Santa Fe-Panamá – 3 de diciembre


Imágenes que intentan balbucear la inverosimilitud de verdes, traducir el sabor de la aventura. Más de cinco horas de caminata entre cerros y jungla, ríos y pantanos. Mis humildes borcegos pesados de arcilla. Fueron varios ríos, tres quebradas pantanosas, sendero angosto de piedras, selva. Van varias imágenes. Santa Fe me sigue pareciendo un lugar fantástico por sus maravillas naturales y por su gente congregada en la cooperativa, la cooperativa del café Tute los reúne y a partir de ahi se multiplican las actividades que hacen al quehacer social cotidiano. La naturaleza no deja nada, aboslutamente nada que desear. Esto se tiene que parecer al paraíso, para qué más, si uno anda y cuando tiene sed bebe de una vertiente que aflora entre las rocas y cuando la sed es algo más aparace ante los ojos un monte de naranjos mandarinos o bananos. Como si fuera poco, vivo, como y duermo en un lugar acogedor, donde me acabo de preparar una pasta a la bolgnesa envidiable y que sobró para la cena. Anoche di una clase de tango básico, Stephanie nos invitó con tarta de verduras y recién tomaba mates con Horacio. El agua de la canilla es potable. El lugar cuesta 10 dólares y para la comida diaria gasto casi 2!! Puede ser mejor??
El camino sigue y llama para que siga con él, me hago rogar un poco y disfruto lo que se ofrece sin dejar de recordar que Gracias a la Vida que me ha dado tanto. Hay luna llena, y esta vez es liviana.
Abrazos!

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