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Segundo viaje a Kazán, capital de la República de Tatarstán

Qué ver en Kazán

Hay muchísimas cosas que ver en Kazán. Es una ciudad con una abundante historia, un pasado muy rico y determinante para esa región en particular y para Rusia en general.

Kazán es la capital de la República de Tatarstán o Tataristán, una de las repúblicas de la Federación Rusa. Se trata de una zona habitada desde la antigüedad. La ciudad se levantó estratégicamente en la confluencia de dos ríos: Volga y Kazanka. Esta confluencia se puede apreciar desde las murallas que rodean al Kremlin, murallas erigidas sobre las ruinas del antiguo castillo de los kanes.

Es la segunda vez que visito Kazán. La primera fue en 2022 regresando del Transiberiano hacia Moscú y por menos de un día, tiempo totalmente insuficiente pero que alcanzó para encender el deseo y la necesidad de volver.

Uno de los lugares que debemos ver en Kazán es su Kremlin, construido por orden de Iván el Terrible.

Si nos alojamos cerca del centro y salimos a dar un paseo, la aparición del Kremlin no tardará en evidenciarse. Es llamativo e impresionante. Se alza sobre una colina, luminoso entre blancas murallas detrás de las cuales emergen los minaretes de la mezquita Kul Sharif.

Dentro del Kremlin hay varias construcciones que ver como el Palacio de Gobierno de Kazán, siete museos, la Torre de Siuyumbique, la Catedral de la Anunciación y la mezquita.

Todas estas construcciones son preciosas y conforman vestigios con historias y anécdotas. En cada una de ellas encontraremos un código Qr que nos permite indagar un poco más acerca del pasado de cada muro y cada piedra.

Cabe destacar que la Torre de Siuyumbique o Söyembikä, de 59 metros, presenta una leve inclinación, no tan notoria como la de Pisa en Italia. Esta torre se relaciona con una historia de amor y tragedia entre Iván el Terrible y la hija del Kan derrotado por él con la que Iván pretendía casarse.

La Mezquita de Kul Sharif o Qol Šärif se levantó sobre las ruinas de la mezquita original que data de 1500. El edificio primigenio tenía minaretes con forma de cúpulas. Este diseño era tradicional en el Bulgaria del Volga. Kul Sharif fue la mezquita más grande de Europa hasta la construcción reciente de la mezquita de Chechenia.

La Catedral de la Anunciación es uno de los edificios más antiguos del Kremlin. Alberga documentos históricos relevantes, manuscritos de los siglos XVI a XVII entre los que se encuentra el Evangelio de Ephraim.

Otros barrios que ver en Kazán donde convive lo típico con lo monumental

Kazán es una ciudad que requiere más de un día. Hacia todas direcciones hay lugares que merecen un paseo.

Desde el centro o desde el mismo Kremlin, se puede caminar de manera amena y agradable por la peatonal Bauman. Rodearemos varias fuentes y pasaremos delante de llamativas esculturas de metal que ocupan buena parte de la calle. Estas esculturas son habitantes, casi como seres vivos de la ciudad con los que se puede interactuar.

Sobre la peatonal está la Catedral de la Epifanía a cuya alta torre se puede subir para tener una vista aérea panorámica de la ciudad. El campanario está construido de manera independiente al lado de la Catedral. Ambos son de estilo barroco y, a pesar de su majestuosidad, la decoración es armoniosa.

Si seguimos caminando, a unos 15 o 20 minutos del centro está el barrio tradicional Tugam Avylym. Muy cerca, antes de llegar a él, nos sorprenderá un castillo que parece construido de merengues de colores. Es el Teatro de los Muñecos de Kazán. Unos metros más y ya estaremos rodeando las encantadoras casas de madera con flores de Tugam Avylym. Desde allí podemos arrimarnos a la vera del Lago Kaban. Un buen lugar para hacer un picnic aunque no el único, ya que, en pleno centro hay otro lago, más pequeño, el lago negro, rodeado de árboles y con una pradera de pasto mullido y verde ideal para tira

Algo más que ver en Kazán por las riberas del Kazanka

Otra placentera caminata es seguir la ribera del río Kazanka. El Malecón está engalanado de cafés y comercios de regalos. Además hay pérgolas con hamacas, reposeras con vista al río y una zona para hacer ejercicio. El atardecer aquí es magnífico.

El malecón está dividido en dos zonas: una peatonal y un espacio para andar en bicicleta, patines y longboard que se pueden alquilar allí mismo. En invierno, este mismo Malecón se transforma en la pista de hielo más larga del mundo.

Dejándonos llevar por nuestros pasos admiraremos las vistas espléndidas del Kremlin, y cruzando un enorme parque veremos el Palacio de la Agricultura de Kazán. Es una hermosa construcción de estilo ecléctico en cuya puerta principal hay un árbol esculpido.

Otro edificio imponente que vamos a ver en Kazán es la Universidad. Está a un kilómetro del Kremlin y en el momento de su construcción, en 1825, se consideraba el mejor edificio de la ciudad. El famoso matemático ruso Nikolai Lobachevsky fue el principal diseñador del edificio. Aquí estudiaron cientos de los futuros científicos reconocidos en todo el mundo, y dentro de sus paredes nacieron las escuelas académicas que han recibido reconocimiento internacional.

Qué ver en Kazán más allá del centro

En las afueras de la ciudad se encuentra el original Templo de Todas las Religiones.

Es un edificio muy colorido que conjuga la arquitectura típica de diferentes tipos de templos. La estructura del edificio mezcla elementos cristianos, ortodoxos, musulmanes, budistas y judíos.

Su construcción la inició un artista local, llamado Ildar Khanov en la década del noventa. Su idea era crear un espacio de reunión de todos los feligreses, sin importar a qué credo pertenecieran. Un recinto de intercambio y comunicación cultural.

Actualmente en el Templo se desarrolla una escuela de arte para niños, un museo pictórico y también un centro de ayuda a la desintoxicación de adicciones debido a que, en vida, Khanov, ayudó a muchas personas a superar el alcoholismo y la drogadicción.

Cómo llegar y cómo movilizarse

En Kazán hay dos estaciones de trenes. Los trenes que llegan desde Moscú, suelen hacerlo a la estación del centro, Kazán 1. Esta se encuentra a una media hora o 40 minutos a pie del Kremlin.

La otra estación, Kazán 2, está más alejada, del otro lado del río y se puede tomar transporte público para ir hasta el centro.

Desde Moscú los trenes salen de la estación Kazanskaya. Los horarios y disponibilidad pueden verse en la página de ferrocarriles rusos РЖД. Pueden comprarse online con una tarjeta de crédito local o en las ventanillas de cualquier estación de ferrocarril de cualquier ciudad y no necesariamente de donde se va a subir al tren.

Si estás fuera de Rusia, es probable que no puedas abrir la página de РЖД (ferrocarril ruso). Pero no te preocupes, es muy fácil de solucionar. Te descargas la aplicación AiVPN. En la lista de servidores elegís «Rusia» y gracias a la maravillosa ubicuidad digital, aunque no lo creas, instantáneamente te teletransportarás a Rusia.

En Kazán hay una red de metro. También hay un aeropuerto muy cómodo desde el cual sale y llega constantemente el transporte público.

Existe una aplicación de telefonía móvil, 2GIS, que es espectacular para moverse en toda Rusia. Las indicaciones son exhaustivas y al detalle.

Moscú-Día 4

Este cuarto día debemos desalojar nuestra casita en Moscú y recorrer con las mochilas hasta la noche en que tomaremos el Tren Estrella Roja hacia San Petersburgo. Fuimos al Parque Gorky, volviendo a recorrer una vez el más el Parque Muzeon, la Galería Tetriakova, y el Parque de las Esculturas. Parque Gorky o Park Kultury es como todo hasta ahora en Rusia, enorme. Cubre unas 100 hectáreas y se extiende a lo largo de 7 km del paseo ribereño. Hay todo tipo de bancas, asientos, hamacas, reposeras, colchonetas inflables, pérgolas con sillones y columpios, para todos los gustos y comodidades. La gente toma sol plácidamente, leyendo o escuchando música. Hay cisnes y patos en varios estanques, y en verano se organizan clases de yoga y bailes. Hay tomacorrientes, wi-fi gratuito, un bar de madera, ventas de helados, alquiler de bicicletas, canchas de voley. Anduvimos un bue rato recorriendo este parque lleno de verde, flores, fuentes, y la frescura del agua.

Luego encaramos hacia la estación de metro Oktiabraskaya y nos fuimos hacia el Museo de la Gran Guerra Patria en el Park Pobedy, otro parque enorme en homenaje a las víctimas y héroes de la Segunda Guerra Mundial, la Gran Guerra Patria contra el fascismo derrotado por el Ejército Rojo. Para llegar aquí, de paso, visitamos la estación de metro Park Pobedy que según dicen las estadísticas es la más profunda del mundo con la escalera mecánica más larga del planeta, lo que se tarda en subir y bajar da como para una sesión de diván. El Parque y el Museo se encuentran sobre la Colina Poklonnaya, la más alta de Moscú. Recorrimos el parque lleno de canteros con flores que pintan de colores arabescos y cintas de San Jorge.

En frente del museo hay un obelisco 141,8 metros de altura, que representan a los 1.418 días de la guerra. Una figura de bronce de Niké, la diosa griega de la victoria, se monta a una altura de 100 metros, y una estatua de San Jorge matando a un dragón está en la base. La entrada al Museo cuesta 300 rublos.

La sala de entrada principal del museo se llama el Salón de Comandantes, que conmemora a todos los líderes militares de alto rango a quien se adjudicaron la Orden de la Victoria. La planta baja está dominada por seis grandes panoramas en los que se representa tridimensionalmente y con efectos impresionantes de audios, momentos de la guerra, ataques y la vida en distintas ciudades soviéticas durante esa época. Ilustran batallas claves durante el curso de la guerra. Cada panorama comprende una enorme pintura en una pared semi-circular, con el equipo y los residuos colocados delante para producir un efecto hiperrealista. Los panoramas están dispuestos en orden cronológico en torno a un pasillo central llamado el Salón de la Memoria y del Dolor, que honra la memoria de los 26 millones de víctimas soviéticas de la guerra mundial.

También hay artillería de la que se usó, tanques, pantallas interactivas, historias de combatientes hombres y mujeres, cartas, utensillos encontrados en los campos de batalla y trincheras. Todo está en ruso, pero aún cuando no se entiendan los textos se entenderán las imágenes. Hay muchísimas fotografías, periódicos, y bastante montaje escenográfico en tamaño original.

Estuvimos un par de horas recorriendo el Museo por dentro y relajándonos en sus enormes y verdes parques llenos de flores y de las infaltables agradables fuentes.

Luego fuimos al centro neurálgico de Moscú, pasamos por la Biblioteca Lenin, por el Teatro Bolshoy, volvimos a la Plaza Roja, a las calles iluminadas con guirnaldas del centro, pasamos por la Casa donde vivió Lomonosov, y cruzamos por Kitay Gorad hacia el Parque Zaryadye donde subimos a un terraplén desde donde la luna llena y el atardecer que caían sobre la ciudad de Moscú se volvía un espectáculo mágico. En el Parque Zaryadye hay espacios variados. Parque, plaza urbana, espacio social, equipamiento cultural, e  instalaciones recreativas. Áreas naturales entre ellas la de tundra, estepas, bosque y humedal; 14 mil metros cuadrados que incluyen un voladizo de 70 metros sobre el río Moscú; restaurante, mercado, dos anfiteatros y para rematar una equipada sala de conciertos filarmónicos. Estar ahí, ver la Plaza Roja desde ese lugar lleno de encanto, luego bajar e instalarnos en el medio de una ciudad encendida, de película, era tan perfecto que parecía un sueño.

La noche cayó y nos tomamos el metro a la estación Komsomolskaya, otra de las muchas que merece una visita porque más que una estación de metro es un palacio real. Esta posiblemente es la más opulenta. La característica más importante de la estación es su grandioso techo estilo barroco, pintado de amarillo pálido e incrustado de mosaicos y moldes florales. El techo es soportado por 68 columnas octagonales de mármol blanco con capiteles jónicos modificados.

El tema artístico de la estación es la lucha del pueblo ruso por la independencia y sus esfuerzos históricos contra los invasores. Todas las escenas están realizadas en mosaicos. Al final del andén hay un busto de Lenin, un arco decorado con diseños florales dorados y el escudo de armas soviético. El vestíbulo de la estación fue construido a una gran escala, con un inmenso domo octagonal, una cúpula y un imponente pórtico de gran altura con columnas corintias estilizadas.

Esta estación da acceso a tres estaciones de ferrocarril. Nosotros teníamos que tomar el tren en Leningrandsky y allí fuimos.

Esperamos en una cómoda sala de espera con enchufes y muchos sillones y luego llegó el esperado momento de encontrarnos frente a frente con el legendario Estrella Roja, el tren soviético con más historias. Qué emoción subirnos y viajar en él. Los boletos los habíamos comprado previamente por internet a través de la página oficial del ferrocarril ruso http://www.rzd.ru/ Cuestan alrededor de 4000 rublos, más o menos, dependiendo de si la litera es superior o inferior. Viajamos en kupé que es un camarote de segunda clase, muy bonito, con suelos enmoquetados, cortinas de terciopelo color grana. Este tren tan largo y tan rojo, con estos camarotes llenos de historias, lleva haciendo el mismo trayecto desde 1931 en que fue inaugurado por Stalin. Nos dieron una cajita con comida y la azafata simpática como toda la gente que no hemos topado en Rusia se ocupó gentilmente de nosotros. El viaje incluyó también el desayuno. Dan sábanas limpias, toallas, un sobre con pasta dental y cepillo de dientes y un par de chancletas. El baño está siempre aseado, en el vagón hay luces que indican si está ocupado o desocupado, también hay lámparas personales, y botones para llamar a la azafata en caso de necesitarlo, y al final de cada vagón hay un samovar con agua caliente para el té, o el mate en nuestro caso. El tren tiene también un pintoresco restaurante, la atención es muy gentil y los precios asequibles. Hay wi-fi y enchufes.