Cruzar los Pirineos de mar a mar, arrancando desde el País Vasco por occidente y legando a Catalunya.
Existen muchísimas rutas por las que puede hacerse este recorrido y muchísimas variantes. Arranqué pensando en realizarla por la que me seducía más y que es la Alta ruta pirenaica, o, en francés, la Haute Randonnée Pyrénéenne. Las dos principales son las llamadas GR11 que discurre por la vertiente vasca del sur, aragonesa, española, catalana, y la GR10 que va por Iarralde, Aquitania, y Andorra, del lado francés. La Haute Randonnée Pyrénéenne va intercalando una y otra, conectándose con ambas pero buscando siempre las cotas más altas. La GR10 y 11, están marcadas con cartelería, flechas de vez en cuando en cruces de camino o fine y principio de etpa, y marcas de dos líneas roja y blanca. La Alta Ruta no está balizada, no posee marcas, pero sí, muchas veces, nos vamos a guiar por los mojones fronterizos, hitos de cemento numerados que delimitan en el caso del País Vasco Iparraldea de Hegoaldea y más adelante, Francia-España. También hay multitud de senderos que se utilizan como son los senderos de antiguos contrabandistas.
La primera etapa arranqué desde Hendaye. Para llegar a Hendaye desde Bilbao, se puede viajar en el Euskotren. El viaje se puede arrancar en el Casco Viejo, Zazpiak kalea, Donostia, actualmente parten cada hora a las ’58 (6.58, 7.58…etc). En Donostia, sin salir de la estación de tren Amara se busca el tren para continuar a Irun-Hendaye. Con la tarjeta Barik de Bizkaia se puede hacer todo el recorrido por unos 5 euros. Es largo, unas 3 horas, pero se pasan bien y es muy barato.
Al llegar a Hendaye si uno quiere arrancar el recorrido como corresponde debe dirigirse hasta el antiguo casino frente a la gran playa de Hendaye. Allí está el cartel de largada del GR10 que es el que tomaremos para comenzar. La primera parte, con la señalética del GR10, delinea la bahía costera y luego atraviesa la ciudad hacia arriba por pintorescos barrrios, cruza debajo de las vías del tren, más adelante pasa debajo de una ruta nacional, discurre por algunos campos con caseríos y palomeras, ya que en esta región ha proliferado el hobby de la caza de palomas torcazas, y luego pasaremos por un túnel por debajo de la autopista y llegaremos al pueblo de Biriatou. Hasta aquí son unas 2 horas de caminata. Todo está marcado con las líneas roja-blanca.
Si uno elige no fastidiarse caminando tanto por la zona urbana, ni bien salir de la estación del Euskotren en Hendaya puede buscar las paradas del Hegobus que va hacia Biriatou, la línea 5. Actualmente algunos servicios que nos pueden servir son a las 12.42, 13.42. 17.17. 18.27. Por 1 euro se ahorrará esta caminata por la ciudad y puede arrancar directamente monte adentro y ya sí por senderos montañeros, helechales verdes y paisajes de montaña exuberantes y lindos.
Más de la mitad del trayecto de la primera etapa podemos hacerlo por la GR10 y sin perdernos. Tiene varias pendientes con interesantes vistas. Subims desde Biariatou hasta la Mansión Mounier, el primer caserío de la región y seguimos subiendo hasta el collado Xoldokogaine. Las vistas son impresionantes. Atrás va quedando la costa y las ciudades marítimas, Hondarribia, Hendaye, Donibane Loizune, cada vez más pequeñas y dibujadas en la escarpada costa recortada. También se ve la brecha sinuosa del río Bidasoa con su riberas salpicadas de verdor y caseríos. Las vistas desde Koldokogaine son maravillosas para donde se mjire. Luego seguimos y vemos en breve el Lago de Ibardin. No lo perderemos de vista por largo rato. Hay un zig-zag, un poco confuso justo al llegar a un arroyo. El Lac d’Ibardin nos puede ayudar a orientarnos, debemos seguir viéndolo, como si camináramos por un balcón sobre él. En el arroyito mencionado podemos remojarnos un poco y cargar agua.
Llegaremos a las Bentas de Ibardin, rutas de pavimento, coches, comercios. Allí cartelería que señala si seguir a el GR10 que irá rumbo a Olhete por el collado de Deskargahandiko, u otras direcciones. La Haute Randonnée Pyrénéenne va por el collado de Inzola, dirección Bera, y desvío a Usteguieta. Yo, por error, he tomado la ruta que va hacia Benta de Inzola, pero fue providencial ya que, por aquí, descubrí un lugar maravilloso donde acampar y pasar la noche.
Al dirigirme equivocadamente hacia Benta de Inzola, terminé conectando con el GR10 que va hacia Olhete, de camino a Sare, segunda etapa del GR10. Llegue al collado Deskargahandiko remntando un sendero arcilloso y pedregosos desde la Bneta de Inzola. Unos 45 minutos arriba hay un descampado verde, ideal para acampar, plano, y alos pies del Larrun, La Rhune, justamente desde este collado arranca un sendero para subir hacia cumbre y desde el cual, al día siguiente, podría continuar y culminar esta primera etapa hacia Lizuniaga.
En principio pensé que no había agua en el lugar, pero me quedé tranquila sabiendo que había seguido esos 45 minutos el curso de un arroyo ancho, así que el agua no estaría nunca demasiado lejos. Efectivamente, desde este plano ideal para acampar, apenas unos metros hacia abajo por donde ha llegado mi sendero, hay una picada que desvía a la derecha y en 20 metros hay una fuente. Aleluya! El lugar es perfecto.
Dormí ahí sin perderme ni el atardecer, ni la salida de la luna, ni el cielo estrellado, ni el amanecer, y sin embargo dormí y descansé. A la vista de la puerta de mi carpa, La Rhune.
Por la mañana, el sendero para subir a la cumbre, no tiene marcas pero es muy definido. Siempre hacia arriba. Luego los senderos se conectan con una ruta entoscada que conduce hasta la cima donde hay un montón de construcciones. Desde allí hay dos maneras de bajar a Lizuniaga, o quizás más de dos. Una es ir bajando por esta ruta entoscada, luego aparecen carteles. Es un camino largo, se tardan como 2 horas hasta Lizuniaga. Y la otra es un sendero angosto que corta hacia abajo por los hitos fronterizos 25, 26, 27, y descienden primero hasta Benta Beltza, donde hay una cabaña de madera oscura, y desde allí hacia Lizuniaga. Durante el camino hay un par de flechas indicadoras, no muchas y es importante llevar un mapa y una brújula ya que hay numerosos senderos.