Todas las entradas de: Maria Taurizano

Panamá-Panamá – 17 de diciembre

Hace 48 días que viajo. No es tanto si uno mira en otros blogs de viajeros. No hay mucho apuro, sin embargo, no era mi idea original detenerme tantos días en Panamá. Con todo y a lo largo calculando el embarque y los trámites pensé que este período iba a ser más breve. Soy afortunada, feliz y agradecida porque en esta circunstancia tengo la oportunidad de estar en casa de Tea. No me gusta la ciudad de Panamá, salvo por puntos muy exclusivos como es el Casco Viejo, pintorezco, agradable. El patio de Tea, la familia, el entorno, es agradable y ayuda a sobrellevar esta etapa de trámite y desaveniencias. Ahora, la naviera que me llevaría en ro-ro, fuera de container, no quiere artículos personales en el coche. Nada. Lo quieren vacío. Mi auta femenina casa con ruedas lleva en ella todo. Desde la pava verde, hasta la cacerola, el chile, las especias de Turquía, la máquina de escribir, las novelas sin corregir, libros, poemas de Chichí, los patines de hielo míos y los de Raúl, el disfraz de arlequín, los zapatitos de flamenco, la pollera de tango, el vestido de 15, fotos de viajes y viajes, el repique, el bombo murguero, las castañuelas y más… No puedo vaciar el coche para enviarlo a Colombia y llevar esas cosas conmigo porque yo tengo un vuelo de avioneta a Tubalá desde donde tengo que tomar una lancha a Pto Obaldía frontera con Colombia y desde ahí otra lancha a Capurgana y dede ahí otra a Turbo y desde ahí un bondi a Cartagena. Hay otra naviera que acepta ro-ro con cosas, cuesta 300 dólares más. Y hay containers, cuestan como 500 dólares más. Y hay un David, gringou, que conocí en el hotel Casco Viejo que también quiere embarcar y con quien nos vamos a reunir esta tarde para ver las opciones de si él quisiera embarcar el 28 y compartir un container o llevarme mis cosas en su camioneta después. La primera opción sería ideal pero es la menos probable porque por aguna razón él quiere quedarse más tiempo en Panamá, hasta mitad de enero. La segunda, aunque él dice que le haría feliz poder ayudarme, para mí es un riesgo. Qué pasa si nos desencontramos o cualquier cosa en el medio, o si él no llega hasta dentro de 5 meses a Cartagena, qué hago yo en Cartagena o donde sea sin todos esos bártulos que significan todo lo que tengo.
Disyuntiva. No sé qué hacer. Pienso luego existo.

Panamá-Panamá – 16 de diciembre

En la casa de Tea estoy en la ciudad de Panamá, a un paso de la Vía España, pero me siento en un spa. Estuve casi toda la mañana leyendo alrededor de la piscina. Hice algunas tareas del hogar, no hay mucho en lo que sienta que pueda coolaborar porque los hijos hacen casi todo. Están organizados. Salí al super y haré una tarta de atún, hoy o mañana… Me alegro de estar en esta casa. El tema del embarque me preocupa aunque aparentemente no es tan complicado, no sé, Tea me tranquiliza, sé que ella trabaja en eso y cuento con ella, además viene Zulema que ya pasó por eso y la naviera parece ser seria. Esperemos que todo salga bien. Estoy ansiosa por encontrarme YA en Cartagena y todavía me faltan más de DIEZ días. Aprovecho. Leo. Escribo. Organizo fotos y VIVO.

Panamá-Panamá – 15 de diciembre

En casa de Tea Kalmbach.
Charlamos como si fuéramos amigas de antes. Compartimos historias de emigradas y nómades con raíces selváticas y mares en los sueños.
No nos conocíamos ni de referencia. No estaba en nuestros planes encontranos. Esas cosas de la vida, el síntoma, la red vibratoria de las cuerdas, las partículas invisibles, qué sé yo, el universo conspira y no somos capaces de darnos cuenta, la cosa es seguir andando, sin oponer resistencia a aquello que nos llama y nos mueve.
Esta mañana estuve en la pileta del barrio. Ahora está nublado y hubo llovizna. Cociné para los chicos. Tea tiene tres hijos preciosos, Amy de 18 años, Christian de 16 y Ian de 11. También son musiqueros. Pienso en mis hijos. Martín vuela a Argentina en este preciso momento, la familia hizo una vaquita para llevarlo a pasar las fiestas, charlé con Farid en el messenger. Los extraño mijitos.
No es posible subir fotos. Esta es una laptop pequeña por donde se la mire y por donde no se la vea. No hay espacio en disco y la conexión es lenta. El patio me llama. Estaré leyendo por segunda vez El universo elegante, uno de mis libros favoritos.
Soy afortunada. El momento crucial del viaje es el cruce Panamá-Colombia y yo estoy en casa de Tea, fundamental en esta etapa, que resultó ser argentina y más que eso, gaucha, y me siento tranquila, feliz, en familia.

Darién-Panamá – 14 de diciembre

Encuentro un pueblecito con un sitio de internet. Desde ayer estuve internada en diferentes comunidades kuna, embera, wounnan. En la entrada del Darién se nota la desforestación. La ruta está buena hasta Metetí, con algunos baches y algunos tramos de pavimento obsoleto pero terreno liso. A partir de Tortí hay retenes militares, policía y m,igraciones, me saludan y me dejan pasar sonrientes. En una parte, para visitar las comunidades de Ipetì tuve que regresarme porque había charcos sospechosos. Atravesé dos, pisando primero para verificar consistencia pero ya después no me animé y pegué la vuelta. Toda la gente que encontré en el camino fue amable, simpática. Dormí en un hotel sencillo pero colorido con gente también amable. El hotel, barato, fue de 5 dólares, estaba limpio y tenía un corredor donde nos sentamos a tomar el fresco de la tarde y a charlar con Yésmin. Todos estos pueblitos que interrumpen la carretera sinuosa e impreviseble hacia el Darién están a la vera de la ruta, no se internan más que algunos metros en los barrancos cultivados de tecas, plátanos, guineo y la vegetación natural salvaje. Sin embargo, hasta aquí, hasta la puerta de entrada del Darién, no parece ser temible, ni impresionante, ni siquiera impenetrable. Los lugareños dicen que sí se puede pasar, que hay senderos y lugares seguros. Conclusión, si se divulga y se generaliza internacionalmente que el Darién es imposible para todo, caminar o construir un camino, es porque hay gato encerrado. Seguramente abrir una carretera o que la gente se habitúe a caminar por ahí perjudicaría el bolsillo y la seguridad de negociados multimillonarios, alguno másilícito que el otro.
Voy rumbo a la ciudad de Panamá. Llamé a Tea y me da bienvenida para que me quede en su casa, dice que por los días que quiera y «sí, qué lindo!». Comeré algo y allá voy, a perderme en las autopistas capitalinas hasta que encuentre la cancha de césped sintético Punto Penal, a la vuelta es la casa.
En la selva hace mucho calor, un calor que aplasta y moja, moja todo el cuerpo y la ropa, el aire es sagrado, una bendición. Esta selva encierra misterios, sí, por su naturaleza y por su población cosmopolita y colorida. Entre las chozas de palma se pintan los colores estridentes de casas de material, entre los pañuelos rojos y los brazaletes de mostacillas de las mujeres kuna se destaca una mujer emberà con un típico collar de monedas plateadas y entre ellas se acerca el brillo de la sonrisa de Ovitilio de largo apellido irrepetible y que ofrece toda su generosida, ayuda y tranquilidad…

Panamá-Panamá – 12 de diciembre

Agrego noticias más tarde.
Últimas novedades de esta mañana: no había pasaje en Aires hasta Cartagena hasta el día 1 de enero. Aquellos que quieran hacer esta travesía, pueden averiguar el vuelo Panamá-Cartagena o viceversa por Aires, es una aerolínea económica, el vuelo hoy día cuesta 164 dólares con impuestos incluidos. Lamentablemente como caí en esta temporada festiva no hay. La oficina de Aires en Panamá está en la calle Nicanor Obarrio, la N° 56, y Bravo. Se puede ir en autobús desde Plaza 5 de mayo, el bus que va por Via España y a la calle 50.
Como no había pasaje me fui a Albrook, donde está el aeropuerto doméstico de Panamá. Se puede ir en el bus que va a Terminal y después tomar un taxi de 1 dólar para entrar al aeropuerto.
Se buscan los mostradores de Aeroperlas y se pide vuelo a Obaldía. Quedaba un solo cupo para el día 27!!! El barco con el auto sale el 27, así que puede ser fenómeno aunque como la zona es intrigante porque por ahi nunca se sabe muy bien qué va a apsar no canto victoria.
Al avión a Obaldía de momento y desde hace rato llega solamente hasta Tubala porque el aeropuerto de Obaldía, pista pequeña y rudimentaria, está en reparación. Así es que en Tubala espera una lancha a los pasajeros para llevarlos a Obaldía, frontera Panamá-Colombia y se puede arreglar con la misma lancha ser trasladado a Capurgana, Colombia, y luego a Turbo para tomar bus a Cartagena.
El vuelo de Panamá a Tubala cuesta 69 dólares y la lancha de Tubala a Obaldía cuesta 25. Desde ahí, me dijo el muchachito del aeropuerto que le parece… que la lancha a Capurgana son 12 o 15 y de ahí a Turbo hay que arreglar con los paysas colombianos.
Más tarde sigo.
No se pierdan el próximo capítulo y conocerán a Tea Kalmbach, la heroína de este tramo.
Tea vino al hostel. Charlamos y cargó conmigo, Emiliano y Gerardo para su casa. Inmediatamente preparó chipa y tomamos mate y tereré. En la mesa familiar de su patio se sumaron dos argentinos que viven en Panamá, Gladis y Daniel Rinaldi. La pasamos muy bien. Genial. Sus hijos también son músicos.
Mañana nos vamos por la ruta del Darién a espiar, mucho antes del tapón de Darién. Es selvático y tranquilo por ahí. Nos quedaremos unos tres o cuatro días en los que muy probablemente me vea imposibilitada de tener acceso a internet pero en cuanto pueda enviaré noticias. Quedaos tranquilos que voy en compañía de dos gauchos.
Hasta pronto!

Panamá-Panamá – 11 de diciembre

Fotos de algunos viajeros: Delia argentina, John gringou, Javier venezolano, Menduri italiano, Zoe alemana, el gitano Rafa, Eugenio ladrón de almohadas colombiano que trabaja en el hotel.

Ciudad de Panamá no está hecha para caminar. Excepto el pintoresco Casco Viejo, andar a pie por Panamá es desolador. El sol te come la cabeza. Las ideas se evaporan antes de convertirse en palabras. Esta mañana anduve de recorrida por la ciudad. Busqué el hospital para la vacunación de la fiebre amarilla que aconsejan desde acá al sur y sobre todo en la región de Darién. Hay que ir a la región Metropolitana de Salud que está en el barrio Clayton. Es fácil. Se puede caminar aunque es un poquito cansador, sobre todo por el calor, o bien se puede ir en los colectivos que van a la terminal de Albrooght. La vacuna dura diez años, para aquellos que la necesiten.
Sigo en las gestiones, contactos y comunicaciones para embarcar el día 27. Tea me enviará los formatos para completar y me hará las averiguaciones previas. Si todo marcha según mis proyectos, dejo todo más o menos acordado y entre el domingo y el lunes nos acercaremos a la selva. Iremos Gerardo y Emiliano, los dos argentinos, y yo, en la burbuja, hasta donde nos permita la carretera pavimentada que es mucho antes de lo que se conoce como el temible Tapón de Darién. Será sólo asomar la nariz como por un resquicio de la puerta de la selva misteriosa. Conoceremos un poco más de este país y un atisbo de algo único en el mundo, donde anticipo, creo… que no hay internet…
Siguiendo con el plan, podemos estar de regreso alrededor del próximo jueves. Hacer el bendito bill of landing y volver a control vehicular a calibrar el mal humor del Sr.Pinilla. Todo esto, con el acompañamiento de Tea, adopta un tenor cuasi tragicómico, da para teatralizar a este personaje -me refiero al viejo Pinilla-. Luego, el día 23 llevo el barco a Colón y me paso un día cerca del Caribe, o dos días… ya para eso falta mucho así que no hago más pronósticos.
La vida social, apabullante, de bochinche, mate y folklore pampeano invade el patio del hostal. El mate y la pava ya pertenecen a la comunidad. Todo chupeteado. Llegó Delia, una antropóloga rosarina que está pensando ser copiloto de la burbuja a partir de enero. Es re macanuda y además interesante. Está leyendo un libro que de sólo ojearlo y ver las marcas que ella señala como ayudante de la cáyedra de historia en la Universidad de Rosario, la delatan. Y eso me gusta.
Tengo también que comprar mi billete para acercarme a Cartagena de Indias donde debo recibir a la auta. Estoy deliberando entre el vuelo a Obaldía desde donde se deben hacer varios transbordos en bote y promete una aventura que puede ser o interesante, o frustrante, y un vuelo directo a Cartagena. Encontré una compañía, «Aires», muy barata, desde Panamá a Cartagena 160 dólares. Necesito hacer bien las cuentas y ver cómo se ajusta el presupuesto, nada grave. Y como dijo Ana, la chica de Uruguay que se fue hace un par días, hay que dejar que fluya… Así que siguiendo el precepto heraclitiano permitamos que todo siga fluyendo que el cause parece ser amable a nuestras intenciones viajeras.
Tengo todos los contactos de Tea Kalmbach para que futuros viajeros que necesiten embarcar vehículo la contraten. Pueden contactar con ella por e.mail a sus correos personales:
tea.kalmbach@gmail.com
YA ME SOLUCIONÓ LO DEL EMBARQUE: NO TENGO QUE VOLVER A VERLE LA CARA AL MUGROSO SR.PINILLA porque ya Tea hablo con la aduana de Colon y ahí haré todo, directamente en Colón. Manana nos juntamos a tomar unos mates. Chupate esa mandarina.
Otra novedad es que viene Zulema. Zulema es una viajera argentina de 61 años que se vino solita con su perro en camioneta. Admirable. Ahora está en Costa Rica, y con el tema del embarque también se hizo amiga de Tea así que la conoceré en unos días para intercambiar experincias, compartir nuestra riqueza adquirida, multiplicar y seguir chupeteando la bombilla.
Tea hoy me invitó a comer chipas pero estoy medio molida de andar caminando y creo que mejor voy a revolear las patas al patio concurrido y de rato en rato, cuando el silencio y la calma invitan me sumerjo en El Universo Elegante. Ahí nos encontramos todo el tiempo compañeros. Los quiero! Gracias por acompañarme, GRACIAS!

Panamá-Panamá – 10 de diciembre

Adelantando gestiones para embarcar.
Si no fuera por Tea Kalmbach, no sé qué haría. Esta mina la verdad se pasa. Un minón. Tenía que ser argentina para pecar de tanta solidaridad y generosidad.
(Hoy puedo establecer este contraste con mayor claridad, desde Guanajuato llegan noticias impersonales que demuestran la falta de compromiso de personas con las que conviví casi 7 años y de las que movida por la esperanza en el género humano, me empecinaba en seguir intentando confiar. Mucha de esa fe no valió la pena. Pero no me rindo. Tal como indica el inicio del blog, debe haber algún lugar que se ilumine al atardecer.)
Esta mañana, Tea me llamó a primera hora. Me dio mucha tranquilidad. Me dijo que estaría haciendo averiguaciones, que seguramente conseguiriamos algo más económico y acorde a mi presupuesto estimado y sí. Ya lo tenemos.
Embarcaré en ro-ro. Ro-ro, es roll on roll off. El auto se sube y se baja de un barco y por lo que entiendo no va encerrado en un contenedor privado. Esto me sale 600 dólares más el 10% más 50 dóalres, a Cartagena, pero también hay posibilidad de embarcar a Venezuela, así que para mañana tendré esa cotización ya que mi intención es ir a Venezuela. El embarque será el día 27. Tengo que entregar el auto en Pto.Colón el día 23.
En la mañana fui a la oficina de control vehicular de aduanas, donde me sugirió Tea que fuera para autorizar la salida del vehículo y el tipo que me atendió me trató lisa y llanamente para el ojete.
Tengo que volver a ir cuando tenga el bill of landing, o sea, cuando la naviera, me expida un papel de que ya hice un contrato con ellos para sacar el auto de Panamá.
Tea me dijo que no me precupe por esa mala onda, que ese tipo de grosería es normal en esa gente que al fin y al cabo se amarga la vida. Dice que ella cuando empezó a trabajar en esto también se angustiaba pero que ya se acostumbró.
Ella me hará ese papel para que con tiempo tramite la salida con el antipático viejo de mierda Sr. Pinilla. La oficina es cerca del centro. Un taxi cuesta 1.7 dólar. No hay autobuses que vayan directo hasta ahí. Es fácil y barato ir en taxi y al menos no había que hacer cola para esperar ser maltratado.
Ya con esta noticia y a la espera de lo que nos digas acerca de la posibilidad de embarcar a Venezuela, eso será en menos de 10 días. Mientras tanto yo tengo que conseguir movilizarme adonde llegue el barco con el auto para recogerlo sin que me cobren días de almacenaje en el puerto de destino. Es todo un trabajo esto, pero se hará poco a poco y será una experiencia positiva para compartirla con todos y sobre todo con los que planifican travesías. No está demás de repetir que esta naviera y la ayuda de Tea es fenomenal y que aquellas personas que después que yo, deseen emprender algo similar, voy a ayudarlos a organizarse porque imagino que es realmente jodido estar solo entre las dos Américas, Central y del Sur y sin saber qué bondi hay que tomar. He tenido suerte. Sigo dando Gracias.
La comunidad en el Casco Viejo varía cada día. Convivir en el patio. Las charlas, discusiones entre mate y mate, las comidas compartidas, todo eso es genial.
En cuanto el auto esté montado viento en popa veré un poco más de Panamá y el rumbo sigue.

Panamá-Panamá – 9 de diciembre

Como un baldazo de agua fría, el tema del embarque, Tea me pasó los precios y se me fue el presupuesto al carajo, así que necesitao pensar, en frío, aprovechando el baldazo, qué voy a hacer y si me voy a air ahora o voy a esperar otro barco, otro golpe de suerte, o al final otro baldazo de agua fría un poco más tibia.

Fuera de eso y en lo turístico amisto comunitario el tiempo sigue siendo perfecto. Hoy caminamos por el Causeway, que es una lonja de camino largo y tendido a lo largo del mar, uniendo cuatro islas, Noas, Culebra, Perico y Flamenco. Se largó un chaparronazo y nos metimos a comer a un café cuyos platos cuestan de 1 dólar con cincuenta hasta 6 y son re abundantes. Me comí unas costillas asadas, arroz, spaghettis a la carbonatta y frijoles, por 2 dólares y 90 centavos. Sí, me alimento mal… je je.
El hotel Casco Viejo, cuesta 7 dólares y como pueden ver en las fotos es además de ultra comunitario -ahora tenemos a Elina, finlandesa y John, grongou-, bastante lindo y lo suficientemente cómodo.
Volviendo al embarque, me pasa esta mujer lo siguiente: flete marítimo 900, estiba en Pto Colón 150, desestiba en Cartagena 160 y bill fee 75. Todo resulta más de 1200 dólares y yo había calculado por lo averiguado antes 650 y algo más por impuestos, pero 1200!!!! Me mató. Creo que debo pegar la vuelta… o vender el auto y comprar una bicicleta, o una moto… o no sé… necesito pensar…
Ya enviaré más noticias cuando las tenga.
Posibles soluciones a esto es esperar que alguien quiera embarcar para compartir los gastos o conseguir otro modo más económico. Está complicado, pero sé que lo resolveré.
Unos cuantos abrazos!

Panamá-Panamá – 8 de diciembre

En Panamá se celebra el día de las madres y es feriado. Caminamos por la Av. Central, repleta de puestos de todo, donde venden un plato de chorizo con yuca a 1 dólar o 4 piñas también por un dólar y ojotas!! Me hacían falta, otro dólar; seguimos caminando -con ojotas nuevas- por una ciudad de domingo, sin mucho bullicio comercial, hacia los barrios Bella Vista y Cangrejo por la Vía España y luego por la Via Argentina, que modestia aparte, es más linda porque tiene árboles. El centro comercial, urbano, de la ciudad de Panamá es inclemente. Hace calor, mucho calor y el sol calcina porque en un recorrido de dos horas de camino hay solamente un parque, el Parque Urraca, a la vuelta del mismo se encuentra el supermercado RivaSmith donde venden yerba mate Taraguí. Buscamos un autobús y nos fuimos a la Panamá Vieja, quedan las ruinas de lo que fue la primera fundación de Panamá, frente al mar, sobre la bahía, y de la que a consecuencia de los embates de piratas y corsarios quedan sólamente algunas paredes de las viejas construcciones. Ya de regreso, me instalé a tomar mates por horas con dos nuevos amigos argentinos, rrepiolas los dos. Charlamos largo y tendido. Ellos salieron a comer y Sandro, el tano, y yo, nos fuimos a comprar unos zochoris para hacernos unos sanguchitos con tomate y ali-oli.
Anoche hubo pasta y vino tinto. Super.
Me gusta esto de vivir en comunidad con personas que comparten más o menos la misma onda.
También llamó Tea, de la naviera, para que me fuera a su casa a tomar unos mates, dejó mensaje en el hotel. Mañana la llamo temprano para encontrarnos y si da el tiempo me voy con los amigos a conocer el Canala que dicen los que ya fueron quee s muy interesante.
La vida continua, siento esta vez, que es como al vaivén de las olas y el barco de la continuidad del viaje se desliza sobre las aguas y al compás del viento con calma e piaccere.
Ahora, unos matecitos.