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Pirenaica 12-Refugio Pombie-Refugio Arremoulit

Para esta etapa me preparé psicológicamente. Algo que no suelo hacer ya que, habitualmente, me mando sin más. Quizás me sobró tiempo en la previa logística como para preocuparme. El tema es el Paso de Orteig, un paso aéreo de unos 100 metros de largo a una altitud considerable sobre el precipicio.

El paso de Orteig es una cornisa angosta que abrió el montañista y cazador apellidado Orteig en 1883. Actualmente está equipado con un cable para sostenernos, pero su angostura contra la pared vertical, me hacía temer por nuestra seguridad debido a las mochilas cargadas que solemos llevar y que entorpecerían el margen de movimiento giratorio.

Salimos del refugio de Pombie. El tiempo estaba nublado, húmedo y frío.

El primer tramo es un descenso suave y agradable por bosque hasta una enorme campa donde se encuentran las cabañas dispersas del Caillou de Soques. Allí cruzaremos una carretera ancha, la D 934 que, desde el Portalet se interna en Francia.

La agradable bajada sigue el curso del arroyo Pombie que cruzamos un par de veces. Se camina por una u otra margen según vaya el sendero. Pasamos la cabaña Pucheoux y cruzamos el arroyo girando a la izquierda. Y una vez más, por una pasarela, cruzamos el río y caminamos por un placentero bosque de hayas. Precioso.

Finalmente tendremos que atravesar el río Brousset y subir hasta las cabañas de Soques que se dispersan desde un parking cerca de la carretera. Hasta aquí, hemos hecho 5 km y descendido 675 metros desde el refugio. Este primer panorama de esta etapa de trekking en Pirineos contrasta drásticamente con lo que nos espera.

Cruzamos la carretera y localizamos, unos metros hacia el norte, el sendero que sube por la ladera de enfrente. De entrada lo vemos, lo perfilamos con la mirada, y nos damos cuenta que no es joda. Es trepar y trepar por una dura pendiente.

El arroyo Arrious discurre por nuestra izquierda. Lo cruzaremos más adelante. Primero vamos por un bosque y luego dejamos el bosque para subir por prados donde pastan animales.

Debajo de una roca gigante veremos que aparece la cabaña La quèbe d’Arroius. Le hacemos una visita como de costumbre y aprovechamos a reponer energías.

La subida que retomamos hace zig-zags y caracoles intentando suavizar el esfuerzo de los pasos. Hay varios neveros por delante pero no nos presentan inconveniente.

A través de un falso llano avanzamos paulatinamente a un falso collado ya que, para alcanzar Arrious, a 2259 mestros, todavía falta un esfuerzo más.

Las vistas se disfrutan. Son cada vez más espectaculares. Cercado por cimas imponente de más de 2700 metros de altitud y de evidente origen glaciar, las aguas azul profundo del lago Artouste son como un ojo luminoso custodiando el valle.

Desde el collado seguimos el sendero en descenso durante algunos metros y llegamos a la temible intersección: el Passage o Paso de Orteig. La hora de enfrentarlo se ha cumplido. La suerte está echada. Allá vamos, Animal!

Desde el mismo collado d’Arrious y sin franquearlo, giramos a la derecha (sureste) y nos dirigimos hacia el picacho (Pic du Lac d’Arrious) que destaca delante de nosotros. En su falda oeste hay un precioso lago en deshielo, el Lac d’Arrious.

La senda se dirige hacia la enorme pared norte del pico. Allí, aunque parezca que no va a estar, súbitamente aparece: el pasaje de Orteig. Abierto, excavado en la pared de la montaña, en 1883 por este montañista legendario Jacques Orteig.

Lo tomamos con precaución. Yo, más preparada piscológicamente, lo paso ateniéndome a la circunstancias previstas y con seguridad y confianza, mientras que, mi compañero de ruta, que no tiene miedo a nada, jamás, se da cuenta de que el paso representa un verdadero desafío a la ley de la gravedad, a nuestro equipamiento rústico y a nuestros pasos a menudo torpes.

Si nos atrevemos un segundo a las vistas, éstas son espeluznantes y hermosas. La adrenalina y la respiración agitada nos corretean por la médula y nos sostienen en vilo casi en el aire. Es temerario y siento una felicidad inmensa. Es algo superior a mí, pero puedo aferrarme a ello sin dudar. Sin trastabillar y sin miedo. Ser un miembro más de esa exageración de altura y vacío que constituye la pared de piedra de una montaña. Viendo a nuestro mundo con el corazón latiendo alto sobre un halo de nube. Me encanta. Soy adicta a esa sensación.

Cruzamos.
Lo demás deviene sencillo. Aún con la emoción en la piel, subimos y bajamos con algún nevero en el camino. Desde una colina, alcanzamos a ver, junto a su lago encantador el refugio de Arrémoulit.

Antes de bajar de hecho hacia él, pasamos un rato contemplando el majestuoso circo de cadenas que nos rodea. Los picos de Arriel, el Balaïtous, el Palas. Empieza a nevar. El espectáculo del que somos protagonistas es sencillamente soberbio y magistral.

Pirenaica 11-Candanchú-Refugio Pombie

Luego de un receso laboral, continuamos este caminar en Pirineos por la llamada Alta Ruta o Haute Randonnée Pyrénéenne. Si bien habíamos dejado en Arlet, del lado francés, por comodidad desde el punto de origen, vamos a encarar en dirección collado de Peyreget desde el lado español subiendo por Escalar y Moines.

Para retomar nos acercamos en vehículo (bus, blablacar y a dedo) hasta la estación de ski de Candanchú vía Jaca. Llegar hasta allí, desde Errigoiti, combinando transportes nos demora casi el día completo.

Sobre la caída de la tarde, desde Candanchú, caminamos por la carretera hasta la siguiente estación de ski, Astún. Pasando el hotel y debajo del cable de las telesillas, localizamos la huella para iniciar la subida al Ibón de las Truchas. Oscurece pronto y acampamos sobre una colina en una campa muy hermosa.

A la mañana siguiente, con los primeros resplandores del alba iniciamos la travesía. Seguimos un corto tramo el sendero inicial y nos desviamos hacia la derecha por otro que nos indica: Escalar.

Desde el İbon, en cuya orilla nos detenemos a contemplar un momento el paisaje, comenzamos a trepar el barranco de Escalar. Lo rodeamos por la derecha y subimos. Las vistas del ojo de agua que se empequeñece a medida que ascendemos, dan respiro a la sostenida pendiente.

Seguimos en ascenso hasta llegar al Collado des Moines o Puerto de Jaca a 2119 metros. En breve nos encontramos con un cartel que nos indica nuestro ingreso al Parc National des Pyrénées.

Las presencia del Midi d’Ossau, quien nos acompañará imponente durante un par de días, es impresionante. Todas las aristas y muros del coloso en contraste con el valle salpicado de lagos, nos impactan a cada paso.

Pasamos junto al lago Castérau dejándolo a la izquierda y bajamos hasta la Cabane de la Hosse, junto al torrente de Bious. Como me fascinan estas cabañas y refugios abiertos del Pirineo con su calor acogedor de hogar dulce hogar, nos acercamos a visitarla.

Cruzamos el Bious por un puente y vamos hasta la Cabane de Cap de Pount que también visitamos. Como hay una cocina con gas, aprovechamos a calentar agua para el mate. Junto a la cabaña arranca un sendero hacia el este por el que comenzamos a ascender.

Tenemos por delante una trepada larga y empinada hasta el Collado de Peyreget. Hay mucha roca y también algunos neveros. Nos orientamos siguiendo las pircas.

Estamos entre dos macizos emblemáticos, el Ossau, como un faro a nuestra izquierda y el Peyreget a la derecha. Antes de llegar al Collado de Peyreget, a 2300 metros, avanzamos por una campa con hierbas en falso llano.

Desde allí sólo resta la bajada al refugio de Pombie por un camino zigzagueante entre las rocas. A nuestra derecha quedará un precioso lago helado y, luego de despedirnos de su reflejo, comenzaremos a ver más abajo aún, nuestro destino de este día.

El bonito chalet de Pombie, guardado en temporada, mantiene un sector abierto y gratuito con cocina con mesada, mesas, bancas y un dormitorio con unas diez literas durante el otoño-invierno. Completamos esta etapa a fines de octubre y pasamos la noche allí.

Pirenaica 10-Cabaña de Ansabere-Refugio de Arlet

Continuamos nuestro caminar Pirineos con esta etapa sin dificultad. En mi caso es la número 10.

Salimos de la cabaña Ansabere y caminamos de frente, directo hacia el Collado pasando por el lago de Ansabere, un lugar idílico como para detenerse a admirar un momento, respirar hondo, y nutrirnos de inspiración para una nueva jornada montañera.

Alcanzado el collado, caminamos por las crestas hasta que comienza el descenso hacia el Ibón de Acherito a 1875 metros. Vamos cruzando la muga fronteriza. Por un lado, Acherito, del lado español, cuyo valle se une al río Aragón Subordán que más adelante atraviesa el valle d Echo y la Selva de Oza.

Desde Acherito ascendemos por el barranco de la Fochas al Collado del puerto del Palo, a 1942 metros. Este collado está jalonado por dos cónicos picos, Burq y Lariste. Luego, por el Collado de Guarde, recuperamos el lado francés a 1970 metros.

Surcamos la vertiente francesa entra las Peñas de Riste, el Pic d’Aillary y el Rouge. Cruzamos el collado de Saoubathou a 1949 metros y, antes de alcanzar el lago Arlet, pasamos por las cabañas de Spelunguette y Lapassa.

En los alrededores del lago, a 2000 metros de altitud está el refugio de Arlet, guardado de mayo a octubre.


Pirenaica 9-Refugio de Belagua-Cabaña de Ansabere

Continuamos una etapa más de la alta ruta pirenaica desde Belagua. Dejamos el refugio caminando por el valle en dirección a la frontera. Como referencia, podemos tomar el pico Arlas con su destacada forma cónica. Los senderos que acceden a él son obvios, vamos subiendo poco a poco de manera considerable.

Una vez alcanzada la base del Arlas, lo faldeamos por el oeste hasta llegar al Collado de Pescamou. A partir de aquí hay un sendero balizado que atraviesa primero una vaguada ancha, pasa por la caseta que ocupan espeólogos durante sus investigaciones y, poco mas adelante, alcanzamos el Collado de Baticotxe. Junto a nosotros se presenta el Pic Murlong.

A medida que avanzamos la roca del macizo reemplaza a las colinas verdes. Una tormenta fría y precoz, ha pintado el final de octubre con algunos manchones de nieve que le aportan entusiasmo a la caminata. El escenario es perfecto. Los muros calizos se elevan verticalmente a más de 300 metros y el macizo de Larra, es tan espectacular como la mayoría de los kársticos.

Atravesamos toda esta amplia incertidumbre kárstica vigilando la dirección para no desviarnos y midiendo nuestros pasos sobre los manchones de nieve que suelen emparchar simas y huecos profundos entra las rocas. Por un lado llegaremos al Collado de Anies y, por el otro, la esbelta postal del valle de Lascun. Vamos a descender por este valle precioso, pero antes, decidimos subir el Pic d’Anie.

El Pic d’Anie es una montaña de 2507 metros de altitud. Está justo en la muga entre el Pirineo francés, País Vasco y Navarra. Se la llama también Auñamendi. En días sin niebla se puede subir sin preocupación desde Lascún, aquí, por el norte, evitando confundirnos con ante la monotonía kárstica de Larra. Otra ruta más fácil de seguir es por el flanco sudoeste por el que accederemos a un desfiladero no muy largo entre las cotas 2234 y 2228 metros.

Para llegar a la cima debemos superar un desnivel empinado de 320 metros. Al final se hace un zig-zag necesario. La cumbre en sí misma y las vistas desde allí son impresionantes.

Una vez saciado el ímpetu y el deseo, con un empacho de cadenas montañosas en la mirada, bajamos hacia Lescún. Vamos girando hacia el sur y atravesamos los farallones del impresionante Billare.

El tramo final de la etapa es ascendente y finaliza en la cabaña de Ansabere bajo las famosas agujas del mismo nombre.

Otras variantes interesantes que se ofrecen para disfrutar esta etapa son los picos de Añelarra, La Mesa de los Tres Reyes y el Pico Petrechema.

La Cabaña de Ansabere es un refugio libre con 10 plazas en literas para dormir, una fuente de agua, y todas las comodidades y calidez para acoger al caminante.

Pirenaica 8-Otsagabia-Isaba-Refugio de Belagua

Desde Otsagabia tomamos el GR 11 directo a Isaba.

El camino por el GR 11 es muy sencillo. Transcurre por una pista ancha de ripio. Bastante incómoda para caminar y monótona.

Los árboles constantes ayudan con su sombra. Se pasa por un estanque de agua estancada marrón, como para remojarse los pies.

Después de este estanque el camino se transforma al fin en un sendero más acogedor. Con menos sombra pero donde corre un aire muy agradable. La bajada final al encantador pueblo de Isaba es empinadísima.

Son 600 metros de desnivel en 3 kilómetros. Por suerte por un lecho de hojas secas y a través de un bosque denso con sombra.

Al llegar a Isaba enseguida se destaca la iglesia del año 1500 con forma de fortificación y las construcciones medievales.

Damos unas vueltas por las callejuelas del pueblo y subimos al refugio de Belagua donde vamos a dormir en el camping que nos costó 5.50 euros. El personal es amable y la ducha de calentador eléctrico así que si hay mucha gente en el camping se recomienda no papar moscas e ir a bañarse cuanto antes.

Pirenaica 7-Chalet de Pedro-Irati-Pic d’Ori-Otsagabia

Una etapa con mucha subida y poca agua. Hay una tienda de alimentos al inicio de la caminata.

Salimos del Chalet de Pedro rumbo a los Chalets de Irati. Pasamos por la presa de Bargakiak donde hay agua. Es un paraje pintoresco. Luego, en el barrio de los Chalets de Irati hay tiendas donde reabastecer algún alimento. Los precios son variados. Hay algo económico que se puede comprar aunque en general es bastante caro.

Tomamos la senda GR 10 T (transfrontière). Casi toda la etapa en subida por las faldas del Bizkarze y luego por Zazpigana hasta superar el Pic d’Ori de 2021 metros. Las vistas son espectaculares.

Atravesamos bosques de hayas y pinos y bajamos al puerto de Larrau. Habíamos leído que cerca de esta pista encontraríamos un refugio y una fuente de agua, un arroyo. Arremetimos algunas cimas y collados más pero no encontramos el arroyo. La tormenta y la tardecita caían sobre nuestras cabezas por lo que no dudamos en hacer dedo al primer coche que pasó y terminamos en Otsagabia.

En Otsagabia hay un camping. No conocíamos así que estuvo bien llegar a este pueblo encantador. Además de conocer a una pareja super copada que fue las que nos llevó en auto hasta allí. Deberemos remontar las laderas nuevamente mañana y nos perdimos la Cabane d’Ardané porque fluyó hacia la vertiente sur.

En Otsagabia el camping nos costó 5.50 euros. Las duchas eran espectaculares y el personal muy amable.

Todavía estamos en el País Vasco. Euskal Herria.

 

Pirenaica 6-Refugio de Aspegi a Chalet de Pedro (Irati)

Un buen tirón con mucho desnivel, tanto de subida y trepada como de bajada. Hubo bastante niebla, factor habitual en Pirineos. Sobre los 1100 metros aclaraba. Por debajo era una nube inmensa.

Desde el Refugio de Azpegi tomamos un sendero local, el 57 B que pasa por algunos cromlechs. Este sendero está balizado con marcas verde y blanca y coincide con el GR 12. A su vez, el GR 12, durante toda la primera parte de esta jornada, coincide con el GR T 9. Los GR T son los senderos Transversales, balizados en las últimas décadas y que tienden a extender lazos entre el GR 10 (Francia) y el GR 11 (España) . Si hacemos la Transpirenaica por las alturas, la Alta Ruta, vamos a coincidir muchas veces con los GR T y con los senderos Locales como el 57 B. Con un mapa de papel se ve esto claramente y bastante fácil porque son senderos de muchos años que se van denominando y señalizando según colores, pero que ya existían.

Cuando termina el sendero local 57 B, nos metemos en un camino más ancho. La entrada a este camino no se ve, pero se encuentra justo donde se señala la finalización del sendero local. Hay marcas roja y blanca de GR que seguiremos. Flanquearemos una ladera muy vertical, expuesta pero que se puede cómodamente con precaución. Luego iremos sorteando varios collados, uno tras otro donde los postes marcan las alturas máximas y el nombre de cada cima. A medida que bajemos, nos meteremos en enormes y hermosos hayedos.

Cuando pasamos Okabe, casi al final de esta jornada, tomaremos el GR 10 por la derecha de Okabe. Si vamos a la izquierda, iremos hacia la misma carretera pero en dirección a Donibane Garazi (Saint Jean Pied de Port).

La bajada a Egurgi es empinada y tras ella, la bajada al Chalet de Pedro, donde acamparemos, también baja precipitosamente.

Acampar cerca del Chalet de Pedro, junto al río, es precioso, está permitido, y es gratis.

 

 

Pirenaica 5-Auritz (Burgete)-Orreaga (Roncesvalles)-Azpegi

(Para arrancar la etapa desde Orreaga -Roncesvalles- hay un autobús desde Iruña -Pamplona- de la empresa Autobuses Artieda. Demora 1 hora 10 minutos y cuesta 4.80 euros. Los horarios se pueden consultar por internet.)

En el pequeño poblado de Orreaga o Roncesvalles abundan los peregrinos del Camino de Santiago. Para empezar esta etapa pirenaica vamos hasta la Colegiata. La colegiata es un edificio enorme. Por detrás de ella sale nuestro camino. Al principio compartiremos el sendero con los peregrinos del Camino de Santiago. Podemos seguir las tradicionales flechas amarillas o las roja y blanca del GR. Siempre en ascenso llegaremos hasta el Collado de Lepoeder donde el viento y la niebla nos envuelven. Desde allí hacemos el descenso y nuestro camino pirenaico se separa del Camino de Santiago.

Seguimos la señalización que indica a Aspegi. La alambrada fronteriza nos señala el rumbo correcto. En varias oportunidades pasaremos a un lado y a otro de la misma.

Antes de llegar a Azpegi aparecen varias bifurcaciones. Los desvíos están bien señalizados. Hay varios senderos temáticos que conducen a restos megalíticos de la Edad de Bronce.

En Azpegi hay bordas pastoriles y pasa una carretera asfaltada. Bajando por esta carretera 400 metros encontraremos el Refugio de Aspegi que es un lugar estupendo para descansar. Se trata de un refugio abierto y gratuito. Precioso. Está bien mantenido. Limpio. Afuera hay un par de parrillas y una fuente. Adentro tiene hogar a leña, mesas y bancas de madera, y un entrepiso donde dormir cómodamente.

 

 

La vegetación alrededor es impresionante. Los árboles son tan altos y tupidos que, inmersos en la densa y frecuente niebla, uno sospecha que son montañas.

 

Pirenaica 4-Urkiaga-Auritz (Burguete)

A las 6.30 escuché las gotas que caían sobre la tela de la carpa. En breve paró. Asomé la cabeza y el día pintaba nublado denso pero con algo de rosa forzado por febo. Me levanté temprano, hice los mates, acomodé todo y fui a saludar y despedirme de los franceses que no habían dormido tan a gusto como yo. El día sería largo en cuanto a pasos a recorrer y debía aprovechar el buen clima. Me faltaba poco menos de la mitad de la etapa de ayer para alcanzar a Urkiaga y luego toda la etapa 4 desde Urkiaga a Auritz y no sería todo…

El camino está bien señalizado, hay marcas pintadas y postes bajitos, blancos con la línea roja. Dejando atrás la Borda de Kinto y el collado de Azaldegi mientras saludaba durante varios recodos del camino a los franceses, subí  hasta salir del hayedo y llegar muy pronto a otra pequeña chabola.  Y seguí subiendo por la cresta de los Generales, las vistas son fabulosas. En pocos pasos arriba si giramos la vista 360 grados no habrá desperdicio. No alcanzan los ojos para admirar tantas bellezas.  A pesar de haber amanecido tormentoso, las nubes se aglomeraban en otras cumbres del horizonte a medida que el cielo sobre mi cabeza se despejaba. Fuis sorteando las laderas del Iparraldeko Kaskoa, Artsal, Enekorri, ondulando sobre los collados que las unen. Pasé varias palomeras. No hay agua pero só prados muy extensos donde se podría acampar y mucha paz. Por aquí en este día no crucé a nadie.  Hay algunos cruces de caminos con las típicas flechas de madera. Para Urkiaga, a pesar de sentir yo, que ya llevo bastante caminado, siempre falta un poco más. Al final llego.

Es decepcionante Urkiaga. Hay una ruta de asfalto bastante transitada que corta al medio el verde y el bosque. Hay varias palomeras, un búnker y no sería un lugar propicio para pasar una noche bella y en paz con la naturaleza así que me alegro de haber dormido en Kontoko Borda.

Cruzando la ruta hay paneles informativos. Toca volver a remontar más de mil metros que hemos bajado. Primero el ascenso es un por una pista ancha de barro. Por ahí circula algún que otro vehículo con buenas llantas.  Es sombrío y barroso. Hay algunos caseríos o enclaves ganaderos y se ve algo de poblador que anda por ahí. Al cruzar un alambre se entra en una senda más montañera que nos traslada a un circo de colinas verdes  alucinante, es el circo de Adi. Imposible no exclamar en voz alta. Una hermosura.

Seguidamente se entra a un bosque de hayas, también por ahí se interceptan algunos caminos anchos y una casa, pero la senda sigue por el bosque y da gusto. Hay que ir atento a las marcas para no perderse en lo umbrío y uniforme del bosque, la armonía de los árboles y el tapiz de colores más nuestra distracción ante tanta belleza nos puede llevar a cualquier lado si no vamos atentos a la marca entre las sombras. Saliendo luego de un pinar vamos a llegar al barranco de Odia y su arroyo que nos acompañará buena parte del camino.

Este arroyo es ideal para descansar un rato, hacer un hamaiketako, un pic-nic, o también si place quedarse a acampar cerca de sus orillas, es super bonito. Vamos a caminar cerca de él hasta la CASA DE Pablo en Sorogain, un albergue que está abierto. Antes del albergue está la senda que sube para continuar hacia Auritz, hay paneles informativos. También aquí sale una ruta asfaltada que va hacia Espinal.

La senda vuelve a subir en dirección del Collado de Arbilleta, pasaremos un hayedo más y antiguas canteras. Más adelante veremos comederos de ganado y seguiremos un arroyo por su margen izquierda con la baliza del Camino de Santiago en dirección contraria. Pasamos dos arroyos más y una pista con naves vacunas nos dirige fácilmente hasta Auritz-Burguete.

En mi caso, al llegar reculé un par de kilómetros por la ruta hasta el camping Urrobi, cerca de Espinal; un camping organizado, civilizado, adonde pude ducharme y descansar esa noche para regresar a Bilbo desde Iruña. A Iruña se va en un autobús que parte de Roncesvalles todas las mañanas a las 9.20. Se toma en la gasolinera que está a pocos metros de la entrada del camping. Se trata de autobuses Artieda y se pueden verificar los horarios por internet, cuesta 4.50 euros hasta Iruña-Pamplona.

Pirenaica 3-Elizondo-Urkiaga

 

La etapa 3 del GR11 de oeste a este tal como voy es desde Elizondo a Urkiaga. La Alta Ruta Pirenaica va desde Elizondo y cruza hacia los Aldudes. La línea fronteriza, un alambrado y mugas de roca, se extiende por las cumbres que van desde los 900 a los 1300 metros en esta etapa y deja de un lado el Valle del Baztán, y del otro la Vallée des Aldudes.

Como mi salida se efectúa desde Bilbo no me fue posible completar las 6 horas que demanda esta etapa, además, debí procurarme algún cobijo ante posibles tormentas y afortunadamente siempre encontré un techito donde guarecerme.

Arranqué desde Bilbo temprano en la mañana y me dirigí en autobús de Transportes La Unión, La Burundesa, hacia Iruña. Elegí esta opción y no la de arrancar desde Donostia ya que,  el primer bus de la Baztaneza desde Donostia a Elizondo salía a las 16.30 y me rezagaba mucho el inicio de la caminata. En cambio, desde Iruña, tenía un bus a las 13. Calculaba que estaría en media hora en Elizondo pero no fue así ya que este tomó ruta por varios pueblitos muy pintorescos colgados de las laderas de las montañas,  Almandoz, Eugi, Irurita, entre otras paradas. Demoramos como hora y media pero fue bonito y a las 15 hs ya estaba en la iglesia de Santiago de Elizondo desde donde oficialmente arranca la etapa. Pocos metros después están los paneles informativos donde se explica tanto en francés como castellano y por susto euskera las distintas posibilidades. Está el GR11 , pero también el GR12 y un GR5T que es un transversal. Todos arrancan más o menos en la misma dirección y luego alguno se bifurca y apunta para otras cimas, otros collados, y hacia otros destinos. El sendero inicial evita ir por una pista asfaltada aunque se cruza varias veces.

A poco menos de una hora de camino, siempre en ascenso ya durante 11 km en esta etapa, es todo subida, hay un par de fuentes de agua donde es posible hidratarse,  remojarse un poco y abastecer las ánforas. Hay sectores embarrados y bosque de hayas y robles.

Cuando ya hacia casi 3 horas que estaba andando y ya divisaba la Peña de Alba, Albako Harria y el Collado Argibel, se desató una tormenta. Justo llegaba a una cabaña de cazadores que estaba cerrada pero que tiene un alero con unas bancas de piedra debajo donde me refugié del aguacero y me tomé unos mates mientras meditaba qué hacer si continuar o acampar allí mismo. Esta cabaña está en el Collado Urbillo. Hay un depósito de leña, algunas mesas y otra cabañia más pequeña. Escampó en cuarenta minutos así que reacomodé los bártulos, calcé bien la mochila y apreté el paso. Según mis apuntes en una hora quince debía encontrar otra cabaña.

Llegué al collado de Arguibel y fui siguiendo la alambrada y las mugas de piedra. La tormenta amenazaba otra vez y cruzaba el cielo con rayos luminosos de todos colores. Las vistas eran fabulosas, los prados verdes, el collado y de un lado, a mis espaldas, se alejaba Albako Harria y del otro, allí debajo de las colinas, los pueblitos de la Vallée des Aldudes. Ahí hay bifurcaciones indicadas con flechas, todo se perfila tan bonito que uno no sabe para qué lado será más precioso continuar y eso multiplica el deseo de volver a caminar todo de nuevo siguiendo otra flecha. Yo seguí hacia Urkiaga que es el GR11, si uno quisiera tomar la Alta Ruta debe bajar hacia los Aldudes pasando por el Collado de Berdaritz.

Seguí junto al alambre fronterizo, luego desviándome un poco hacia mi derecha, primero por prados y después entrando en un hermoso bosque y, en menos de una hora, jugando carrerilla a la tormenta, ya estaba en la siguiente cabaña de cazadores en Kintoko Borda. Esta tiene una pila con una canilla y agua, también esta cerrada la casa, pero tiene un parque de pasto mullido donde acampar y un par de mesas de piedra. Me prepare los consabidos mates y antes de que comenzara la lluvia armé el campamento.

Una pareja de franceses, Emannuelle y Alain, me sorprendieron. Estaban a un costado de la cabaña de cazadores, cerca del arroyo donde hay otra cabaña muy pequeñita, abierta. Esta cabañita tiene un espacio donde apenas entran dos personas en bolsa de dormir. Conversamos durante horas hasta que cayó la noche y se pasó la tormenta. Fue un encuentro fraternal y muy lindo. Durante la noche se vieron dos estrellas en el cielo y al despunte del alba cayeron algunas gotas. Nada más.

A Urkiaga no llegué en esta jornada que comencé tardíamente después del mediodía y con tormenta, pero allá vamos! Un día más después de una noche impagable en esos prados y cumbres tan bonitos, con el arrullo del agua del arroyo, el tintineo de alguna yegua madrina, y el relincho del semental alterado por las tormentas. Un espectáculo.