Moquegua-Perú – 8/9 de enero





SÌÌÌÌ AHÌ ESTÀÀÀÀ!! Algunas fotos del camino arduo de ayer, también hay precipicios de acantilados sobre el mar. Había olvidado mencionarlo entre tanta secuencia ininterrumpida de fenòmenos y accidentes geogràficos. Fotitos de Moquegua, después habrá más. Salgo pa’ Chile. Calculo que dormirè por los Cerros Pintados, alrededores de Iquique. Hay camping por ahì, pero no sè si habrà internet.










Ruta brava. Lo de hoy no tiene recedentes en mi experiencia personal. Tampoco me esperba algo así. Tormenta de arena. Un viento infernal. La autita que se sacudìa. La ruta que desaparecìa debajo de pequeños médanos. Màquinas topadoras que trataban de destapar la ruta. La ruta està bien, salvo un tramo lleno de putos pozos. El paisaje cambiaba segùn el capricho del viento, era una ronda de mèdanos enloquecidos. Recordè un cuento de Silvia Iparrguirre que habla al respecto. LO VIVÍ! Pero en el auto y no de vacaciones. El mar estaba de luto, sobre las aguas se pintaba a lo largo del horizonte un brazalete negro, huracanado, era ese viento enardecido, enojado o feliz y gritón. Tengo fotos, pero no puedo descargarlas. No se veía nada, era un revuelo, de a ratos se calmaba, abría un poquito la ventanilla y enseguida tenìa que volver a cerrar. Cuando se acababa la arenada, se venìa la niebla, cuando se acababa la niebla habìa derrumbes, despuès se me vino la noche encima, con niebla, curvas y derrumbes invisibles y una luz roja en el tablero GASOLINAAAAA!!!! No hay gasolineras en la larga ruta del desierto costeño peruano. Hay muy pocas y venden cualquier verdura màs que vender gasolina.
Algunas gasolineras en las ciudades aceptan dòlares y tarjetas de crèditos. Estas de la ruta, ademàs de muy esporàdicas, no tienen nada que aceptar y casi nada que ofrecer, casi no hay mercaditos en las estaciones de servicio, ni cafè ni nada. A aprontarlas vituallas compañeros, todas las vituallas.
Llegué regulando, de noche, y pretando el que-te-jedi, pero llegué, sana, salva, medio áspera… estoy en el Hostal de Los Limoneros, que huele a jazmines y azahares por supuesto, es una casona grandísima, pintada de azul, llena de jardines, el auto adentro, al lado del jardìn. Tòdavía me queda arena hasta en las orejas, juájuájuá, pero esta no es producto de le algarabía y explosión inmobiliaria de San Pedro. Arena de este desierto que no tiene nada que envidiarle al Sahara ni al Wadi Rum, esto no se acaba?? Es inmenso, kilómetros y kilómetros, una superficie incalculable y menos calculable hoy que se desparramò todo.
Además de esta tarea de conductora que asì y todo como la cuento y no la puedo mostrar, me permitió cebarme yo solita un par de par de mates, hoy salì màs tarde. Al hostal de Nazca llegron dos chicas argentina, mìsticas y artistas, una de ellas es maestra de danzas africanas en el Centro Cultural Rojas y conoce a Rosaura Garcìa, la otra es es alumna de danzas, nos tomamos dos termos de mates con la charla desde las 6 de la mañana y hasta las 9 en que partí màs al sur`, ellas irán al norte, en micros, a dedo… hasta Mèxico quieren llegar.
Esta ciudad, Moquegua, està a 160 kilòmetros de Tacna, Tacna frontera con Arica, Chile.
Ya estuve husmeando, el centro es colonial y pintoreco y en el husmear olí algo que me està llamando el apetito engañado hoy con galletitas, asì que hasta pronto compañeros de utopías y de otras cosas también, bon apetit!

Un comentario sobre “Moquegua-Perú – 8/9 de enero”

  1. Fuá, que viajesito te hechaste, igual el paisaje de ruta se ve bastante aburrido, el norte chileno-argentino es bastante mas lindo creo 😛 Uno de los pibes chilenos que conocí en el sur iba a estar pedaleando en el norte chileno esta semana y la próxima, así que si ves gente en bici tocá bocina y preguntá si me conocen jajaja

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