Pedaleamos desde Souraïde a Saint Palais por caminos vecinales de montaña, a los pies de los Pirineos, desde ayer veníamos viendo el La Rhune, hoy ya lo dejamos atrás.
Vamos en dirección Espelette y luego Cambo les Bains donde hay un pintoresco y concurrido complejo de aguas termales. Cruzamos el ríos Nive y vamos hacia Hasparren, Bonloc y Saint Esteban. Vamos parando y visitando estos pueblos, a partir de Meharin, hay un desvío y tomamos hacia Saint Palais. Saint Palais, es etapa del Camino de Peregrinos a Santiago de Compostela, así que como ya no hay camping en el lugar, vamos a dormir en el Refugio de Peregrinos que está muy bien instalado, limpio, cómodo. Tiene habitaciones dobles y cocina que se puede utilizar, Con desayuno incluido, cuesta 14 euros. Es cómodo, hay internet wi-fi y está muy cerca del centro. La gente es amable. En este albergue encontramos varios viajeros en bicicleta, una mujer de 60 años, sola, y una familia con cinco hijos pequeños. Todos en bicicleta!
Pedaleo en una bicicleta Orbea de carretera, rutera. La he comprado de segunda mano y si bien sus componentes son excelentes (cambios Campagnolo, ruedas Mavic-Michellin y ORBEA) está bastante baqueteada y descuidada y quizás por haberle cargado peso indebidamente, ya que no es una bicicleta de viaje, algo está dañado, o viejo ya por el uso normal, y el desviador trasero empezó a hacer un ruido como una matraca.
En Saint Palais fui a la única persona que oficia de bicicletero aunque en realidad vende máquinas cortadoras de pasto. El tipo no pudo descubrir de dónde o por qué venía ese ruido de matraca, pero se dio cuenta que aflojando la cadena, el ruido desaparecía, así que de una me cambió la cadena sin medir las consecuencias que trae cambiar la cadena a una bicicleta usada como esta, con las estrellas ya desgastadas por el uso. Consecuencia, hizo un mal arreglo. La cadena se le rompió al ponerla y dejó un eslabón atravesado, una chapuza y bricolage que ni yo, sin ser mecánica, hubiera hecho. Un desastre. Al pedalear la cadena se zafa, es casi imposible meter un cambio. Tras eso, el asiento se viene moviendo, y el supuesto bicicletero de Saint Palais, con mucha clientela y pocos ayudantes, se negó a arreglarme. Aconsejo seriamente aguantar cualquier desperfecto de una bicicleta hasta llegar a Lourdes ya que allí sí hay mecánicos de verdad.