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Moscú-Día 3

En el transcurso de estos breves días y a medida que nos queda de camino, vamos recorriendo más estaciones de metro, palacios del pueblo.

La estación Ploschad Revolutsii se destaca por tener 76 esculturas de bronce que representan al pueblo soviético. Las esculturas fueron hechas en el Taller de fundición artístico de Leningrado por un equipo bajo la dirección de M.G. Mánizer. Las esculturas están instaladas cronológicamente desde los acontecimientos de octubre de 1917 hasta el diciembre de 1937. Hay obreros, soldados, campesinos, marineros, paracaidistas,  avicultores, cultivadores, estudiantes, futbolistas, madres, padres, deportistas, pioneros.

Las esculturas tienen fama de poseer cualidades mágicas. Por ejemplo, si uno por la mañana temprano toca el banderín del señalero, en este día tendrá suerte. La misma creencia apareció respecto al revólver del marinero revolucionario, por eso lo roban a menudo. A las personas que van a una cita les aconsejan tocar el zapatito de la chica de bronce, pero en ningún caso se puede frotar al gallo o tocar su pico. Los estudiantes dicen que para aprobar un examen hay que frotar la nariz del perro de bronce del guardián fronterizo, por esta razón la capa de bronce se hizo más fino y actualmente las narices y una parte de hocico de todos los perros están frotadas hasta tal punto que brillan. Es evidente la parte que hay que tocar para la buena fortuna porque está desteñida y brilla. Pasamos también por la estación Arbatskaya, edificio con forma de estrella y por dentro con con unas luminarias palaciegas.

Caminamos por la tradicional calle Arbat, la vieja, y llegamos hasta las puertas de la casa del poeta Alexander Pushkin. Frente a la casa hay una escultura que los representa a él y a su esposa Natalia Goncharova, primera belleza de Moscú.

La calle Arbat es turística y está llena de negocios de souvenirs y artistas callejeros. Caminamos un rato por allí.

Este tercer día en Moscú nos fuimos al Museo de la Cosmonáutica. Es excelso. Enorme. Vale mucho la pena, y la entrada es barata, 250 rublos. Recorriendo este museo uno no deja de sorprenderse leyendo y enterándose de que los rusos fueron primeros en todo. Muchísimas expediciones al espacio y a otros planetas, de avanzada desde hace décadas, llegando a explorar Venus, Marte, la luna, desde antes de los 60s y de manera ininterrumpida hasta la actualidad.

Es super interesante, hay naves originales, sondas, trajes espaciales, alimento para astronautas, simuladores, transbordadores, muchísima información y elementos de la carrera cosmonáutica rusa. Toda la vanguardia. Están también las pinturas de Alexey Leonov, el primer hombre en dar un paseo por el espacio exterior. Documentos de Korolëv, el cerebro de la cosmonáutica rusa. Tito, Belayev, Tereskova, actual diputada, Gagarin, y muchos más. Infinidad de elementos que hacen de esta visita una visita interesantísima.

Este museo está junto a la estación de metro VDNKh. Antes de la entrada del Museo se impondrá ante nosotros el Monumento a los Conquistadores del Espacio. Fue erigido para celebrar las conquistas del pueblo soviético durante la era de la exploración espacial. En marzo de 1958, unos meses después del lanzamiento del satélite espacial Sputnik 1 (el primer satélite artificial de la historia), se realizó un concurso para su diseño. La construcción se prolongó varios años. El monumento es un gigantesco obelisco con un cohete espacial en al cima, de manera que el obelisco viene a representar la columna de humo que deja una nave espacial. Tiene 107 metros de altura, pesa 250 toneladas y está recubierto de titanio, material utilizado en la fabricación de los cohetes espaciales.

Saliendo del territorio del Museo nos encontraremos, muy cerca de allí, con unos parques inmensos, con fuentes y jardines inconmensurables. Fuimos a pasar buena parte de la tarde, pero antes nos acercamos unos 300 metros hasta la legendaria estatua del Obrero y la Koljotnitsa, la estatua que aparece abriendo todas las películas del cine soviético. El obrero con el martillo y la campesina con la hoz.

Luego caminamos por los extensísimos jardines del VDNKh. Es el mayor complejo de entretenimiento de Rusia, todos los días atrae a varios miles de moscovitas y visitantes de la ciudad. La exhibición está representada por pabellones y fuentes construidas en la era soviética anterior a la guerra; ubicadas a lo largo de amplias avenidas de asfalto. Hay instalaciones más modernas dedicadas al espacio, la energía y la cibernética. 49 edificios son reconocidos como obras maestras arquitectónicas y monumentos del patrimonio cultural. Las exposiciones son de interés para personas de todas las edades. El complejo es armonioso, con zonas de parques y depósitos de agua, hay un ambiente relajante y aire fresco. Hay más de 250 pabellones para exposiciones. Todos los kolkhozes y sovkhozes de la Unión Soviética aspiraban a participar en ella. Además de los pabellones, se construyeron áreas económicas y de principio territorial, aquí se construyeron atracciones, circo, cines, área recreativa. Cada pabellón representa una de las 15 repúblicas de la URSS o la economía nacional, y en el centro se encuentra el pabellón de la Federación de Rusia y la fuente de la Amistad de los Pueblos con esculturas de oro de sus representantes en trajes nacionales.

Volvimos al metro y continuamos visitando Moscú hacia Chisty Prudy, un área acogedora con estanques que fueron limpiados y renovados. Antiguamente a estos estanques iban a parar  los residuos de varias carnicerías, ahora es un rincón ideal para el pic-nic y relax.