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Los mejores lugares de Georgia, un país repleto de historia y naturaleza salvaje

¿Qué visitar en Georgia? Tbilisi, su capital

Tbilisi o Tiflis es la capital y uno de los mejores lugares de Georgia. Además, haciendo base aquí o en la ciudad de Kutaisi, se pueden recorrer los lugares más bonitos y las ciudades más destacadas en las «marshrutkas», combis o vans que viajan todo el tiempo de un lado a otro.

Llegar a Tbilisi es posible en vuelo, a través de su aeropuerto internacional o desde Armenia, por vía terrestre. Estando en Erevan, en nuestro curso de ruso de la Universidad de Moscú, aprovechamos unos días para escaparnos al país vecino.

Viajamos en «marshrutka», combis que hacen este trayecto de unas seis horas, varias veces por día. Los pasajes se pueden comprar con anticipación y los precios son muy variados, desde 10 hasta 60 euros. Los lugares de salida y llegada de los minibuses, también son variados. Hay que ver de dónde parten las combis y adónde te dejarán. Además de la «marshrutka», hay un tren Erevan-Tbilisi y viceversa.

Nos alojamos en un departamento antiquísimo que alquilamos a través de airbnb. Estaba a pocos pasos de la emblemática Plaza de la Libertad y desde allí pudimos caminar toda Tibilisi. Una ciudad con aires del romanticismo de la Belle Époque, muchísimos edificios Art Nouvea y preciosos balcones, frentes y callejuelas desordenadas por las que uno se pierde en un viaje a través del tiempo.

Nuestro departamento era enorme. El baño era de la época soviética y también muchos elementos de la cocina y un piano de la CCCP. El edificio, anterior aún, había sido residencia de personajes destacados del arte y la cultura cuyas placas conmemorativas están en el ancho y pesado portal de madera. Dormir en un lugar así, es el primer paso para sumergirse en un viaje hacia los mejores lugares de Georgia.

Recorrido a pie por Tbilisi, la capital y uno de los mejores lugares de Georgia

Desde la Plaza de la Libertad, se bifurcan dos caminos esenciales. Si nos desviamos hacia la derecha, entraremos al Casco Antiguo con sus calles empedradas y su collage de altibajos y verandas. Si siguiéramos derecho, entraríamos en la Avenida Rustaveli que comienza allí, donde una altísima columna, eleva a San Jorge y el dragón.

Para comenzar, elegimos irnos hacia Kote Abkhazi, punto de inflexión entre lo nuevo y lo viejo. Nos dejamos llevar por las calles sinuosas, pasamos por la Torre del Reloj cuyo espectáculo al dar las horas justo comenzaba así que nos detuvimos admirarlo.

La Torre del Reloj es un icónico monumento de formas torcidas junto a un antiguo teatro de marionetas.  

Caminamos siguiendo las riberas del Río Kurá apreciando cómo la arquitectura clásica se conjuga con la moderna y, sin pretenderlo, empezamos a subir hacia la Antigua Fortaleza Narikala, del siglo IV. Dentro de ella, se erige la iglesia de San Nicolás, otra de las joyas del estilo ortodoxo.

La fortaleza Narikala, está situada en lo más alto de una de las colinas que vigilan la ciudad. Colinas y colinas que muestran y esconden los encantos de Tbilisi. Las vistas son fabulosas, abarcan toda la capital. Se distingue el diseño arquitectónico del azar y las oportunistas rutas de los comerciantes de la Seda, la plaza de Meidan y el barrio turco de Abanotubani. Pero también se ve la parte más antigua, el río, la estatua ecuestre del Rey Vakhtang, a su lado la iglesia de Metekhi y el barrio de Avlabari.

A la izquierda de Narikala se encuentra la estatua de la Madre de Georgia. Un monumento de dimensiones masivas. Luego de saciarnos con las vistas desde la altura, emprendimos el descenso por senderos empinados y pasajes angostos que se ciñen con balconadas dignas de besos furtivos entre vecinos.

Fuimos a la Plaza de Meidan, punto neurálgico de la ciudad. Un rincón que nunca duerme poblado de bares y restaurantes. Debajo de la Plaza está el antiguo Bazar Meidan, de la época de la Ruta de la Seda, con una estructura abovedada con ladrillos. Actualmente, dentro, se venden artículos gastronómicos, y algunos recuerdos de artesanía típica.

La Plaza del Meidan es un punto significativo. Aquí se efectuaba la intersección de los caminos de la Ruta de la Seda. Un sitio de descanso de la caravanas e intercambio de mercancías. Muchos turcos otomanos se establecieron aquí y por eso alrededor de Meidan, se explaya el barrio de Abanotubani .

En este barrio, veremos una bonita mezquita de azulejos azules y muchos baños termales. Los georgianos visitan diariamente estos baños de purificación, curación y relajación.

Otro de los mejores lugares de Georgia se encuentra tan sólo caminar por la Avenida Rustaveli. Si bien padece de mucho tráfico y consecuente ruido, si logramos abstraernos un poco, lograremos deleitarnos con edificios de extravagante belleza y riqueza de estilos.

A lo largo de tan sólo un kilometro y medio nos toparemos con los imponentes edificios palaciegos del Museo Nacional de Georgia, el Museo de Bellas Artes, el Parque 9 de Abril, la Ópera y el Museo de Arte Moderno.

Si decidimos continuar nuestro paseo y cruzar el río, podemos visitar la moderna Catedral de la Santísima Trinidad, de construcción moderna pero soberbia. Desde el otro lado del río, regresamos hacia la zona del Parque Europa, acercándonos a nuestro ampuloso departamento. Cruzar el Puente de la Paz, de noche, fue el broche de oro. Un show de luminarias, que resalta el espíritu joven de la ciudad capital y todo su esplendor.

Naturaleza salvaje y extravagante, cañones y cuevas

Para aprovechar intensamente nuestro breve paso por Georgia, decidimos contratar una expedición de todo el día hacia el cañón de Martvili y las cuevas de Prometeo. Ambas atracciones nos dejaron sin aliento y con muchas ganas de volver a explorar la naturaleza de la región.

Nuestro paseo inició en Tbilisi antes del amanecer. Para llegar a las cuevas y el cañón, hay que pasar por Kutaisi, a 122 km de la capital y seguir aún, 50 km más. Un día intenso y lleno de emociones fuertes. Hay que armarse de coraje y paciencia para el largo viaje y entregarse a disfrutar. Vale muchísmo la pena, toda esta zona que fuera territorio del reino independiente de los Imereti y que se extendía sobre el Cáucaso hasta el Mar Negro. De hecho, la costa se encuentra a 80 km de aquí, con la ciudad de Poti, y la popular Batumi, a 150 km.

Cueva de Prometeo, uno de los mejores lugares de Georgia

La cueva de Prometeo está en el pueblo de Kumistave. Adoptó este nombre ya que, este personaje, fue encadenado en los cercanos acantilados de Khvamli, donde es torturado perpetuamente por un cuervo.

Se trata de un sistema subterráneo increíble y aún desconocido en su totalidad. Fue descubierto en los años 80 aunque su formación comenzó hace entre 60 y 70 millones de años en el macizo kárstico de Sataphlia-Tskaltubo.

Hay 22 corredores descubiertos y que se abrieron al público durante la Unión Soviética. Tras su disolución y el colapso económico de Georgia se cerraron. Durante varios años un ciudadano local estuvo protegiendo una cueva de los vándalos. Ahora en la entrada de la cueva hay instalado un monumento a él y a su perro.

A partir de 2010, se abrieron a los visitantes 6 de estos corredores: Argonautas, Kolkheti, Medea, Amor, Hall e Iberia. A través de ellos, durante una hora, gozamos de un espeluznante espectáculo de estalagtitas y estalagmitas, nunca visto antes. Su colorida iluminación combinada con una suave música clásica nos transporta a un universo misterioso. La inusitada aventura culmina con el broche de oro de la navegación subterránea por el río Kumi, a lo largo de angostos y temerarios túneles entre piedras imponentes labradas por el agua y el tiempo.

El cañón Martvili, sumergido en la jungla y enmarcado de cascadas

Dentro de la geografía georgiana abundan los cañones. Entre ellos podemos mencionar a Okatse, Dashbashi, Yupsharskiy, la garganta Chernigovka y varios más. Sin embargo, uno de los más llamativos por su exuberante vegetación selvática y la cantidad de cascadas que sucumben en sus profundidades es el cañón Martvili.

Este cañón se formó por el fluir profundo y constante del río Abasha. Está ubicado a 5 km del pueblo de Martvili y a 2 km de Gachedili que, a su vez, da nombre a cañón. Los orígenes del Martvili se remontan a los periodos mesozoico y paleozoico y al colapso de cuevas kársticas. Era la época de los reptiles gigantes, mamíferos y aves. Vestigios de ello, huellas de dinosaurios, huesos, restos de invertebrados, fueron encontrados en en esta zona. También se rescataron huesos fosilizados de animales prehistóricos, que vivieron hace 65 a 75 millones de años, lo que determinó el establecimiento de una zona protegida.

El cañón siempre constituyó uno de los mejores lugares de Georgia, tal es así que, aquí, solían bañarse los Dadiani. Los Dadiani fueron nobles ancestrales cuyos nombres aparecen históricamente desde el año 1046 y cuya familia fue una de las más poderosas de Georgia y de la Rusia imperial.  Hay un sendero, que lleva el nombre de esta legendaria familia. Está construido con escalones de piedra caliza y, según la historia, por aquí transitaban personajes definitivos del devenir georgiano, como Jorge el Hagiorita y David IV de Georgia. Cerca de aquí, podremos visitar el Monasterio Martvili del siglo VII. Es un antiguo monasterio pagano, de la era precristiana, dedicado a la fertilidad de la diosa Adgilis Deda.

Navegamos plácidamente por las aguas mansas e intensamente verdes del cañón. Los muros de roca caliza se elevan por más de cuarenta metros de los que, al mismo tiempo tiempo, se precipitan estruendosas cascadas. Tras el agradable paseo, caminamos por senderos, puentes y plataformas que flotan sobre el vacío regalando vistas panorámicas hacia dimensiones imposibles. Esas vistas más el sonido del agua combinando las tesituras de los diferentes caudales, el murmullo del arroyo, el manso susurro del río, y el estruendo de la cataratas, hechizan el momento. Sólo despertamos para volver a soñar con volver.

Otra ciudades para visitar entre los mejores lugares de Georgia

Kutaisi, antigua capital y actual centro legislativo

Kutaisi es la segunda ciudad más grande de Georgia, dispone de aeropuerto internacional y, en la actualidad, constituye la capital parlamentaria legislativa del país. Esta en medio de la preciosa región de Imereti y resulta el punto de partida ideal para organizar excursiones a las regiones naturales más paradisíacas.

En Kutaisi estaremos a 50 km del Cañón Martvili y a 30 minutos en coche de las Cuevas de Prometeo. Además, es una localidad muy práctica para, desde aquí, recorrer el parque de Cuevas Satapila, con enormes e intrigantes pisadas de dinosaurios, el Cañón Okatse con su increíble puente suspendido en un precipicio y sus vertiginosas vistas y, en sus cercanías, la Cascada Kiinchkha.

Kutaisi fue la capital del legendario Reino de Cólquida (Colchis). El mito del Vellocino de Oro encuentra una de sus interpretaciones aquí, debido a que las aguas de río Rioni, eran exploradas en busca de oro utilizando bastidores con tamiz de piel de oveja.

Caminando por la ciudad de Kutaisi, recorremos su encantador Casco Antiguo y llegaremos al Parque Central y a la Plaza David Agmashenabeli frecuentada por los parroquianos que se reúnen allí para conversar y discutir con ironía y humor. Si cruzamos el Puente Blanco que une los dos sectores de la ciudad escindidos por el río Rioni, podremos además hacer un paseo por el aire remontando la altura y el tiempo en un antiguo teleférico soviético. La sensación y las vistas son únicas e indescriptibles.

Merece la pena visitar la Catedral Bagrati, de estilo medieval de los siglos X y XI. Su presencia monumental se evidencia desde cualquier sector de la ciudad. También, debemos pasear por el Gran Bazar.

Alejándonos unos 6 km del centro, escondido en un profuso follaje, descubriremos el Monasterio Motsameta. Otro monasterio que también vale la pena, es Gelati, Patrimonio de la Unesco y donde descansa la tumba del Rey David Agmashenabeli.

Gori, la ciudad natal de Stalin, donde lo aman incondicionalmente

La ciudad de Gori no es muy grande, pero allí nació Stalin y eso le otorgó relevancia y reconocimiento. La avenida principal se llama Stalin, el parque principal, también. Hay un pedestal altísimo con una estatua que fue removida una vez pero debió ser reubicada ante la insistencia de sus ciudadanos.

La casa donde en 1878 nació Iósif Vissariónovich Dzhugashvil, Stalin, es una vivienda muy humilde que desde 1957 funciona como Casa Museo. Allí fue criado como hijo único ya que, sus tres hermanos, murieron víctimas de la miseria y el hambre. No tenían nada. Los padres eran sirvientes y la injusticia y crueldad de la que eran víctimas, encendió en el joven el fervor rebelde.

Una escalinata que enarbola su silueta nos da la bienvenida al recinto que lo conmemora. Las estancias están dedicadas a su infancia en la aldea, su compromiso político y sus últimos días. Se pueden observar bustos, centenares de fotos o retratos, cartas con otros mandatarios internacionales, prendas de ropa e incluso paquetes de tabaco que quedaron sin fumar. Se exalta su humildad y su compromiso de hijo pródigo, su capacidad para dirigir la nación más grande del mundo y el mayor intento hacia la utopía del que fuera capaz nuestra egoísta humanidad.

El lugar tiene un exterior austero en el estilo clásico socialista y un interior lleno de pinturas, fotografías y pertenencias personales. A pesar de las historias de persecución, purgas y gulags, ampliamente difundidas y fomentadas por el capitalismo occidental, en Gori, no encontraremos más que amor, reconocimiento y respeto por el líder.

Iósif Stalin cantaba bien. Escribía poemas. Durante su gobierno se inauguraron nueve mil empresas estatales, se electrificó la nación más grande del mundo, se construyó el ferrocarril más largo del planeta y también el más difícil por las condiciones del terreno y se ganó la guerra al fascismo nazi que aterrorizaba a la humanidad entera.

En el exterior de la Casa Museo, está el vagón de tren que transportó a Stalin a Potsdam, Alemania, con sus cortinas intactas.

«Era un hombre sencillo que creció y se convirtió en el líder de un gran país”, dice Mera B’chatadze, un trabajador de la construcción jubilado, de 70 años, que estaba sentado en un banco al lado del Museo. “Era un genio”, agregó su amigo Givi Lursmanashivi.

Armenia, el más pequeño y milagroso del Cáucaso

¿Qué visitar en Armenia?

Conocido como el país de los milagros y donde encalló el Arca de Noé, sobre un territorio agreste y una naturaleza imponente y tentadora, de la que emergen monasterios antiquísimos que tenemos que visitar en Armenia.

La oportunidad de visitar este país, llegó de la mano de un curso de ruso. Hasta entonces, no había tenido intenciones, más que muy esporádicamente, de viajar allí. Dada la oportunidad de una beca con profesores de la prestigiosa MGU, Universidad de Moscú, decidí ir sin dudarlo ni un segundo. Como había dos plazas vacantes, invité a Martín, mi «poputchik» y allá fuimos.

El curso de ruso incluía clases teóricas por la mañana, que además incorporaban danzas y coro y, tras un receso para almorzar, excursiones por todo el país y todo lo que hay que visitar en Armenia.

Antes de continuar, quiero aclarar que los armenios tienen su propio idioma y un alfabeto incomprensible. A mismo tiempo, todos hablan ruso. Es un país cosmopolita, sobre todo su capital, Erevan o Yerevan, donde además de rusos, viven muchas personas originarias de otras repúblicas tales como Tayikistán, Kazajistán, Uzbekistán y demás -tán. La mayoría de ellos, no habla armenio y se maneja sólo en ruso por lo que, el idioma local, se resigna a la población autóctona y, sobre todo, a la conversación familiar.

Recorrimos Erevan, de punta a punta, todos sus museos y edificios históricos y construcciones modernas y llamativas. También fuimos a monasterios que existen desde el año 303 y nos relajamos en enclaves naturales entre montañas, manantiales de agua bendita y el lago Sevan, que no puede faltar en la lista de lugares que visitar en Armenia.

Erevan, una ciudad con museos imprescindibles

Casa Museo Sergey Paradzhanov

Sergey Paradzhanov o Parajanov fue un cineasta georgiano-armenio-soviético con una visión muy particular e íntima de la realidad. De acuerdo a uno de sus críticos, Parajanov «hacía películas no sobre cómo son las cosas, sino cómo serían si él hubiese sido Dios».

Además de cineasta, fue un artista visual completo y nos ha dejado una profusa herencia de obras de arte, collages, montajes y grabados que podemos ver en su Casa Museo, uno de los sitios infaltables que visitar en Armenia.

Para sus montajes, Parajanov se valía de pequeños objetos como muñecas, botellas de leche, balanzas, quincalla, papel de estaño, plumas, lápices, hilos, etcétera. Y, para sus collages, recortes de periódicos y revistas. Los significados de estas obras son casi inescrutables. Pero tal como el mismo artista manifestó una vez: «Prefiero dejar a la gente que contemple mis trabajos y le ayuden a fantasear, imaginar, o descubrir algo personal que pudiera serles familiar, sin importar lo que yo hubiera querido expresar».

Casa Museo Martiros Saryan

Saryan nació en la ciudad de Nor Najicheván y se estableció definitivamente en la capital de Armenia tras el triunfo de la Revolución. Se destacó por el uso de colores estridentes y, al igual que muchos otros intelectuales y artistas armenios contribuyó al proceso de renacimiento nacional y social del pueblo armenio.

Fue un asiduo viajero desde su adolescencia. A los 17 años se fue a estudiar a la Escuela de Artes de Moscú y recibió la influencia Gaugin y Matisse. Después decidió que era menester conocer todo aquello que visitar en Armenia y pintó una enorme cantidad de paisajes. Luego estuvo tres años entre Turquía, Egipto e Irán.

En la Casa Museo ubicada cerca de la Ópera y la Plaza de la Libertad en Ereván, se exponen la mayoría de sus obras y pertenencias personales.

Museo de Historia: otro de los museos que visitar en Armenia

Recorrer este museo constituye una excelente manera de conocer la historia y cultura de Armenia.

Está ubicado en el edificio del ayuntamiento y distribuido en tres plantas que representan tres etapas históricas bien definidas. En este museo se estima que se guardan 94.000 objetos de acervo histórico, no todos expuestos. Las exposiciones incluyen hallazgos arqueológicos, modelos de arquitectura, armas antiguas, monedas, joyas, libros, vestimenta típica de cada región y antiguos utensillos de la vida cotidiana.

Un elemento curioso y muy mencionado es que, aquí se encuentra el zapato más antiguo de la humanidad. Fue hallado en la cueva de Areni-1, en la provincia de Vayotz Dzor. Los científicos lo catalogaron tras los estudios como un calzado de cuero vacuno de 5.500 años de antigüedad.

Matenadarán, biblioteca en armenio

Es lugar es uno de los depósitos de documentos y manuscritos antiguos, más rico del mundo. Su fundación se remonta al año 405 con la invención del alfabeto armenio. El primer Matenadarán o biblioteca, comenzó en el monasterio de Echimiadzín. Luego, tal como en Echimiadzín, otros monasterios armenios dispusieron de su propio matenadarán, de los cuales subsisten actualmente algunos, tales como los de Hanghpat y Sanahin.

La visita al Matenadarán es única. Allí nos sorprenderemos con encuadernaciones de muchos siglos atrás, libros religiosos con ilustraciones significativas. Se exponen también los elementos que se utilizaron para la redacción de estos documentos. Los pigmentos vegetales para elaborar las pinturas y todos los elementos de trabajo químico que implicaba la creación de los manuscritos.

Paseando por la capital, más cosas que visitar en Armenia

Erevan es una ciudad extendida entre desniveles agrestes, colinas bajas y barrios disímiles. El paseo bonito se reducirá al centro histórico y a algunos parques. Todo lo demás está desvencijado o en permanente arreglo, aunque parece una ciudad en la que las cosas se rompen y quedan así, abandonadas por mucho tiempo.

El centro tiene su encanto, sobre todo en el área que abarca la Plaza de la República con sus fuentes y la zona de la Ópera que, dicho sea de paso, vale la pena aprovechar para ver algún espectáculo. Las funciones de ópera y ballet en este teatro se renuevan constantemente y son de bastante calidad y a un precio asequible. No deberíamos dejar pasar una representación por 10 o 20 euros desde una buena ubicación. Las puestas no son espectaculares pero los artistas aportan talento y ameritan generosos aplausos.

Lo más lindo de Erevan, desde mi perspectiva, son las fuentes de agua que hay a cada paso. Literal. En cada cuadra o como mucho cada doscientos metros, hay bebederos de agua a los que la gente está muy habituada y los ves como bandadas de pájaros por la ciudad, agachando la cabeza para tomar unos sorbos y retomar enseguida el rumbo.

Vale la pena también relajarse en parques, todos con mucho verde y fuentes o estanques considerables, como el Parque de la Memoria que tiene un gran lago artificial por el que se puede navegar. A la vera, sobre un amplio espacio verde y arbolado, hay merenderos y da gusto sentarse a descansar del bullicio urbano, bebiendo un refrescante kvas.

Dos de los espacios abiertos más famosos de la capital y que visitar en Armenia son el Parque conmemorativo del Genocidio armenio y Cascade. Este último constituye una serie de fuentes con chorros de agua que bajan desde la colina y que se puede apreciar subiendo por escaleras hasta la cima. Arriba y un poco más allá, llegaremos al Parque de la Memoria.

Lamentablemente, en dos semanas y poco más que estuve en Armenia y dando vueltas por Erevan, nunca vi funcionando totalmente a Cascade, la cual, en su parte superior, parece estar sin terminar de construir. Este estado de decadencia en la ciudad de Erevan, es constante. Los ciudadanos se ven tranquilos y conformes con su vida, pero nada que se venga abajo les parece relevante . Así también son los servicios. En todos los hoteles o departamentos que estuvimos en Erevan, excepto en uno, -fueron cinco en total- había muchos elementos rotos o que no funcionaban o que estaban ya muy viejos y, por lo visto, así se quedarán para siempre. Un detalle más a tener en cuenta, es que, al menos en la capital, no podremos fiarnos del cambio de dinero que nos devuelven o de lo que nos cobran en un restaurante o un bar de paso. Tristemente y algo a lo que no estamos acostumbrados en nuestros viajes.

Monasterio de Geghard y Garni

El monasterio de Geghard es una construcción arquitectónica única que hay que visitar en Armenia en la provincia de Kotayk. Está parcialmente excavado en la montaña y rodeado por acantilados. Fue fundado en el siglo IV por Gregorio el İluminador, el primer católico de Armenia. Los monjes de allí le daban alojamiento y comida a los viajeros que tenían miedo de cruzar la garganta de noche. Junto con el valle alto del Azat, el monasterio se incluye en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

La ubicación del monasterio lo dota de vistas impresionantes sobre el acantilado y a lo largo del río Azat. Las rocas encaramadas en una empinada pendiente, conforman un anfiteatro natural. De hecho, todas las habitaciones subterráneas del monasterio tienen una acústica milagrosa.

La mitad del complejo monástico está cortado de granito monolito. La otra mitad, consiste en grutas naturales y cuevas que fueron utilizadas como celdas. Detrás de las paredes del monasterio se encuentra la estructura más antigua, la iglesia cueva de San Gregorio que data del siglo XII, así como también una serie de cruces o “khachkars”. El territorio de Geghard es conocido por su manantial de agua sagrada. Los árboles en las cercanías de Geghard están cubiertos por cintas de colores con deseos.

Garni, arquitectura clásica helena

La excursión hasta Geghard, incluirá pasar por Garni. Allí visitaremos un templo de altas columna jónicas que data del siglo I después de Cristo.

Garni es la estructura mejor conservada de la Armenia precristiana y el único edificio de arquitectura clásica del país. Es otra de las atracciones turísticas más importantes que visitar en Armenia.

Fue construido por orden del rey Tiridates I y dedicado al dios griego, Mitra. A diferencia de otros templos grecorromanos está hecho de basalto.

Kor Virap, la postal emblemática que visitar en Armenia

Kor Virap se menciona también como Jor Virap y significa «mazmorra profunda». Este pequeño monasterio, sobre las llanuras del Ararat y a pocos kilómetros de la frontera de Turquía, nos regala la postal característica de Armenia. Desde aquí, con cielo despejado, el monte Ararat estará casi al alcance de nuestras manos.

Cuando el rey Tiridates III gobernaba Armenia, su asistente era el cristiano Grigor Lusavorich (Gregorio I el Iluminador), que predicaba el cristianismo. Tiridates era pagano y sometió a Gregorio a tortura arrojándolo atado de pies y manos en la mazmorra de Jor Virap.

El rey emprendió cruentas guerras contras los cristianos mientras Gregorio siguió preso y vivo en la mazmorra durante 12 años. Su supervivencia se atribuye a que, una viuda samaritana, le llevaba pan.

Mientras tanto el rey seguía persiguiendo hombres y mujeres y no sólo cristianos, sino que también ordenó asesinar a la bella Ripsime por no aceptar ser su esposa, luego a Gayané y a muchos otros seres. Tanta crueldad, arrastró a la conciencia del rey a la locura. Se abandonó asimismo, se desgarró la piel y vivía en la miseria buscando comida entre los cerdos.

Finalmente, en un estado deplorable, Gregorio fue rescatado del foso, curó al rey y le devolvió el sentido. Gregorio supo entonces todas las atrocidades cometidas y vio los cuerpos de los mártires que habían sido quemados. El rey pidió perdón por todos los pecados cometidos. Desde ese momento, Gregorio empezó a predicar el cristianismo al rey, a la corte y al ejército.

El rey Tiridates, que abrazó el cristianismo después de la cura milagrosa de Gregorio, lo proclamó religión oficial de Armenia en 301.

La joya natural que visitar en Armenia, el Lago Sevan

Una excursión a la naturaleza con paseo en barco y pic-nic incluido. Salimos hacia el Lago Seván.

Conocido como “La joya de Armenia” o el “Mar Geghama” es uno de los lagos de agua fresca de montaña más grandes del mundo y conforma una de las principales atracciones naturales que visitar en Armenia. Este maravilloso enclave está localizado en el centro mismo del país y constituye un cuenco enorme de agua clara que cambia de color según el clima, rodeado de picos de casi 2000 metros de altura.

El lago nació como el resultado de las actividades volcánicas de la cresta Geghama. La erupción cayó sobre el antiguo valle del río hace alrededor de 250 mil años, creando una especie de caldera u olla que se llenó con el derretimiento de los depósitos glaciares y el agua de los ríos de deshielo.

La costa es muy pintoresca, con acantilados de roca empinada poblados de bosques densos y aire de montaña siempre puro y fresco, comparable con una brisa de mar. En los alrededores del lago hay templos y vestigios, tales como el complejo monástico Sevanavank del siglo IX y el cementerio medieval Noratus con gran cantidad de khachkars, piedras talladas con cruces armenias.

Se pueden hacer paseos en barco, muy agradables, relajarse en sus playas de gravilla, descansar y comer en el merendero con sombras, practicar natación, windsurf y otros deportes acuáticos o andar en bici por los encantadores rincones que rodean el lago. en los numerosos restaurantes de pescado que se encuentran a lo largo de la costa.

Monasterios al pie de las fronteras: Noravank y Tatev

Mimetizado en la roca cobriza, la belleza de Noravank

En un recóndito valle, entre las áridas mesetas y montañas del Cáucaso, se fundó, en 1205, este reducto inspirador de espiritualidad. Llegar hasta aquí merece la pena, no sólo por los originales templos cuya arquitectura es delicada y hermosa, sino también por las montañas. Podemos pedernos en ellas a través de una intrincada red de senderos que ascienden entre roca y arboleda, topándonos con manantiales, a puntos increíbles de dominio de la inmensidad.

El conjunto arquitectónico dorado, está rodeado de una muralla que se difumina en el escenario natural. Por todas partes se pueden encontrar khachkars, las preciosas piedras labradas características de Armenia. 

El templo más grande es Surp Astvatsatsin, construido en 1339 sobre el mausoleo de Burtel Orbelian, enterrado aquí con su familia. Su morfología se asemeja a las primeras torres funerarias construidas por los primeros cristianos. En la puerta de acceso un altorrelieve representa a Cristo con San Pedro y San Pablo flanqueándole.

Son llamativas dos estrechas escaleras exteriores que enmarcan la puerta de acceso. Según la leyenda, solo las almas puras pueden subir sin caerse: casi todo el mundo acepta el reto de subir y demostrar su bondad.

No lejos de allí, junto a los restos de una iglesia más antigua, se erige Surp Karapet que data del siglo XI y, a su lado, está la capilla Surp Gregor, del siglo X, en donde podemos apreciar una lápida del 1300 con el relieve de un hombre-león.

Hasta el extremo sur de Armenia, monasterio de Tatev

En los confines meridionales de Armenia, lindando con Azerbaiyán, se revela esta joya de la arquitectura medieval: Tatev. Esta remota posición fue estratégicamente favorable dado que, el monasterio, construido entre los siglos IX y XIII era el centro religioso y político del principado de Syunik.

El monasterio funcionaba también como instituto educacional, allí se estudiaba filosofía, teología, física, matemática, astronomía, medicina, arquitectura, historia, gramática, literatura, caligrafía, música y pintura. La biblioteca albergaba diez mil manuscritos. Al mismo tiempo era la residencia del arzobispo de Syunik, albergaba talleres de artesanías y abarcaba vastas extensiones de tierras.

En el pasado, era una región inaccesible, debido a los serpenteantes caminos que, para llegar hasta allí, bordean las empinadas paredes de la garganta del río Vorotan. Actualmente se puede llegar en un teleférico de doble sentido que figura en el libro Guiness de récords como el más largo del mundo.

Flotando silencioso en las montañas, el monasterio de Tatev es un lugar impresionante. Dentro de él podemos perdernos en un laberinto de estrechos pasajes que unen espaciosas salas y edificios. De penumbra en penumbra, por angostas escaleras de piedra con entradas arqueadas y nichos en la oscuridad. Al mismo tiempo, la ubicación del monasterio a pies del cañón, nos regala vistas panorámicas que nos dejarán sin palabras.

El conjunto está rodeado de murallas y conformado por tres iglesias, dependencias residenciales de los monjes, una biblioteca, un mausoleo, un campanario y una almazara. La mayor parte de los edificios están sobre el precipicio del río Vorotán que corre debajo a más de 600 metros de desnivel.

El centro del complejo es ocupado por la Iglesia de San Pedro y San Pablo (Surb Pogos Petros), la principal y más grande estructura del monasterio. El primer templo fue construido allí en el año 906, sin embargo, las partes más antiguas, datan del siglo VI.

Especialmente notables son los grandes volúmenes externos del domo de la iglesia y el alto y redondeado domo con forma umbela. Los bajo relieves decorando las ventanas son interesantes, cada uno de ellos muestra una cara humana con cabezas de serpientes mirando las ventanas. La gran catedral solía estar pintada con frescos, los cuales han sobrevivido parcialmente.

A la izquierda de la entrada principal está la capilla de Santa María, añadida en 1087. Y en el patio, encontraréis un pilar octogonal con un khachkar (cruz labrada en piedra típica armenia), que tiene al parecer, propiedades milagrosas prediciendo actividad sísmica.

¿Cómo llegar a Armenia?

Para volar a Armenia probablemente haya que hacer escala ya que no hay vuelos directos desde todos los países. Se pueden conseguir vuelos económicos directos, sin equipaje, desde Milán, Atenas, Lyon, Bruselas, Estambul, Sochi y alguna otra ciudad

A través del buscador ruso Gosbilet se podrán encontrar vuelos de muy buena calidad con Armenian Airlines que no aparecen en otros buscadores occidentales. Yo utilicé Armenian Airlines y fue estupendo, Martín viajó por Aegean Airlines, también muy bien y, de regreso, tomamos Wizzair Malta y Easy Jet, ambas sin ningún problema. Todo perfecto.

Otra opción es llegar desde Georgia, país limítrofe que también merece una visita de varios días. Las combis, llamadas «marshrutka», viajan desde Erevan a Tbilisi y viceversa, muchísimas veces por día. Demoran unas 6 horas y son baratas. Pueden reservarse estos minibuses con antelación aquí . No olvidar llevar el pasaporte en regla ya que hay que cruzar la frontera. El proceso es rápido y sencillo.