Pensar en lugares de Siberia, remitirá a nuestra imaginación la postal de una estepa blanca y desolada. Esa era también mi idea antes de llegar aquí.
Nada más gracioso que abrigarme de buzo y campera de corderito antes de bajar del tren en Ulan Udé para chocarme en la multitud con mongoles de pantalón corto y ojotas. Y yo… sudando la gota gorda.
Ulan Udé, uno de los lugares de Siberia más exóticos
Apenas bajar del tren y que nuestra mirada se encuentre solamente con ojos rasgados y pómulos salientes nos parará ante una disyuntiva: estamos en Rusia?
Los pobladores de Ulan Udé son de la etnia buriata. Estamos en la República Buriata perteneciente a la Federación Rusa.
Los buriatos, a simple vista, parecen mongoles, sin embargo el sentimiento ruso e incluso soviético en esta zona se acentúa. Su nacionalismo se evidencia en los símbolos de las calles y los nombres de las avenidas al igual que en cada minuto de conversación que entablamos con ellos.
Son tan rusos como no dejan de ser buriatos. Hablan los dos idiomas cotidianamente. Existen los periódicos y los programas de radio y tv tanto en ruso como en buriato y también las bibliotecas tienen tantos volúmenes en una lengua como en la otra.
El sentimiento cosmopolita de los rusos todos es tan amplio y generoso como enorme es todo lo que construyen. Sin embargo, el viajero occidental que llega hasta estos lugares de Siberia, en algún momento tendrá la sensación de estar en otro lado.
El trayecto a Ulan Udé, uno de los más bellos
Este tramo del Transiberiano es uno de los más bonitos. Tiene que hacerse en un tren diurno. Es un paseo, una excursión por la costa del Baikal y una visita a los pueblos de interior y soberbios lugares de Siberia.
Saliendo de Irkutsk en la mañana, antes del mediodía, tendremos tiempo y luz para no cansarnos de observar el paisaje por las ventanillas.
Primero veremos el lago Baikal. Temprano en la mañana suele estar cubierto de bruma y resplandor. Una se desespera al no poder sacar en una foto la línea del horizonte. El lago y el cielo se muestran como una masa fofa y celeste tirando a gris. Los árboles se burlan de esa monotonía desplegando sin vergüenza las ramas amarillas y rojas.
Más adelante y a medida que sube el sol, el lago se despeja y brilla en toda su profundidad azul. No podemos dejar de mirar. La costa con bahías y penínsulas delgadas, las auténticas casas de las pequeñas ciudades de Siberia interior.
Cuando creíste que ya lo habías visto todo y que era hora de leer un rato en el tren, por la ventana opuesta, aparecen las montañas.
Los montes Jamar Daban se imponen recortando el cielo en agudos picos.
El arrullo de las olas del lago queda atrás; y más aldeas, más árboles amarillos. Y naranjas. Y rojos.
Donde alojarse en Ulan Udé?
Nos alojamos en el hotel Orda. Es un hotel bonito y accesible hacia y desde el centro de la ciudad. También está cerca de la estación. Incluye desayuno y la ecuación calidad/precio da buen resultado.
El personal de Orda es buriato y mongol. Son personas muy amables, Erdzena, Galia, Svieta. Además tienen un restaurante con platos tradicionales y la decoración del edificio es casi como recorrer un museo mongol.
Qué ver en la ciudad y un poco más allá
La ciudad de Ulan Udé es uno de los lugares de Siberia que merece una visita por su idoneidad exclusiva. El centro, por ejemplo, posee la escultura de la cabeza de Lenin más grande que existe. La vida ciudadana gira alrededor.
El centro es luminoso, amplias aceras y plazas llenas de flores y fuentes.
Hay edificios sólidos clásicos, soviéticos y modernos.
Visitams la catedral, los teatros y los parques y luego nos alejamos un poco más allá para recorrer el datsan.
El datsan Ivolginsk, Ulan Udé
Visitar un datsan o varios de ellos constituyen lugares de Siberia escenciale durante un viaje a esta región.
El datsan Ivolginsk es un templo o mejor dicho, una serie de templos, que fueron construidos por Stalin en agradecimiento a los buriatos que combatieron al fascismo durante la Gran Guerra Patria.
Para llegar al datsan se sale desde la plaza Pioner. A esta plaza donde hay un mercado se puede ir a pie desde el centro o bien en la combi número 30. Los chóferes son muy amables y lo explican todo. En ruso.
Desde Pioner tomamos el minibús 130 hasta una ciudad sin encanto que se llama Ivolgi. El minibús nos deja en la ruta. Hasta aquí cuesta 58 rublos.
Luego se puede seguir a pie o tomar otro minibús por 30 rublos que va directo al datsan.
La recorrida de los templos se hace en sentido de las agujas del reloj. Vamos haciendo girar los rodillos de oración y entrando en los edificios coloridos habitados por Budas de diferentes tamaños, Ganesh y otras personificaciones.
La mayoría de los visitantes son fieles budistas y es importante respetar sus rezos y rituales tal como no dar la espalda a los altares.
En esta datsan durante setenta años estuvo enterrado un lama cuyo cuerpo, al ser exhumado, estaba en posición buda y en perfecto estado. Su cabello sigue creciendo desde hace más de un siglo.