De Namche Bazaar a Lukla

Un largo camino
de Namche Bazaar a Lukla, todos los caminos que van o vienen de Namche…  Salimos a pocos minutos de pasadas las 8 de la
mañana, después de hablar un rato con el chileno José Ignacio. Un chileno de
Pucón a quien gustan las montañas y conoce de la Patagonia, ambos lados de la
frontera. Quedamos para la Huella Andina. Vamos quedando con varios. Yo voy
promocionando. Reparto algunas lapiceras que me quedaban. Ya se anotaron varios
para hacerla la próxima temporada: el ucraniano, Sergei, Pepe de Murcia, y
ahora José Ignacio de Chile. El sendero de hoy, de Namche a Lukla, es el
regreso de lo que hicimos en dos días durante la subida, el día 1 (uno) –de
Lukla a Monjo- y el día 2 (dos) –de Monjo a Namche Bazaar. Hoy, soñando que
total era todo bajando, decidimos hacerlo de un tirón. Nada más lejos de la realidad,
no es “en bajada”, es un sube y baja constante e interminable. Fue el día más
largo. No llegábamos nunca. Sin embargo nos viene bien llegar antes de lo
previsto, porque nos acabamos de enterar que hay mal tiempo desde hace varios
días y los aviones no están saliendo, lo que significa que hay muchos pasajeros
varados, en lista de espera, para  salir
de Lukla. Al menos eso es lo que nos dicen. Los albergues están llenos de
pasajeros que desde hace al menos un par de días esperan salir. Hoy, según nos
dijeron, fletaron sólo seis avionetas. En cada una entra 16 pasajeros, la
azafata, y los dos pilotos, y hay cientos de turistas en Lukla que necesitan
regresar a Kathmandu. Nosotros creíamos ilusamente tener reservado vuelo a
través de la dueña del albergue de Pnagboche cuyos padres tienen un albergue en
Lukla donde también suponíamos tendríamos reservada habitación. Al llegar, no
tenemos ni cuarto, ni vuelo.

Lukla es un
descontrol, o al revés, un sector controlado por una mafia que vive y se
enriquece de esto: reprogramar vuelos, vender enlaces en helicóptero para
aquellos que no pueden esperar, y mientras esperan, a los que esperan,
hospedaje y comida necesarios e ineludibles. Todo Lukla circula por el
aeropuerto y tranza con unos y con otros.
Nosotros tenemos
varios días de changüí y estamos deliberando qué hacer. Compramos el mapa que
abarca la zona de Phaplu y Jiri y barajamos la posibilidad de salir caminando,
dos o tres días hasta Phaplu, algunos días más hasta Jiri. Nuestro vuelo a
Tailandia es el día 14 de mayo en la mañana. Hoy es 9 de mayo, aparentemente
tenemos suficiente tiempo.  Si caminamos
a Phaplu, podemos tomar un jeep desde ahí hasta Kathmandu.
En la noche
salimos con Martín a hablar con gente del lugar. La mayoría de los turistas
quedan varados un promedio de 3 a 4 días. Nos dicen que la ruta a Phaplu
podemos hacerla en dos días y que la carretera para el jeep, si bien es un
camino con deslaves, para ellos está bien y es “normal road”. Sabemos lo que
significa: una cagada.
Preparamos todo como
para salir caminando pero esta vez no hay equipo. Están cansados. Creo que soy
la única dispuesta a seguir de a pie, aunque no era lo que pensábamos, a mí me
parece por el momento la opción más viable y segura. Un helicóptero a Kathmandu
nos cobra 500 dólares por persona, una guasada, la mafia del aeropuerto de
Lukla. Encima que es el nº 1 más peligroso del mundo hay que lidiar con estas
tranzas. El mal tiempo no amaina. Está nubladísimo y caen algunos chaparrones.
Durante el
trayecto largo de hoy, Stella caminó descompuesta todo el día. Pesado para
todos y peor para ella. Si caminamos a Phaplu barajamos la posibilidad de
contratar un porteador, ahora sí. Nuestro trepping terminó y necesitamos
correr, aligerar el peso en la espalda, ayudará.
Martín y yo
hicimos el trayecto de hoy en 8 horas, Stella llegó una hora después, débil por
la descompostura que la tiene a mal a traer desde la noche. Estamos en un
albergue con una dueña muy simpática, muy amable. Nos cuesta 200 rupias. En el
camino compramos unos bollos rellenos a 30 rupias, en Lukla cuestan 50,
rellenos de papa y otras verduras, con picante!
Nos han sugerido
que mañana vayamos directo al aeropuerto a las 6 de la mañana a ver si
conseguimos pasajes para salir. Mañana es un día decisivo.

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