Cartagena de Indias-Colombia – 31 de diciembre
















Venezuela deberá esperar y mi ansiedad ceder al mismo tiempo.
Por feriados y fin de semana en medio no será posible que tramite la salida del auto del puerto antes del lunes.
Hoy casi caigo en estado alterado de desesperación y angustia. Encima no me queda más que un puñado de yerba mate y los paquetes están en el auto. Sería muy feliz si me dejaran trepar al container, meterme adentro, sacar un paquetito de yerba y saludar de paso a la burbuja colorada y revolucionaria.
Entré en pánico porque llamé a la naviera y me dijeron, «tiene que pagar 65 dólares de consignación y 400mil!!!! De depósito.» (Además de que el barco llegó esta mañana y todavía no autorizaban el B.L para que yo pudiera adelantar algo en la aduana). Metieron el auto en un container. Viva la pepa, cada naviera y cada empleado se ve que hace lo que se le antoja en el momento de hacer algo. Yo no pedí container, pero a ellos se les ocurrió que era mejor y sí, seguro es mejor, pero ahora yo tengo depositarles para que vean si el container está en buen estado y lo limpien y después consideren si me devuelven algo, que ya me dijeron que limpiarlo lo tienen que limpiar y si está roto?? Yo qué sé cómo estaba antes de salir?? Además yo no pedí container!!!!!!! Y quién se hace responsable. La Barwil Agencies que fue la que me vendió el paquete??
Reconozco que conseguí un buen precio para lo costos reales de los fletes. Lo reconozco, pero justamente decidí embarcar porque era esa cantidad y no otra superior, sino había pensado regresar a México, vender el auto, comprar una bicicleta y empezar de nuevo.
Me revienta que me pasen por encima.
Hoy me reventaba casi todo. Compro un patacón, plátano frito. Cuesta 700 dice el hombre. Le hecha queso y me lo da y me dice con queso son 1300. Metetelo en el orto. Viste. Abusan. Esto es casi tan caótico al respecto como el Valle del Nilo, con la salvedad que hay un supermercado con precios visibles y yo para estar a resguardo de estas tranzas que me joden voy al super y después me cocino el hostal.
Como si fuera poco, los colombianos, tan amables que se pre-anunciaban, a todos y cada uno de ellos, en la calle, a los que pregunté si sabían dónde estaba la naviera, porque no la encontraba, ni siquiera se molestaron en abrir la boca para responder, simplemente movían la cabeza de izquierda a derecha.
«Hay gente que te invita a su casa a dormir y gente que te deja en la calle morir, hay gente de mierda y gente que no.»
Y hablando de mierda, el tapón de Darién debería llamarse «tapón de mierda». Ese tapón ahí no existe por necesidad de ecosistema o profusión incontrolable de la jungla. Ese verso que se lo hagan a los gringos. El tapón de Darién o de mierda, existe porque encierra un negociado enorme y ese negociado no es el Canal de Panamá, que igual es un negociado pero visible. En el tapón de Darién o de mierda, hay más que gatos encerrados. Y no me digan que no. Estuve cerca de ahí. En la puerta. La vegetación salvaje es fácilmente controlable. La ruta podría existir. Los milicos cuidan qué?? Hay tantos!!! Al italiano que encontré en los primero días se le ocurrió caminar y acampar entre el Darién y la costa y los paramilitares colombianos, lo sacaron con las manos atadas y los ojos vendados -para que no vea qué- y le advirtieron que fuera la última vez que se metía por ahí sin permiso. Qué tal??
El tapón de mierda nos jode la vida a los que aunque pocos, sumamos unos cuantos con el deseo y la oasadía y el atropello de querer surcar las Américas Latinas a pie, en bicicleta, en moto, en auto o con un carrito. Somos pocos, pero SOMOS, y esto nos caga. Para el resto del mundo es indudablemente un MUY BUEN NEGOCIO.
Y acá estoy. En el hostal Casa Viena, haciendo huevo. Leyendo. Ya me conzco la ciudad. Puedo ir a la playa, embadurnarme en Hawain Tropic y quedarme como las iguanas al sol hasta que pasen los feriados y la gente vuelva a trabajar. Con un depósito pendiente de 65 dólares que fui a hacer pero el único banco donde se puede cerró a las 11 porque es 31 y quizás, con suerte, pueda hacer el sábado en la sucursal de Boca Grande. Encontré la naviera preguntándole al pedo a los cartagineses, la encontré pateando. Previo me subí a una moto. Moto taxi, con casco y todo. Ese moto taxi me dejó por ahí, por la aduana, me habían explicado que era por ahí cerquita.
Afortunadamente el barrio no es tan choto como el de donde se hacen los trámites en Panamá. Es un barrio urbanizado, con casas, gente que vive ahí, algunos árboles y no es lejos del centro histórico así que regresé a pie, cruzando el puente de Román y con vistas al Castillo de San Felipe, por la Calle Larga llegué a la PLaza de la Trinidad y por la calle Guerrero hasta la de la Media Luna donde pasé por el hotel que estuve la primera noche ya que la empleada me había prometido un poquito de yerba que tenía en la casa. Es un poquititito pero de GRAN AYUDA!!!
Ahora tengo un B.L original, el sábado puedo ir a la aduana que atenderá desde las 8 para que vayan viendo… los papeles… y asignando un inspector… y a la sucursal del Citibank de Boca Grande, que atenderá desde las 11 de la mañana… un ratito… para adelantar… la naviera no trabaja hasta el lunes y hasta el lunes no pasa nada.
Esperamos. Venezuela espera. Yo espero. Y Argentina tendrá que esperarme un cacho más porque como va la cosa voy a tener que parar a laburar un rato antes de poder llenar el tanque en tierras brasileras. En Venezuela ya sé, que en cuanto a combustible no me tengo que preocupar, porque con un dólar tanque lleno.
Y aprovechemos cada oportunidad de brindar que por ahí se nos cumplen los deseos!!! Yo creo que sí. Ahí vamos.
Abrazossssss y FELIZ AÑO 2010!!!

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