Día 10: Bezirgan-Gökçeören (2011)/Saribelen-Gökçeören (2018)

 

Experiencia enero-febrero 2011.-

Me levanté con el muazir de las 5. Una de las mezquitas de Bezirgan está a las espaldas del café Dervish donde dormí. Me dormí tarde porque los hombres hablaban de política en voz alta. El próximo fin de semana hay elecciones en Turquía y hay debate. Más de uno en el grupo de discusión era socialista ya que se alegraron de ver mi remera del Che y me pasaron unas ochenta veces una canción turca antiimperialista que dice “amerika gatil, gatil” -o katil- amerika mata, y según me explicó el Sr Dervish, se refiere a Iraq.
Hoy fue la primera vez, que a pesar de haber realizado una caminata larga, no me perdí. No sé cuántos kilómetros fueron porque al salir de Saribelen a 7 km de Bezirgan, el cartel marcaba: 7 km Saribelen, 13 km Gökçeören, pero al rato de haber caminado un trecho de más de media hora, aunque a paso de tortuga, el letrero ponía: 1 km Saribelen, y otra vez 13 km Gökçeören. Como mi destino era Gökçeören sentí que no había caminado un pito.
Arranqué con la fresca. No desayuné porque el Dervish abría el café a las 8 y el sol está matador, recalcitrante, así que después del muazir de las 5, acomodé las cosas adentro de la carpa, hacía fresco y daba fiaca, pero salí de la bolsa, doblé todo, me lavé la cara, un vaso de agua y a la ruta!
La ruta es LARGA y es variada, pero cada variante dura un rato largo. Por ejemplo, subiendo de Bezirgan hacia la carretera que conecta con Saribelen, es un sendero entre piedras flojas que sube vertical una ladera. Esto para empezar después de haber caminado 1 km de una mezquita a la otra de Bezirgan, que es donde inicia la ruta. Cruzando el pueblo de punta a punta me di cuenta que son más de diez de casas y, quizás, más de veinte, hecho que pude corroborar al subir la ladera.
El sendero a Saribelen, sube y baja a una margen y otra de la carretera y se cruza con esta unas tres veces. Después se cruza parte del pueblito de Saribelen hasta donde inicia el tramo a Gökçeören. El paisaje es cambiante. De a ratos son senderos angostos entre arbustos espinosos y un olor dulzón a retamas amarillas que visten los lados. Hay flores duras, rojas y violetas. Algunas rosadas parecen hortensias acorazadas, resistiendo ese calor con sus pies clavados en la roca.
Después hay zonas de pinares altísimos, con la fragancia típica y la alfombra suave de pinochas que es un bálsamo para los pies tratando de acertar entre piedra y piedra. Gracias a los pinos y las mullidas pinochas. Después el camino es una ruta de tierra agreste, ancha, que corre paralela al mar, sin un solo árbol. El paisaje es maravilloso, pero las horas pasaban y ese camino no terminaba de dar vueltas. Ya me había tomados unos tres litros de agua, en menos de tres horas. Una sola alma pastoreaba un rebaño de cabras. Su var mi? Le pregunté, que significa, hay agua? VAR. A pocos metros había un pozo tapado con unas tablas. Colgado de un árbol, al lado, el balde con la soguita. El agua era tan fresca! Bebí y llené mis ánforas. Hice una parada de descanso ahí. Hice varias más después porque el solazo apretaba.
Iba leyendo las indicaciones del libro, para saber qué vendría después, y lo que decía el libro todo bien, pero el tema es que si anunciaba rocas modeladas por el viento, con formas redondeadas y planas, con agujeros, había cientos de esas y las cruzaba, y subía y bajaba, y había más, y más y más atrás. Después decía que había que cruzar campos sembrados y ahora son trigales, pero no eran uno o dos campos, eran cincuenta, cien!
Salí a las 7 de la mañana y llegué a las 4 de la tarde. Soy lenteja y la mochila es pesada, y yo me siento muchas veces, fueron 9 horas.
En una parada, entre el pozo y los campos de trigo, se pasa por una casita de piedra, la casita del Sr Husseyin, paré a saludar, me dieron más agua y ayran, ese yugur tan fresco y suave que hacen acá. Divinos. Querían que me quede a comer, pero yo después de un té preferí seguir porque no sabía cuánto me faltaba para llegar, la familia de Husseyin me dijo entre 2 y 3 horas, y yo pensé, tratándose de mí, serán 4. Pero no, fueron 3, ya le había agarrado el tranco y así que en un rato llegué a Gökçeören a la pansiyon de otro Hussein, Yilmaz, es una edificación nueva. Son cuatro habitaciones, con muchas camas, colchones nuevos, balcón, ducha caliente. Ya me bañé. Ayer, en el café Dervish no había sido posible, así que el Che y yo no nos mirábamos ni nos soportábamos el uno al otro.
La pansiyon incluye también cena y desayuno y cuesta 40 liras, aunque pedían más, 70 y me pareció caro y regatée hasta 40 que igual es bastate.
Hoy tampoco crucé otros caminantes.

Actualización enero-febrero 2018.-

La senda entre Saribelen y Gökçeören está actualmente muy bien señalizada. Encontramos bastante nieve, pero no es un tramo complicado. A una hora y media de Saribelen o poco más, hay un sitio donde se puede acampar, luego a dos horas o dos horas y media está la casita de Hussein y su familia, siguen estando allí, siempre hay alguien de la familia, y también es un lugar donde se puede acampar. Allí nos encontramos con Sayma con quien yo había estado en la anterior oportunidad y a quien también llevaba su fotografía. Nos convidó con té, pan casero y un dulce de higos delicioso!! Tomamos su generoso,, rico, amable tentenpié sentados al solcito, un pic-nic. Luego seguimos hacia Gökçeören.

En Gökçeören sigue estando Husseyn Yilmaz. Su lugar ha cambiado y se llama Yesil Pension. Es caro. Sale a recibirnos, quiere llevarnos los bultos. La pensión está bien, limpia, decorada exageradamente, y con cena y desayuno incluidos quiere cobrar el equivalente a 20 euros o poco más por persona. Es mucho y aunque intenta negociar, es temprano como seguir andando un poco más, hace buen día, frío pero soleado, así que decidimos continuar ya que sabemos que llegaremos a un río y podremos acampar cerca de él en el bosque. A unos 6 km por la ruta que ahora es asfaltada, bordeando el arroyo, se van cruzando varios arroyitos más angostos y se llega a unos bosques de coníferas. Hay varios lugares donde se puede acampar. Fríos en la noche, pero aceptables y muy lindos. También si queremos caminar los 8 km completos hasta que termina el asfaltado y a continuación un camino ancho de tierra, se llega a un lugar mejor. También se pasarán por algunas casas, a las perdidas, pero que pueden ser buen refugio, y aún en invierno encontramos que había habitantes.

Se puede acampar en el bosque y se puede acampar donde está el siguiente cartel de Ruta Lycia, antes o después de vadear o cruzar el río. Ese es para mí el mejor lugar posible para acampar. Además así, ya estaremos un poco más cerca de Kas adonde querremos llegar sin parar a dormir en Çukurbag.

Nosotros acampamos cerca de un hilo de agua que desemboca en el arro más caudalosos que vamos bordeando. Sobre una leve colina y entre los pinos. Estuvimos a la calidez del sol hasta que éste lo permitió, luego vimos crecer la luna a través de las copas de los pinos y nos metimos a descansar al abrigo de nuestro plumones.