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En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 3: Saint Palais-Oleron Sainte Marie (Iparralde)

Desde hace años quería conocer Maule o Mauleon Licharre, capital de la provincia de Zuberoa o Xiberua. Al fin llegué hasta allí, en bicicleta.

Me encantó con su castillo y sus amplias plazas rodeadas de otros edificios como la Mairie y plazas o simpáticos bares y restaurantes con gente cordial disfrutando el mediodía y los sabores vascos.

Seguimos por los caminos angostos, rurales, cruzando los pueblos pequeños y encantadores de Iparralde por su calle principal, de entrada a salida. Este día atravesamos Etcharry, Charrite de Bas, luego entramos a Maule. Cruzamos al otro lado del río por un antiguo puente y seguimos por más pueblos pequeños y rutas angostas hasta L’Hôpital Sainte Blaise y cerca de la autopista principal pero sin poner ni una rueda sobre ella, seguimos la agradable secuencia de Gueüs d’Oloron, Saint Goin y Orin hasta Oloron Sainte Marie.

En Oloron Sainte Marie acampamos en el camping municipal. Todos los campings están bien, tienen ducha de agua caliente, garantizado; internet en casi todos. En algunos campings hay lavadoras de ropa, y en la mayoría hay piletas para el lavado de vajilla con agua caliente. El precio ronda hasta ahora entre 9 y 12 euros el más caro.

En este camping de Oloron Sainte Marie encontramos a una pareja de Bélgica que viajan en bici con su pequeños de menos de dos años. Lo llevan en un carrito extra conectado detrás de la bici del papá.

Llovió durante la madrugada y parte de la mañana. El camping está provisto con quinchos techados con mesa, bancas, electricidad, pileta y microondas, así que desayunamos al cobijo de este lugar y luego bajo nubes espesas retomamos la ruta.

Continúa en Francia…

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 2: Zouraïde-Saint Palais (Iparralde)

Pedaleamos desde Souraïde a Saint Palais por caminos vecinales de montaña, a los pies de los Pirineos, desde ayer veníamos viendo el La Rhune, hoy ya lo dejamos atrás.

Vamos en dirección Espelette y luego Cambo les Bains donde hay un pintoresco y concurrido complejo de aguas termales. Cruzamos el ríos Nive y vamos hacia Hasparren, Bonloc y Saint Esteban. Vamos parando y visitando estos pueblos, a partir de Meharin, hay un desvío y tomamos hacia Saint Palais. Saint Palais, es etapa del Camino de Peregrinos a Santiago de Compostela, así que como ya no hay camping en el lugar, vamos a dormir en el Refugio de Peregrinos que está muy bien instalado, limpio, cómodo. Tiene habitaciones dobles y cocina que se puede utilizar, Con desayuno incluido, cuesta 14 euros. Es cómodo, hay internet wi-fi y está muy cerca del centro. La gente es amable. En este albergue encontramos varios viajeros en bicicleta, una mujer de 60 años, sola, y una familia con cinco hijos pequeños. Todos en bicicleta!

Pedaleo en una bicicleta Orbea de carretera, rutera. La he comprado de segunda mano y si bien sus componentes son excelentes (cambios Campagnolo, ruedas Mavic-Michellin y ORBEA) está bastante baqueteada y descuidada y quizás por haberle cargado peso indebidamente, ya que no es una bicicleta de viaje, algo está dañado, o viejo ya por el uso normal, y el desviador trasero empezó a hacer un ruido como una matraca.

En Saint Palais fui a la única persona que oficia de bicicletero aunque en realidad vende máquinas cortadoras de pasto. El tipo no pudo descubrir de dónde o por qué venía ese ruido de matraca, pero se dio cuenta que aflojando la cadena, el ruido desaparecía, así que de una me cambió la cadena sin medir las consecuencias que trae cambiar la cadena a una bicicleta usada como esta, con las estrellas ya desgastadas por el uso. Consecuencia, hizo un mal arreglo. La cadena se le rompió al ponerla y dejó un eslabón atravesado, una chapuza y bricolage que ni yo, sin ser mecánica, hubiera hecho. Un desastre. Al pedalear la cadena se zafa, es casi imposible meter un cambio. Tras eso, el asiento se viene moviendo, y el supuesto bicicletero de Saint Palais, con mucha clientela y pocos ayudantes, se negó a arreglarme. Aconsejo seriamente aguantar cualquier desperfecto de una bicicleta hasta llegar a Lourdes ya que allí sí hay mecánicos de verdad. 

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 1: Irún-Zouraïde (Iparralde)

De mar a mar y de montaña a montaña. Esta travesía nos lleva desde el Mar Cantábrico en la costa vasca, hasta la costa Mediterránea en Francia y luego en Italia, y desde los Pirineos en Iparralde y luego en Francia, hasta los Apeninos en Italia. Un viaje de 26 días, 24 pedaleando 1560 kilómetros, 2 días de descanso y casi una semana para regresar en trenes.

Como en estos tiempos vivo en Bilbao, decidimos arrancar desde allí. Para regresar, de todos los trenes urbanos disponibles el Euskotren es el mejor. La línea de ferrocarril del País Vasco permite el traslado de bicicletas, sin miramientos, ni límites, ni mala onda como sucede a veces en otras líneas tales como Renfe o SNCF. Los vagones de Euskotren tienen un espacio señalado para ubicar las bicicletas, y aunque suele suceder que la cantidad de bicicletas supera los huecos para posicionarlas, nadie se queja ni objeta y todos nos acomodamos. Además, trasladar la bicicleta en Euskotren es gratuito. 

En Irún pedaleamos con rumbo al río Bidasoa para seguir sus riberas y bidegorri -pistas ciclables, literalmente “camino rojo”. Cerca de Behobia, apenas unos metros después de pasar por la Isla de los Faisanes, cruzamos un puente sobre el río y continuamos por bidegorri pero por la otra margen del Bidasoa. Tomamos el camino de Kurleku y luego el de Biriatou, hasta un desvío por otro camino que es el de Tomasenea. Luego tomamos el de Kixoenekoborda que sube empinado a un collado del mismo nombre. Son senderos angostos, de montaña, algunos con una delgada capa asfáltica, suben y bajan de los collados. Este recorrido lo hemos elegido y marcado previamente mirando en google maps, es el itinerario que el buscador sugiere para hacer el camino a pie. Son caminos muy tranquilos, en muchos casos con piedras, o de tierra, cruzando bosques tupidos y helechales. No usamos el GPS, sólo hemos visto y tomado nota con antelación de la red de caminos y senderos que podemos ir hilando. Desde Kixoenekoborda enganchamos un tramo de carretera denominada D4 hasta encontrar el camino de La Fontaine y luego nos desviamos por el camino Akaldegia pero este se cortó, quizás por falta de actualización, se convirtió en un callejón sin salida que terminaba en una especie de plaza de cemento circundada por casas, sin ninguna posibilidad de camino a no ser que fuera atravesando el patio de alguna de esas casas. Allí volvimos atrás, y por Karrika Zaharra llegamos hasta una ruta ancha, tipo autopista, la D918 que nos sacó a San Peé sur Nivelle y por la misma carretera, D918, llegamos a Souraïde donde en el centro del pueblo señala que hay un camping. 

Dicho camping no está a pocos pasos sino colina arriba, poco más de tres kilómetros. Hay que pasar todo el golf de considerables hectáreas y casi llegando a lo alto de otra carretera, la ruta de las Crestas, encontraremos el camping. Por supuesto desde esa altura las vistas son impresionantemente bellas. El anfitrión del camping Urlo Gaina Epherra, Monsieur Chapellet, es de lo mejor. Amable, simpático, y además solícito y generoso. Apenas llegamos, como no tiene proveeduría ni ningún tipo de alimento para vender, nos obsequió un paté de canard preparado por él mismo y una baguette de pan integral con semillas. El camping, además de la hospitalidad de Monsieur Chapellet y las vistas inmejorables, cuenta con ducha caliente, luz, electricidad, lavadoras, refrigerador. No hay piscina ni internet. 

 

Revista Biciclub(diciembre 2019)-De los Pirineos a los Apeninos

https://drive.google.com/file/d/184Y0J-XE6jsbrQjBVY_zzu3FQ74XWL1q/view?fbclid=IwAR2QK5-QX0FeVdvyTvLds2FXKdPckKLns88jqPtEogctXv9EhbnvU6wMn1Y