Palenque. Estoy en un camping, Maya Bell, muy cerca de las ruinas y a pocos kilómetros del centro donde vine a escribirles y a contarles.
El lugar es precioso, en medio de la selva. Cómodo. Tengo un pilar con enchufes y agua, pilar que además me sirve de mesa. Hay un restaurante con despachador de agua fría o caliente para el mate por lo que me hace hace falta usar la pavita verde.
Esta mañana conocí a Malcom, un inglés de unos 70 años que arrancó en el Cabo de Hornos con una moto y quiere llegar hasta Alaska y el círculo Polar Ártico. Ya ha recorrido los mares en velero y ha estado en todos los continentes del planeta. Un hombre sencillo y por supuesto muy interesante que me estuvo contando de sus caminos por América Latina. También me dijo que en el mismo camping hay un italiano que está viajando en moto hacia el sur, salió desde Canadá, en moto. El italiano esta mañana fue a las ruinas, así que aún no lo he contactado, pero como verán la locura de la travesía no es sólo de esta mujer argentina sino que ya, en pocos días, me encuentro con gente que está haciendo más o menos lo mismo.
Les cuento que la primera etapa, el primer día, desde Guanajuato a Veracruz, fueron 700 y pico de km y ayer desde Veracruz hasta Palenque 600 y pico. Hoy me quedo acá para descansar y creo que mañana arranco hacia Guatemala.
En Veracruz, pasée por el centro y el malecón. En el zócalo, el sábado 31 en la noche, había danzón con orquesta. Al día siguiente, ayer 1 de noviembre, antes de salir hacia Palenque, caminé por el Malecón. Ahí están el puertos, los barcos, los restos del antiguo fuerte baluarte de Santiago.
Arranqué hacia el sureste con tiempo despejado, sol, viento a favor. A mitad de camino llovió un poco y después bastante, pero entrando a Chiapas, la humedad es un vaho que expiran plátanos y palmeras. Sin lluvia y con un calor gratificante. Esto es verde, verdísimo, exhuberante.
Anoche sentía el repiquetear de la lluvia en el techo de la carpa. El cielo es plomizo y denso, tal como debe ser en casi todo el trópico. Nubes benditas y chaparrones sin los cuales la gente se chamuscaría. En el camping hay una pileta, así que esta tarde me daré un chapuzón. Quizás regrese a visitar la lápida de Pakal que ya vimos hace años cuando viajamos con Farid y Martín en 1997 y nos llamó poderosamente la atención, no sólo por su peso en toneladas de piedras, sino más bien por las inscripciones mayas y las ilustraciones que fueron reveladoras para las sentencias proféticas de esta sabia civilización.
En el centro de Palenque, hoy día de muertos, hay un reguero de vendedoras flores, sampasuchis y nardos, tal es en todo México. Mañana veré de partir hacia Guatemala, pasando por Ocosingo, Comitán, Teopisca… Frontera Ciudad Cuahutemoc. Ya pasé por ahí cuando fui a Honduras hace algunos meses, tengo vigente el permiso de aduana. Y quizás duerma cerca de Huehuetenango… pero eso será después, mañana.
Hoy por hoy estoy feliz. Apenas he salido y no puedo dar señas elocuentes de mi experiencia, sólo sé eso, que esta mañana soy feliz, que no cambiaría lo que estoy haciendo en este momento por nada, hoy por hoy, en mi vida, conciente de lo que significa estar vivo, este es mi deseo, el que estoy llevando adelante. Quisiera que todas las personas a las que quiero y a las que deseo transitar la vida con felicidad, pudieran encontrar aquellas cosas que se lo permitieran y tener la valentía de dejar de lado convencionalismos, prejuicios, inseguridades, miedos, porque VALE LA PENA.
El lugar es precioso, en medio de la selva. Cómodo. Tengo un pilar con enchufes y agua, pilar que además me sirve de mesa. Hay un restaurante con despachador de agua fría o caliente para el mate por lo que me hace hace falta usar la pavita verde.
Esta mañana conocí a Malcom, un inglés de unos 70 años que arrancó en el Cabo de Hornos con una moto y quiere llegar hasta Alaska y el círculo Polar Ártico. Ya ha recorrido los mares en velero y ha estado en todos los continentes del planeta. Un hombre sencillo y por supuesto muy interesante que me estuvo contando de sus caminos por América Latina. También me dijo que en el mismo camping hay un italiano que está viajando en moto hacia el sur, salió desde Canadá, en moto. El italiano esta mañana fue a las ruinas, así que aún no lo he contactado, pero como verán la locura de la travesía no es sólo de esta mujer argentina sino que ya, en pocos días, me encuentro con gente que está haciendo más o menos lo mismo.
Les cuento que la primera etapa, el primer día, desde Guanajuato a Veracruz, fueron 700 y pico de km y ayer desde Veracruz hasta Palenque 600 y pico. Hoy me quedo acá para descansar y creo que mañana arranco hacia Guatemala.
En Veracruz, pasée por el centro y el malecón. En el zócalo, el sábado 31 en la noche, había danzón con orquesta. Al día siguiente, ayer 1 de noviembre, antes de salir hacia Palenque, caminé por el Malecón. Ahí están el puertos, los barcos, los restos del antiguo fuerte baluarte de Santiago.
Arranqué hacia el sureste con tiempo despejado, sol, viento a favor. A mitad de camino llovió un poco y después bastante, pero entrando a Chiapas, la humedad es un vaho que expiran plátanos y palmeras. Sin lluvia y con un calor gratificante. Esto es verde, verdísimo, exhuberante.
Anoche sentía el repiquetear de la lluvia en el techo de la carpa. El cielo es plomizo y denso, tal como debe ser en casi todo el trópico. Nubes benditas y chaparrones sin los cuales la gente se chamuscaría. En el camping hay una pileta, así que esta tarde me daré un chapuzón. Quizás regrese a visitar la lápida de Pakal que ya vimos hace años cuando viajamos con Farid y Martín en 1997 y nos llamó poderosamente la atención, no sólo por su peso en toneladas de piedras, sino más bien por las inscripciones mayas y las ilustraciones que fueron reveladoras para las sentencias proféticas de esta sabia civilización.
En el centro de Palenque, hoy día de muertos, hay un reguero de vendedoras flores, sampasuchis y nardos, tal es en todo México. Mañana veré de partir hacia Guatemala, pasando por Ocosingo, Comitán, Teopisca… Frontera Ciudad Cuahutemoc. Ya pasé por ahí cuando fui a Honduras hace algunos meses, tengo vigente el permiso de aduana. Y quizás duerma cerca de Huehuetenango… pero eso será después, mañana.
Hoy por hoy estoy feliz. Apenas he salido y no puedo dar señas elocuentes de mi experiencia, sólo sé eso, que esta mañana soy feliz, que no cambiaría lo que estoy haciendo en este momento por nada, hoy por hoy, en mi vida, conciente de lo que significa estar vivo, este es mi deseo, el que estoy llevando adelante. Quisiera que todas las personas a las que quiero y a las que deseo transitar la vida con felicidad, pudieran encontrar aquellas cosas que se lo permitieran y tener la valentía de dejar de lado convencionalismos, prejuicios, inseguridades, miedos, porque VALE LA PENA.
Hola Ché!!!!
Saludos desde Guadalajara!
Ánimo, que los amaneceres te inunden de energía para la ruta. Manejá con cuidado y besitos
Chau chau!
Los amaneceres son gritos en la selva! Pájaros, monos… ríos… frutos que se caen…
es bellísimo!!