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Trekking en Crimea: Kok Tash

Pasados algunos meses desde mi llegada a Simferopol, tras entrenarme en el conocimiento de la capital, sus barrios y calles, distancias y movilidad, y también viajar a otras ciudades, decidí empezar la exploración profunda haciendo trekking en Crimea. Busqué grupos en la aplicación VK que es una especia de Facebook ruso, y confié. En Rusia, por la actitud de la gente y la seguridad en que vivimos, uno se vuelve más propenso a confiar que a desconfiar. Y tuve suerte, une vez más.

Elegí un grupo que se llama, en ruso «Vagabundo Libre». Hay muchísimos. Los caminantes que participan de las salidas, conocen a varios de estos grupos y van a veces con uno o con otro. Algunos son grupos más turísticos, donde se paga el tour, otros son grupos de amigos y colaboramos con la gasolina. Otros se mueven en transporte público y cada quien paga sus boletos. De entrada me entendí muy bien con esta pandilla de aventureros y durante varios meses hice salidas consecutivas con ellos, todos los fines de semana, sin repetir ningún recorrido y habiendo todavía muchísimo más por recorrer.

Esto es algo sorprendente de hacer trekking en Crimea, cómo, en un territorio no muy amplio, hay tanta diversidad. Es increíble y novedoso cada vez porque cada montaña, bosque, río, camino, costa, es diferente de la que visitamos antes. Todas me encantan. La naturaleza encanta. Además enmarcada en los contrastes climáticos de aquí y en la camaradería rusa, ya todos comparten el mate y las salidas han sido desde con nieve, niebla, lluvia, viento hasta con sol y calor sofocante con baños de mar o en ríos de montaña. Imposible aburrirse. Incluso, entrado ya el verano estoy descubriendo grupos que salen en kayak y en SUP.

Kok Tash, la piedra celestial

Mi primera elección de trekking en Crimea recayó en la Piedra Celestial, Kok Tash. Dicen que se llama así porque en alguna lengua túrquica que no es el turco, Kok significa «azul» o «celestial». Sé que no es en turcoturco porque allí es «mavi», y no me cabe ninguna duda al respecto ya que, una temporada de verano, trabajé en el Mavi Guesthouse.

La particularidad de Kok Tash, lo que la identifica y distingue de otras montañas es que, desde un bosque denso porque el que iniciamos la subida, dibujada contra el fondo del cielo azul, se erige, como si fuera un iceberg, una roca a dos aguas cuya corteza pétrea, clara, refleja las tonalidades del firmamento y parece piedra azul.

¿Pero cuál es el origen de esta formación caliza y por qué es distinta a todo lo que la rodea? En lugar, antiguamente, era un fondo marino. Aquí se revolvían las aguas del Océano de Tetis y Kok Tash resulta ser un arrecife de coral que hace miles de años danzaba bajo ese mar y ahora está petrificado.

¿Cómo llegar a Kok Tash?

Salimos de Simferopol por la carretera que va hacia Feodosia (Teodosia). Tras unos km, viramos hacia una pequeña aldea que se llama Sinekamenki (este nombre sí viene del ruso, piedra «kamen», azul «sinnie»).

Si vamos en transporte público, podemos bajarnos en el cruce y caminar 3 km desde la carretera hasta el pueblo. Esta zona corresponde al distrito de Belgorosk famoso por su barranco de arenisca blanca. Desde el pueblo de Sinekamenki, iremos cuesta arriba. Al principio será un paisaje rural con pequeños parches de campos, en algunos lugares arados, en algunos lugares cubiertos de hierba verde brillante. Junto a ellos hay densas plantaciones de pinos y estanques. Paramos un momento en un pequeño lago, embalse, de aguas serenas.

Si vamos solos, cosa que se puede, sin alguien que conozca el camino, podemos ir buscando las marcas en los árboles. Hay círculos rojos y flechas lilas. El bosque es denso y es fácil perderse. A veces las marcas se internan en árboles del bosque. Hay que mirar entre los arboles ya que la roca de Kok Tash no es visible durante el trayecto.

Poco después de comenzado el sendero en perpetuo ascenso por el bosque de hayas, hay un merendero pequeño de descanso. No muy lejos hay un haya trasmocha enorme y muy significativa. Es una buena señal. Vamos por buen camino y, a partir de allí, comienza lo más interesante. Se pasa tambié por una antigua granja avícola soviética. Es de madera y está en ruinas. Se puede hacer una parada allí también y explorar un poco los alrededores boscosos.

Una vez que cruzamos todo el bosque hacia arriba, se despejará la vista a la planicie y emerge ante nosotros la enorme piedra azul, Kok Tash. Estamos a 805 metros de altitud y la roca que da su nombre al macizo tiene una 82 metros. La meseta por la que podemos desplazarnos y apreciar las vistas alucinantes hacia todos los costados, es una superficie de 2 hectáreas. Desde aquí se nos ofrece un espectacular circo de otras cadenas montañosas y cordilleras del este de la península.

De paso, ruina de la iglesia armenia

Uno de los templos más antiguos de Crimea se encuentra lejos de las rutas turísticas trilladas. El monasterio de surb eghia (iglesia de San Elías) se encuentra en el pueblo Rico (antiguo pueblo armenio de bakhchi Eli) en el distrito de Belogorsk de Crimea, a un kilómetro y medio al sureste del puente sobre el río kuchuk-Karasu, al sur de la entrada al pueblo desde la carretera Simferopol-Teodosia, en un suburbio cerca de los castaños. El complejo del monasterio incluía objetos como la iglesia del Salvador de la transfiguración (surb amenaprkic), muchas celdas de monjes, estructuras económicas, un manantial con agua curativa en forma de fuente El mayor beneficio del agua del manantial del monasterio fue observado por científicos del Imperio ruso, que vinieron aquí y tomaron muestras, luego las enviaron para su análisis en el laboratorio de Kharkov y San Petersburgo.

Viajar a Crimea, Simferopol capital

La República de Crimea se encuentra en un lugar estratégico del globo terráqueo. Cuando mirás el mapa y ubicás esta península en esa latitud perfecta y rodeada de mares, te das cuenta que, viajar a Crimea no puede fallar como destino.

Elegí este lugar para vivir por otras razones. Primero por razones políticas y de convicción histórica y legítima en cuanto a la Federación Rusa actual y su pasado no sólo como URSS sino mucho más antiguo. Sin embargo, cuando me tocó definitivamente en suerte venir a vivir aquí, me di cuenta, antes de conocer el lugar, que probablemente no había mejor elección. Y si la hay, son pocas.

Crimea abarca un territorio relativamente pequeño, 27000 km cuadrados y, en este territorio, se encuentra la variedad de flores silvestres más abundante de Europa. Los tulipanes y lirios crecen en las laderas de las montañas año a año y los árboles de Sirin florecen en primavera y aromatizan el aire de toda la República.

¿Cómo viajar a Crimea?

En 2024-2025, el aeropuerto de Simferopol se encuentra cerrado momentáneamente y dedicado, junto a otros aeropuertos del sur de Rusia al transporte exclusivo de elementos indispensables para llevar a cabo la Operación Militar Especial en Donbas. Eso no es impedimento para viajar a Crimea. Se puede venir en tren, autobús o transfers (combis) ya sea desde el aeropuerto de Adler-Sochi o desde otras ciudades del continente.

Elegí el tren desde Sochi. Si han visitado otros posts de este blog, ya sabrán que viajar en un tren ruso es como viajar en una verdadera casa en movimiento. Allí no falta nada de lo necesario para vivir un par de días a bordo confortablemente. Las comodidades, pulcritud, abastecimiento de agua fría o caliente para el mate, amabilidad de las azafatas, puntualidad, no se pierde aunque los viajes sean largos, de muchas horas o hasta de varios días. Por más que viajes una semana entera en un tren ruso, siempre estarás en el horario previsto, en un ambiente cálido permanentemente y que huele bien.

El tren a Simferopol para viajar a Crimea desde Sochi, empieza en la población aledaña de Adler, cerca del aeropuerto de Sochi que sí está activo en 2024-2025. La estación de Adler es muy cómoda si se debe esperar allí. Hay muchísimas salas espera con asientos cómodos ya sea para sentarse o echarse una siesta. El lugar está impecable permanentemente, hay restaurantes y cafés a precios urbanos y enormes ventanales con vistas al mar. Hay enchufes por todos lados para cargar dispositivos y wi.fi.

Simferopol, ciudad de contrastes

Es la capital pero viviendo aquí te sentís como en un pueblo tranquilo. Simferopol es una ciudad atípica. Carente de glamour y poco elegante, quizás sea la primera impresión. Sin embargo es una ciudad hecha a la medida de nuestro bienestar o, por lo menos, del mío. Una ciudad verde, llena de árboles, con un río sinuoso que refleja los sauces que crecen libremente sobre las orillas desparejas. Simferopol no contempla rectitud ni simetría, está llena de contrastes por donde se mire, y eso, para mí, la convierte en interesante y hermosa.

Al viajar a Crimea, Simferopol es una parada indispensable. Aburrirse es imposible. Llevo casi un año aquí y sigo descubriendo día a día, rincones curiosos que antes no había visto. Abundan los parques, las plazas con mucho verde siempre, con bancas y fuentes. Hay esculturas en lugares insospechados. Un toque de arte cuando menos lo esperás.

Lo que más me atrajo desde que llegué son los árboles. Tantos árboles por todas partes en una ciudad metropolitana. Eso me encanta.

En cuanto a arquitectura la hay y también en estilos variados. Estilo soviético y anterior. Iglesias ortodoxas con sus gordas cúpulas doradas y, por aquí o por allá, minaretes de mezquitas, ya que Crimea, contrasta también en su mezcla de población eslava y tártara y las personas en general, hablan más de un idioma, ya sea ucraniano, tatarski, y, por supuesto, ruso. Todos son rusos por excelencia más allá de eso, y orgullosos patriotas. Y lo hacen notar.

Es una sociedad politizada y eso a mí, también me gusta. Es una sociedad con la que me siento identificada y tranquila. Aquí enarbolo mis símbolos y banderas sin temor a ser mal vista, agredida o amenazada. Con la convicción de que estoy del lado correcto.

En este lugar, además, he recibido en casa, un piano. Gratuitamente. Y eso, es normal.

Como si fuera poco, el clima en Crimea es perfecto. También variado y contrastante. Predomina el sol, lo que, viniendo de Euskadi, es una bendición cotidiana. En invierno nevó bastante. Nevadas que se dejan disfrutar, sobre todo cuando al llegar a casa tiene una calefacción que funciona, ininterrumpidamente a 25 grados. Todas la calefacciones, de todas las ciudades rusas, se encienden y se apagan en cada República, según la fecha estimada de inicio o final estacional. No existen edificios, viviendas, sin calefacción. Tampoco transporte público sin calefacción. Y nunca ocurre que algo de esto no funcione como está previsto.

En fin, que disfruto también el clima y mucho. Sol. Lluvia… quizás ha llovido cada quince días en promedio? Pero un día… y no un mes seguido. Nieve… hermoso. Y otra vez, sol. También podría contar con los dedos de la mano los días nublados, y me sobran dedos.

El paisaje de la península, que ya he empezado a recorrer palmo a palmo, es sorprendente. Llevo varias excursiones de trek por las varias cordilleras que brotan de este territorio y todas han sido novedosas y diferentes. He seguido el curso de ríos de montaña, cañones de piedra rosada, cascadas, ascendido a cumbres y caminado por sus cresteríos. Ningún paisaje se parece a otro. Nada se ha repetido más que las caras amigables de mis compinches exploradores del grupo Вольный Странник que significa «Vagabundo Libre». Acerca de estas salidas, escribiré otros pots ya que, cada exploración, merece una nota aparte.

Mate y tango, por si algo faltaba…

La amabilidad rusa es innata. Nunca un ruso te dejará tirado. Son más generosos que lo que cualquiera podría imaginar. Y si algo les faltaba, pues no les falta, también toma mate y bailan tango.

Я хочу быть гражданкой России. Я люблю эту страну, это моя родина. Помоги мне с твоими контактами получить гражданство. Благодарю.