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Sintra (día 5)

Para llegar a Sintra desde Lisboa se puede tomar el tren, la linha de Sintra, que parte desde la estación de Rossio. Son 27 km y el tren demora unos 45 minutos. Compramos la tarjeta Viva Viagem en al que se puede cargar dinero según las necesidades. La tarjeta la compramos en ventanilla, en la misma estación, y cuesta 50 centavos. El viaje ida y vuelta  Sintra cuesta unos 4 euros.

Desde Sintra hay unos autobuses de una compañía llamada Scottbus, que hacen recorridos por cercanías pero es un bus caro. Cuesta unos 10 euros para hacer un recorrido por lugares cercanos. La entrada a todos los palacios, jardines, castillos, también cuesta alrededor de 10 euros, algunos como el de Pena, más, casi 20 euros si se quiere visitar el interior y los jardines.

Nosotros pasamos por todos los castillos y palacios pero sin pagar, o sea sin entrar, pero como Sintra es una sierra, es muy fácil, además de hermoso, caminar de un edificio a otro por un bosque exuberante lleno de matas de flores exóticas. Desde cada ladera o colina se pueden apreciar los frentes, muros, y torres de palacios y castillos.

Caminar por Sintra y su Parque Protegido es una hermosura! Hay cientos de senderos por bosques de robles-cerquiños, de álamos o acacias, el verde lo cubre todo. Lord Byron aseguró que Sintra era el lugar más bello del mundo. Da gusto visitarlo, y es aconsejable ir con tiempo ya que, así como en cada esquina de las ciudades portuguesas se abre un abanico de rincones por descubrir, en cada recodo del bosque de la sierra de Sintra, en cada crurva en la ladera, se divisan las torres de un nuevo palacio o castillo.

Los más tradicionales son el Castillo dos Mouros construido en el siglo VIII Y IX por los árabes. Este castillo está  en lo más alto de la sierra rodeado de murallas. En otra de las cumbres está el Palacio da Pena, construido en el siglo XIX por Fernando de Sajonia-Coburgo, rey consorte de Maria II. Es muy llamativo, colorido, desde afuera, rojo y amarillo, de estilo ecléctico. Dentro de este palacio hay vestigios del Convento de los Jerónimos sobre el que fue edificado.

Uno de los palacios que más nos llamó la atención por sus torres llenas de molduras, arabescos, decoración, y torres erigidas como agujas enigmáticas, fue la Quinta da Regadeira. Esta quinta y palacio conocida también con el nombre de Palacio de Monteiro dos milhoes es patrimonio de la Unesco y fue diseñado por su propietarios con ayuda del arquitecto italiano Luigi Manini. En medio de un bosque el edificio esconde significados relacionados con la alquimia, la masoneria, los templarios y la rosacruz. La quinta está modelada por construcciones que evocan la arquitectura románica, gótica, renacentista y manuelina.

Caminamos hasta allí, pasando por otra residencia morisca, ahora abandonada y cerrada, y luego de la Quinta da Regadeira fuimos hasta el Palacio Sete Cais que actualmente es un hotel.

Sintra fue el lugar de residencia veraniega de los reyes de Portugal desde hace más 600 años, y por eso en el centro de la ciudad, entre un laberinto de calles empedradas también se alza el Palacio Real.