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En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 20: Menton-Impera

Entramos a Italia. Un lío bárbaro la circulación. Típico.

Desde Menton, Francia a Ventimiglia seguimos la ruta de la costa, en medio de un tránsito vehicular intenso y concurrido. Las vistas de las playas son espectaculares. Muy veraniegas y vacacionales. Repletas de sombrillas de colores y gente sobre la arena o bañándose.

La ruta discurre de bahía en bahía subiendo y bajando las laderas de las penínsulas que separan flanquean dichas bahías. De un lado el mar y, del otro, los barrios con sus casitas encaramándose en las laderas.

Llegamos a San Remo y el quilombo de autos es apabullante. Las motos que se cruzan desde cualquier parte, suben a las aceras. Embotellamientos. Coches tratando de zafar. Un desastre aunque bastante gracioso.

Al mismo tiempo, el mar está azul turquesa. Mucha gente camina con sus bolsos playeros y su parsimonia turística.

En San Remo tomamos el bidegorri. Una ciclovía que nos ayudará a llegar de manera más holgada y tranquila hasta Impera. Esta pista ciclable recorre 24 kilómetros entre el mar y las ciudades costeras. Se ingresa a la pista poco antes de Ospedilatta. Vale la pena escoger alguna de las playas durante el recorrido y hacer una pausa de mar. Relajarse en la arena si hay hueco y darse un chapuzón.

La ciclovía acaba en un pueblo llamado San Lorenzo. Está trazada sobre las antiguas vías del ferrocarril como muchas otras ciclovías de Europa. Pasamos por las antiguas estaciones renovadas ahora como estaciones de paso y descanso de los ciclistas. También se atraviesan túneles larguísimos a través de las montañas de la costa italiana. Es un recorrido ameno y agradable.

En Impera encontramos el camping Los Eucaliptus. Allí conocimos a una pareja de vascos, Marisol y Deivid, a quienes después, durante el camino, volveremos a cruzar casualmente. Son de Dima Arratia.

El camping está bien. Fuimos al super y a distendernos en las playas. Lindo lugar.

 

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 19: Parque Verdon-Menton

Tomamos el camino a Draguignan por carretera de coches. Pasamos por Flayosc donde quisimos consultar por dónde tomar la Eurovelo o alguna otra pista ciclable, pero la empleada de turismo de Flayosc no sabía nada. Continuamos pedaleando con un tráfico bastante concurrido hasta Draguignan donde, en este caso, la chica de Turismo sí era muy solícita e informada y nos indicó cómo tomar la Vía de Vignes.

Esta Via de Vignes, ciclable, puede tomarse desde el centro de Draguignan donde es fácil perderse… Tomamos una arteria hacia la izquierda y cruzamos el centro de la ciudad buscando las señales con ese nombre «Via de Vignes». Cerca de la Oficina de Turismo puede encontrarse una de estas señales. La Vía nos llevará sin problemas hasta cerca de Les Arcs. Allí, al final de la Via de Vignes, hacia la derecha, se toma la carretera a Les Arcs.

Recorrimos un poco las ciudades de Flayosc y Les Arcs que tiene mucho encanto.

En Les Arcs tomamos el tren hacia Menton, a un paso de Ventimiglia, Italia. Se pueden subir las bicicletas en el tren y ubicarlas en el pasillo que no molesten. El tren pasa por Cannes, Niza, Mónaco y otros puntos que pedalearemos de regreso.

En Menton acampamos en el Camping Municipal en Saint Michel. ¡A preparase! La subida hasta el camping es pronunciada pero las vistas valen la pena. El camping está bien. Son simpáticos, amables, y el precio es de 15 euros. Allí conocimos a Iñaki de Pamplona que anda caminando un GR -Gran Recorrido- el GR5 que nos ha dicho que está bien señalizado y arranca desde el Lago Leman en Suiza. Se trata de la Grande Traversée des Alpes y queda agendada para próximos eventos.

El centro de Menton es movidito. Hay una Oficina de Turismo concurrida y donde son muy amables y nos explicarán cómo llegar al Camping.

Italia ya se respira. Estamos a apenas 12 kilómetros de Ventimiglia.

 

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 18: Rians-Parque Verdon

La ruta de este día es bien rutera. Salimos por la carretera 561 y después tomamos la 560. El pedalear es placentero. El trazado de la ruta presenta deliciosos desniveles, largas subidas y consecuentes bajadas.

Se pasa por una cascada que no es muy llamativa pero que amerita un breve parate. Disfrutar del rumor del agua y respirar el aroma del lugar. El agua que cae, se escurre por el terreno desparejo formando pozones de agua azul.

Esta es la región de Var, al sur de las Gargantas de Verdon y se destaca, además de por su naturaleza, por su tradicional y delicada porcelana artesanal.

Desde la cascada seguimos hacia Salernes donde no hay camping por lo tanto continuamos unos 5 o 6 kilómetros más hasta el Parque Verdón donde acampamos.  El camping nos costó 10 euros. Los baños son lindos y limpios. Es un predio enorme en medio del bosque. Se respira pino.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 17: Apt-Rians

Desde Forcalquier salimos a Manosque. Manosque es una ciudad poco agradable, con mucho tráfico, ruidosa, mucho smog. En la carretera también, muchos coches, mucho tránsito, y mucho smog.  Difícil respirar al ritmo del pedaleo.

Se puede tomar un tren para abreviar un tramo más poco agradable hasta Meyregules y desde allí seguir a Jouques y finalmente a Rians.

Nosotras pedaleamos y el camino, además del smog, nos regaló algunas lindas sorpresas. Pasamos por una bodega romana del siglo II y por un castillo de la Ravellette. Allí, cerca del castillo, nos perdimos. Los caminos hacen una T y nosotras escogimos el de la derecha. Mala elección. Siempre es mejor por la izquierda.

Sin embargo el error nos llevó a descubrir otros parajes repletos de viñedos en colinas onduladas, luego bosques de pinos, y entre la espesura oasis de pradera recortada donde se yerguen castillos. Muy mágico.

En Rians no hay campings por lo que acudimos a dormir a un albergue pipícucú. Su dueño, Marc Antoine, nos hizo un precio especial y fue muy amable y cordial.

El lugar es un departamento con estilo y una terraza con vistas alucinantes. No pudimos despegar los ojos ni de día ni a la caída de la tarde, ni a la puesta de sol, ni a la noche. No nos perdimos nada.

El pueblo tiene su encanto. El almacén es caro. Todo muy exclusivo, pero los habitantes son simpáticos.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 16: Apt-Forcalquier

Entramos en los Alpes y las colinas se hacen notar de buen grado y agrado. La ruta sigue estando muy bien señalizada por el símbolo de la silueta del niño en bicicleta.

Atravesamos muchos pueblos viejos y llenos de encanto como Raillane, pueblos encaramados en las laderas de lomas empinadas.

Hubo buena cosecha, lechuga de campo y un melón increíble que saboreamos a la sombra del camino.

El camino cruza infinitos campos de lavanda. Son enormes extensiones lilas y durante buena parte del recorrido nos inundamos de ese aroma refrescante impregnado en todo el espacio. Luego en lugar de los campos violáceos hay bosques de pino. Es un placer para los sentidos, uno tras otro.

El recorrido nos lleva también a pequeñas ermitas de oración y monasterios. Algunos tramos son carreteras angostas, con muchas curvas y abrupto desnivel.

Pasamos el Observatoire Saint Michel, un sitio enclavado en lo más profundo de un bosque sombrío con una energía muy especial.

En Folcalquier acampamos en el único camping de la ciudad. Cuesta 13 euros con una linda piscina y show de magia para los veraneantes.

 

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 14: Carnon-Saint Gilles

Precioso bidegorri siguiendo la Via Rhone.

Saliendo de Carnon cuesta encontrar las señales para arrancar. Preguntando encontramos la pista ciclable que va por la costa y entramos a una playa a mojar los pies en el Mediterráneo. Luego seguimos hasta la Grande Motte que nos pareció horrible con un montón de edificios de cemento con formas raras. Como si quisieran barcos. No sé, pero de mal gusto.

Saliendo de la Grande Motte otra vez volvemos a perder la pista ciclable. Cero Eurovelo por ninguna parte así que tuvimos que superar Le grau du roi y Aigues Mortes por la carretera.

Al llegar a Aigues Mortes, que es lindo con su puente y su castillo, vimos que el bidegorri venía junto al río. Y era lindo…

Dentro del castillo de Aigues Mortes hay una ciudadela con casas pintorescas, frentes arquitectónicos bonitos y ventas turísticas.

Otra vez a lidiar para encontrar el bidegorri de salida de Aigues Mortes hasta que encontramos la Via Rhone y desde allí, listo. La Via Rhone está bien señalizada. Corresponde a la Eurovelo 17 y como es una via ciclable previa mantiene su marca y está bien.

Para arrancar los caminos ciclísticos siempre es lo mismo: complicado al cruzar los centros urbanos y un fastidio.

A lo largo de la Via Rhone llegamos sin contratiempos a Puerto Gallicien y, desde allí, encaramos a Saint Gilles.

Saint Gilles es una ciudad vieja, con una antigua abadía del siglo XII y vetustos frentes de piedra clara.

Dormimos en el camping La Chikannette que está ubicado dentro de la misma ciudad. Llegamos con un charparrón tupido y armamos las carpas debajo de una hermosa pérgola de enredaderas. El internet funcionó mejor. Hay una pileta espléndida y hay mesas y bancas y sombrillas.

En la recepción y en general la gente de este camping es muy simpática y amable.

 

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 13: Agde-Carnon

En este tramo del camino entre Agde, por la costa y hasta Carnon, hay bastante señalización de Eurovelo. Carteles con flechas que indican el kilometraje hacia los próximos enclaves playeros. Como ya es habitual siempre se llega a un punto en que las señales desaparecen. Normalmente al pasar por algún pueblo o ciudad. Hay que dar mil vueltas, preguntar. Ya llevo hechos varios trayectos de varias Eurovelo y siempre es el mismo fastidio. No se les ocurre poner en las ciudades, en los centros más urbanos, un cartel con una flecha que diga por dónde sigue la ciclovía. Es un fastidio que quita el ánimo de seguir usando estas vías.

Los pueblos que pasamos fueron Marseillan, Sète, Frontegnan, Vic la Guardiola, Villeneuve les Mugelon y terminamos en Palavas pero como los campings de ahí están atendidos por gente antipática y soberbia y son caros y desordenados, llegamos hasta Carnon.

El camino es pintoresco y novedoso. Por un hilo de tierra rodeado de agua entre el mar y las marismas. Hubo un poco de lluvia, llovizna. Luego nublado, luego sol, calor, luego brisa. Variado pero lindo. Harta un poco la movida turística. Mucho amontonamiento de gente veraneante.

El camping de Carnon, Saint Maurice, es un poco más tranquilo. No es la panacea pero a estas alturas del camino veraniego, no se consigue nada mejor. Cuesta 16 euros.

Lo bueno del camping Saint Maurice es el restaurante y el muchacho que canta bonito.

No hay internet pero sí electricidad. Los baños están sucios y las duchas sin agua caliente. Las personas que estaban en seguridad eran amables.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 12: Serignan-Agde

Una pedaleada breve a la pesquisa de los carteles de la Eurovelo 8 que aparecen muy esporádicamente y son confusos.

Durante la primera parte pedaleamos siguiendo un canal con muchas piedras y escollos en el camino. Lo bueno es que íbamos tranquilamente, sin tener que vigilar el tránsito vehicular y mirando la vegetación por lo que hicimos una abundante cosecha de ciruelas.

A Agde llegamos por ruta. En la oficina de información turística del centro no están muy enterados de nada. Nos atendieron a las apuradas y nos dijeron que no había espacio en ningún camping así que decidimos buscarlo por nuestra cuenta y encontramos un lugar que está bastante bien. Ni tanto como el Floralys de Narbona ni tan poco como l’Etoile de Serignan, pero bien.

Con una recepcionista muy amable y simpática y con merenderos puesto a la sombra de sombrillas. Se llama Le Marider y cuesta 17 euros por persona. Tiene una piscina fantástica.

El internet funciona mal y sólo en la brasserie y el tema de la electricidad complicado como estas cosas en la France.  Hay máquinas lavadoras de ropa.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 10: Casilhac-Narbona

Hermosa jornada. Saliendo del camping nos encontramos con un ángel de 76 años, Jean-Claude. Nos indicó, con lujo de detalles, el mejor camino a tomar esta jornada para dejar atrás Carcassone y llegar a Narbonne.

Jean-Claude nos acompañó hasta la salida de Palaja. Nos indicó que debíamos cruzar Montegoul y tomar la carretera durante sólo 5 kilómetros rumbo a Trebes. En el desvío, tomar la ruta a Lagrasse.

La ruta a Lagrasse es bellísima, con leves y agradables cuestas y colinas. Rodeada de verde. Se interna en las gargantas de Corbières.

Pasamos por pueblitos que emergen de las laderas a ambos lados de la garganta. Todos encantadores. En Lagrasse hicimos una parada y comimos una deliciosas tarteletas de la panadería del pueblo. Deliciosas.  Luego retomamos por esta apacible ruta a menudo cercada por una galería de árboles. Pasamos por Tournissan y Saint Laurent y luego entramos a algunas carreteras un poco más moviditas hasta Narbona.

Acampamos en Florelys un camping de dos estrellas que tiene de todo, hasta piscina. Este es un camping muy recomendable. Gente amable. Espacio con mesas y bancas para sentarse. Proveduría con buenos precios. Ya pasé dos veces por allí y no hacen más que mejorar.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 6: Lourdes-Boulogne sur Gesse

Con las bicis recién aceitadas y nuestras piernas descansadas encaramos les Hautes Pyrénées coincidiendo en buena parte de nuestro camino con el trazado y el paso del Tour de France. La ruta a seguir sin rigidez, sino flexible a las veces que nos perdemos y no son pocas, la buscamos inicialmente en google maps y en un antiguo mapa de papel, o mejor dicho un pedazo de un mapa, que encontramos en el albergue de Saint Palais y que nos acompañará el resto del viaje. Un mapa de paPel, por experiencia, es siempre La  herramienta de orientación más útil en cualquier recodo del camino.

Este día pasamos por Lanne, emblemático punto para el ciclismo ya que desde aquí se inician los tradicionales ascensos del Tour de France y es puerta al ascenso mítico del Tourmalet. Se considera una de las etapas más difíciles del Tour de France ya que se ascienden y descienden siete puertos. Con mucha más tranquilidad que los competidores, mirando el paisaje y sacando fotos, nosotras también pedaleamos bastante este día.

Desde Lanne atravesamos los encantadores pueblos de Louey, Momères, Barbazan Debat, Bordes, Goudon, Bonnefont, Sentous y llegamos a Castelnau Magnoac donde pensábamos dormir. Dejamos atrás la Aquitania y entramos en Occitania. Esta ciudad: Castèthnau de Manhoac, en occitano gascón se encuentra en Midi Pyrénées, es la que tienen mayor población del cantón pero el único camping posible está alejado y es nudista. Todo bien, pero no tuvimos ganas de andar de carpa en carpa y de calentador y sopita en bolas, así que decidimos pedalear unoS kilómetros más hasta Boulogne sur Gesse, en occitano Bolonha de Gessa, también en el Midi Pyrénées.

Llegamos tarde a Boulgne y ya no encontramos lugar para comer comida, pero por suerte siempre llevamos unas sopitas salvadoras. El camping que encontramos es muy grande, con mucho espacio y arboleda y muy barato. El encargado fue muy atento, y también la gente que se estaba quedando allí. Nos trataron con amabilidad y generosidad, un acampante de caravana, nos facilitó el martillo ya que el suelo era duro para clavar estacas. Otro vecino, que estaba en un acabaña nos ofreció su calentador a gas porque nos vio en el super intentando comprar una garrafa y las que habían no sirven para la conección de nuestro calentador.

Stella durmió muy bien. Yo más o menos porque llovía mucho y cuando me levanté para ir al baño vi que la bici de Stellete no estaba. Pensé que se la habían robado. No me podía dormir, y cuando le fui a contar me dijo que ella la había cambiado de lugar para que no se le moje…