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Por los Montes Bocineros, el Sollube desde Errigoiti

Para subir el Sollube desde Errigoiti, nos encaminamos hacia la subida a Bizkaigane. Si bien el camino de ascenso más atractivo es por Madalen, teniendo en cuenta que la jornada hasta Sollube es larga, elegimos subir a Sallobante y Bizkaigane por la carretera que sale frente a la parada de autobús de Errigoiti.

A buen ritmo podemos tardar dos horas y media desde Errigoiti hasta la cumbre de 684 metros de este monte, el primero de los cinco montes bocineros de donde se convocaba a Juntas Generales y se daban diferentes avisos mediante toque de bocinas y cuernos y el encendido de hogueras en su cumbre.

Geográficamente el Sollube está en la localidad de Bermeo, marca uno de los límites de la Reserva de Urdaibai sobre la orilla izquierda de la ría de Mundaka. La cumbre, queda enmarcada en el distrito de Arrieta.

Empezamos a subir desde Errigoiti por el borde de la ruta asfaltada que se dirige a Bizkaigane. Es agradable y el tránsito es reducido.

A llegar a Sallobante tomamos el desvío a la izquierda hacia Bizkaigane. Una vez allí podemos elegir visitar la ermita si aún no la conocemos y disfrutar de las vistas que valen mucho la pena.

Desde la intersección donde hay un poste que indica Gorbeia, bajaremos y, en breve, dejaremos el edificio amarillo de la quesería a nuestra derecha. Caminaremos por un bosque agradable y tranquilo y un cartel nos anunciará el ingreso a Arrieta.

Continuamos por este camino principal y observamos a nuestra izquierda y a lo lejos los tejados y la iglesia de Arrieta que vamos dejando atrás.

Cuando llegamos a la intersección con una carretera que se va interpone en nuestro paso, transitada y con un espacio de parking enfrente, cruzamos dicha carretera e iniciamos el ascenso a Sollube.

Al principio vamos por hermosos caminos de bosques y, al final, por una ruta en zig-zag que pasa por unos merenderos y termina en las antenas que están en la cima del Sollube.

En la cumbre hay dos vértices geodésicos de primer nivel. En la ladera norte, en el alto de Tribisburu, hay una necrópolis romana de incineración de los siglos I a III.

Desde todas las posiciones, las vistas son inmejorables. Por la izquierda vemos hacia el lado de Gastelugatxe y Bakio y del lado derecho de las antenas vemos Bermeo.

El regreso podemos concretarlo por el mismo lado, o bien, en el cruce del camino de Arrieta y Jainko Oleaga, bajar por este hacia Olabarri y luego, regresar a Errigoiti siguiendo el Madalen Erreka o por el sendero de Bekobaso que pasa por la cascada de las Libélulas.

La Reserva de Urdaibai, las playas de Laida y Laga y Elantxobe

La reserva de Urdaibai conforma un paisaje cambiante y bello que sorprende por su transformación constante en el transcurso del día y en las distintas estaciones del año. Esta reserva está ubicada en el estuario del río Oka que nace en el monte Oiz y desemboca cerca de Mundaka en forma de ría. Llegando a su final y afectado por las mareas, el Oka forma marismas irregulares e increíbles que son una fiesta para aves que no puedeb verse en ninguna parte de la Península Ibérica. Además los arenales limpios y dorados y el turquesa verdoso de las aguas, constituyen un paraíso para pasar un día de playa en Laida.

Más adelante de Laida y ya sobre la costa marina está la playa de Laga flanqueada por el emblemático peñón de Ogoño.

La reserva de Urdaibai puede recorrerse caminando, tomando el GR (Gran Recorrido 98)  Este GR es un sendero circular cuya marca son tres líneas amarilla-roja-blanca. Se conoce como la Vuelta de Urdaibai, no tiene dificultad y suma unos 115 kilómetros.
Este sendero puede comenzarse en Gernika. Afortunadamente pasa también por Errigoiti donde vivo actualmente.
También se puede llegar a distintos puntos de Urdaibai en autobús desde Gernika. En verano hay un Bizkaibus que recorre todos los pueblos y playas cada media hora. Los autobuses van por las playas de Laia y Laga y siguen hasta Ibarrangelu y Elantxobe.

Elantxobe también merece una visita. Al encontrarse encumbrado en las laderas de la montaña ofrece hermosas vistas del Cantábrico. Además, es un pueblo que conserva su postal auténtica. Merece la pena bajar del Bizkaibus por aquí y dejarse llevar por los callejones y escaleras que suben y bajan de manera despareja y misteriosa.