Amanecimos como nuevos en la pulcritud de Posada Albatros. Garuaba finito al salir pero le dimos igual. Era temprano y las nubes protegen del agobio. Nos despedimos de Doris que todo el tiempo nos transmitió su buena onda para el camino. Para retomar la ruta hay que cruzar un puente larguísimo que atraviesa el estuario de la laguna. La ruta después del puente es confortable, sin altibajos. Había una desviación poco señalizada así que, como yo había salido antes que los chicos, decidí esperarlos ahí. Un grupo de ciclistas de entrenamiento se desplazaba por la misma ruta y quien conducía el vehículo de apoyo paró a ofrecernos agua. La mañana siguió nublada y eso nos envalentonó a pedalear sin descanso y sin tener que parar a cada rato. Le dimos casi 50 kilómetros y en la ciudad Ángel Cabada nos detuvimos a descansar y a comer unas memelas rellenas. Las memelas son tortillas grandes, en este caso rellenas de carne guisada al gusto. Una gordita gigante.
Los contornos de la carretera son verdes, el pasto parece mullido y la vegetación refrescante. Hay árboles. Pasamos por la entrada de balnearios como el de Pancho López. Luego de este punto el terreno vuelve a ofuscarse. Entramos en la Sierra de los Tuxtlas. Los contornos catedrálicos rehúsan el camino recto y atacan con curvas siniestras la llegada del ciclista. El avance parece inverso al esfuerzo pero el paisaje compensa. El verde ya no es uniforme sino que, las sombras que proyectan las alturas, los tiñen de claroscuros fantasmagóricos. Los Tuxtlas misteriosos. Serranía volcánica de contornos accidentados.
Aterrizamos en Santiago Tuxtla de un saque al enfilar por una bajada que se hunde en el corazón del pueblo. En la plaza la gente tiene ganas de platicar, se dirigen a nosotros como si nos hubieran estado esperando. Algunos están tejiendo palmas de cuaresma. Al carnaval lo dejamos en Alvarado y vamos rumbo a la Semana Santa. Les preguntamos por algún cuarto, camping, hotel y nos indican varios. Elegimos el Hotel Olmeca porque es económico y aceptable. Cuesta 100 pesos por persona. Está bastante desvencijado, los enchufes son escasos y no funcionan, las canillas y la ducha gotean. Tuvimos que subir las bicicletas por una escalera estrecha ya que está en un primer piso y no tiene estacionamiento. La señal de internet es buena. Acomodamos todo y después de la sagrada ducha salimos a caminar.
Los flancos de la plaza están custodiados por el palacio municipal y la iglesia. Como en la mayoría de los pueblos y ciudades de México el zócalo es el centro político y religioso y el centro de la vida social. En el medio de la plaza hay un quiosco que reúne millones de historias de los tuxtlenses que se dan cita allí. Los devotos veneran a Nuestra Señora de la Soledad con una procesión de silencio. Don Agustín pita su puro, interrumpe el mutismo y nos confi esa en un bisbiseo:
-llorábamos a los muertos pero no los tocábamos para no contagiarnos. Cuando fuimos a rezarle a la virgen, había desaparecido del nicho. Ella los estaba curando con milagros.
Datos técnicos:
Alvarado-Santiago Tuxtla 73.01 km6.03.53 hsTotal 600.24 km.