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Los mejores lugares de Georgia, un país repleto de historia y naturaleza salvaje

¿Qué visitar en Georgia? Tbilisi, su capital

Tbilisi o Tiflis es la capital y uno de los mejores lugares de Georgia. Además, haciendo base aquí o en la ciudad de Kutaisi, se pueden recorrer los lugares más bonitos y las ciudades más destacadas en las «marshrutkas», combis o vans que viajan todo el tiempo de un lado a otro.

Llegar a Tbilisi es posible en vuelo, a través de su aeropuerto internacional o desde Armenia, por vía terrestre. Estando en Erevan, en nuestro curso de ruso de la Universidad de Moscú, aprovechamos unos días para escaparnos al país vecino.

Viajamos en «marshrutka», combis que hacen este trayecto de unas seis horas, varias veces por día. Los pasajes se pueden comprar con anticipación y los precios son muy variados, desde 10 hasta 60 euros. Los lugares de salida y llegada de los minibuses, también son variados. Hay que ver de dónde parten las combis y adónde te dejarán. Además de la «marshrutka», hay un tren Erevan-Tbilisi y viceversa.

Nos alojamos en un departamento antiquísimo que alquilamos a través de airbnb. Estaba a pocos pasos de la emblemática Plaza de la Libertad y desde allí pudimos caminar toda Tibilisi. Una ciudad con aires del romanticismo de la Belle Époque, muchísimos edificios Art Nouvea y preciosos balcones, frentes y callejuelas desordenadas por las que uno se pierde en un viaje a través del tiempo.

Nuestro departamento era enorme. El baño era de la época soviética y también muchos elementos de la cocina y un piano de la CCCP. El edificio, anterior aún, había sido residencia de personajes destacados del arte y la cultura cuyas placas conmemorativas están en el ancho y pesado portal de madera. Dormir en un lugar así, es el primer paso para sumergirse en un viaje hacia los mejores lugares de Georgia.

Recorrido a pie por Tbilisi, la capital y uno de los mejores lugares de Georgia

Desde la Plaza de la Libertad, se bifurcan dos caminos esenciales. Si nos desviamos hacia la derecha, entraremos al Casco Antiguo con sus calles empedradas y su collage de altibajos y verandas. Si siguiéramos derecho, entraríamos en la Avenida Rustaveli que comienza allí, donde una altísima columna, eleva a San Jorge y el dragón.

Para comenzar, elegimos irnos hacia Kote Abkhazi, punto de inflexión entre lo nuevo y lo viejo. Nos dejamos llevar por las calles sinuosas, pasamos por la Torre del Reloj cuyo espectáculo al dar las horas justo comenzaba así que nos detuvimos admirarlo.

La Torre del Reloj es un icónico monumento de formas torcidas junto a un antiguo teatro de marionetas.  

Caminamos siguiendo las riberas del Río Kurá apreciando cómo la arquitectura clásica se conjuga con la moderna y, sin pretenderlo, empezamos a subir hacia la Antigua Fortaleza Narikala, del siglo IV. Dentro de ella, se erige la iglesia de San Nicolás, otra de las joyas del estilo ortodoxo.

La fortaleza Narikala, está situada en lo más alto de una de las colinas que vigilan la ciudad. Colinas y colinas que muestran y esconden los encantos de Tbilisi. Las vistas son fabulosas, abarcan toda la capital. Se distingue el diseño arquitectónico del azar y las oportunistas rutas de los comerciantes de la Seda, la plaza de Meidan y el barrio turco de Abanotubani. Pero también se ve la parte más antigua, el río, la estatua ecuestre del Rey Vakhtang, a su lado la iglesia de Metekhi y el barrio de Avlabari.

A la izquierda de Narikala se encuentra la estatua de la Madre de Georgia. Un monumento de dimensiones masivas. Luego de saciarnos con las vistas desde la altura, emprendimos el descenso por senderos empinados y pasajes angostos que se ciñen con balconadas dignas de besos furtivos entre vecinos.

Fuimos a la Plaza de Meidan, punto neurálgico de la ciudad. Un rincón que nunca duerme poblado de bares y restaurantes. Debajo de la Plaza está el antiguo Bazar Meidan, de la época de la Ruta de la Seda, con una estructura abovedada con ladrillos. Actualmente, dentro, se venden artículos gastronómicos, y algunos recuerdos de artesanía típica.

La Plaza del Meidan es un punto significativo. Aquí se efectuaba la intersección de los caminos de la Ruta de la Seda. Un sitio de descanso de la caravanas e intercambio de mercancías. Muchos turcos otomanos se establecieron aquí y por eso alrededor de Meidan, se explaya el barrio de Abanotubani .

En este barrio, veremos una bonita mezquita de azulejos azules y muchos baños termales. Los georgianos visitan diariamente estos baños de purificación, curación y relajación.

Otro de los mejores lugares de Georgia se encuentra tan sólo caminar por la Avenida Rustaveli. Si bien padece de mucho tráfico y consecuente ruido, si logramos abstraernos un poco, lograremos deleitarnos con edificios de extravagante belleza y riqueza de estilos.

A lo largo de tan sólo un kilometro y medio nos toparemos con los imponentes edificios palaciegos del Museo Nacional de Georgia, el Museo de Bellas Artes, el Parque 9 de Abril, la Ópera y el Museo de Arte Moderno.

Si decidimos continuar nuestro paseo y cruzar el río, podemos visitar la moderna Catedral de la Santísima Trinidad, de construcción moderna pero soberbia. Desde el otro lado del río, regresamos hacia la zona del Parque Europa, acercándonos a nuestro ampuloso departamento. Cruzar el Puente de la Paz, de noche, fue el broche de oro. Un show de luminarias, que resalta el espíritu joven de la ciudad capital y todo su esplendor.

Naturaleza salvaje y extravagante, cañones y cuevas

Para aprovechar intensamente nuestro breve paso por Georgia, decidimos contratar una expedición de todo el día hacia el cañón de Martvili y las cuevas de Prometeo. Ambas atracciones nos dejaron sin aliento y con muchas ganas de volver a explorar la naturaleza de la región.

Nuestro paseo inició en Tbilisi antes del amanecer. Para llegar a las cuevas y el cañón, hay que pasar por Kutaisi, a 122 km de la capital y seguir aún, 50 km más. Un día intenso y lleno de emociones fuertes. Hay que armarse de coraje y paciencia para el largo viaje y entregarse a disfrutar. Vale muchísmo la pena, toda esta zona que fuera territorio del reino independiente de los Imereti y que se extendía sobre el Cáucaso hasta el Mar Negro. De hecho, la costa se encuentra a 80 km de aquí, con la ciudad de Poti, y la popular Batumi, a 150 km.

Cueva de Prometeo, uno de los mejores lugares de Georgia

La cueva de Prometeo está en el pueblo de Kumistave. Adoptó este nombre ya que, este personaje, fue encadenado en los cercanos acantilados de Khvamli, donde es torturado perpetuamente por un cuervo.

Se trata de un sistema subterráneo increíble y aún desconocido en su totalidad. Fue descubierto en los años 80 aunque su formación comenzó hace entre 60 y 70 millones de años en el macizo kárstico de Sataphlia-Tskaltubo.

Hay 22 corredores descubiertos y que se abrieron al público durante la Unión Soviética. Tras su disolución y el colapso económico de Georgia se cerraron. Durante varios años un ciudadano local estuvo protegiendo una cueva de los vándalos. Ahora en la entrada de la cueva hay instalado un monumento a él y a su perro.

A partir de 2010, se abrieron a los visitantes 6 de estos corredores: Argonautas, Kolkheti, Medea, Amor, Hall e Iberia. A través de ellos, durante una hora, gozamos de un espeluznante espectáculo de estalagtitas y estalagmitas, nunca visto antes. Su colorida iluminación combinada con una suave música clásica nos transporta a un universo misterioso. La inusitada aventura culmina con el broche de oro de la navegación subterránea por el río Kumi, a lo largo de angostos y temerarios túneles entre piedras imponentes labradas por el agua y el tiempo.

El cañón Martvili, sumergido en la jungla y enmarcado de cascadas

Dentro de la geografía georgiana abundan los cañones. Entre ellos podemos mencionar a Okatse, Dashbashi, Yupsharskiy, la garganta Chernigovka y varios más. Sin embargo, uno de los más llamativos por su exuberante vegetación selvática y la cantidad de cascadas que sucumben en sus profundidades es el cañón Martvili.

Este cañón se formó por el fluir profundo y constante del río Abasha. Está ubicado a 5 km del pueblo de Martvili y a 2 km de Gachedili que, a su vez, da nombre a cañón. Los orígenes del Martvili se remontan a los periodos mesozoico y paleozoico y al colapso de cuevas kársticas. Era la época de los reptiles gigantes, mamíferos y aves. Vestigios de ello, huellas de dinosaurios, huesos, restos de invertebrados, fueron encontrados en en esta zona. También se rescataron huesos fosilizados de animales prehistóricos, que vivieron hace 65 a 75 millones de años, lo que determinó el establecimiento de una zona protegida.

El cañón siempre constituyó uno de los mejores lugares de Georgia, tal es así que, aquí, solían bañarse los Dadiani. Los Dadiani fueron nobles ancestrales cuyos nombres aparecen históricamente desde el año 1046 y cuya familia fue una de las más poderosas de Georgia y de la Rusia imperial.  Hay un sendero, que lleva el nombre de esta legendaria familia. Está construido con escalones de piedra caliza y, según la historia, por aquí transitaban personajes definitivos del devenir georgiano, como Jorge el Hagiorita y David IV de Georgia. Cerca de aquí, podremos visitar el Monasterio Martvili del siglo VII. Es un antiguo monasterio pagano, de la era precristiana, dedicado a la fertilidad de la diosa Adgilis Deda.

Navegamos plácidamente por las aguas mansas e intensamente verdes del cañón. Los muros de roca caliza se elevan por más de cuarenta metros de los que, al mismo tiempo tiempo, se precipitan estruendosas cascadas. Tras el agradable paseo, caminamos por senderos, puentes y plataformas que flotan sobre el vacío regalando vistas panorámicas hacia dimensiones imposibles. Esas vistas más el sonido del agua combinando las tesituras de los diferentes caudales, el murmullo del arroyo, el manso susurro del río, y el estruendo de la cataratas, hechizan el momento. Sólo despertamos para volver a soñar con volver.

Otra ciudades para visitar entre los mejores lugares de Georgia

Kutaisi, antigua capital y actual centro legislativo

Kutaisi es la segunda ciudad más grande de Georgia, dispone de aeropuerto internacional y, en la actualidad, constituye la capital parlamentaria legislativa del país. Esta en medio de la preciosa región de Imereti y resulta el punto de partida ideal para organizar excursiones a las regiones naturales más paradisíacas.

En Kutaisi estaremos a 50 km del Cañón Martvili y a 30 minutos en coche de las Cuevas de Prometeo. Además, es una localidad muy práctica para, desde aquí, recorrer el parque de Cuevas Satapila, con enormes e intrigantes pisadas de dinosaurios, el Cañón Okatse con su increíble puente suspendido en un precipicio y sus vertiginosas vistas y, en sus cercanías, la Cascada Kiinchkha.

Kutaisi fue la capital del legendario Reino de Cólquida (Colchis). El mito del Vellocino de Oro encuentra una de sus interpretaciones aquí, debido a que las aguas de río Rioni, eran exploradas en busca de oro utilizando bastidores con tamiz de piel de oveja.

Caminando por la ciudad de Kutaisi, recorremos su encantador Casco Antiguo y llegaremos al Parque Central y a la Plaza David Agmashenabeli frecuentada por los parroquianos que se reúnen allí para conversar y discutir con ironía y humor. Si cruzamos el Puente Blanco que une los dos sectores de la ciudad escindidos por el río Rioni, podremos además hacer un paseo por el aire remontando la altura y el tiempo en un antiguo teleférico soviético. La sensación y las vistas son únicas e indescriptibles.

Merece la pena visitar la Catedral Bagrati, de estilo medieval de los siglos X y XI. Su presencia monumental se evidencia desde cualquier sector de la ciudad. También, debemos pasear por el Gran Bazar.

Alejándonos unos 6 km del centro, escondido en un profuso follaje, descubriremos el Monasterio Motsameta. Otro monasterio que también vale la pena, es Gelati, Patrimonio de la Unesco y donde descansa la tumba del Rey David Agmashenabeli.

Gori, la ciudad natal de Stalin, donde lo aman incondicionalmente

La ciudad de Gori no es muy grande, pero allí nació Stalin y eso le otorgó relevancia y reconocimiento. La avenida principal se llama Stalin, el parque principal, también. Hay un pedestal altísimo con una estatua que fue removida una vez pero debió ser reubicada ante la insistencia de sus ciudadanos.

La casa donde en 1878 nació Iósif Vissariónovich Dzhugashvil, Stalin, es una vivienda muy humilde que desde 1957 funciona como Casa Museo. Allí fue criado como hijo único ya que, sus tres hermanos, murieron víctimas de la miseria y el hambre. No tenían nada. Los padres eran sirvientes y la injusticia y crueldad de la que eran víctimas, encendió en el joven el fervor rebelde.

Una escalinata que enarbola su silueta nos da la bienvenida al recinto que lo conmemora. Las estancias están dedicadas a su infancia en la aldea, su compromiso político y sus últimos días. Se pueden observar bustos, centenares de fotos o retratos, cartas con otros mandatarios internacionales, prendas de ropa e incluso paquetes de tabaco que quedaron sin fumar. Se exalta su humildad y su compromiso de hijo pródigo, su capacidad para dirigir la nación más grande del mundo y el mayor intento hacia la utopía del que fuera capaz nuestra egoísta humanidad.

El lugar tiene un exterior austero en el estilo clásico socialista y un interior lleno de pinturas, fotografías y pertenencias personales. A pesar de las historias de persecución, purgas y gulags, ampliamente difundidas y fomentadas por el capitalismo occidental, en Gori, no encontraremos más que amor, reconocimiento y respeto por el líder.

Iósif Stalin cantaba bien. Escribía poemas. Durante su gobierno se inauguraron nueve mil empresas estatales, se electrificó la nación más grande del mundo, se construyó el ferrocarril más largo del planeta y también el más difícil por las condiciones del terreno y se ganó la guerra al fascismo nazi que aterrorizaba a la humanidad entera.

En el exterior de la Casa Museo, está el vagón de tren que transportó a Stalin a Potsdam, Alemania, con sus cortinas intactas.

«Era un hombre sencillo que creció y se convirtió en el líder de un gran país”, dice Mera B’chatadze, un trabajador de la construcción jubilado, de 70 años, que estaba sentado en un banco al lado del Museo. “Era un genio”, agregó su amigo Givi Lursmanashivi.

Armenia, el más pequeño y milagroso del Cáucaso

¿Qué visitar en Armenia?

Conocido como el país de los milagros y donde encalló el Arca de Noé, sobre un territorio agreste y una naturaleza imponente y tentadora, de la que emergen monasterios antiquísimos que tenemos que visitar en Armenia.

La oportunidad de visitar este país, llegó de la mano de un curso de ruso. Hasta entonces, no había tenido intenciones, más que muy esporádicamente, de viajar allí. Dada la oportunidad de una beca con profesores de la prestigiosa MGU, Universidad de Moscú, decidí ir sin dudarlo ni un segundo. Como había dos plazas vacantes, invité a Martín, mi «poputchik» y allá fuimos.

El curso de ruso incluía clases teóricas por la mañana, que además incorporaban danzas y coro y, tras un receso para almorzar, excursiones por todo el país y todo lo que hay que visitar en Armenia.

Antes de continuar, quiero aclarar que los armenios tienen su propio idioma y un alfabeto incomprensible. A mismo tiempo, todos hablan ruso. Es un país cosmopolita, sobre todo su capital, Erevan o Yerevan, donde además de rusos, viven muchas personas originarias de otras repúblicas tales como Tayikistán, Kazajistán, Uzbekistán y demás -tán. La mayoría de ellos, no habla armenio y se maneja sólo en ruso por lo que, el idioma local, se resigna a la población autóctona y, sobre todo, a la conversación familiar.

Recorrimos Erevan, de punta a punta, todos sus museos y edificios históricos y construcciones modernas y llamativas. También fuimos a monasterios que existen desde el año 303 y nos relajamos en enclaves naturales entre montañas, manantiales de agua bendita y el lago Sevan, que no puede faltar en la lista de lugares que visitar en Armenia.

Erevan, una ciudad con museos imprescindibles

Casa Museo Sergey Paradzhanov

Sergey Paradzhanov o Parajanov fue un cineasta georgiano-armenio-soviético con una visión muy particular e íntima de la realidad. De acuerdo a uno de sus críticos, Parajanov «hacía películas no sobre cómo son las cosas, sino cómo serían si él hubiese sido Dios».

Además de cineasta, fue un artista visual completo y nos ha dejado una profusa herencia de obras de arte, collages, montajes y grabados que podemos ver en su Casa Museo, uno de los sitios infaltables que visitar en Armenia.

Para sus montajes, Parajanov se valía de pequeños objetos como muñecas, botellas de leche, balanzas, quincalla, papel de estaño, plumas, lápices, hilos, etcétera. Y, para sus collages, recortes de periódicos y revistas. Los significados de estas obras son casi inescrutables. Pero tal como el mismo artista manifestó una vez: «Prefiero dejar a la gente que contemple mis trabajos y le ayuden a fantasear, imaginar, o descubrir algo personal que pudiera serles familiar, sin importar lo que yo hubiera querido expresar».

Casa Museo Martiros Saryan

Saryan nació en la ciudad de Nor Najicheván y se estableció definitivamente en la capital de Armenia tras el triunfo de la Revolución. Se destacó por el uso de colores estridentes y, al igual que muchos otros intelectuales y artistas armenios contribuyó al proceso de renacimiento nacional y social del pueblo armenio.

Fue un asiduo viajero desde su adolescencia. A los 17 años se fue a estudiar a la Escuela de Artes de Moscú y recibió la influencia Gaugin y Matisse. Después decidió que era menester conocer todo aquello que visitar en Armenia y pintó una enorme cantidad de paisajes. Luego estuvo tres años entre Turquía, Egipto e Irán.

En la Casa Museo ubicada cerca de la Ópera y la Plaza de la Libertad en Ereván, se exponen la mayoría de sus obras y pertenencias personales.

Museo de Historia: otro de los museos que visitar en Armenia

Recorrer este museo constituye una excelente manera de conocer la historia y cultura de Armenia.

Está ubicado en el edificio del ayuntamiento y distribuido en tres plantas que representan tres etapas históricas bien definidas. En este museo se estima que se guardan 94.000 objetos de acervo histórico, no todos expuestos. Las exposiciones incluyen hallazgos arqueológicos, modelos de arquitectura, armas antiguas, monedas, joyas, libros, vestimenta típica de cada región y antiguos utensillos de la vida cotidiana.

Un elemento curioso y muy mencionado es que, aquí se encuentra el zapato más antiguo de la humanidad. Fue hallado en la cueva de Areni-1, en la provincia de Vayotz Dzor. Los científicos lo catalogaron tras los estudios como un calzado de cuero vacuno de 5.500 años de antigüedad.

Matenadarán, biblioteca en armenio

Es lugar es uno de los depósitos de documentos y manuscritos antiguos, más rico del mundo. Su fundación se remonta al año 405 con la invención del alfabeto armenio. El primer Matenadarán o biblioteca, comenzó en el monasterio de Echimiadzín. Luego, tal como en Echimiadzín, otros monasterios armenios dispusieron de su propio matenadarán, de los cuales subsisten actualmente algunos, tales como los de Hanghpat y Sanahin.

La visita al Matenadarán es única. Allí nos sorprenderemos con encuadernaciones de muchos siglos atrás, libros religiosos con ilustraciones significativas. Se exponen también los elementos que se utilizaron para la redacción de estos documentos. Los pigmentos vegetales para elaborar las pinturas y todos los elementos de trabajo químico que implicaba la creación de los manuscritos.

Paseando por la capital, más cosas que visitar en Armenia

Erevan es una ciudad extendida entre desniveles agrestes, colinas bajas y barrios disímiles. El paseo bonito se reducirá al centro histórico y a algunos parques. Todo lo demás está desvencijado o en permanente arreglo, aunque parece una ciudad en la que las cosas se rompen y quedan así, abandonadas por mucho tiempo.

El centro tiene su encanto, sobre todo en el área que abarca la Plaza de la República con sus fuentes y la zona de la Ópera que, dicho sea de paso, vale la pena aprovechar para ver algún espectáculo. Las funciones de ópera y ballet en este teatro se renuevan constantemente y son de bastante calidad y a un precio asequible. No deberíamos dejar pasar una representación por 10 o 20 euros desde una buena ubicación. Las puestas no son espectaculares pero los artistas aportan talento y ameritan generosos aplausos.

Lo más lindo de Erevan, desde mi perspectiva, son las fuentes de agua que hay a cada paso. Literal. En cada cuadra o como mucho cada doscientos metros, hay bebederos de agua a los que la gente está muy habituada y los ves como bandadas de pájaros por la ciudad, agachando la cabeza para tomar unos sorbos y retomar enseguida el rumbo.

Vale la pena también relajarse en parques, todos con mucho verde y fuentes o estanques considerables, como el Parque de la Memoria que tiene un gran lago artificial por el que se puede navegar. A la vera, sobre un amplio espacio verde y arbolado, hay merenderos y da gusto sentarse a descansar del bullicio urbano, bebiendo un refrescante kvas.

Dos de los espacios abiertos más famosos de la capital y que visitar en Armenia son el Parque conmemorativo del Genocidio armenio y Cascade. Este último constituye una serie de fuentes con chorros de agua que bajan desde la colina y que se puede apreciar subiendo por escaleras hasta la cima. Arriba y un poco más allá, llegaremos al Parque de la Memoria.

Lamentablemente, en dos semanas y poco más que estuve en Armenia y dando vueltas por Erevan, nunca vi funcionando totalmente a Cascade, la cual, en su parte superior, parece estar sin terminar de construir. Este estado de decadencia en la ciudad de Erevan, es constante. Los ciudadanos se ven tranquilos y conformes con su vida, pero nada que se venga abajo les parece relevante . Así también son los servicios. En todos los hoteles o departamentos que estuvimos en Erevan, excepto en uno, -fueron cinco en total- había muchos elementos rotos o que no funcionaban o que estaban ya muy viejos y, por lo visto, así se quedarán para siempre. Un detalle más a tener en cuenta, es que, al menos en la capital, no podremos fiarnos del cambio de dinero que nos devuelven o de lo que nos cobran en un restaurante o un bar de paso. Tristemente y algo a lo que no estamos acostumbrados en nuestros viajes.

Monasterio de Geghard y Garni

El monasterio de Geghard es una construcción arquitectónica única que hay que visitar en Armenia en la provincia de Kotayk. Está parcialmente excavado en la montaña y rodeado por acantilados. Fue fundado en el siglo IV por Gregorio el İluminador, el primer católico de Armenia. Los monjes de allí le daban alojamiento y comida a los viajeros que tenían miedo de cruzar la garganta de noche. Junto con el valle alto del Azat, el monasterio se incluye en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

La ubicación del monasterio lo dota de vistas impresionantes sobre el acantilado y a lo largo del río Azat. Las rocas encaramadas en una empinada pendiente, conforman un anfiteatro natural. De hecho, todas las habitaciones subterráneas del monasterio tienen una acústica milagrosa.

La mitad del complejo monástico está cortado de granito monolito. La otra mitad, consiste en grutas naturales y cuevas que fueron utilizadas como celdas. Detrás de las paredes del monasterio se encuentra la estructura más antigua, la iglesia cueva de San Gregorio que data del siglo XII, así como también una serie de cruces o “khachkars”. El territorio de Geghard es conocido por su manantial de agua sagrada. Los árboles en las cercanías de Geghard están cubiertos por cintas de colores con deseos.

Garni, arquitectura clásica helena

La excursión hasta Geghard, incluirá pasar por Garni. Allí visitaremos un templo de altas columna jónicas que data del siglo I después de Cristo.

Garni es la estructura mejor conservada de la Armenia precristiana y el único edificio de arquitectura clásica del país. Es otra de las atracciones turísticas más importantes que visitar en Armenia.

Fue construido por orden del rey Tiridates I y dedicado al dios griego, Mitra. A diferencia de otros templos grecorromanos está hecho de basalto.

Kor Virap, la postal emblemática que visitar en Armenia

Kor Virap se menciona también como Jor Virap y significa «mazmorra profunda». Este pequeño monasterio, sobre las llanuras del Ararat y a pocos kilómetros de la frontera de Turquía, nos regala la postal característica de Armenia. Desde aquí, con cielo despejado, el monte Ararat estará casi al alcance de nuestras manos.

Cuando el rey Tiridates III gobernaba Armenia, su asistente era el cristiano Grigor Lusavorich (Gregorio I el Iluminador), que predicaba el cristianismo. Tiridates era pagano y sometió a Gregorio a tortura arrojándolo atado de pies y manos en la mazmorra de Jor Virap.

El rey emprendió cruentas guerras contras los cristianos mientras Gregorio siguió preso y vivo en la mazmorra durante 12 años. Su supervivencia se atribuye a que, una viuda samaritana, le llevaba pan.

Mientras tanto el rey seguía persiguiendo hombres y mujeres y no sólo cristianos, sino que también ordenó asesinar a la bella Ripsime por no aceptar ser su esposa, luego a Gayané y a muchos otros seres. Tanta crueldad, arrastró a la conciencia del rey a la locura. Se abandonó asimismo, se desgarró la piel y vivía en la miseria buscando comida entre los cerdos.

Finalmente, en un estado deplorable, Gregorio fue rescatado del foso, curó al rey y le devolvió el sentido. Gregorio supo entonces todas las atrocidades cometidas y vio los cuerpos de los mártires que habían sido quemados. El rey pidió perdón por todos los pecados cometidos. Desde ese momento, Gregorio empezó a predicar el cristianismo al rey, a la corte y al ejército.

El rey Tiridates, que abrazó el cristianismo después de la cura milagrosa de Gregorio, lo proclamó religión oficial de Armenia en 301.

La joya natural que visitar en Armenia, el Lago Sevan

Una excursión a la naturaleza con paseo en barco y pic-nic incluido. Salimos hacia el Lago Seván.

Conocido como “La joya de Armenia” o el “Mar Geghama” es uno de los lagos de agua fresca de montaña más grandes del mundo y conforma una de las principales atracciones naturales que visitar en Armenia. Este maravilloso enclave está localizado en el centro mismo del país y constituye un cuenco enorme de agua clara que cambia de color según el clima, rodeado de picos de casi 2000 metros de altura.

El lago nació como el resultado de las actividades volcánicas de la cresta Geghama. La erupción cayó sobre el antiguo valle del río hace alrededor de 250 mil años, creando una especie de caldera u olla que se llenó con el derretimiento de los depósitos glaciares y el agua de los ríos de deshielo.

La costa es muy pintoresca, con acantilados de roca empinada poblados de bosques densos y aire de montaña siempre puro y fresco, comparable con una brisa de mar. En los alrededores del lago hay templos y vestigios, tales como el complejo monástico Sevanavank del siglo IX y el cementerio medieval Noratus con gran cantidad de khachkars, piedras talladas con cruces armenias.

Se pueden hacer paseos en barco, muy agradables, relajarse en sus playas de gravilla, descansar y comer en el merendero con sombras, practicar natación, windsurf y otros deportes acuáticos o andar en bici por los encantadores rincones que rodean el lago. en los numerosos restaurantes de pescado que se encuentran a lo largo de la costa.

Monasterios al pie de las fronteras: Noravank y Tatev

Mimetizado en la roca cobriza, la belleza de Noravank

En un recóndito valle, entre las áridas mesetas y montañas del Cáucaso, se fundó, en 1205, este reducto inspirador de espiritualidad. Llegar hasta aquí merece la pena, no sólo por los originales templos cuya arquitectura es delicada y hermosa, sino también por las montañas. Podemos pedernos en ellas a través de una intrincada red de senderos que ascienden entre roca y arboleda, topándonos con manantiales, a puntos increíbles de dominio de la inmensidad.

El conjunto arquitectónico dorado, está rodeado de una muralla que se difumina en el escenario natural. Por todas partes se pueden encontrar khachkars, las preciosas piedras labradas características de Armenia. 

El templo más grande es Surp Astvatsatsin, construido en 1339 sobre el mausoleo de Burtel Orbelian, enterrado aquí con su familia. Su morfología se asemeja a las primeras torres funerarias construidas por los primeros cristianos. En la puerta de acceso un altorrelieve representa a Cristo con San Pedro y San Pablo flanqueándole.

Son llamativas dos estrechas escaleras exteriores que enmarcan la puerta de acceso. Según la leyenda, solo las almas puras pueden subir sin caerse: casi todo el mundo acepta el reto de subir y demostrar su bondad.

No lejos de allí, junto a los restos de una iglesia más antigua, se erige Surp Karapet que data del siglo XI y, a su lado, está la capilla Surp Gregor, del siglo X, en donde podemos apreciar una lápida del 1300 con el relieve de un hombre-león.

Hasta el extremo sur de Armenia, monasterio de Tatev

En los confines meridionales de Armenia, lindando con Azerbaiyán, se revela esta joya de la arquitectura medieval: Tatev. Esta remota posición fue estratégicamente favorable dado que, el monasterio, construido entre los siglos IX y XIII era el centro religioso y político del principado de Syunik.

El monasterio funcionaba también como instituto educacional, allí se estudiaba filosofía, teología, física, matemática, astronomía, medicina, arquitectura, historia, gramática, literatura, caligrafía, música y pintura. La biblioteca albergaba diez mil manuscritos. Al mismo tiempo era la residencia del arzobispo de Syunik, albergaba talleres de artesanías y abarcaba vastas extensiones de tierras.

En el pasado, era una región inaccesible, debido a los serpenteantes caminos que, para llegar hasta allí, bordean las empinadas paredes de la garganta del río Vorotan. Actualmente se puede llegar en un teleférico de doble sentido que figura en el libro Guiness de récords como el más largo del mundo.

Flotando silencioso en las montañas, el monasterio de Tatev es un lugar impresionante. Dentro de él podemos perdernos en un laberinto de estrechos pasajes que unen espaciosas salas y edificios. De penumbra en penumbra, por angostas escaleras de piedra con entradas arqueadas y nichos en la oscuridad. Al mismo tiempo, la ubicación del monasterio a pies del cañón, nos regala vistas panorámicas que nos dejarán sin palabras.

El conjunto está rodeado de murallas y conformado por tres iglesias, dependencias residenciales de los monjes, una biblioteca, un mausoleo, un campanario y una almazara. La mayor parte de los edificios están sobre el precipicio del río Vorotán que corre debajo a más de 600 metros de desnivel.

El centro del complejo es ocupado por la Iglesia de San Pedro y San Pablo (Surb Pogos Petros), la principal y más grande estructura del monasterio. El primer templo fue construido allí en el año 906, sin embargo, las partes más antiguas, datan del siglo VI.

Especialmente notables son los grandes volúmenes externos del domo de la iglesia y el alto y redondeado domo con forma umbela. Los bajo relieves decorando las ventanas son interesantes, cada uno de ellos muestra una cara humana con cabezas de serpientes mirando las ventanas. La gran catedral solía estar pintada con frescos, los cuales han sobrevivido parcialmente.

A la izquierda de la entrada principal está la capilla de Santa María, añadida en 1087. Y en el patio, encontraréis un pilar octogonal con un khachkar (cruz labrada en piedra típica armenia), que tiene al parecer, propiedades milagrosas prediciendo actividad sísmica.

¿Cómo llegar a Armenia?

Para volar a Armenia probablemente haya que hacer escala ya que no hay vuelos directos desde todos los países. Se pueden conseguir vuelos económicos directos, sin equipaje, desde Milán, Atenas, Lyon, Bruselas, Estambul, Sochi y alguna otra ciudad

A través del buscador ruso Gosbilet se podrán encontrar vuelos de muy buena calidad con Armenian Airlines que no aparecen en otros buscadores occidentales. Yo utilicé Armenian Airlines y fue estupendo, Martín viajó por Aegean Airlines, también muy bien y, de regreso, tomamos Wizzair Malta y Easy Jet, ambas sin ningún problema. Todo perfecto.

Otra opción es llegar desde Georgia, país limítrofe que también merece una visita de varios días. Las combis, llamadas «marshrutka», viajan desde Erevan a Tbilisi y viceversa, muchísimas veces por día. Demoran unas 6 horas y son baratas. Pueden reservarse estos minibuses con antelación aquí . No olvidar llevar el pasaporte en regla ya que hay que cruzar la frontera. El proceso es rápido y sencillo.

¡Se puede viajar a Chechenia! Mezquitas y montañas: visitas indispensables

A pesar de haber estado sumida en una guerra civil tras la cual quedó prácticamente devastada, se puede viajar a Chechenia y encontrarse con una república resplandeciente. Todo es nuevo y aún más está en construcción.

Desde el ingreso a esta república de la Federación Rusa, uno se sorprenderá de las amplias avenidas jalonadas de edificios modernos y esculturas gigantes. Una muy llamativa muestra un reloj de arena en cuya parte superior están las ruinas dejadas por la guerra y, en la inferior, la Chechenia que renace, renovada y en tiempo récord.

Además de los brillos del progreso, durante el recorrido por Chechenia, estarán muy presentes la figura del líder muy querido por todos, Ramzan Kadirov, y de su padre, Ajmat-Jadzhi Kadirov, quien fue asesinado en un atentado terrorista en 2007. Los retratos de Kadirov padre, a menudo junto a los de Ramzan Kadirov y el presidente ruso, Vladímir Putin, se verán en los edificios administrativos y en las paredes de las universidades y colegios.

Las mezquitas más llamativas de Chechenia y del mundo

Si habitualmente todo es enorme en Rusia, en Chechenia lo es aún más. Aquí, a pocos kilómetros de Grozni, en Shali, se encuentra la mezquita más grande de Europa.

La mezquita de Shali lleva el nombre de «Orgullo de los musulmanes». Además de ser la más grande, con capacidad para 20000 personas y una superficie de 9700 metros cuadrados, está catalogada entre las más bellas del mundo. Se puede viajar a Chechenia y es obligatorio entrar a este templo. El lujo y la opulencia nos dejarán atónitos y con la boca abierta, en una seguidilla espontánea de expresiones de admiración.

Visitar las mezquitas de la región constituye una ruta turística en sí misma, interesante arquitectónicamente y de apreciación artística. Cerca del centro de la capital, Grozni, se encuentra la Mezquita Azul, el templo más importante para los chechenos. Tiene capacidad para 10000 personas y, a pesar de su envergadura y su delicada ornamentación, se construyó en tan sólo dos años. La mezquita Azul está en medio de un enorme parque a orillas del río Sunzha. También está rodeada por el llamado «complejo islámico» que incluye la Universidad Islámica Rusa que lleva el nombre de Kunta-Jadji.

Desde allí es muy agradable caminar tanto por la Avenida conocida con el nombre de Vladimir Putin como adentrarse en el increíble «Parque de las Flores» con estructuras, pérgolas, y galerías, cercadas de enredaderas florecidas.

En este Parque de las Flores, encontraremos tanta belleza como en un cuento de hadas. Al mismo tiempo percibiremos que, la gente que pasea por allí, los chechenos, lucen elegantes y se mueven tranquilamente con sus familias, disfrutan con los niños en juegos infantiles o degustan los famosos y variados helados rusos. Todo el año, verano e invierno.

Asimismo se puede viajar a Chechenia y dejarse llevar por el bullicioso y agradable andar de la peatonal. A ambos lados, en las veredas, surgen las mesas de los bares y restaurantes, la entrada majestuosa de los teatros y más parques.

Es importante, tanto en Chechenia como en Daguestán y en el Cáucaso en general, cuidar la forma de vestir. Los hombres deben llevar pantalón por debajo de la rodilla, la mujer pantalón largo y, aún mejor, falda larga y, tanto el hombre como la mujer, deben tener los hombros cubiertos.

Otra de las mezquitas que merece visitarse está en Argun. Su estilo es moderno. Es una mezquita diferente y novedosa que no escatima en formas y arabescos dorados. Muy llamativa. Esta mezquita lleva el nombre de Corazón de Madre y está dedicada a la madre de Ramzán Kadirov.

Entre lagos y montañas, se puede viajar a Chechenia a través del tiempo

Algunas guías de viaje todavía desaconsejan viajar a esta zona. Sin embargo tras haber estado aquí y en Daguestán con una mano en el corazón y la otra sobre la biblia y el corán, damos fe de que son dos repúblicas seguras además de hermosas y, sobre todo, habitadas por pueblos amables y muy respetuosos.

Uno de los paraísos naturales de la república de Chechenia está en el Lago Kazenoi-am. Es un lago de altura, ubicado a 1870 metros sobre el nivel del mar, con una transparencia increíble y visibilidad hasta los 74 metros de profundidad. Es el lago más profundo del Cáucaso. En invierno se congela aunque su plancton sobrevive y oxigena permanentemente las aguas.

Llegar hasta el lago nos trasladará además por una ruta de viaje en el tiempo. El camino serpentea entre las montañas que empiezan a envolvernos hasta no ver más que laderas y picos a nuestro alrededor. A medida que la carretera da vueltas, damos vueltas las páginas de la historia. Veremos algunas fortalezas y torres y huellas en la piedra de asentamientos humanos que se remitan a más de 40000 años. Algunas pinturas rupestres certifican una habitabilidad en la región durante 8000 años consecutivos.

Las torres de piedra, que además podemos encontrar a lo largo de todo el Cañón y el Valle de Argun, se llaman «teip». También se les dice «torres de clan» ya que, en tiempos inmemoriales, ofrecían refugio a los hombres de un clan en caso de que se vieran expuestos al peligro de las luchas de sangre. De pronto surgen, como de la nada misma, y nos asombran por su poder en soledad en medio de la vastedad infinita de la cordillera.

Esparcidas en Chechenia y en los pueblos cercanos de la región, entre ávaros, cumucos, georgianos, rusos, turcos, se cuentan hasta 300 teip. Cada uno de ellos, en cuanto a clan, se rige estrictamente por el honor. La pertenencia a un teip o clan define la posición social de un checheno.

Actualmente el valle de Argun, con una considerable inversión, se está convirtiendo en uno de los centros de deportes invernales más importantes del mundo. El resort de Veduchi ofrece la pista de esquí más larga a una altura de 1476 metros.

A pesar del progreso, internarse en la cordillera del Cáucaso, nos obliga sin remedio a transitar sobre las huellas imborrables del pasado. Nos desplazamos por el mismo terreno de las calzadas antiguas. Sobre la impronta del deambular de las tribus montañesas y de las caravanas de mercaderes y guerreros.

Más allá de las impresionantes vistas panorámicas apocalípticas. Más allá de una naturaleza que, a no ser por los vestigios de su historia, podría presumirse virgen. Más allá, nos encontraremos con el abrazo cálido de la parca pero generosa gente de las montañas del Cáucaso. Será allí, sin ninguna duda, donde recogeremos en palabras sabias, la mejor anécdota del camino.

¡Nos vamos al Cáucaso!

Los mejores lugares de Daguestán

Y partimos hacia el Cáucaso. Otra región de la Federación Rusa que nos sugerían muchas personas. Muchos nos decían «sí, esto es hermoso, ¡pero el Cáucaso…! no hay como el Cáucaso.» Y allá fuimos a recorrer los mejores lugares de Daguestán. Un camino incitando a más caminos. Otra vez el deseo y la ilusión de un nuevo descubrimiento: la República de Daguestán.

Es la república étnicamente más diversa de Rusia. Allí conviven un centenar de tribus que hablan unos cuarenta idiomas diferentes. A veces, -nos cuentan- dos personas de pueblos vecinos, no pueden entenderse en su lengua madre, pero sí en ruso. Todos son rusos además de darguines, cumucos, lezquinos, laks, azeríes, ávaros, tabasaranos, chechenos… y el ruso, es la lengua franca que todos hablan.

Daguestán es una república privilegiada por la geografía. Lo tiene todo porque está entre las dos maravillas de la naturaleza: las montañas y el mar. Tiene una costa sobre el mar Caspio -que en realidad es un inmenso lago salobre- de 500 km. Allí se establecieron antaño, los principales puertos de la Ruta de la Seda.

Sin embargo, son las montañas las que dieron nombre a la república ya que, «dağ» significa «montaña» en las lenguas turquícas, y «stan», «tierra, país». La ecuación resulta entonces que hemos llegado al «país de las montañas».

Según las evidencias y vestigios arqueológicos, este país de montañas ha sido transitado por la humanidad desde los 5500 años a. C. Además del dominio persa que es el que ha dejado una huella más profunda y definitiva en los mejores lugares de Daguestán, también se enamoraron de la región desde Alejandro Magno, Marco Polo, Tamerlán, hasta Pushkin y Tolstoi. Todos ellos han testimoniado en sus textos el encanto del lugar, Heródoto, inclusive, afirmó que, la ciudad daguestaní de Derbent es la que abre las puertas del Cáucaso.

Antiguamente, el territorio de Daguestán se dividía consecuentemente a su geografía. Por una lado, el sur y área costera pertenecía a la Albania Caucásica y el norte y las cordilleras, a la confederación de tribus.

Con el correr de los tiempos y la historia rica en sucesos las tribus de montañeses y los albanos conformaron esta república que, aunque es heterogénea, notamos muy unida y homogénea en la práctica del islamismo y en sus costumbres.

Puede que hayas escuchado hablar de Daguestán por sus luchadores. Daguestán es la cuna de los mejores combatientes de lucha libre y artes marciales combinadas del mundo. Campeones olímpicos, mundiales y europeos formados con un disciplina muy estricta. Las grandes estrellas de UFC internacional (Ultimate Fighting Championship) como el campeón invicto Khabib Nurmagomedov o el campeón actual Islam Makhachev, son daguestaníes. Así también personajes famosos como Hasbulla.

¿Cómo viajar a la República de Daguestán?

La capital de Daguestán es Majachkalá. Está bien comunicada con el ferrocarril ruso y tiene un aeropuerto pequeño. Luego hay una red de carreteras que entrecruzan el país sin problemas para visitar sus pueblos antiguos y sus atracciones naturales que no se quedan atrás.

Entre los mejores lugares de Daguestán que merecen una visita y que nos dejarán sin aliento, nos encontraremos con el cañón más profundo y la duna de arena más alta contrastando con un bosque subtropical que abarca el territorio hasta el mar.

Para llegar a Majachkalá nosotros tomamos un vuelo desde Altai, desde Barnaúl, cuyo aeropuerto lleva el nombre del cosmonauta Titov. Tuvimos una escala en Omsk y luego embarcamos hacia Uytash, aeropuerto de Majachkalá. Volamos por la aerolínea Utair y todo funcionó al dedillo. Horario puntual, comodidad, sin problemas con las mochilas.

Al llegar al aeropuerto de Majachkalá hay unos minibuses que van al centro de la ciudad. La última parada fue justo a pocos pasos de nuestro alojamiento que reservamos en Ostrovok y era un departamento precioso.

Majachkalá, capital y uno de los mejores lugares de Daguestán

Una capital agradable. Para caminarla. Por sus bulevares arbolados con amenos puestos de comida local. Limpios y donde es posible sentarse ya sea en el interior de salones confortables o afuera a la sombra de los.

Ni bien llegamos nos fuimos al mar. Hay unas playas urbanas en la ciudad. Con sombrillas de palma, arena clara, las aguas azules y tranquilas. A pesar de la exigencia de vestirse con apego a la religión para andar por las calles, es decir con prendas más abajo de la rodilla y hombros cubiertos, en la playa se puede pelar la sunga o la bikini sin problema.

Desayunamos unos mates de cara al Caspio. ¿Acaso puede existir una manera mejor que empezar el día con un lugar por descubrir y mirando el mar?

El cañon Sulak, uno de los mejores lugares de Daguestán

El río Sulak nace de la confluencia de otros dos ríos y en recorre en soledad casi 400 km a través de Daguestán. 53 de esos 400 km lo hace encañonado entre montañas a una profundidad que alcanza los 1900 metros, convirtiéndose en el cañón más profundo de Europa y en uno de los más profundos del mundo. Luego el Sulak serpentea por desfiladeros y se desparrama en un valle hasta desemboca en forma de delta en el Caspio.

El Sulakski es una visita obligatoria de los mejores lugares de Daguestán. Imprescindible. Un espectáculo único que puede disfrutarse desde varias perspectivas.

Se puede navegar. Adentrarse en el cañón y luego dejarse llevar a lo largo de su angostura. Por la mansedumbre de sus aguas. Entre rocas imponentes a través de las cuales confluye un laberinto de meandros. ¡Es fabuloso! Por otra parte, otro punto de vista, verlo desde arriba. Las vistas desde la altura son apocalípticas. La inmensidad a tus pies, nunca tan bien dicho. Literal. Impresionante. Magnífico. Sobrecogedor.

Así es Daguestán a cada paso. Una república para la que no alcanzan calificativos. Otro lugar donde me encantaría volver.

Para viajar al cañón del Sulak o Sulaksky cañón, tomamos una excursión con Kochevnik travel. Estas excursiones pueden reservarse en toda Rusia a través del buscador Sputnik. Elegimos la de Kochevnik que significa «nómade» porque estaba a buen precio y con buenas referencias. No nos equivocamos. Fue excepcional. El chofer, Salmam, nos trató súper bien a todos los participantes, fue cordial y por demás de generoso. Nos invitó té y kvas y, al final, nos llevó hasta el departamento.

Sarikum, una de las dunas más altas del mundo

Aprovechando el viaje a Sulak, recorrimos las dunas de Sarykum. Son las más altas de Europa y unas de las más altas del mundo. Ya hemos hablado de esto en otros posts. Rusia = «lo más». Humildemente…

Sarykum se enmarca también dentro de los mejores lugares de Daguestán. Las colinas de arena de hasta 300 metros de altitud, se explayan a lo ancho de 600 hectáreas. Caminar por la arena caliente y blanda. Dejarse llevar por la inmensidad hasta la cima y vislumbrar desde allí, a 30 km, el Mar Caspio.

En el silencio y con la mirada enceguecida por el sol y el reflejo dorado, a uno le dará vueltas en la cabeza cuál será la raíz del misterio, ¿qué hace allí tanta cantidad de arena encajonada entre agua y montaña? Si solamente al otro lado de todo ese mar, en Asia Central, existen terrenos arenosos. Quizás como las aves o quizás como uno mismo, la arena también ha migrado y se ha establecido en esta tierra vieja y afable.

Los mejores lugares de Daguestán, la ciudad más antigua de Rusia: Derbent

La ciudad de Derbent, según los descubrimientos arqueológicos actuales, es la ciudad más antigua de Rusia y una de las más antiguas del mundo. Sus murallas fueron declaradas en 2003, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Derbent fue fundada por los persas sasánidas quienes construyeron allí una fuerte ciudadela. Ellos llamaron a la ciudad Darband, que significa «puerta cerrada», ya que, es un punto en la montaña desde el que no se puede subir más. A partir de entonces Derbent siempre estuvo íntimamente ligada al significado de ser una puerta.

Se la llamó las Puertas Caspias o las Puertas de Alejandro. Los árabes la bautizaron Bab al Abwad, «puerta de las puertas» y los turcos, Demirkap, «puerta de hierro». En el misticismo islámico persa Darband es el lugar donde vive Simurgh (Shahrokh o Fénix) y es el punto final y más lejano del mundo que el hombre puede imaginar. 

La fortaleza de Derbent, llamada Narin Kalá, con 5000 años de historia, es una de las fortalezas más espectaculares que habrás visto jamás. El lugar donde fue construida es super estratégico y nunca mejor bien pensado. Está en el paso estrecho entre el Caspio, que se divisa desde arriba en toda su amplitud, y la gran cadena montañosa del sur de Rusia.

La fortaleza fue utilizada defensivamente durante casi dos milenios, más que ninguna otra en el mundo. Su arquitectura incluye mazmorras subterráneas en forma de frasca, de imposible escapatoria. Y, en su contraparte, baños públicos de geometría perfecta y casi mágica ya que, con un solo fuego, el agua se mantenía caliente en todos los sectores.

Tras quedarte sin aliento ante tanta inmensidad, te deleitará perderte entre callejas minúsculas y estrechas. Entre la siesta calurosa o el bullicio de los mercados. Respirando el perfume de infinitas hierbas o saboreando un trozo de queso casero con cilantro en el que, según las mujeres del lugar, reside el secreto de su juventud eterna.

Ekranoplano, una genialidad de la ingeniería soviética

En plena guerra fría los soviéticos inventaron el «ekranoplan», conocido como el monstruo del Mar Caspio. Una nave rápida, capaz de volar a ras del agua, llevando al mismo tiempo una carga pesada sin ser detectada. La misma podía efectuar un ataque o defensa de ser necesario.

Estos vehículos descomunales de forma extraña volaban sin ser aviones, sino utilizando una forma de desplazamiento opuesta a la de ellos, el efecto suelo, en ruso ecranniy effect lo que les dio el nombre. Mientras que, los aviones convencionales, utilizan el efecto de sustentación para mantener el vuelo sirviéndose de alas largas y delgadas, los ekranoplanos buscan ejercer la máxima presión entre su fuselaje y el agua con alas grandes, cortas y cuadradas que se apoyan sobre un colchón de aire que queda entre medio.

El primero de la estirpe de ekranoplanos fue el KM (Kaspian Monster según los yankees) en 1966. Era una mole de 544 toneladas, 106 metros de longitud y 42 de envergadura que podía moverse sobre el agua a 500 km/h, a unos 3 metros sobre la superficie gracias a sus 10 motores a reacción.

La invención fue obra de la tenacidad e ingenio del ruso Rostilav Alexeiev. Mucho antes de viajar a los mejores lugares de Daguestán, vi una película rusa acerca de esta historia. Hoy día, uno de estos monstruos geniales que durante décadas fueron la pesadilla de los radares norteamericanos, yace sobre las costas del Caspio cerca de Derbent y se puede visitar. Un mito, hecho realidad.

Viajar a Altai, paraíso natural de Rusia

Desde antes de comenzar esta travesía por algunas repúblicas de la Federación Rusa, tenía en mente viajar a Altai. Había estudiado algo de esta región en el curso de geografía rusa y después, durante el viaje Transiberiano, muchas personas insistían en preguntar: ¿van a ir a Altai? Esa alusiones reiteradas en las que suelo intuir que debe haber alguna señal. ¿Por qué todos nos incitan a viajar a Altai, o a Kamchatka, también, que aún tengo pendiente? Y es que Rusia es inagotable. ¡Todo es tan enorme! Desde la vereda o el puente de una ciudad hasta las distancias de un lugar a otro. Ni en una vida entera ni en dos ni en tres, alcanzaría para recorrerla intrínsecamente.

Inagotable y hermosa. Y dentro de esa hermosura generalizada a lo largo y a lo ancho de kilómetros cuadrados, Altai es especialmente bella. Nikolai Rerich, filósofo y científico ruso reconocido internacionalmente escribió: «Si quiere encontrar el lugar más hermoso, busque el más remoto. Uno de esos singulares lugares es Altai.» Rerich iba de camino a los Himalayas y, al cruzar Altai, quedó obnubilado por estos territorios fascinantes. El filósofo afirmó que en Altai las montañas poseen un magnetismo singular. Que hay una evidente energía extraña.

Altai es una república antigua, hay vestigios de tribus  de pastores que pasaron por allí hace más de 9.000 mil años. Los túmulos funerarios, petroglifos y esculturas que se pueden encontrar, se remontan aún a más miles de años en el pasado. Altai es la cuna de Genghis Khan y posee una cultura y costumbres mongolas.

La palabra Altai significa «montañas de oro» por eso, a la cordilleras de Altai le llaman también «las montañas doradas». Quizás el nombre deviene de la riqueza mineral y preciosa de la piedra, o quizás del colorido de las laderas y valles. Si bien hay colinas muy verdes, quebradas por valles de ríos turquesa como el Katun, hay una zona muy amplia a la que llaman Marte, porque hasta donde llega la mirada, la roca es un tapiz oxidado de naranjas, ocres y rojos.

La montaña más alta es el monte Beluja, el pico más alto de Siberia que desde su cumbre, a 4506 metros de altura, da a luz al río Katun. Según las escrituras locales, Beluja es la puerta al reino de Shambhala, la nueva civilización. Esta aflorará después de la humanidad, cuando seamos destruidos por nuestra propia crueldad. Esta revelación provoca que mucha gente se acerque a Altai con la intención de limpiar su alma. Por esto también místicos y religiosos peregrinan hacia las montañas doradas.

¿Cómo viajar a Altai?

Viajar a través de Altai no es muy sencillo. Es fácil llegar hasta Gorno Altaisk, capital de la república, o Barnaul, o Byisk, que son, por así decirlo, las ciudades cabeceras de la región. Luego tierra adentro brotan la cordillera y las montañas, áreas muy vastas y remotas a cientos de kilómetros de estas ciudades. Hay algunas carreteras asfaltadas que llegan hasta ciudades secundarias y hay rutas en construcción en dirección a estas ciudades. Al interior, donde se encuentra la naturaleza más salvaje, los paisajes más fascinantes, aquello de lo que hablaba el filósofo, sólo hay senderos y caminos de tierra, algunos sólo aptos a vehículos todoterreno.

En esta región nunca se ha desarrollado la agricultura, ganadería, industria o producción de madera. Los árboles caen de viejos sobre una gruesa capa de musgo después de infinitos años de vida. Las pintorescas praderas nunca han sido segadas o utilizadas como pasto. En primavera se convierten en amplias y coloridas alfombras de flores que se extienden por muchos kilómetros alrededor de los ríos y montañas.

Se puede viajar a Altai desde la ciudades antes mencionadas. Nosotros, para entrar y salir de la región, lo hicimos de la siguiente manera:

Desde Omsk tomamos un tren a Byisk. De Byisk un autobús a Chemal. Desde Chemal un blablacar a Gorno Altaisk y desde allí un bus a Teletskoye.

El tren desde Omsk a Byisk demora casi un día, alrededor de 21-22 horas. Hay trenes también a Barnaul y hay transporte asiduamente entre Novosibirsk y Barnaul.

Barnaul, Byisk y Gorno Altaisk, tienen comunicación continúa entre sí. Entre Byisk y Gorno Altaisk se pueden tomar «marshrutki» taxis compartidos. Los taxistas vocean las salidas afuera de la estación de autobuses. La estación de autobuses como en casi todos las ciudades de Rusia, está al lado o enfrente de la estación de trenes.

Existe también la opción blablacar que nosotros la utilizamos para salir de Chemal rumbo a Gorno Altaisk y desde allí ir en bus a Teletskoye.

El tren que va a Byisk es el mismo que pasa por Barnaul. Barnaul es una ciudad más importante. Tiene aeropuerto. Luego saldremos de Altai desde allí volando a Majakchalá, capital de la República de Daguestán.

Para ir desde Byisk a Chemal hay pocos autobuses, ya sea a Chemal o a cualquier otra aldea de Altai. Algunos ni siquiera salen todos los días.

Nosotros compramos el pasaje en el momento y casi no conseguimos. Cuando llegamos nos dijeron que no había. Nos sugirieron esperar a la administradora y ella nos lo vendió.

Los autobuses que se adentran en la zona son de la época soviética. Van bien, pero no tienen aire acondicionado o televisor o juguetitos de la modernidad. Son sólidos, grandes, cómodos, con cortinitas con flecos, muy vintage CCCP.

El chofer y las relaciones con la gente también son tipo a como serían durante la CCCP. El chofer no sólo conduce y traslada a los pasajeros sino que también oficia de mensajero y paquetería. Cuando pensábamos que el autobús llegó y ya encarábamos para subir, el chofer empezó a repartir recados, cajas, cosas tipo huevos, o elementos que la gente de allá enviaba a la ciudad mientras recogía otras cosas, de la ciudad, para llevar a las aldeas. Una camaradería. Tovarisch de aquí y de allá. Lo mismo fue cuando viajamos, posteriormente, desde Gorno Altaisk al Lago Teletskoye.

Esa forma de ser aún la conservan la mayoría de los rusos. Mucha tecnología, todo lo mejor del mundo, pero en las relaciones humanas no se ha perdido en general la humana camaradería. Quizás por eso tienen cerca la puerta de Shambhala.

Chemal, un buen punto de partida al viajar a Altai

Chemal es una aldea rural cuyo centro está cerca de la confluencia del río Katun con el río Chemal. Dejamos atrás el río Ob y nuestra ruta se adentra en un agradable valle inmerso en la taiga.

Desde muchos kilómetros antes de llegar a lo que sería el centro de la aldea de Chemal, ya aparecen complejos de cabañas y posadas rústicas y encantadoras a ambas márgenes del Katun.

En Chemal nos alojamos en una Turbaza. Las turbazas, palabra que viene de tur (tour) y baza (base), son complejos de vacaciones enormes de la época soviética. En estos lugares se obligaba a la gente a descansar por lo menos noventa días al año. Los trabajadores tenían derecho a elegir qué tipo de destino deseaban, ya sea urbano, naturaleza, mar, río, montaña, llanura, nieve… luego el Estado les otorgaba todo lo necesario, transporte incluido, alojamiento, excursiones, alimentos, para que se fueran a disfrutar de su ocio a una turbaza, balneario, complejo o sanatory como le llamaban a otros. Disponer de ese periodo de ocio era obligatorio.

El Katun no ofrece mucha diversidad paisajística, sino más bien la mansa monotonía del fluir de sus aguas caudalosas. Según la época pasa de ser un río turbio, cuando empieza el deshielo, a un río turquesa y calmo en medio del verano y antes de las nieves. De todas maneras, Chemal es un lugar imprescindible al viajar a Altai, hay senderos locales que se pueden hacer en un día y es el puntapié inicial para ir más allá.

En Chemal hay que visitar la isleta de Patmos con su monasterio, trepar a alguno de los cerros de alrededor y disfrutar del aire puro y las vistas desde las alturas, y si es época de río bajo, caminar hasta los lagos azules.

Desde Chemal, agarraremos la famosa Chuisky trak. Una de las carreteras más panorámicas del planeta. Allí, sí, colina tras colina, la diversidad es espeluznante, cada pocos kilómetros nos sorprenderemos con paisajes diferentes y todos hermosos.

Por la famosa ruta del Chuisky Trak, la carretera Chuya

La carretera del Chuisky o Chuiski Trak o Chuya, es algo obligatorio al viajar a Altai. Se la conoce también como la Ruta de la Seda y está estrechamente ligada a la historia de Rusia y los países vecinos.

Ya desde el tercer milenio antes de Cristo, los arrieros iban con sus caravanas a través con artículos procedentes de Asia, el Tíbet y China en dirección al Altai, al sur de Siberia, abriendo el tramo septentrional de la Gran Ruta de la Seda.

Hasta principios del siglo XX la ruta Chuya fue un camino de montaña peligroso, y los comerciantes y mercaderes tan solo lo recorrían por su parte superior. En 1901 se inició su reconstrucción convirtiéndola en una ruta segura que puede ser recorrida en coche o en bicicleta.

Saliemos de Chemal y poco a poco nos alejamos del río mientras la carretera trepa hasta el paso de Seminski. Allí la cordillera está en todo su blanco esplendor cubierta de nieve.

A la altura de este paso hay un monolito que recuerda la adhesión voluntaria de la República de Altai a Rusia y, enfrente, un centro de entrenamiento para los competidores olímpicos. En esta zona suelen también juntar piñones. Los piñones de Altai son muy cotizados, sabrosos, y muy nutritivos.

Durante todo el recorrido de Chuiski trak hay senderos que se dirigen hacia cascadas, confluencias de ríos que impresionan por sus caudales asimétricos y el contraste de la confusión de sus aguas. Bajamos y volvemos a subir al paso Tchike-Taman donde cruzamos el poblado y su mercado de artesanías locales para asomarnos a los valles desde los balcones naturales de la montaña.

Retomando el rumbo por el valle del Chulyshman, paramos a visitar los petroglifos que datan de las primeras eras de la humanidad, algunos de la edad de bronce, otros de la edad del hierro.

Viajar a Altai es viajar a través de la naturaleza virginal y el tiempo. Es paradójico que, en esta tierra, donde el paso del hombre se remonta a tantos milenios, las aldeas parecen solitarias y deshabitadas. Es una tierra famosa por sus chamanes, justo en medio de China, Tibet, Mongolia, Kazajastán y Rusia. Montañas de paso de mercaderes desde los albores de la humanidad y que, sin embargo, mantienen su salvajismo y su pureza.

Mientras avanzamos por Chuisky trak en dirección a Aktash, las vacas pacen tranquilamente y descansan en el asfalto sin inmutarse en lo más mínimo. A ambos lados de la ruta, las colinas se tiñen completamente de rosas. Todas las matas están florecidas. Preveíamos que Altai sería bello, pero a medida que avanzábamos superaba con creces nuestras expectativas.

Lago Geiser, una postal alienígena de Rusia

Cerca del pueblo de Aktash, nos desviamos para conocer el Lago Geiser. En nuestra vida y en nuestros viajes hemos agotado la palabra alucinante. Para hablar del Lago Geiser necesitamos un calificativo que la supere. ¿Cómo describir esta maravilla única de la naturaleza y sobre todo su efecto visual? Es irreal. Psicodélico. Una imagen en movimiento de ciencia ficción que sin embargo aparece en vivo y en directo en nuestro camino.

Caminamos por un bosque cerrado. El terreno es pantanoso. En parte, entre los árboles el pantano se oxida y adquiere colores rojos y naranjas. Más adelante, el pequeño lago Géiser es un ojo que no duerme, siempre abierto, siempre mirándonos.

El fenómeno se produce por los géiseres de agua caliente que revuelven el fondo del lago. Estas erupciones impulsan a borbotones el lecho del lago hacia arriba. La arena y la arcilla del fondo se elevan y se mueven como si bailaran en la superficie, haciendo círculos y arabescos de distintos tonos turquesa.

Uno podría quedarse horas admirando este espectáculo. La danza del agua azul es tranquila. El ambiente alrededor se contagia de paz. La gente que mira y admira, habla en voz baja. Como si hubiera una criatura mítica soñando allí abajo.

De la base alienígena a Marte

Si seguimos viaje por la carretera Chuya, llegaremos al distrito de Kosh-Agach, donde un largo giro a la derecha lleva a las montañas Kizil-Chin, llamadas “Marte” por su color oxidado.

Un nuevo puerto de montaña, nos adentra en el valle que nos llevará directo al altiplano de Ukok, donde el río Katun se encuentra con su afluente, el río Tchouïa.

Cerca de Aktash hay otro desvío que constituye un desafío, ya que se trata de un camino en las alturas sin pavimentar. Sólo se puede circular en vehículos todoterreno. Subiendo por aquí se puede decir que uno llega al corazón de Altái. Arriba, la meseta, está habitada en su totalidad por pueblos nativos y chamanes. Tocan su música típica, practican sus tradiciones y ritos religiosos. En los árboles hay cintas de colores atadas para la buena suerte.

La meseta termina en uno de los puntos más impresionantes del Altai: el paso de Katu-Yaryk. Es un buen lugar para descansar y pasear y ver a lo lejos el valle del río Chulyshman, preferiblemente con una taza de té hecho con hierbas locales.

Viajar a Altai requiere otro viaje. Un viaje exclusivo. ¡Hay tanto para explorar aún! Por ejemplo los curiosos “hongos de piedra”, así como la cascada de Uchar, para verla hay que caminar horas desde la carretera, pero todo el tiempo que haga falta, todo el andar que se necesite, vale la pena aquí.

Lago Teletskoye, imprescindible al viajar a Altai

Otra perla imprescindible de de Altai es el lago Teletskoye. Le llaman el lago dorado por los reflejos que emite su amplia superficie a los rayos del sol y, por su transparencia, también le dicen el hermano menor del Baikal.

Para llegar a Teleskoye desde Chemal, tomamos un blablacar hacia Gorno Altaisk. Nos llevó Sergei quien nos dejó un recuerdo imborrable. Un urso ruso que como todo ruso te abre la puerta del coche y que resultó ser un montañista rudo pero sentimental. En el coche nos acompañan las melodías románticas mientras Sergei nos cuenta de las montañas como lo que son: algo sagrado. Antes de despedirnos, nos regala pulseras que él mismo hace. Nos lleva hasta la puerta del Museo de Gorno Altaisk que nos recomienda visitar y, más tarde, nos llama al whatsapp para que, si no nos hemos ido, vayamos a comer a su casa. Únicos los rusos. Nada siquiera parecido he conocido en mis viajes. Menos aún en un país tan vasto, donde todo cambia, desde el paisaje hasta el idioma, pero no cambia la actitud de la gente.

Desde Chemal tomamos un autobús. Nuevamente se repite lo del chofer mensajero y comisionista que ya vimos al tomar el bus en Byisk.

La ruta desde Gorno a Teletskoye también la están reconstruyendo. El camino es largo. Son más de 7 horas y, en nuestro caso aún más ya que, un choque en medio de la carretera no deja hueco para que el ómnibus pase. Hay dos camiones atravesados, esperando, y sólo pueden pasar vehículos pequeños.

Afuera ha empezado una suave llovizna. Primera vez que nos caen unas gotas en este viaje por las repúblicas rusas. Quedan apenas 30 km hasta el lago. Decido probar hacer dedo si bien la ruta no es muy concurrida. Otros pasajeros, turistas rusos la mayoría, deciden hacer lo mismo.

Me para un auto que es un taxi. Martín dice que nos va a arrancar la cabeza. Le pregunto al chofer y creo entender que me dice «gratis». Como eso no entra en la lógica occidental en la que habito, le pido ayuda a una chica moscovita para que me aclare. La moscovita corrobora lo que escuché, que ante esa situación de emergencia, cómo se le ocurriría a alguien cobrar, que el viaje es desde luego «besplatna» (бесплатно), gratis. Como hay lugar para 3, sube con nosotros y nos vamos en el taxi hasta el lago.

En Teletskoye hay un supermercado en lo que sería el centro de la aldea. Es una aldea pequeña. Aislada. Todo alrededor es naturaleza salvaje. Paramos en el super, ya es de noche. Compramos algo para cenar y para el desayuno y nos vamos a nuestro alojamiento. Una cabaña de madera con balcón, vistas al lago, sobre el lago. Hermoso.

Al día siguiente rodeamos por senderos parte de la costa del lago dorado. Subimos por otros senderos hasta una cascada y hasta un mirador y seguimos caminando por la costa hasta el atardecer.

El tiempo es poco en estos lugares. Me quedo con las ganas de explorar más. Mucho más. Viajar a Altai merece cargar una mochila de autosuficiencia y perderse en la niebla al más allá.

Un viaje a los orígenes, Omsk, distrito de Siberia

Óblast de Omsk, la antigua Ciudad de los Dioses

Puedo decir y dar fe de que toda la vida he viajado con mis hijos. Desde muy pequeños e incluso desde antes de nacer. Siempre y cuando y tal o cuál fuera su deseo, allá íbamos. Esta vez, en este viaje, voy con Martín a quien llamo mi «papútchik» (попутчик), palabra que en ruso significa «compañero de viaje». No existe en otros idiomas. Vamos en el tren Transiberiano hacia el Óblast de Omsk. No imaginaba, aunque conociendo a Martín debería haberlo sospechado, que estábamos viajando, además, en el tiempo. Un viaje al origen. A la Ciudad de los Dioses.

Siempre digo que viajar con mis hijos es lo mejor que hice en mi vida. También lo peor, recapacito enseguida, porque así como fue mejor es ahora proporcional la nostalgia. Sin embargo soy feliz de poseer esas certezas, la de lo mejor y también la de la nostalgia. Viajar juntos constituye el evento más sobresaliente de nuestras vidas. Son los viajes los que nos ordenan la línea terrenal del tiempo mientras convivimos con duendes y fantasmas. No nos deshacemos de ellos.

No pretendía enseñarles nada. Quizás sí despertar su capacidad de observación y su curiosidad. Que de cada viaje regresaran con más preguntas que respuestas y avivar así el deseo de seguir buscando en el camino, más caminos. Atados sólo a un sentimiento de libertad inviolable. Creyendo más en la percepción de un suceso inverosímil o «casual», en un montículo extraño, en una palabra de filología incierta, que en lo que a ciencia cierta está impreso en los libros.

Con esta carga de pasado e historia y andando, siempre andando, llegábamos al Óblast de Omsk en el tren Transiberiano. Yo amando cada día más a los trenes rusos. Allí tengo todo lo que necesito para vivir y encima, se mueven de un lugar a otro. Es perfecto.

Mi papútchik observando concupiscente por la ventanilla mientras sin haberlo previsto, estamos cruzando una porción de Kazajastán.

Habíamos tomado el tren en Miass. En una de esas paradas raudas de dos minutos que hace el Transiberiano en las estaciones pequeñas. Viajamos toda la noche y ahora, parte del día, tomando mates con vistas a las aldeas agrícolas kazajastaníes. Sin trámites salimos de Rusia y volvimos a entrar, rumbo a lo que yo creía que era una ciudad interesante más, de la Federación Rusa. Sin embargo, ahí está Martín para espabilar la revelación de un misterio:

Nuestro tren iba entonces mucho más allá, hacia La Ciudad de los Dioses, en el río Iriy (actual Irtysh) donde esta ciudad fue construida en el verano de su entonces año 5028 a partir de la Gran Migración de Daaria (104.780 a. C.) Dice el texto que en su lugar, en la actualidad, se encuentra la moderna ciudad de Omsk.

Caminar en el tiempo por el óblast de Omsk, del pasado a la actualidad

La ciudad de Omsk creció desde su ancestral raiz a orillas del río Irtish. El susurro de las aguas arrastradas por la brisa sobra una planicie casi llana tiene mucho que contar. Sólo hay que detenerse a escuchar. Dice que antes había una fortaleza que lo rodeaba todo. Esa fortaleza fue construida por los lugareños para prevenir la llegada a Siberia y el ataque de las tribus nómades.

La fortaleza primigenia se mantuvo en pie más de un siglo. Más tarde, el crecimiento demográfico, obligó a erigir una muralla aún más amplia sobre la margen derecha del río Om. Protegiendo su confluencia con el Irtysh y los cimientos ocultos de Asgard de Iry, la Ciudad de los Dioses.

Hoy en día, Omsk es un enorme centro industrial, científico y cultural de Siberia. Sin embargo no ha perdido su interés histórico, su identidad primigenia. Da gusto caminar por la vera del río o confundirse con los locales en el impactante mercado de las flores. De las antiguas fortalezas quedan en pie las Puertas de Tobolsk, Omsk, Tara e Irtysh.

En las calles de Omsk nos sorprendemos con originales edificios art nouveau que afloran intempestivos entre las típicas casas siberianas de madera. Hay galerías de arte y varios museos. Museo de Historia, de Antigüedades, Militar, y de Literatura de Dostoevsky. Este último debe su origen a que el eximio escritor fue condenado a trabajos forzados en el óblast de Omsk donde llegó a ser condenado a la horca y salvado por una contraorden a último momento. El comandante de la fortaleza de Omsk fue quien entonces prestó una especial atención a Fyodor y le concedió una pequeña habitación en su casa. Hoy en día la antigua casa del comandante alberga al Museo de Literatura. La famosa novela “Memorias de la casa muerta” refleja los acontecimientos de ese período.

La ciudad cuenta también con un exquisito Museo de Bellas Artes donde se exponen más de 16.000 obras de artistas rusos y europeos además de piezas de oro desenterradas por los arqueólogos en el óblast de Ómsk. Abundan los teatros en todas sus variantes, y son tan imponentes como bonitas, las iglesias y catedrales ortodoxas con sus cúpulas de cebolla doradas. Visitamos la Catedral de San Nicolás y la Asunción, una de las más grandes de Siberia.

Zlatoust y Miass, dos paraísos del Óblast de Cheliábinsk

Por qué visitar el Óblast de Cheliábinsk

Probablemente en un viaje organizado a un país tan vasto y repleto de atracciones interesantes como lo es Rusia, muy pocos incluyan al Óblast de Cheliábinsk en el itinerario.

En Rusia hay mucho para ver. Hay ciudades plagadas de historia milenaria donde confluyen razas y religiones del mundo. Hay naturaleza única desde el Polo norte hasta el Trópico y desde el Pacífico hasta las estribaciones del Mediterráneo. La cantidad de lagos que hay en Rusia no se cuentan ni en miles ni en millones sino en Ilones. ¡Son demasiados!

Tan sólo en el Óblast de Cheliábinsk se desparraman como un racimo nada menos que 3500 de esos lagos. 3500, poca cosa y, entre esos 3500, se encuentran los lagos más inexplorados y transparentes del mundo.

Sin embargo, Martín y yo, en este viaje de reconocimiento por varias repúblicas de la Federación Rusa, no llegamos al Óblast de Cheliábinsk presumiendo de ir a la «pequeña Suiza», tal como llaman a esta región. De eso nos enteramos después. Tampoco llegamos a Cheliábinsk, para ver al meteorito que cayó a 70 km de Zlatoust y a tan sólo 20 km de Miass y que le dio al óblast un lugar en la prensa internacional en febrero de 2013.

Zlatoust, capital internacional del acero

Una de las mejores formas de viajar y de conocer el mundo verdadero, el que habita la verdadera humanidad, o donde se esconden bellezas naturales con todavía poca publicidad, es dejarse llevar por lo que indican los lugareños. Así llegamos a Cheliábinsk.

Martín tiene un amigo ruso en Torrelavega, Kolya. Conoce a su familia y ha compartido con ellos algunos momentos en su hogar en Cantabria. Cuando Martín les preguntó qué recomendaban visitar en la gran Rusia, Kolya sin dudar respondió: mi pueblo. Y allá fuimos a Zlatoust.

Junto al famoso acero de Damasco, Zlatoust se destaca históricamente por un material idóneo y de dureza única para la construcción de armas, espadas y cuchillos. Se le conoce como acero bulat y su aleación especial con material natural de la zona, se efectúa desde la Edad Media.

Sin embargo el secreto de manufactura de este acero antiguo tan especial se perdió en el tiempo. Varios siglos después, en el XIX, algunas de sus propiedades lograron ser copiadas por el ingeniero Anosov, un entusiasta estudioso y explorador metalúrgico.

Anosov, estudió la calidad del acero y verificó que no era de tanta calidad como el que originariamente provenía de Oriente Medio y decidió duplicar el templado del acero de Damasco incrementando notablemente su dureza.

En Zlatoust se han fabricado desde los primeros cañones hasta las espadas y cuchillos más infalibles y hermosos por sus grabados únicos. Coleccionistas de todo el mundo y, en su tiempo guerreros, han acudido y acuden a las fábricas de acero de Zlatoust en busca de estas piezas exclusivas.

Parque Nacional Taganay, paraíso natural del óblast de Cheliábinsk

 Zlatoust es también la puerta natural a uno de los parques nacionales más populares de los Urales del Sur. El parque es famoso por sus zonas rocosas. Hay piedras tremendas con formas extrañas y origen incierto.

A la entrada del Parque se puede obtener un mapa con todos los senderos balizados disponibles y demás servicios dentro del parque. Hay lugares para acampar, áreas para descansar, y agua.

Las rutas de senderismo pueden realizarse a lo largo de varios días. Una ruta popular es caminar el sendero de Nizhny Taganai hasta Dalny Taganai, o viceversa. Un recorrido de 65 km.

Otras rutas discurren por los tramos bajos del río Serga y ascienden para tener vistas bonitas desde los acantilados. En el parque también hay abundantes cuevas.

Las rocas más visitadas son las Crestas de dos cabezas, la Gran Cresta, Kruglitsa, Itszil, Mont Blanc, Jurma y varias más. Se recomienda también el Valle de las historias de Hadas (Valley of Fairy Tales) y los restos de Skalodrom, Three Brothers y Kialimsky Rocks. Y si se desea aún más, se puede llegar hasta la Puerta del Demonio (Devil’s Gate), Mitkina Rocks y Big Stone y Kurumnaya.

¡Taganay es enorme! Sólo estuvimos un día y medio en Zlatoust y ni siquiera un mes alcanzaría para poder recorrer todo esto.

Zlatoust y los maravillosos zlatoústovtsy

Zlatoust es una de las montañas más altas de los Urales y está incluida en la lista de ciudades históricas de Rusia. Aunque más allá de sus récrods geográficos o históricos, el premio mayor es la amabilidad y el cariño de los zlatoústovtsy, la gente de Zlatoust.

La prima de Kolya, Liuva, se dedicó todo el día a recorrer la ciudad y sus alrededores con nosotros. Su mamá nos sorprendió con un almuerzo inesperado y delicioso. La abuela nos llevó en su coche hasta una de las entradas del Parque Natural. Entiéndase: dos perfectos desconocidos llegan a una ciudad y una familia de esa ciudad dispone todo su día, todo su tiempo, deja sus quehaceres (la abuela dejó hasta un tratamiento en el hospital), para pasar el día con los desconocidos. Eso es lo más de «lo más» en un país que ya de por sí puede jactarse sin temor a fraude de ser «lo más» en casi todo.

Recorrimos todas la ciudad pero lo más importante de ese día fue relacionarnos con la familia de Niko. Fue genial y hermoso. Y ahora podemos decir que tenemos amigos allí. Nunca nada será suficiente para agradecer los vínculos que surgen en el camino. Por más que intentemos dar algo, nunca será equiparable a lo que recibimos.

Liuva se reunió con nosotros esa mañana. Fue a nuestro hotel. Con ella caminamos por el centro de la ciudad, visitamos el Memorial a los combatientes contra el nazismo, en cuyo museo, mezclado con miles de nombres, figuran sus bisabuelos.

Después fuimos hasta el Museo de la Minería donde hay restos del meteorito. Todo este complejo está dentro de un agradable parque con esculturas de metal muy interesantes y bonitas.

No lejos de allí está la torre del campanario de San Juan Crisóstomo a la que subimos para contemplar vistas increíbles de la ciudad y los Urales. Seguimos caminando por toda la ciudad con la familia completa, pasamos a comer «cheburek», y luego la abuela abandonó su tratamiento en el hospital para llevarnos hasta el parque donde pasamos un par de horas trepando rocas por el bosque y contemplando las vistas.

De regreso a la casa de Liuva y su familia nos montamos en el tranvía de montaña más alto del mundo y, al llegar a la casa, nos esperaba un apetitoso y variado almuerzo-merienda con pelmenis de Zlatoust cuya buena fama pudimos comprobar.

Miass y el Lago Turgoyak en el óblast de Cheliábinsk

A unos 50 km de Zlataoust está Miass. Llegamos a Miass porque Mijail, el chofer del blablacar que nos llevó desde Ufá a Zlataoust, vive en Miass. Él nos comentó acerca de la mentada «pequeña Suiza», nos habló del Lago Turgoyak, nos enseñó fotos de un lugar soñado y como buen lugareño nos convenció de que Miass era más lindo que Zlatoust. Así que, tras un día y medio de hermosa convivencia con los zlatoústovtsy nos fuimos con Alexander, otro blablacar, a Miass.

Miass es una ciudad desparramada. Era difícil decidir a qué parte de la ciudad íbamos a ir. No teníamos reservado ningún alojamiento así que nos dejamos llevar un poco por la deriva y bastante por el chofer. Alexander se desvió entonces de su ruta normal a Miass y nos acercó al mejor lugar posible. Nos dejó en un punto medio de la costa del lago desde donde era posible caminar en una u otra dirección para encontrar el alojamiento. Tras el desvío y la buena onda, Alexander no nos quería cobrar el viaje.

Enseguida caminamos hasta la costa. Turgoyak es realmente maravilloso. El lago Turgoyak es uno de los más transparentes de Rusia y del mundo. Transparentísimo. Nos sentamos un rato en las reposeras que hay en la playa a admirar tal belleza de paisaje. Los reflejos increíbles en el agua. El plancton que habita las aguas del Turgoyak se conjuga con el agua hasta volverla un cristal mágico. Puede verse a simple vista qué ocurre allí abajo hasta los 15 metros de profundidad.

En el lago está la Isla de Vera. Allí, en el siglo XIX, vivió una ermitaña curandera que los lugareños llamaban santa. La isla de Vera está situada cerca de la orilla oeste del lago. En el verano se puede navegar hasta allí y en invierno se puede llegar esquiando o en trineo.

Cuando uno llega se presiente inmediatamente que Turgoyak es un lago propenso a los milagros. Rodeado de megalitos y dólmenes, cuya antigüedad supera los 5000 años.

Nuestro alojamiento fue ideal. Lo encontramos ya en medio de la noche. Unas pequeñas lucecitas que titilaban en la oscuridad. Al día siguiente rodeamos el lago por senderos y caminamos hasta el final de una península. Sin querer llegamos al mismo lugar recóndito que justamente Mijaíl había elegido para su foto de perfil. Juramos sobre esas piedras, que no nos había indicado nada al respecto. Sólo seguimos la onda. Toda una experiencia alucinante. Para entender, hay que ir.

El lago Turgoyak es una fuente de fenómenos paranormales: todos los que hemos estado allí lo hemos experimentado.

Alojamiento y transporte en el Óblast de Cheliábinsk

Como habrán leído, en esta zona, en cuanto a transporte nos hemos manejado mucho en blablacar. Fue la opción ideal. Mijail nos presentó a la familia y quiso sacarse fotos, Alexander finalmente aceptó el pago y se despidió calurosamente. Nos dieron consejos amigables, como si se tratara de personas cercanas y no apenas unos pasajeros de taxi. Fueron geniales.

Luego desde Miass tomamos el tren a Omsck. Este tren cruza por el norte de Kazajastán. Sin trámites. Uno va en su compartimento de tren y cuando amanece, sin querer, uno está pasando en tren por otro país. Al rato vuelve a entrar a Rusia.

Entre Zlatoust y Miass también hay minibuses. Funcionan hasta la tardecita.

En Miass, desde la costa del lago caminamos hasta un cruce donde se apelotonan un par de mercadillos y allí, tal como nos señaló Alexander, está la parada de autobús urbano que va hasta la estación Miass 1. El tren parará allí sólo 2 minutos.

El trayecto de Miass a Omsck es un viaje de toda la noche y parte de la mañana-mediodía. Los pasajes se pueden sacar previamente en la página de los ferrocarriles rusos.

Para alojarnos en Zlatoust elegimos el hotel Nikolskiy que está en la costa del lago. Está muy bien. La atención es excelente y el desayuno muy completo y nutritivo. El personal súper simpático.

En Miass caímos junto a las luciérnagas en unas cabañas maravillosas sobre el lago. Las mujeres que nos recibieron hicieron todo lo posible y más para que estuviéramos felices de estar allí.

Tierra de bashkires, Bashkortostán

Ufá, capital de otra de las repúblicas de Rusia

Nuestro periplo por algunas de las repúblicas de Rusia nos traslada a Bashkortostán, la tierra de los bashkires.

Los bashkires son un grupo étnico Kipchak Turkic. La mayor parte de este grupo indígena habita en la República de Bashkortostán, a ambos lados de los Montes Urales. También existen comunidades menores de bashkires en la República de Tatarstán, Perm, Chelyabinsk, Orenburg, Tyumen, Sverdlovsk y Kurgan y algunas minorías viven en Kazajstán y Uzbekistán.

Bashkortostán es una de las repúblicas de Rusia más poblada. Su capital, Ufá, fue fundada en 1574, cuando por orden de Iván el Terrible se construyó una fortaleza.

Al principio se le llamó Tura Tau, como la colina en la cual se asienta la ciudad y que constituye un mirador natural al río Belaya y su confluencia con el Ufá.

Qué visitar en Ufá, capital de otra de las repúblicas de Rusia

Lo más emblemático de la capital es el monumento a Salavat Yulaev, el héroe nacional bashkirio. Además de la ciclópea estatua del líder montado en su corcel galopando hacia el río Belaya, hay un parque al que se accede a través de elegantes fuentes. El parque está jalonado de un bosque bajo repleto de flores.

Todo este conjunto monumental dedicado a Salavet Yulayev, fue colocado sobre la colina más alta de Ufá, la montaña Cherkalikhina. Es un lugar especialmente bonito al atardecer.

Salavat Yulayev, además de haber sido un ferviente cultor de la libertad que logró unir en la lucha a todos los pueblos que vivían en suelo bashkir, fue poeta. Su obra, escrita en idioma bashkir, sobrevivió a las guerras y a los tiempos y ha sido traducida a muchos idiomas.

En el centro histórico de Ufá, por cuyas calles y plazas es agradable caminar, hay numerosas mezquitas, iglesias, y se conservan antiguas edificaciones de madera.

Es llamativa la mezquita Lyalya Tyulpan, cuyos minaretes son como tulipanes. También hay varios teatros, el Teatro Nacional, el de Máscaras y algunos más. Hay un Museo Histórico Nacional y, llegando a Salavet, seguramente llamará nuestra atención un enorme centro de convenciones construido todo en cristal.

Otro de los atractivos de Ufá, es la fuente de las Siete Doncellas cuyas aguas se iluminan en colores fluorescentes durante la noche. Por el centro histórico nos cruzaremos con más parques y monumentos como el de Mustai Karim y también, a pesar de ser un territorio máxime étnico y musulmán, también hay una catedral ortodoxa y algunas iglesias.

Otras atracciones de la tierra Bashikiria

Esta región es famosa por sus paisajes naturales. Al estar ubicada entre el Volga, recostándose en las laderas de los Urales, Bashkiria es ideal para el establecimiento de la flora y la fauna. Por las interminables estepas corren innumerables ríos que alternan con rápidos y cascadas mientras que, en los valles ,abundan los lagos.

También es una zona de peregrinaje con caminos balizados que guían a los caminantes a través de enclaves culturales o naturales tales como las rocas Aigir, la famosa cueva de hielo Askinskaya, la reserva natural de Shulgan Tash o la cueva Kapova, con sus pinturas rupestres de la era Paleolítica.

Cómo viajar entre las repúblicas de Rusia

En general todas las repúblicas de Rusia están perfectamente comunicadas entre sí, con aeropuertos locales, muchísimas aerolíneas que brindan excelentes servicios entre las regiones sin tener que hacer escala necesariamente en Moscú.

En mis viajes por Rusia ya probé varias aerolíneas internas locales y son excelentes. En la mayoría dan algo de comer, en todas dan por lo menos bebida. Son puntuales. No hay problemas con el equipaje de mano. Esta ha sido mie experiencia al menos en Nord Star, Pobeda, Ural airlines, Red Wings, Rossiya y, por supuesto, Aeroflot.

Los trenes, por toda Rusia, ofrecen un servicio de lujo. A veces los precios son más caros que los vuelos. El servicio de ferrocarril ruso, RZhD (РЖД) es impecable.

Actualmente también hay blablacar. Nosotros para ir desde Kazán a Ufá viajamos en blablacar. Es un trayecto largo. Son 535 km que por carretera se hacen más de 7 horas. Los choferes de blablacar son personas amables y en este caso, al ser un viaje largo, paramos un par de veces a estirar las piernas, tomas té y almorzar.

Ya en Ufá, donde habíamos alquilado un departamento a través de Ostrovok, nos movilizamos en autobús primero, y luego a pie. El departamento estaba super bien, en un piso 20 con vistas a toda la ciudad. Nadezhda, la mujer que nos recibió fue super atenta, amable y la seguimos teniendo entre nuestros contactos como suele ocurrir con las personas con las que hacemos algún trato en Rusia.

Descubrir la Rusia desconocida, Yoshkar Olá, capital de la República de Mari El

«Una ciudad que está puesta ahí». Así la describió el uruguayo Kevin cuando nos cruzamos en la estación Kazanskaya para tomar el tren. Una de las ciudades de la Rusia desconocida. Impactante.

La República de Mari El, con su idioma «mari» y sus símbolos nacionales, bandera, himno y demás, tal como los tienen todas las repúblicas de la Federación Rusa, está ubicada entre la República de Tatarstán y el Óblast de Nizhny Novogorod y limita al norte con el Óblast de Kirov y en su sur tiene a la República de Chuvasia. Fue parte territorial de Bulgaria del Volga aunque aliada de los mongoles de la Horda de Oro cuando la región fue sometida por Batu Khan. En el año 1440 se incorporó al Kanato de Kazán que fue conquistado por Ivan el Terrible cien años después.

Yoshkar Olá, una ciudad especial de la Rusia desconocida

Yoshkar Olá es una ciudad especial por su arquitectura original. Las vistas de las casas alineadas junto al río Malaya Kokshaga conforman una postal naif digna de la página central de un libro de cuentos. El colorido de los frentes, naranja, verde, rojo, parece delineado a pincel por un artista romántico. El nombre, Yoshkar Olá, significa «ciudad roja».

Si nos dejamos llevar por el Malecón de Yoshkar Olá, a cada paso y en cada recodo del río, nos sorprenderemos de ir descubriendo a lo largo y más allá, la simpática arquitectura. Las torres y los miradores de las viviendas, con sus cúpulas desiguales aunque todas bonitas. Los ventanales ora rectangulares, ora de medio punto, ora ojivales. Irregulares entre sí y armoniosos en su conjunto.

En un principio la ciudad fue dudada como una fortaleza militar por Iván el Terrible y como se controló de manera organizada y en paz, se convirtió en un núcleo de intercambio comercial y posterior establecimiento de mercaderes y artesanos.

Debido al estable desarrollo económico y a la concentración natural de la población local alrededor de la fortaleza, pronto comenzaron a florecer diversos asentamientos alrededor de ella. Los granjeros cultivaron la tierra, los mercaderes establecieron relaciones comerciales con otras ciudades de la Rusia desconocida y se comenzaron a construir casas más sólidas de piedra.

Yoshkar Olá, una joyita de la Rusia desconocida

En una casa de las más antiguas de esta ciudad, casa que pertenció al mercader Chulkov, funciona el Museo de Historia. Cuenta con casi 24 mil piezas que recorren la historia de la región y su vida rural.

Explorando el centro descubriremos otra vivienda llamativa, famosa por sus intrincados cuartos secretos y pasajes subterráneos. Se trata de la casa del mercader Pchelin.

En el corazón de Yoshkar Olá, cruzando uno de los puentes sobre el río, no dejaremos de admirar a un lado y a otro la Iglesia de la Bendición de la Virgen María en la Torre Anunciación y una copia de la torre Spasskaya del Kremlin de Moscú.

La plaza alberga todo un tesoro arquitectónico de nuestra Rusia desconocida, la Catedral de la Anunciación, el Parque Italiano, la Escultura de la Virgen María con el Niño Jesús y una enorme fuente custodiada por una gran escultura del Arcángel Gabriel.

Yoshkar-Ola posee también una calle peatonal que vas desde la Plaza de la República a lo largo del Boulevard Chavaina. Paseando por ella, llegaremos a la hermosa Plaza del Patriarca, mejor conocida por su entretenido Monumento del Reloj de los Doce Apóstoles.

La visita Yoshkar-Ola no estaría completa sin sentarse un momento junto de bronce Yoshkin, que representa un antiguo personaje de la mitología eslava. Se rumorea que, si uno se sienta al lado de Yoshkin y le pide un deseo, este se hará realidad.

¿Cómo llegar a Yoshkar Olá?

Descubrir esta porción de la Rusia desconocida, y pasar allí una jornada, es algo gratificante y nada complicado de conseguir. Como capital de la República de Mari El está muy bien comunicada.

La mejor forma de llegar es desde Kazán desde donde hay varios autobuses por día. Si se quiere ir en avión también será a través del aeropuerto de Kazán la forma más ágil.

Sin embargo la mejor manera es ir en blablacar ruso. Se puede bajar la aplicación en blablabla.ru. Entre Kazán y Yoshkar Olá, se hace un viaje de dos horas, por una carretera que están ampliando y de momento es muy concurrida. Algunos de los vehículos que hacen blablacar en este trayecto, son simplemente autos tipo van o traffic funcionan como un minibús. Otros son coches particulares con choferes educados y amigables.

Viajar en blablacar en Rusia es otra experiencia inigualeble. Los rusos son increíbles y, el trato con un chofer no se extingue al llegar a destino. En general, se mantiene el contacto y se llega a forjar una entrañable amistad.

Segundo viaje a Kazán, capital de la República de Tatarstán

Qué ver en Kazán

Hay muchísimas cosas que ver en Kazán. Es una ciudad con una abundante historia, un pasado muy rico y determinante para esa región en particular y para Rusia en general.

Kazán es la capital de la República de Tatarstán o Tataristán, una de las repúblicas de la Federación Rusa. Se trata de una zona habitada desde la antigüedad. La ciudad se levantó estratégicamente en la confluencia de dos ríos: Volga y Kazanka. Esta confluencia se puede apreciar desde las murallas que rodean al Kremlin, murallas erigidas sobre las ruinas del antiguo castillo de los kanes.

Es la segunda vez que visito Kazán. La primera fue en 2022 regresando del Transiberiano hacia Moscú y por menos de un día, tiempo totalmente insuficiente pero que alcanzó para encender el deseo y la necesidad de volver.

Uno de los lugares que debemos ver en Kazán es su Kremlin, construido por orden de Iván el Terrible.

Si nos alojamos cerca del centro y salimos a dar un paseo, la aparición del Kremlin no tardará en evidenciarse. Es llamativo e impresionante. Se alza sobre una colina, luminoso entre blancas murallas detrás de las cuales emergen los minaretes de la mezquita Kul Sharif.

Dentro del Kremlin hay varias construcciones que ver como el Palacio de Gobierno de Kazán, siete museos, la Torre de Siuyumbique, la Catedral de la Anunciación y la mezquita.

Todas estas construcciones son preciosas y conforman vestigios con historias y anécdotas. En cada una de ellas encontraremos un código Qr que nos permite indagar un poco más acerca del pasado de cada muro y cada piedra.

Cabe destacar que la Torre de Siuyumbique o Söyembikä, de 59 metros, presenta una leve inclinación, no tan notoria como la de Pisa en Italia. Esta torre se relaciona con una historia de amor y tragedia entre Iván el Terrible y la hija del Kan derrotado por él con la que Iván pretendía casarse.

La Mezquita de Kul Sharif o Qol Šärif se levantó sobre las ruinas de la mezquita original que data de 1500. El edificio primigenio tenía minaretes con forma de cúpulas. Este diseño era tradicional en el Bulgaria del Volga. Kul Sharif fue la mezquita más grande de Europa hasta la construcción reciente de la mezquita de Chechenia.

La Catedral de la Anunciación es uno de los edificios más antiguos del Kremlin. Alberga documentos históricos relevantes, manuscritos de los siglos XVI a XVII entre los que se encuentra el Evangelio de Ephraim.

Otros barrios que ver en Kazán donde convive lo típico con lo monumental

Kazán es una ciudad que requiere más de un día. Hacia todas direcciones hay lugares que merecen un paseo.

Desde el centro o desde el mismo Kremlin, se puede caminar de manera amena y agradable por la peatonal Bauman. Rodearemos varias fuentes y pasaremos delante de llamativas esculturas de metal que ocupan buena parte de la calle. Estas esculturas son habitantes, casi como seres vivos de la ciudad con los que se puede interactuar.

Sobre la peatonal está la Catedral de la Epifanía a cuya alta torre se puede subir para tener una vista aérea panorámica de la ciudad. El campanario está construido de manera independiente al lado de la Catedral. Ambos son de estilo barroco y, a pesar de su majestuosidad, la decoración es armoniosa.

Si seguimos caminando, a unos 15 o 20 minutos del centro está el barrio tradicional Tugam Avylym. Muy cerca, antes de llegar a él, nos sorprenderá un castillo que parece construido de merengues de colores. Es el Teatro de los Muñecos de Kazán. Unos metros más y ya estaremos rodeando las encantadoras casas de madera con flores de Tugam Avylym. Desde allí podemos arrimarnos a la vera del Lago Kaban. Un buen lugar para hacer un picnic aunque no el único, ya que, en pleno centro hay otro lago, más pequeño, el lago negro, rodeado de árboles y con una pradera de pasto mullido y verde ideal para tira

Algo más que ver en Kazán por las riberas del Kazanka

Otra placentera caminata es seguir la ribera del río Kazanka. El Malecón está engalanado de cafés y comercios de regalos. Además hay pérgolas con hamacas, reposeras con vista al río y una zona para hacer ejercicio. El atardecer aquí es magnífico.

El malecón está dividido en dos zonas: una peatonal y un espacio para andar en bicicleta, patines y longboard que se pueden alquilar allí mismo. En invierno, este mismo Malecón se transforma en la pista de hielo más larga del mundo.

Dejándonos llevar por nuestros pasos admiraremos las vistas espléndidas del Kremlin, y cruzando un enorme parque veremos el Palacio de la Agricultura de Kazán. Es una hermosa construcción de estilo ecléctico en cuya puerta principal hay un árbol esculpido.

Otro edificio imponente que vamos a ver en Kazán es la Universidad. Está a un kilómetro del Kremlin y en el momento de su construcción, en 1825, se consideraba el mejor edificio de la ciudad. El famoso matemático ruso Nikolai Lobachevsky fue el principal diseñador del edificio. Aquí estudiaron cientos de los futuros científicos reconocidos en todo el mundo, y dentro de sus paredes nacieron las escuelas académicas que han recibido reconocimiento internacional.

Qué ver en Kazán más allá del centro

En las afueras de la ciudad se encuentra el original Templo de Todas las Religiones.

Es un edificio muy colorido que conjuga la arquitectura típica de diferentes tipos de templos. La estructura del edificio mezcla elementos cristianos, ortodoxos, musulmanes, budistas y judíos.

Su construcción la inició un artista local, llamado Ildar Khanov en la década del noventa. Su idea era crear un espacio de reunión de todos los feligreses, sin importar a qué credo pertenecieran. Un recinto de intercambio y comunicación cultural.

Actualmente en el Templo se desarrolla una escuela de arte para niños, un museo pictórico y también un centro de ayuda a la desintoxicación de adicciones debido a que, en vida, Khanov, ayudó a muchas personas a superar el alcoholismo y la drogadicción.

Cómo llegar y cómo movilizarse

En Kazán hay dos estaciones de trenes. Los trenes que llegan desde Moscú, suelen hacerlo a la estación del centro, Kazán 1. Esta se encuentra a una media hora o 40 minutos a pie del Kremlin.

La otra estación, Kazán 2, está más alejada, del otro lado del río y se puede tomar transporte público para ir hasta el centro.

Desde Moscú los trenes salen de la estación Kazanskaya. Los horarios y disponibilidad pueden verse en la página de ferrocarriles rusos РЖД. Pueden comprarse online con una tarjeta de crédito local o en las ventanillas de cualquier estación de ferrocarril de cualquier ciudad y no necesariamente de donde se va a subir al tren.

Si estás fuera de Rusia, es probable que no puedas abrir la página de РЖД (ferrocarril ruso). Pero no te preocupes, es muy fácil de solucionar. Te descargas la aplicación AiVPN. En la lista de servidores elegís «Rusia» y gracias a la maravillosa ubicuidad digital, aunque no lo creas, instantáneamente te teletransportarás a Rusia.

En Kazán hay una red de metro. También hay un aeropuerto muy cómodo desde el cual sale y llega constantemente el transporte público.

Existe una aplicación de telefonía móvil, 2GIS, que es espectacular para moverse en toda Rusia. Las indicaciones son exhaustivas y al detalle.