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Viajar a pesar de los confinamientos

El derecho y la acción de viajar contra el abuso de las restricciones

En estos tiempos ando de viaje. Vivo en Bilbao con domicilio declarado allí y otro, en San Pedro, Argentina. Soy argentina e italiana con dos pasaportes que lo acreditan.
Durante el confinamiento no he dejado de viajar más lejos o más cerca. Moverme es mi vida y, aunque tengo dos domicilios legales declarados, mi elección es itinerante. Aunque no sea lo más común e inclusive difícil de entender para muchas personas. Es así. Así elijo vivir y tengo derecho a esta elección. Más allá de sentir que la libertad es un derecho inherente e inalienable del ser humano, este derecho es uno de los fundamentales de la declaración de derechos del hombre.
«Artículo 13:
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.»
Fuente: https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights

Los gobiernos de la mayoría de los países y comunidades están cada vez más acostumbrados a implementar restricciones para intentar frenar los contagios del virus -y la gente está cada vez más amaestrada para obedecer. A pesar de controlar con las fuerzas de seguridad, obligar a la población mundial a andar de barbijo o mascarilla, a no juntarse, a irse a dormir más temprano, cerrar fronteras, exigir análisis y pruebas y llevar ya buena parte de la población vacunada con un centenar de vacunas diferentes, al parecer no lo han conseguido. Según de qué país uno escuche las noticias, pareciera como si en algunos lugares la epidemia fuera una catástrofe, mientras que en otros no está.
Como decía anteriormente, durante más de un año de «pandemia», he viajado desde Bilbao hasta Valencia en bicicleta. Luego la costa del Atlántico francés. Después la Route de deux mers. A continuación diversos trekkings por Euskadi, Iparralde y Hegoalde, Navarra, Burgos… luego un viaje de dos meses a Argentina a Patagonia y actualmente, México. En el medio, algunos otros treks y más salidas en bici. Tener dos pasaportes es una gran ventaja, aunque, de todas maneras, todos podemos hacerlo.


Tengo derecho a moverme y lo hago con el debido respeto a los demás porque entiendo que la gente está más asustada y resignada que vulnerable a una muerte por covid. Por respeto sigo las normas locales sólo hasta el momento en que me impiden cruzar el límite. A partir de ahí, si quiero cruzar el límite, me lavo las manos antes y después, pero lo cruzo. Y me hago y haré cargo.

¿Cómo moverse desde una comunidad con cierre perimetral?

Me referiré a Bilbao porque es donde hago base. Sin embargo se puede desde todas partes.
En el reino de España han dejado bien claro que:
«LOS VIAJEROS SE PUEDEN SALTAR LOS CIERRES PERIMETRALES PARA COGER UN AVIÓN»
Sanidad lo aclara: se permiten todos los viajes al extranjero
Los residentes en España pueden desplazarse libremente entre comunidades autónomas en tránsito hacia el país de destino.
El Ministerio de Sanidad pone fin a su silencio gracias a la insistencia de CEAV.
Fuente: https://www.preferente.com/noticias-de-agencias-de-viajes/sanidad-lo-aclara-se-permiten-todos-los-viajes-al-extranjero-308253.html
Estas noticias pueden ser contradictorias ya que, luego de la disposición del reino, cada comunidad autónoma hace sus propias normas y las cambia cada semana. Es todo un ejercicio de logística y prácticamente de espionaje estar enterado de las disposiciones de última hora y un control de las fuerzas de seguridad puede ser, aún así, sorprendente y novedoso. Hay que llegar preparado.
Entonces uno llega a una terminal o aeropuerto y se encuentra con un control. Para esto, todas las comunidades, creo que del mundo entero, disponen de unos permisos de circulación, formularios de responsabilidad personal donde uno debe escribir cuál es la causa de desplazamiento. Es fácil, se imprime, se completa y se firma. Yo lo he hecho en un par de oportunidades pero no me lo han pedido así que son hojas de papel que voy acumulando para reciclar con textos más edificantes, direcciones de viajeros, y anécdotas del camino. He visto informes de noticias donde las fuerzas se remiten a pedir el formulario, sin hostigar, y otros dónde piden además otro justificante de la causa de desplazamiento. Otro papel.
Ayuda quizás saber que, normalmente, uno no está solo en esa circunstancia del tránsito. Normalmente si están parando en la carretera, hay más coches, si uno va a tomar un bus, hay más personas esperando y viajando en el bus y así siempre. No estamos solos en la locura de viajar.
Entonces hacemos ese papel y si somos duchos y tenemos una mínima habilidad, hacemos, por las dudas, algún otro documento que avale la justificación.
Hay varios motivos en cada lugar del mundo para permitir el desplazamiento: trabajo, estudio, cuidar a una persona que necesita asistencia, ir al médico, alimentar animales, y fuerza mayor: concepto muy amplio.
Durante todos estos viajes que he hecho durante el último año, una sola vez me pidieron un justificante. En general se transita con tranquilidad, si bien dependiendo del nivel de ansiedad de cada uno la preocupación es mayor o menor y el alivio posterior, proporcional a ello.
Luego, en el mundo, hay muchos países que tienen sus fronteras abiertas y en los que somos bienvenidos en estos y en todos los tiempos. Otros están cerrados. Hay que ver eso antes de planificar la salida y ver qué piden. Por ejemplo, el año pasado Francia no pedía nada, ni siquiera mascarilla para andar al aire libre, Argentina comenzó a pedir PCR justo el día que yo viajaba y permisos de circulación por provincias, México aún no pide nada. En general todos piden llenar otros formularios. Los procedimientos son un trastorno y un embole pero al menos yo prefiero ponerme las pilas y hacer todos esos papeles y salir. Ya soy bastante mayor de edad y no estoy dispuesta a perder ni un solo día de mi vida sin hacer lo que más me gusta que es andar por ahí. Cerca o lejos, pero andar por ahí, explorando.
Mantengo la distancia social. Uso la mascarilla donde así me lo piden y me lavo las manos con o sin virus, me las lavo igual. No me cuido por mí ni para mi salud, así que por las dudas no se acerquen porque soy pasible de covid y de todas las pestes que pululan en el aire. Me cuido por respeto al otro cuando el otro así lo dispone y eso es claramente visible.

Viajar en estos tiempos acarrea algunas cuestiones fastidiosas, pero no es una misión imposible y al fin y al cabo se puede hacer. Además, en mi experiencia, es más lo que se habla y se pide en las normas que lo que después se hace o se exige. Al mismo tiempo, reitero, en cada estación del camino, no estaremos solos en una situación de desamparo ante un factible control.
Aquellos que anden cortos de ideas o se encuentren literalmente entre la espada y la pared, confinados, no duden en charlar conmigo. Seguramente se nos ocurrirá algo para que ninguna frontera se interponga a nuestras alas.

Mochila de travesía, qué llevar y cómo armarla??

Vamos a salir de travesía quizás por muchos días, semanas o meses, y quizás durante ese tiempo vamos a tener pocas oportunidades de re-abastecer provisiones o de dormir en un albergue, refugio o cabaña, equipado. Ante tal situación adversa a la civilización cotidiana, tenemos que pensar desde un inicio que debemos llevar como equipaje una mochila que, además, cumpla ciertos requisitos fundamentales. Para mí son esencialmente tres cosas: amarres, bolsillos al alcance de la mano, y aireación del contacto con la espalda.

Lo fundamental es poder caminar muchas horas llevando el peso sobre nosotros de manera confortable, sin que nada nos duela, y saciando además nuestras necesidades básicas sin necesidad de quitarnos la mochila cada vez que queremos tomar agua o masticar algo.

-La mochila sí o sí debe contar con un buen amarre ajustable en la cintura que permita que vaya flotando sobre los hombros y no colgando de ellos. Nunca la mochila debe colgar de los hombros. Tenemos que poder meter los dedos entre nuestros hombros y los tirantes de la mochila con holgura. Debe quedar allí un hueco. La mochila se ajusta sobre la cadera con el cinturón de amarre. Es importante también para que no se bambolee desde nuestro cuerpo de un lado a otro, que tenga un amarre frontal en el pecho, este no debe ir tan apretado, no nos tiene que presionar el pecho pero sí mantener la mochila sin bailongo.

-Otro detalle fundamental de la mochila es que tenga bolsillos laterales donde quepa nuestra botella de agua y que podamos maniobrar tal botella con la mochila puesta. No será una maniobra tan elástica ya que no somos pulpos ni tenemos tentáculos, pero debe ser posible estirar el brazo hacia atrás y aprender a sacar y volver a colocar mecánicamente la botella de agua en el bolsillo lateral. En uno de esos bolsillos laterales podemos meter, haciendo fondo, el trapotrapo que usamos para secarnos los pies tras los vados.

Es muy recomendable, además, que el cinturón de agarre de la mochila tenga bolsillos que usaremos a modo de riñonera donde pondremos la cámara de fotos o celular, y los snacks para el camino.

-El otro detalle importante a tener en cuenta es que el espaldar de la mochila no vaya directamente pegado a nuestra espalda, sino que exista una rejilla o espacio de ventilación en medio.

La mochila va a sumar peso aunque pensemos que cada cosa que queremos meter es livianita, no pesa nada… Hay que volverse un poco obsesivo si uno prefiere no arrepentirse después y elegir lo que es realmente necesario. Entender además, desde el inicio, que cada uno debe llevar su propio peso, que nadie tiene por qué cargar con algún capricho ajeno innecesario.

Antes de armar la mochila reunimos los elementos que vamos a llevar. La siguiente, por ejemplo, es una lista de elementos propuestos para una travesía de una semana o un mes también, dependiendo de si el clima del lugar adonde vamos tiende a ser seco o húmedo. Si es seco, la cantidad de ropa propuesta estará por demás de bien. Si nos dirigimos a un lugar húmedo habrá que agregar una prenda de cada, en el caso de ir por un mes. Si es por una semana con lo que a continuación se detalla será suficiente para cualquier clima. Lo que llevaremos puesto también está en la siguiente lista. O sea, es una lista completa y total.

Campamento:

Carpa (travesías largas: varilla y estacas extras, elástico)

Bolsa de dormir

Aislante o goma Eva

Plástico auxiliar del sobretecho (para carpas muy elementales)

Cobertor impermeable para la mochila

Linterna frontal

Ropa:

Botas para caminar FrontLimit

Alpargatas para vadear y áreas de acampe y descanso

Ojotas (opcional, pueden usarse las alpargatas)

4 pares de medias (pocos días y zona seca, sólo 3)

2 bombachas

1 corpiño

1 bikini

3 remeras transpirables 100% polyester de mangas cortas (pocos días y zona seca, sólo 2)

1 remera transpirable 100% polyester de mangas largas

1 pantalón apto para trek, cómodo, versátil, de tela que seque rapidísimo

1 calza

1 vestidos fresco y cómodo o short/bermudas y remera para relax en área de acampe

1 buzo micropolar

1 campera rompeviento impermeable

1 gorra

1 buff

Cocina:

1 olla cacharro donde comer, puede ser la misma olla

1 juego de cubiertos: cuchara, tenedor, cuchillo (livianos)

Mate y 2 bombillas (1 de repuesto)

Trapotrapo multiusos (también para secar los pieses post vados)

Fósforos/encendedor

Calentador

Garrafa de butano

Higiene:

1 trozo de jabón blanco

3 o 4 sobres de shampoo/crema

1 toalla mínima ultra liviana

Papel higiénico

Dentífrico

Cepillo de dientes

Peine

Gomitas para el pelo

Kit ínfimo con espejito, tijerita, pincita de depilar

Crema para la piel

Primeros auxilios:

Venda elástica

Curitas

Antiséptico/desinfectante

Medicamentos que consumen normalmente

Otros:

1 bastón de trek

1 botella de plástico para llevar el agua

Cinta multipropósito

Sogas

Hilo y aguja

Pilas para la linterna

Pastillas o gotas potabilizadoras (según zona)

Papel para escribir, lapiceras

Mapas

Guías

Brújula

Tablet

Cargador

Documentos

dinero efectivo

Opcionales:

Anteojos de sol

Crema para dolores musculares

Protector solar

Repelente

A modo de dato alegórico doy fé de que, lo mismo que menciona esta lista llevé a los Himalayas que a Lycia y a los Pirineos que a la Patagonia o a la Puna.

En lugares muy propicios para travesías como es la Patagonia, donde el clima de verano tiende a ser seco, es posible, y prácticamente se exige, llevar poca ropa e ir lavando día a día en cada lugar donde vamos a acampar, en lugar de 3 remeras de mangas cortas, sólo 2 son suficientes. La ropa se seca muy pronto allí. Casi no necesitaremos el recambio. En cambio en Himalayas el agua es demasiado helada como para lavar o bañarse, necesitaremos el recambio. En la Puna, o en Bolivia las tormentas y chaparrones son intensos y a menudo con granizo, necesitaremos el recambio, pero luego cuando pegue el sol todo se secará a punto de disecarse.

A la lista habría que agregarle aún la comida, por ejemplo:

Comida para una semana sin proveedurías en el camino:

½ kg de fideos

¼ kg de arroz (de entrada cargaré ½)

¼ kg de polenta (de entrada cargaré ½)

¼ kg de lentejas (de entrada cargaré ½)

1 sopa crema

2 salsas de tomate

Saborizantes, varios sobres

2 sobres de queso rallado

Condimentos: sal, ajo deshidratado, orégano, chile picante, pimienta, pimentón…

½ kg de yerba

½ kg azúcar

1 bolsita de leche en polvo

1 bolsita de cacao

6 paquetes de galletitas saladas

6 paquetes de galletitas dulces

Mantecol

Chocolate

Garrapiñada

Chupetines.

Separamos todo lo que vamos a llevar, lo ponemos junto en un mismo lugar, arriba de la cama, arriba de una mesa, en un rincón, en el piso donde sea. Juntamos todo ahí y repasamos con la lista sin dejar “eso” para después. La ropa y todo lo que es flexible y blando lo enrollamos. A veces no lo hacemos porque pensamos, si total ocupa igual. No, no ocupa igual, ocupa menos si lo enrollamos. Definitivamente.

Si la mochila tiene una división interna que algunos sugieren que es para separar la ropa húmeda de la seca, o sucia de limpia, recomiendo no usarla para eso. Abajo, meter la bolsa de dormir y el chubasquero cortavientos impermeables y un abrigo tipo el buzo de micropolar. Por qué? porque si nos agarra la tormenta o en la altura refresca cuando hacemos un parate, bastará con abrir sólo allí abajo para abrigarnos y luego será fácil volver cada cosa a su lugar. La comida para el camino cotidiano, barras de cereales, chocolates, caramelos, la tenemos en los bolsillos que la mochila tienen en el cinturón de ajuste, así no tenemos que abrir todo el compartimento principal de la mochila. De no contar con estos bolsillos, utilizaremos el bolsillo superior externo de la mochila. Allí podemos llevar también el mapa, croquis, la brújula, libro guía en caso de que utilicemos alguno, y algún rollito de papel higiénico que también podemos meter en nuestros bolsillos para tener siempre a mano.

En el bolsillo interno de la parte superior vamos a meter cosas como la pincita de depilar, el espejito, las llaves de la casa donde no vamos a estar durante el tiempo que andemos de travesía, las pilas, baterías, cargadores si no son muy pesados, cables. Los documentos se pueden llevar allí también si eso se mantiene impermeable, algún dinero que no necesitaremos enseguida. Hay mochilas que tienen un bolsillo pegado a la espalda que es especial para documentos. Cada mochila ofrece sus exclusivas particularidades, algunas son más funcionales que otras, pensadas al detalle y hay que aprender y saber aprovecharlas.

La carpa, si tenemos una mochila lo suficientemente grande, la metemos adentro, paradita en el centro de la mochila, como si fuera un tutor de nuestra columna vertebral. Es mejor llevar todo lo que se pueda dentro de la mochila y no cosas colgando afuera. Salvo que no tengamos capacidad. Luego de poner la carpa paradita en el centro de la mochila, vamos a poner a un lado la olla con la garrafa adentro amortiguada por otras cosas que rellenen la olla y la garrafa, como el calentador plegable, sobres de sopa, cafés; cerramos la olla con cosas adentro y la colocamos a un lado de la mochila. Para hacer contrapeso, del otro lado, colocaremos un paquete de algo, yerba, arroz, lentejas… Luego seguimos apilando a ambos lados de la carpa, la bolsita botiquín a un lado y al otro la toalla, que debe ser de microtela tipo ballerina y la bolsita con el jabón shampoo y desodorante, paquetes de comida y vamos rellenando los huecos con rollos de ropa, pares de medias, la malla, la ropa interior.

Iremos buscando que el peso, a un lado y a otro de la carpa central vaya balanceado, que no queden huecos, que nuestra mochila armada resulte un embalaje macizo y compacto, que se mantenga de pie y en equilibrio

Obviamente cada cual, con la experiencia va encontrando sus propios modos, y no para todos lo necesario coincide con lo imprescindible. Nada mejor que la experiencia propia. Lo que nunca debemos hacer, es limitarnos a encarar una fascinante travesía de montaña hacia el más allá, donde no existirá más que el paisaje y nosotros, por el temor de no poder acarrearnos hasta allí con lo necesario. Seguramente así como yo lo hecho, hago y disfruto, todos pueden hacerlo.

Cómo aprender inglés fácil para viajar

1-Conjuga todos los verbos regulares y olvídate del género y el número para los adjetivos

Un nativo de habla inglesa llegó al hotel donde trabajaba y me dijo: “yo estar bueno pero necesitar un habitación, yo sentir cansado, hoy yo caminar mucho, querer dormir, gracias para…”

Al pobre nativo se le ha puesto difícil aprender castellano, pero se agradece su esfuerzo, siempre es una muestra de respeto llegar a un país extranjero y poder hablar mínimamente en su idioma. Aunque sea para saludar y dar las gracias.

En inglés nos manejamos en el aeropuerto de Bangkok

Afortunadamente existe el inglés, una especie de cliché internacional como alguna vez lo pretendía ser el esperanto. No creo que el inglés se haya convertido en la lengua del mundo por la penetración cultural, si bien no hay duda de que el avance corsario de los británicos siempre pirateando mares y costas, ha ayudado a que se difunda por los cinco continentes, es más probable que haya proliferado como modo de comunicación internacional porque es un idioma bastante básico y sencillo de aprender. Si nosotros tradujéramos la frase del amigo nativo con un diccionario, textualmente, quedaría “I am well but I need a room, I feel tired, today I walk a lot, I want to sleep, thanks for…” Sin embargo, a oídos del interlocutor inglés, nuestra frase sí sonaría correcta porque los verbos en inglés, salvo una excepción, no necesitan conjugarse.

Sólo para referirse a su necesidad de “dormir” el viajero inglés habría necesitado aprender DIEZ palabras mientras que a nosotros nos bastará una sola “sleep”

Dormir — — to sleep

Yo duermo — — I sleep

Tú duermes— — You sleep

Él/ella duerme — — He/she sleeps (agregamos una s sólo 3ra pers.singular)

Nosotros dormimos — — We sleep

Vosotros dormís (ustedes duermen) — — You sleep

Ellos duermen —— They sleep

Duérmete! — — Sleep!

Duerme! —— Sleep!

And everybody sleep! Todos duermen!

En inglés es siempre igual, sólo se agrega esa pequeña s a la 3ra persona del singular. En cambio en castellano! Madremía! DIEZ palabras distintas! Y esto sólo en presente del indicativo, sin profundizar en el subjuntivo ni en toda la riqueza gramatical idiomática que poseen las lenguas grecolatinas, indoeuropeas, y otras.

Atenas. Menú griego traducido al inglés

En inglés, si bien hay he y she para él o ella, no hay nosotrAs diferente de nosotrOs, no hay estar bien diferente de estar bueno, por eso muchos extranjeros dicen “estoy bueno” cuando quieren significar “estoy bien”; en inglés sólo hay una palabra para cada cosa, I am fine, I am well, this is good, no tienen género, entonces las soltamos así sin más, y puede estar tan “good” el mate como la galletita, tan “fine” la tarde como el abuelo, tan “well” el libro, como la casa. O los mates, o las galletitas, o los libros, los abuelos, las casas, porque los adjetivos no necesitan concordar ni género ni número. No hay que pensar tanto.

En inglés for, es por y para, se usa entonces thanks for (gracias por…) this is for me, (esto es para mí). No hay que elegir cuál usar, es for o for.

Para viajar es importante recordar la pregunta WHERE, DÓNDE, y aunque aún no estemos preparados para entender la respuesta verbal, podremos intuir e interpretar las señas corporales, el lenguaje universal de los gestos.

Vamos ahora a los verbos. Pensamos una lista de verbos en castellano y la vamos buscando en un diccionario de inglés, o en tío Googletranslate. Ya que estamos en el viaje podemos empezar con el verbo viajar, travel. Y conjugo automáticamente sin posibilidad de error: I travel, you travel, he/she travels, we travel, you travel, they travel. Excellent!!

Cartel en Damasco, Siria

Vamos con otro, y ya que vamos, verbo IR, piensen por un momento nada más, lo difícil que debe ser para un inglés conjugar el verbo IR que no se parece en nada a Yo VOY. En inglés, I go, you go, he/she, goes (pone una e antes de la s) we go, you go, they go. El verbo venir, I come, you come, he/she comes, we come, you come, they come. Y así sucesivamente con todos los verbos que tengan ganas.

Supongo que ya tendrás una libreta y habrás empezado a tomar notas y a practicar.

2- TO BE or NOT TO BE, that is the question

El verbo to be significa SER y también ESTAR, es importante aprenderlo separado de todos los demás y conservarlo como el as de la manga, siempre a mano, ya que nos va a servir para muchas cosas. Es prácticamente el único verbo diferente que tenemos que aprender y no es tan complicado.

I am —— Yo soy o Yo estoy

You are — — Tú eres o Tú estás

He/She is — — él/ella es o él/ella está

We are — — Nosotros/Nosotras somos o estamos

You are — — Vosotros/Vosotras sois o estáis/Ustedes son o están

They are — — Ellos/Ellas son o Ellos/Ellas están

Con este verbo, SER o ESTAR, cuando viajamos, podemos contarle a la gente acerca de nosotros.

I am María, I am a traveller, I am a teacher, I am a journalist, I am a writer, I am happy.

Apuntar en la libreta y repasar aspectos de nuestra vida, nuestro quehacer, nuestro estado de ánimo. Si no sabes las palabras, busca en el diccionario.

Del mismo modo podemos hacer preguntas, sólo tenemos que dar vuelta las palabras y en lugar de decirle al interlocutor o interlocutora o interlocutores, da igual, YOU ARE, lo ponemos alrevés, ARE YOU…? Y así les preguntamos, are you a traveller? Are you a teacher? Are you a journalist? Are you a writer? Are you happy?

Te apuntas la lista de todo lo que te gustaría poder preguntar a los posibles compañeros del camino.

Podemos estudiar un poco de este vocabulario del que nos interesa hablar con la gente, o bien llevar un diccionario de bolsillo y, con pocos pero suficientes recursos gramaticales, nos podremos comunicar.

El verbo TO BE, nos va a servir al igual que en castellano, para el gerundio, lo que estoy haciendo ahora, y para el futuro próximo, lo que voy a hacer después… más tarde… mañana… la semana que viene.

El gerundio, en inglés, se forma agregando “ING” a los verbos

Yo estoy durmiendo —— I am sleeping

Tú estás cantando —— You are singing

Él está viniendo —— He is coming

Ella está viajando — — She is traveling

Nosotros/nosotras estamos yendo — —We are going

Vosotros/ustedes estáis/están jugando — — You are playing

Ellos están corriendo -— They are running

A veces entre el infinitivo y el ing se duplica la consonante como en running de run, correr, pero no afecta a la pronunciación así que a los efectos de hablar, no es necesario recordar si duplica o no. Sólo saber que los gerundios (ando-endo) como cantando, corriendo, jugando, estudiando, viajando, durmiendo, leyendo, en inglés se forman agregando ing al verbo. Nada más.

Antigua Cartago, Túnez

Con esto ya casi damos un paso más, ya podemos hablar del futuro cercano porque ya sabemos decir ESTOY YENDO A… I AM GOING TO… que vamos a traducir de manera coloquial a nuestro castellano como VOY A…

Así que ya podremos compartir nuestros próximos planes, I am going to travel, I am going to walk, I am going to visit, I am going to dance, I am going to read, I am going to sleep… (voy a viajar, voy a caminar, voy a visitar, voy a bailar, voy a leer, voy a dormir)

Puedes anotar y recordar cuáles son tus próximos planes para comentar con otros viajeros.

En inglés a veces se acortan las frases, por eso vamos a escuchar y es correcto decir I’M en lugar de pronunciar todas las letras I AM. Lo mismo ocurre al negar YOU ARE NOT, HE IS NOT, se reducen a YOU AREN’T o HE ISN’T pero ambas formas, reducidas o con todas las letras, son correctas.

3-Futuro y pasado

Si queremos hablar de un futuro más lejano en el tiempo, vamos a usar la partícula will:

he will travel, she will walk, we will visit, you will dance, they will read… (él viajará, ella caminará, nosotros visitaremos, tú bailarás o ustedes bailarán, ellos leerán)

En inglés siempre hay que mencionar al sujeto, I, YOU, HE… porque como el verbo no se conjuga, sin el sujeto no se sabría quién realiza la acción; en castellano no hace falta, si digo “bailaré” se sabe que soy “yo”, si digo “cantarás” se sabe que eres “tú”.

Para el pasado en inglés se agrega ed al verbo. Esto funciona con los verbos regulares que son la mayoría. Hay una lista de verbos irregulares que son diferentes, pero con ed, ya podemos contar algo de nuestro pasado,

I travelled, I walked, I visited, I danced… (yo viajé, caminé, visité, bailé)

Como pueden apreciar, en pocos pasos podemos empezar a manejarnos en inglés. No es que sea absolutamente sencillo. Estos cuatros pasos, no significan cuatro días. Practicar y recordar llevará un poco más de tiempo, aunque sea fácil. Requiere dedicación, voluntad, pero es más fácil que cualquier otro idioma y nos va a ayudar a comunicarnos durante el VIAJE, ya sea con otros viajeros o para conseguir trabajo, ayuda, o información.

4-DO, el auxiliar que da la nota

Para completar este apéndice mínimo de inglés en cuatro pasos, falta añadir el auxiliar DO, que no es la nota musical do, y que en inglés además de ser auxiliar-y también la nota musical- significa “hacer”. I do, you do, he/she does, we do, you do, they do (yo hago, tú haces, él/ella hace, nosotros hacemos, vosostros/ustedes hacéis/hacen, ellos hacen)

El DO como auxiliar se usa para preguntar con casi todos los verbos “normales”, como sleep, travel, walk, come, go, visit, read, dance. Se coloca delante de la persona a la que se pregunta DO YOU VISIT? (tú visitas?) DO YOU SING? (tú cantas?), o DO THEY COME? (ellos vienen?) DO WE GO? (nosotros vamos?) La respuesta se simplifica diciendo sólo: YES, I DO; o NO, I DO NOT que suele resumirse en I DON’T. Para la 3ra persona del singular, que lleva s, se pone DOES y para negar DOES NOT o DOESN’T.

Estudiante palestino en mi clase de Inglés

Y ahora como colofón…

you are going to translate:

Do you speak Spanish? Do you speak English?

I am María la que viaja, I’m a traveler, I visited Nepal and I walked in the Himalayas and I will go to Russia. I am not tired, I’m fine. I don’t need to sleep today, I prefer to sing and dance. I am a teacher. In this article I explained English for you. I am going to write more. I hope you like and you will study. English is good for travelers. I am waiting for your claps.

Do you understand?

Viajar con hijos pequeños. Se puede y es lo mejor.

-Ja, con un hijo no creas que vas a poder seguir viajando –me dijo mi tío cuando se enteró de que estaba embarazada.

Quizás lo tomé como una afrenta y nunca le agradecí su contundente sentencia que me impulsó a mandarme a mudar en el primer tren con un bebé en brazos. Ese fue el primer paso que se convirtió en una interminable secuencia de viajes por el mundo con mis hijos. Afirmo, tal como mi tío, con contundente sentencia, que viajar con los hijos, desde pequeños, es lo mejor. Y se puede.

La primera salida lejos de casa la hicimos en ese tren que pasaba hacia Córdoba. Farid tenía seis meses, tomaba la teta y usaba pañales de tela. No había internet ni celulares ni GPS ni pañales descartables ni toallitas húmedas ni toda la variedad de aceites para la cola del bebé ni toda la variedad de alimentos concentrados vitamínicos ni no sé cuántas cosas que hay hoy y casi te obligan a comprar para el saludable normal desarrollo y bienestar de un bebé. Desde Córdoba nos fuimos a dedo a Catamarca donde nos encontramos con otra madre viajera con hijos, la inefable Stellete Gonzales, y desde Catamarca, tras recorrer las Pirquitas y otros enclaves de arroyitos y sierras, Farid y yo nos fuimos a La Rioja y seguimos el periplo un poco a dedo un poco en autobús y algunos kilómetros, en burro. Enseguida adoptamos la tradición de vacaciones patagónicas. Farid de un año, un año y medio, yo embarazada otra vez, Farid de dos años, Martín bebé, y Stellete con sus dos querubines en edad escolar.

Las madres cargábamos nuestras mochilas a más no poder con alimentos para campamentos de no menos de treinta días, calculábamos la comida para todos los días, desayunos, almuerzos, meriendas y cenas, sabíamos que durante el transcurso del recorrido encontraríamos, al menos cuatro veces en un mes, pobladores que vendieran algo de verdura, queso, huevos y pan casero. No había proveedurías ni carreteras como hay hoy, ni estaban abiertos ni señalizados los senderos de Huella Andina u otros senderos, y lo hacíamos igual. Llevábamos un mapa de papel, fotocopiado en partes añadidas, y nos manejábamos. Los caminos de autos eran de ripio con mucha piedra y polvo, caminábamos a veces por esos caminos o por las brechas o picadas de pobladores y guardaparques o siguiendo el curso de un río o arroyo o bordeando temerariamente las márgenes de un lago.
Cuando íbamos por algún camino de ripio, si pasaba algún auto, hacíamos dedo; normalmente iban muy cargados pero así y todo solían compadecerse de semejantes madres y su prole y, al menos, nos llevaban las mochilas en los portaequipajes hasta un punto acordado. Las dejaban allí abandonadas y nosotros las recuperábamos a nuestro paso. Otras veces cargaban a los nenes más chicos y lo mismo, los dejaban en un punto acordado, adonde ellos, entrenados para esto, nos esperaban tranquilamente jugando con piedritas, buscando frutillas, comiendo calafates o frambuesas, o buscando insectos. Cuando había que caminar lo normal era llevar la mochila, con todo lo que nos hacía falta, comida carpa bolsas de dormir poca ropa, y además al hijo más pequeño en los hombros. Acampábamos de tres a cinco días en el mismo lugar, nos instalábamos ahí y después levantábamos campamento hasta otro lugar diez o veinte kilómetros más adelante. Los chicos se bañaban en los lagos, juntaban leña para el fogón, tomaban agua de los arroyos y cagaban en los yuyos.

Creo que en la época actual la adicción a consumir tantas cosas inútiles crea necesidades inexistentes. Parece que no se pudiera vivir prescindiendo de ciertas cosas que, rememorando estas andanzas de mis viajes con mis hijos, me doy cuenta que son perfectamente inútiles. Que nos han convencido de que facilitan las cosas, pero que en realidad entorpecen, pretenden volverse indispensables y atarnos a una realidad que no nos hace falta. Somos humanos, pero también somos animales, y la naturaleza ha puesto sobre nuestro planeta todo lo que nos hace falta para vivir y nos ha dotado de la misma manera para subsistir.

Después de los veranos patagónicos vino nuestro primer viaje lejos y en avión, el Amazonas. Cumpliría un ferviente deseo de Martín de 4 años, “ver indios pero de verdad”. Hecho. Increíble pero real. Pronto publicaré la historia completa de ese viaje.

Mis hijos recorrieron la Ruta Maya cuando tenían 6 y 8 años, vivieron en Cuba a la par de los cubanos a la misma edad, caminaron el Camino del Inca completo a los 8 y 10 años, sin guía, sin nadie que nos arme la carpa o nos prepare la comida, y recorrieron a dedo, a pie, en autobús los miles de kilómetros de la costa brasilera, hasta la Guyana Francesa inclusive. Todo eso como para empezar.

En la mayoría de los viajes éramos nosotros tres. Cuando crecieron y ya no había que cargarlos en los hombros, era yo y una mano para cada uno. Los ojos siempre atentos. Dejarlos hacer sin perderlos de vista. Cuando crecieron más, repartimos el peso en tres mochilas, y empecé a perderlos de vista para dejarlos ser y hacer. De esa manera mis hijos crecieron conviviendo con distintas culturas, con gente de todos los colores y que hablaban idiomas distintos. Luego emprendieron su propio viaje y lo mejor de mi vida se convirtió en la nostalgia más grande. Los extraño cada día y sé que esto será así para siempre aunque de vez en cuando nos seguimos dando el gusto de recorrer juntos algunos caminos de este mundo inagotable.

Por mi experiencia creo y afirmo que, para viajar con hijos, desde pequeños, hay que ayudarlos a crecer sanos, y nada mejor que lo que la naturaleza nos ha provisto para eso. No hay que hacer caso a nada que venga de la publicidad. Quizás fui un poco anticuada, usé el ombliguero, no usé pañales descartables, no los obligué a ponerse los zapatos si ellos elegían andar descalzos, no me importaba que se ensucien ni que anduvieran desnudos. No andaban a la moda ni tomaban coca cola, ahorrábamos para viajar, pero no tenían complejos. Tampoco teníamos televisión, y eso ayudaba a que lo cotidiano fuera la creación constante de sus propios entretenimientos, no había nada para ver que viniera hecho de fábrica, había que fabricarlo en casa. El resultado era un perfecto desorden enchastre y pegoteo, pero además, el resultado era aprender a ingeniárselas, y un poco también, la independencia de llevarse al mundo por delante sin muchos límites, sólo el de la presencia de otro ser vivo al que respetar.

Farid y Martín descubriendo la fauna autóctona en la costa del nordeste brasileño

En conclusión, si yo lo hice cualquiera puede hacerlo, como digo siempre. En el mundo, a pesar de las malas noticias, suele haber más gente buena que mala, y esa es la que más probablemente nos crucemos en el camino de la aventura y el viaje. Para viajar con hijos pequeños no hay que llevar más de lo necesario, o sea no hay que llevar ninguno de los productos plásticos y novedosos de la publicidad. Generalmente lo que hará falta ya lo traemos puesto y lo que no, lo encontraremos allí donde vamos.

Agradezco como corolario aunque no menos importante, al padre de mis hijos, quien confió en mí y se arriesgó a ponerle el gancho a todo los permisos para viajar con nuestros niños hasta el fin del mundo.