Lumbini 1

La ciudad donde
nació Siddharta Gautama, Buda, en el año 563 AC.
Llegamos luego de reincidir y volver a subirnos en un autobús nepalí. La ruta era de cornisa,
como siempre, pero pavimentada y un poco más ancha que el temerario camino a
Tatopani. El hecho de que sea pavimentada, con baches, obviamente, sirve para
que los colectivos jueguen carreras. No hay forma de viajar tranquilo en Nepal.
Este viaje fue un poco mejor que los otros, el mejor de los peores. Nepal, como
destino, no nos convence para nada. Para nada. Hay algo por descubrir, pero
qué. Todo está lleno de polvo. Todo está lleno de ruido. En Palestina, bajo la
ocupación, la gente lleva un standard de vida mil veces mejor que acá, pero les
falta la libertad. Pero acaso esto es libertad? No poder elegir un medio de
transporte seguro, no poder elegir ir a la escuela, no poder elegir pagar la
electricidad y tener el servicio. En este preciso momento, hay dos generadores
que me aturden los oídos, peor que en Gaza que también funciona a energía de
generador. Dónde están los maoístas? Dicen que ahora tienen buena proporción en
el Parlamento. No he investigado mucho, pero la calidad de vida en Nepal deja
mucho que desear.
Llegamos a
Lumbini, a poco más de 200 km de Pokhara, después de un viaje de casi 8 horas!
Es una barbaridad. El primero colectivito nos dejó en Bairawa y de ahí tomamos
otro, apiñados, apiñadísimo, que hizo los 21 km restantes en una horita más.
Hay luna llena,
perfecta luna llena, y resulta ser que en la luna llena de entre abril y mayo,
nació Siddharta, así que hay una gran fiesta, y un quilombo insoportable de
gente. Fuimos a la zona de templos, yo soñando con encontrar el reducto de paz
y meditación de los monjes vestidos de bordeaux y mostaza, pero en lugar de eso
encontramos ruido, gente gritando por altoparlantes y un millón de puestitos de
globos, fritangas, guitarras de plástico. Horrible. Esperamos poder volver
mañana en la mañana y no encintrar mucho tumulto para poder entregarnos a lo
que el ligar convoca.
Estuvimos en el
árbol. Ahí había un poco más de paz, seguramente obligada por los monjes.
Agarrada a ese árbol Maya Devi, parió a Siddharta.
Hasta el momento,
salvando a las montañas, Nepal no me conmueve. Me da rabia.

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