No estaba en nuestros planes pero así salen las cosas.
Desde el DF pensábamos con Martín tomar un vuelo a Vallarta para ir a San Pancho. Yo daba vueltas y vueltas y no concretaba la compra de ese vuelo. Es que lo había visto a un precio y tanto insistir… los algoritmos fueron subiendo el costo, me empaqué y no lo compré. Entonces Martín, el promotor de las oportunas sugerencias me comentó que siempre había querido ir a Baja California pero que quizás era muy caro…
Busco a Los Cabos y sí, era muy caro. Probá a La Paz me sugirió el hijo y ¡hecho! La Paz lo cachamos barato así que al toque compramos boletos a La Paz.
La ciudad nos encantó. La Paz tiene todo para pasarla bien junto al mar. El malecón recorre la costa y debajo la arena blanca con sombrillas de palma invitan a parar y contemplar el paisaje. El agua es transparente incluso en la ciudad. Desde los muelles se ven cardúmenes impresionantes.
Frente al malecón una seguidilla de bares y restaurantes. Pintoresco. Caro para nosotros, pero no importa porque justo elegimos quedarnos en un hotel tipo pensión con cocina y vajilla y el supermercado tiene precios accesibles.
El hotel en cuestión se llama Baja Paradise, ultra limpio y con unas camas kingsize espectaculares. Colchones nuevos, confortables. Nevera, jarra para calentar agua, aire acondicionado. Además facilitan toallas extras para llevar a la playa. Está muy bien, a cien metros del mar, excelente precio. Bueno, bonito, barato.
Desde la ciudad de La Paz, frente al malecón y en la zona céntrica salen los autobuses turísticos hacia las playas más alejadas de La Balandra y el Tecolote. ¡Son un paraíso!
También se puede y es conveniente alquilar un coche. Hay muchos recorridos que se pueden hacer desde La Paz. Nosotros, además de recorrer la ciudad, disfrutar de sus playas urbanas pero lindas e ir hacia las playas más alejadas, decidimos también pasar dos noche en la reserva de Cabo Pulmo. Pero eso, es otro post. ¡Imperdible!