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Moscú, una de las ciudades más lindas del mundo

Qué hay que visitar en Moscú

Los lugares que hay que visitar en Moscú no se agotarán en un solo paseo. Es imposible. Además, a los sitios imprescindibles de un primer viaje, nos dará gusto regresar y volver a darles una vuelta.

Es mi tercer viaje a través de Moscú. Todos mis viajes a Rusia empezaron y acabaron aquí. Moscú es una ciudad en la que podría quedarme mucho tiempo. Sigo encontrando rincones nuevos, parques, monasterios, construcciones, barrios, calles, lagos. Moscú reserva sorpresas en toda su amplitud y como es una ciudad enorme, digna de la gran Rusia, difícilmente pueda jactarme alguna vez de que ya lo he visto todo.

Al mismo tiempo, volver a ciertos lugares ya recorridos, vuelve a sorprender, a gustar. Se disfruta una vez y se repite y amplifica el disfrute al regresar. Es así. Moscú es bella e interesante al mismo tiempo.

Sitios de interés que hay que visitar en Moscú

La lista de imprescindibles la encabeza por supuesto el Kremlin, la Plaza Roja, la catedral de San Basilio, postal emblemática de Moscú y de Rusia, y las estaciones de metro.

La visita al interior del Kremlin y todas las construcciones, iglesias, museos, monasterios de su interior, requieren mínimo medio día. Si se puede disponer de más horas, mejor. Asimismo hay que recorrer y relajarse en sus jardines interiores y exteriores y si se desea, entrar al Mausoleo de Lenin. El Kremlin de Moscú y todo su entorno, no es la imagen que uno guarda de libros o fotos, estar allí, en vivo y en directo intentando explorarlo palmo a palmo, te dejará sin aliento.

Las estaciones de metro de Moscú fueron construidas bajo el concepto de «palacios del pueblo». En nuestro primer viaje recorrimos las más destacadas, sin embargo todas compiten en estilo arquitectónico, desde las antiguas a las modernas. En Moscú, como dato extra, se encuentra la estación de metro más profunda del mundo y que corresponde a la línea subterránea de mayor longitud. Se trata de un nuevo anillo subterráneo inaugurado recientemente, en 2023, cuya profundidad alcanza los 130 metros.

Más allá del centro de Moscú hay muchísimos parques y museos que vale la pena visitar. A todos lados se puede llegar en metro. Por ejemplo, no se puede dejar de ir al parque VDNKh y visitar el Museo de la Cosmonáutica y enfrente el Parque de los Pabellones. No se arrepentirán. Muy cerca de allí está la estatua del «Rabochi y kolkhoznitsa», la misma que abre las películas de Mosfilm y que ganó la exposición internacional de París en 1938. Impresionante.

Park Pobedy, Parque de la Victoria

Este es un parque y museo dedicado a la Gran Guerra Patria.

El 9 de mayo tras el tradicional desfile por la Plaza Roja y las calles del centro de Moscú, nos dirigimos al Parque de la Victoria donde concurren moscovitas, veteranos, descendientes de combatientes contra el fascismo y personas que quieren convivir en ese día para conmemorar la Victoria y dejar una flor alrededor de la llama eterna. Esta llama arde en cada ciudad o aldea por pequeña que sea de toda la enorme Federación Rusa. Las listas con nombres son tan interminables como dolorosas.

Pasamos buena parte del día allí. Había espectáculos gratuitos dentro del museo, músicos cantando entre las arboledas del parque, gente disfrutando alrededor de las fuentes.

Otros parques, monasterios y palacios sorprendentes

Agregando más lugares a lo antes mencionado y de lo que podrás entrar en detalles siguiendo los enlaces en verde, en Moscú tendrás que dejarte llevar por la peatonal Arbat caminar también por la Nueva Arbat. Debes acercarte y relajarte en Chisty Prudi y no puedes dejar de caminar y contemplar las vistas únicas desde Park Zaryadye.

Más allá de todo esto, hacia cada extremo de la ciudad, te encontrarás con grandes hectáreas de bosque, lagos, fuentes impresionantes y monasterios y palacios. Tal es así que puedes recorrer uno de los monasterios más antiguos de la ciudad, Novospassky, cerca de Taganskaya o uno de los monasterios más deslumbrantes como es el Novodevichi.

Novospassky fue fundado en el siglo XIV. Es una gran fortaleza que alberga en su interior edificios de carácter religioso. La mayoría de gran belleza arquitectónica. A su catedral principal se la llamó la Nueva Catedral del Salvador, para diferenciarla de la del Kremlin de Moscú que lleva el mismo nombre, de ahí, también, el nombre del Monasterio.

Novodevichi es uno de los conventos más ricos de Moscú, donde llegaban a parar las mujeres nobles de la familia de los zares y de los clanes mas privilegiados de los boyardos, una fortaleza de defensa eficiente. Es curioso que en los años veinte del siglo XX desde el campanario barroco del convento el lider del constructivismo Vladimir Tatlin estuvo haciendo pruebas de su máquina de volar Letatlin, inspirada en los dibujos de Da Vincci.  

Otros lugares que son bien apetecibles y merecen un par de horas son el Parque Tsaritsyno, un complejo de palacios y parques, construidos por la emperatriz Catalina la Grande como su residencia de campo.

Este es un territorio de 405 hectáreas, con un palacio del siglo XVIII. El palacio principal de Tsaritsyno es el único palacio pseudo-gótico en Rusia. Los interiores de las edificaciones albergan diversos museos y exposiciones.

Por último, entre lo que hay que visitar en Moscú, iremos a Izmailovo. Allí está el mercado de antigüedades y souvenirs más grande y nutrido. Se puede llegar en metro, a la estación Partisánskaya. Vale la pena reservar un último día en Moscú para hacer las compras allí. Mejor en fines de semana que es cuando hay más puestos. Se puede encontrar de todo y, al mismo tiempo, de toda calidad. Desde artesanías antiguas pintadas a pulso y con plumín o pertrechos de la guerra o sus combatientes, hasta chucherías de plástico.

Moverse por Moscú

La mejor manera de ver todo lo que hay que visitar en Moscú es en metro. Es lo más rápido, lo más económico, lo más cómodo.

Utilizar el metro en Moscú es bastante fácil, todo está indicado en cirílico y en nuestro alfabeto. Los metros funcionan con mucha fluidez y exactitud. No se hacen aglomeraciones. Se viaja cómodo.

Para utilizar el metro lo mejor es comprar una tarjeta Troika a la que se puede ir cargando dinero. Desde 2019 cuando viajé por primera vez a Rusia, utilizo la misma tarjeta Troika. Sirve para varias personas.

Al mismo tiempo se puede ir admirando las estaciones, cada una de ellas, una sala palaciega o una exposición de arte o inclusive un destello de psicodélico de últimas tecnologías.

Por lo demás, entre metro y metro, nada mejor que pasear a pie por Moscú.

Llegar y salir de la ciudad

Llegar y salir de la ciudad, también se puede con el metro.

Si hemos llegado a un aeropuerto, debemos tomar un autobús o tren hasta una estación de metro, y luego hacer las combinaciones necesarias.

Desde todos los aeropuertos de Moscú hay buses de línea, los más baratos, 55 rublos, buses directos hasta una estación de metro 250 rublos, y trenes express por 500 rublos hasta una de las estaciones de Moscú.

Moscú-Día 3

En el transcurso de estos breves días y a medida que nos queda de camino, vamos recorriendo más estaciones de metro, palacios del pueblo.

La estación Ploschad Revolutsii se destaca por tener 76 esculturas de bronce que representan al pueblo soviético. Las esculturas fueron hechas en el Taller de fundición artístico de Leningrado por un equipo bajo la dirección de M.G. Mánizer. Las esculturas están instaladas cronológicamente desde los acontecimientos de octubre de 1917 hasta el diciembre de 1937. Hay obreros, soldados, campesinos, marineros, paracaidistas,  avicultores, cultivadores, estudiantes, futbolistas, madres, padres, deportistas, pioneros.

Las esculturas tienen fama de poseer cualidades mágicas. Por ejemplo, si uno por la mañana temprano toca el banderín del señalero, en este día tendrá suerte. La misma creencia apareció respecto al revólver del marinero revolucionario, por eso lo roban a menudo. A las personas que van a una cita les aconsejan tocar el zapatito de la chica de bronce, pero en ningún caso se puede frotar al gallo o tocar su pico. Los estudiantes dicen que para aprobar un examen hay que frotar la nariz del perro de bronce del guardián fronterizo, por esta razón la capa de bronce se hizo más fino y actualmente las narices y una parte de hocico de todos los perros están frotadas hasta tal punto que brillan. Es evidente la parte que hay que tocar para la buena fortuna porque está desteñida y brilla. Pasamos también por la estación Arbatskaya, edificio con forma de estrella y por dentro con con unas luminarias palaciegas.

Caminamos por la tradicional calle Arbat, la vieja, y llegamos hasta las puertas de la casa del poeta Alexander Pushkin. Frente a la casa hay una escultura que los representa a él y a su esposa Natalia Goncharova, primera belleza de Moscú.

La calle Arbat es turística y está llena de negocios de souvenirs y artistas callejeros. Caminamos un rato por allí.

Este tercer día en Moscú nos fuimos al Museo de la Cosmonáutica. Es excelso. Enorme. Vale mucho la pena, y la entrada es barata, 250 rublos. Recorriendo este museo uno no deja de sorprenderse leyendo y enterándose de que los rusos fueron primeros en todo. Muchísimas expediciones al espacio y a otros planetas, de avanzada desde hace décadas, llegando a explorar Venus, Marte, la luna, desde antes de los 60s y de manera ininterrumpida hasta la actualidad.

Es super interesante, hay naves originales, sondas, trajes espaciales, alimento para astronautas, simuladores, transbordadores, muchísima información y elementos de la carrera cosmonáutica rusa. Toda la vanguardia. Están también las pinturas de Alexey Leonov, el primer hombre en dar un paseo por el espacio exterior. Documentos de Korolëv, el cerebro de la cosmonáutica rusa. Tito, Belayev, Tereskova, actual diputada, Gagarin, y muchos más. Infinidad de elementos que hacen de esta visita una visita interesantísima.

Este museo está junto a la estación de metro VDNKh. Antes de la entrada del Museo se impondrá ante nosotros el Monumento a los Conquistadores del Espacio. Fue erigido para celebrar las conquistas del pueblo soviético durante la era de la exploración espacial. En marzo de 1958, unos meses después del lanzamiento del satélite espacial Sputnik 1 (el primer satélite artificial de la historia), se realizó un concurso para su diseño. La construcción se prolongó varios años. El monumento es un gigantesco obelisco con un cohete espacial en al cima, de manera que el obelisco viene a representar la columna de humo que deja una nave espacial. Tiene 107 metros de altura, pesa 250 toneladas y está recubierto de titanio, material utilizado en la fabricación de los cohetes espaciales.

Saliendo del territorio del Museo nos encontraremos, muy cerca de allí, con unos parques inmensos, con fuentes y jardines inconmensurables. Fuimos a pasar buena parte de la tarde, pero antes nos acercamos unos 300 metros hasta la legendaria estatua del Obrero y la Koljotnitsa, la estatua que aparece abriendo todas las películas del cine soviético. El obrero con el martillo y la campesina con la hoz.

Luego caminamos por los extensísimos jardines del VDNKh. Es el mayor complejo de entretenimiento de Rusia, todos los días atrae a varios miles de moscovitas y visitantes de la ciudad. La exhibición está representada por pabellones y fuentes construidas en la era soviética anterior a la guerra; ubicadas a lo largo de amplias avenidas de asfalto. Hay instalaciones más modernas dedicadas al espacio, la energía y la cibernética. 49 edificios son reconocidos como obras maestras arquitectónicas y monumentos del patrimonio cultural. Las exposiciones son de interés para personas de todas las edades. El complejo es armonioso, con zonas de parques y depósitos de agua, hay un ambiente relajante y aire fresco. Hay más de 250 pabellones para exposiciones. Todos los kolkhozes y sovkhozes de la Unión Soviética aspiraban a participar en ella. Además de los pabellones, se construyeron áreas económicas y de principio territorial, aquí se construyeron atracciones, circo, cines, área recreativa. Cada pabellón representa una de las 15 repúblicas de la URSS o la economía nacional, y en el centro se encuentra el pabellón de la Federación de Rusia y la fuente de la Amistad de los Pueblos con esculturas de oro de sus representantes en trajes nacionales.

Volvimos al metro y continuamos visitando Moscú hacia Chisty Prudy, un área acogedora con estanques que fueron limpiados y renovados. Antiguamente a estos estanques iban a parar  los residuos de varias carnicerías, ahora es un rincón ideal para el pic-nic y relax.