daguestán que también es Rusia. O qué tal si les digo que la mayoría de la población rusa no es rubia, sino que tiene los ojos achinados y la tez mate. O que en la República Buriatia o en la de Altai, también Rusia, la población es de rasgos y costumbres mongolas y los templos ya no son ni ortodoxos ni mezquitas, sino «datsanes» budistas. Y como si todo esto fuera poco, hay más bosque que estepa y Siberia está llena de flores más de la mitad de los meses del año.

Rusia está allí, es inevitable y no puede invisibilizarse. Su música se repite en los conciertos, en los ballets más tradicionales en los escenarios internacionales. Los nombres de sus campeones en todo, afloran en los primeros puestos de todos los podios. Es imposible prohibir, censurar, clausurar, demonizar a una potencia tan enorme tanto en lo contemporáneo como en lo histórico. Tanto en los hechos de ser los primeros en volar al espacio, bucear en el Polo, saltar un cuádruple, ganar todas las partidas de ajedrez, patinar, bucear en el Polo, esquiar, etc, como albergar en su geografía o en sus realizaciones «lo más» del mundo.

Cuando quieras hacer una lista de «lo más» del mundo, no podrás ignorar a Rusia. Comenzando porque es el país más grande del planeta, en la lista «más larga del mundo», pueden citarse: el ferrocarril más largo, el metro más profundo, el lago más transparente y el más profundo también, el pico más alto de Europa, el cañón más hondo, la duna más alta y el río más largo de Europa, el túnel ferroviario más largo, la pinacoteca más grande del mundo. A cada paso, en cada ciudad de la Federación Rusa, te encontrarás con algún ejemplar de algo que es «lo más».

Cómo se puede viajar a Rusia paso a paso

-Visado

La mayoría de los nacionales de América Latina y de los países de Oriente y África, no necesitan visado para visitar Rusia. Sólo un puñado de países entre los que se encuentran los europeos, deben solicitar el visado en la Embajada o Consulado ruso más cercano.

Si bien Europa ha obedecido a la orden de Estados Unidos de no dar entrada a los rusos, quedarse con sus activos financieros, su dinero, pertenencias personales y empresas, Rusia no ha sido recíproca en este caso. Todos pueden viajar a Rusia. Rusia está abierta y, su gente, que de no ser un valor relativo, podríamos agregar a la lista como los más respetuosos y paradójicamente cálidos del mundo, estarán encantados de dar la bienvenida. El encuentro amable con los rusos nos ha pasado espontáneamente, con naturalidad, desde el primer momento. Cómo para no enamorarse de ellos!

-Pasajes: avión o bus

Cómo sacar un billete de avión:

Si seguiste el viaje anterior de 2022 ya sabrás que las agencias de viajes o buscadores de parte del mundo occidental, no buscan ni ofrecen vuelos a Rusia. No importa. El mundo no se termina en ese puñado de agencias o buscadores. Hay otros sitios donde buscar tal como mostré en el inicio del viaje Transiberiano y encontrar las mejores propuestas para volar a cualquier aeropuerto de la Federación Rusa: Gosbilet, Aviabilet, Kupibilet, Aviakassa, City Travel, One Two Trip y varias más.

Aerolíneas:

También se puede buscar directamente en las aerolíneas como Aeroflot, Turkish Airlines, Armenian Airlines, Air Serbia y otras.

Turkish Airlines, por ejemplo, tiene vuelos directos a Estambul desde la mayoría de los países del mundo, incluso desde un país tan lejano como Argentina. Además es una de las mejores aerolíneas del mundo. El personal y la tripulación son muy profesionales y atentos a todo. Sirven comidas y todo lo que necesites durante el vuelo. Además, si no se desea permanecer un día o dos en Estambul, se enganchar un vuelo a Moscú con algunas horas de escala y, de tener que permanecer en el aeropuerto de Estambul, la espera será muy confortable.

El nuevo aeropuerto de Estambul tiene sillones de diferentes estilos para descasar. Están distribuidos en varias zonas delimitadas, con plantas, panel con cargadores. Además hay duchas, exposiciones, dispensers de agua fría y caliente. Salas de estar con mesas, cargadores, electricidad, wi-fi. Toda esta amplia oferta gratuita de confort como para quedarse a vivir, está en la zona de embarque a la que se puede acceder sin límite de horario previo con una tarjeta de embarque online en el teléfono.

Luego, para volar de volar desde Estambul a Moscú, en mi caso, elijo y es un gran placer: Aeroflot. Sin lugar a dudas, la mejor del mundo. Para ampliar información y corroborar el status de «la mejor», sugiero probar.

Tanto Turkish como Aeroflot, ostentan los primeros lugares en cuanto a puntualidad, confort, servicio. Como si no bastara la calidad de los servicios de estas dos aerolíneas, viajando en ellas, nos ahorraremos las colas, esperas y controles humillantes de los aeropuertos de Europa.

Autobuses en los que puede viajar a Rusia desde los países bálticos:

Otra alternativa para viajar a Rusia es que se puede llegar a San Petersburgo por tierra desde la mayoría de los países bálticos. Sólo deberás volar primero por ejemplo a Riga o Tallin, o sino desde Helsinki en Finlandia. Aquí está la empresa en la que se puede viajar a Rusia en autobús desde algunos países de Europa.

-Alojamiento

Para hacer reservas previas de alojamiento en Rusia antes de viajar, se puede reservar a través de las páginas Ostrovok muy recomendable ya que, las tarjetas Visa o Mastercard no funcionan en Rusia, pero Ostrovok permite reservar sin tarjeta. También se pueden buscar hoteles directamente sobre el mapa de la ciudad de destino, por ejemplo Moscú y, desde la web del hotel enviar un mail de contacto.

Otras páginas donde se puede conseguir alojamiento, pero que en general piden una tarjeta de crédito son: Sutochno y Yandex travel.

-Consejo final para viajar a Rusia

Aprende el alfabeto cirílico. No es muy complicado, se puede aprender para viajar a Rusia y será de mucha utilidad para entender los carteles. Si bien muchas cosas, tales como las estaciones de metro, tienen el nombre escrito también en nuestro alfabeto. En mi experiencia, saber leer cirílico es de muchísima ayuda. ¡Inténtalo!

¡Nos vemos en Moscú!