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San Petersburgo (Leningrado)-Día 8

Amaneció lloviendo. La temperatura ha bajado en pocos días. Cuando llegamos a Moscú andábamos de verano, luego en San Petersburgo ubicado en una latitud más polar la temperatura bajó, y esta mañana aún más. Las mochilas irán más livianas con los abrigos puestos.

Este día debemos dejar el departamento de la Avenida Kazanskaya y como llueve aprovecharemos a recorrer los interiores de algunos edificios.

Promediando el mediodía entramos en los interiores de la Casa Singer, la llamativa construcción Art Nouveau casi frente a la Catedral de Kazan. En lo que fue la Casa Singer funciona la Dom Knigi de San Petersburgo, la Casa del Libro, abierto hasta la medianoche.  Paso un buen rato hojeando libros que quiero comprar. Decido que como tenemos que andar con las mochilas todo el día, compraré luego en la Dom Knigi de Moscú. Los precios de los libros son llamativamente accesibles. Miro ejemplares de El Principito traducido al ruso, según la encuadernación varía de 160 a 280 rublos, vale decir, entre 2 y 4 euros.

Tras recorrer un buen rato la librería donde también hay venta de souvenirs y arriba una cafetería, vamos hasta la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada.

Esta iglesia es alucinante por dentro, toda recubierta en mosaicos de colores altisonantes. Son más de 7000 metros cuadrados de mosaiquitos. Está construida en estilo ecléctico, sobre el lugar donde el zar Alejandro II fue asesinado. Durante la Segunda Guerra Mundial y el bloqueo de la ciudad, una bomba cayó encima de la cúpula más alta de la iglesia. La bomba no explotó y estuvo dentro de la cúpula de la iglesia durante 19 años. Cuando los obreros subieron a la cúpula para remendar las goteras, la bomba fue encontrada y retirada. Entonces se decidió comenzar la restauración de la Iglesia de la sangre derramada. Tras 27 años de restauración, la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada fue inaugurada como museo estatal.

La estructura de la iglesia es compacta de cinco cúpulas chapadas en cobre y esmalte de diferentes colores, tres ábsides semicirculares y un enorme pilar como la torre de campana en el extremo oeste. El techo de carpa octogonal de la torre ocupa la posición central. Construida en ladrillo rojo y marrón, toda la superficie de sus paredes está cubierta de adornos elaborados y detallados. Bandas y cruces de ladrillo de color, azulejos policromados en los huecos de la pared, «shirinka», azulejos en los tejados de las torres y coberturas piramidales, pequeños arcos de calado, y columnas en miniatura y kokoshniki (arcos de ménsula) de mármol blanco. Los mosaicos desempeñan un papel importante en la creación de aspecto festivo de la Iglesia acentuando los elementos arquitectónicos principales: kokoshniki, puertas de dique, y frontones.

Los pilares del pórtico están hechos de granito gris de Ust-Kamenogorsk. Los artesanos hábilmente explotaron la belleza natural y las peculiaridades de la piedra para crear el interior que parece un museo de arte de cantería. El pabellón, que marca el lugar del asesinato del emperador fue ejecutado de piedras preciosas y decorativas de los Urales y la región de Altái. Se trata de una estructura arquitectónica compleja de cuatro columnas gris-violetas de jaspe que soportan un entablamento con jarrones estilizados de jaspe en las esquinas. El suelo de mármol está compuesto por 45 mosaicos que nunca se repiten. Las paredes con una altura de hasta 2.5 m, se alinean con serpentina verde italiana, que también fue utilizada para hacer la plataforma ante el iconostasio (solea) y los bancos tallados en las paredes. La piedra de color en el iconostasio fue realizada por artesanos. La paleta del mármol es única: rojo y marrón en el fondo, cada vez más claro hacia arriba, y es una reminiscencia del tallado de madera.

Los mosaicos constituyen una de las mayores colecciones de Europa. La firma que ganó la adjudicación fue la de Valdimir Frolov, sus maestros, expertos en el uso de la reversa o técnica veneciana, ensamblaron más de 600 mosaicos de iconos e imágenes con un área total de 7.056 metros cuadrados. Los mosaicos están ordenados en línea con la concepción teológica de la iglesia.

Hicimos mediodía en el Stolovaya 1. Son restaurantes típicos rusos. Se toma una bandeja, cubiertos, y luego se va escogiendo la comida, al final hay unos cajeros y se paga lo que se ha escogido. Son comedores populares con mucha variedad de comida y precios accesibles. Las ensaladas suelen costar menos de 20 rublos, las sopas, de 30 a 45 y las carnes unos 90 rublos. Hay postres, tartas, té, café. Los espacios son amplios, acogedores.

Más tarde, almorzados, todavía con lluvia, viento y aire muy fresco en San Petersburgo, fuimos a recorrer por dentro la Catedral de San Isaac, a riesgo de resultar reiterativa, la Catedral de San Isaac más grande del mundo. Tiene capacidad para 14 mil personas.

Por ser tan enorme y brillante era aprovechada por el invasor fascista para detectar y ubicar posición, por eso no la bombardearon si bien algunas bombas cayeron muy cerca y se ve aún una de las monstruosas columnas de mármol con un impacto de bomba.

La población se refugió en ella, y afuera sembraron un enorme huerto de repollos para ayudar a paliar la hambruna del sitio y la guerra.

Para su construcción debió hacerse un trabajo exhaustivo de consolidación del suelo ya que San Petersburgo se encuentra en terreno pantanoso. La operación fue muy larga y compleja: a los 11.000 pilotes de pino alquitranados de la cimentación de la iglesia que había antes allí, se añadieron 13.000 más, con un diámetro de 25 cm cada una. Las losas de granito se colocaron directamente sobre los pilotes y fueron cubiertas con losas de piedra caliza. Las cimentaciones tienen un grosor de 14,5 m (7,5 m de altura de los pilotes y otros 7 m de espesor de las losas de piedra). Fueron necesarios 10 años de sentar las bases y 125.000 trabajadores participaron en su instalación.

En la decoración de la catedral de San Isaac se emplearon 43 tipos de minerales. El zócalo fue revestido de granito, el interior de la catedral, paredes y suelos de mármoles, las columnas del retablo, revestidas de malaquita y lapislázuli. Para sobredorar la cúpula de 21,8 m de diámetro se emplearon cerca de 100 kilos de oro.

Con la caída de la tarde nos fuimos a la Estación Ladoszhki desde donde saldría e tren de regreso a Moscú. Viajamos en el tren Arktika, un tren que une Murmansk, en el Polo Norte y sigue más allá de Moscú. Escogimos la clase más económica, para conocerlo todo, se llama Platskart. Son cuchetas en un vagón comunitario con algunas divisiones, cada 4 cuchetas, pero sin puertas. No dan comida pero al final del vagón está siempre caliente el samovar con lo que es factible llevar sopas instantáneas, mate, té, café. Todo está limpio y al llegar nuevos pasajeros se nos provee de una bolsa cerrada con sábanas limpias. Este es un tren lento, ya que en invierno debe arremeter contra montañas de nieve y está preparado para eso. Nosotros aprovechamos a hacer en las cuchetas noche de hotel y viaje por el mismo precio.

San Petersburgo (Leningrado)-Día 7

Hoy fuimos a la otra punta de la Avenida Nevsky, a conocer el Monasterio de Alexander Nevsky y los cementerios Lazarev y Tijvin donde se encuentran las tumbas de los célebres músicos Mussorgsky, de relevante importancia para mí ya que trabajo como actriz y narradora en uno de sus conciertos, Rimsky-Korsakov autor de la entrañable Scherazade que también interpreté en mis buenos tiempos de patinadora artística, Borodin, el gran Chaikovsky, Dostoievsky! y otros artistas, pintores de renombre, actores de todas las épocas, célebres y reconocidos realizadores de teatro y cine.

El Monasterio es considerado uno de los más antiguos e importantes de toda Rusia, en el encontramos una colección impresionante de objetos de culto como íconos con marcos cubiertos de piedras, manuscritos antiguos, crucifijos, cuerpos incorruptos de santos, metales preciosos entre otros. En el interior del monasterio se encuentran dos iglesias barrocas y una Catedral de estilo neoclásico erigida entre los años consagrada a la Sagrada Trinidad.

Fuimos en metro. Para usar el metro de San Petersburgo se compra un jeton, una ficha de plástico. El trazado del metro de San Petersburgo se destaca por ser el más profundo del mundo, las estaciones de metro también son bellas y construidas con materiales nombres, mármol, bronce, luces en imponentes arañas, mosaicos y pinturas. Tras esta visita regresamos al centro de San Petersburgo para pasear por el Jardín de Verano, el Campo de Marte, el Parque Yusupov.

El Jardín de Verano ocupa una isla situada entre los ríos Fontanka, Moika el Canal de los Cisnes. El parque fue diseñado personalmente por el zar Pedro. Los paseos fueron adornado con cien esculturas alegóricas de mármol, ejecutadas por escultores venecianos. Algunos eran retratos; entre ellos se conservan los bustos de Alejandro Magno, Julio César, Augusto, Nerón, Trajano, Claudio.

Aparte de las estatuas, una importante atracción del parque son las fuentes, las más antiguas de Rusia, que representan escenas de las fábulas de Esopo. Algunas de estas cayeron en desuso y fueron demolidas después de una inundación que destruyó la maquinaria.

Una delicada barandilla de hierro fundido separa el parque del paseo público del Muelle del Palacio. La reja está suspendida entre treinta y seis columnas de granito coronadas con urnas y jarrones.

El parque fue escogido por Pushkin como escenario de los paseos de infancia de su personaje Eugenio Onegin.

Los puentes de San Petersburgo son levadizos, y durante la noche se levantan para permitir el paso de buques y barcos con altos mástiles. Los puentes levadizos se encuentran abiertos y los islotes que conforman San petersburgo desconectados entre sí, desde aproximadamente la 1 do 2 de la mañana hasta poco antes del amanecer.

El Campo de Marte, está junto al río Moyka, muy cerca del Jardín de Verano. Ocupa 9 hectáreas. Su historia se remonta a los primeros años de San Petersburgo. En esa época se llamaba «Gran Pradera».  Luego fue también campo de entrenamiento. Durante la Guerra y el sitio de Leningrado fue cubierto de huertos que ayudaban a abastecer a la población sitiada cuando lograban crecer antes de ser incendiados y bombardeados. Muchos revolucionarios, combatientes del Ejército Rojo, bolcheviques, miembros del Partido Comunista están enterrados aquí. También están enterrados los participantes asesinados de la Revolución de febrero de 1917 . En 1957 se encendió una llama eterna en el centro del Campo, la primera de Rusia. Desde aquí la llama se transportó a Moscú en 1967 y se colocó cerca de la muralla del Kremlin en la Tumba del Soldado Desconocido.

Cruzamos el río y nos fuimos a visitar la Fortaleza de San Pedro y San Pablo que se encuentra en un islote, la Isla Zayachi. Este islote y la fortaleza corresponden a la ciudadela original de San petersburgo. Contiene diferentes edificios remarcables, la Catedral de San Pedro y San Pablo donde están enterrados los zares desde Pedro I hasta Nicolás II y sus familias.

La fortaleza tiene forma hexagonal con 6 bastiones en cada uno de sus ángulos. En un primer momento se construyó en madera y tierra. Sirvió de alojamiento a la guarnición de la ciudad y de cárcel de prisioneros políticos. En 1876 el grupo nihilista Zemlya i volya organizó exitosamente la fuga de Piotr Kropotkin, algo que nadie antes lo había conseguido.

La catedral consta de una torre campanario de 122 m de altura con una cúpula rematada con un angelote.

Durante 1917, fue atacada por soldados amotinados y todos sus prisioneros fueron liberados. Cuando los bolcheviques llegaron a la fortaleza los 8000 hombres de guarnición se declararon pro-revolucionarios. Sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial debido a los bombardeos nazis. Tras la guerra fue restaurada.

Todo este trayecto se puede hacer caminando, es largo, unos 9 o 10 km, pero constructivo. De esta manera conoceremos bien el diagrama entre ríos y canales de la intrincada y bella ciudad palaciega de San Petersburgo. Cruzaremos varios puentes, y a no demorarnos ya que debemos recordar que los puentes de San Petersburgo son levadizos! y durante la noche se abren para dar paso a buques y naves de altos mástiles o chimeneas. Los puentes están abiertos entre la 1 o 2 de la mañana hasta poco antes del amanecer.

San Petersburgo (Leningrado)-Día 6

Reservamos este día, íntegro, para recorrer el Museo Ermitage. Era viernes, día en que el Museo está abierto hasta las 21 horas así que podríamos tomar con más calma el recorrido y buscar e intentar encontrar las salas y obras que habíamos seleccionado. El Museo abre a las 10.30 así que a las 10.15 ya estábamos primeros en las filas de las máquinas para sacar las entradas. Hay 4 máquinas y se mete el dinero. Cuestan 700 rublos y las máquinas no aceptan billetes de 5000. El trámite es rápido y fácil.

El Museo Ermitage se extiende por seis edificios palaciegos, si bien el principal reducto de obras es el antiguo Palacio de Invierno. Ya de por sí recorrer las instalaciones es un espectáculo. Las escaleras de acceso llamadas de Jordán con sus amplios escalones de mármol blanco y las alfombras rojas; enseguida vemos aparecer ornamentación de oro puro y columnas de azurita.

Antes de entrar en el enorme patio, observamos la altísima columna de Alejandro parada ahí sostenida solamente por su propio peso y la fuerza de la gravedad.

Luego ya con la entrada y por las esclaresa del Jordán -si hay mucha cola podemos acceder por otra puerta y luego regresar de arriba hacia abajo aquí, y no es problema-. Si se llega a las 10.30 igual estamos a tiempo de evitar todos los tumultos. A las 11.30 ya es un descontrol, por suerte a esa hora, en nuestro caso, ya llevábamos avanzada la visita.

Durante nuestro recorrido nos dirigimos a las principales habitaciones y aposentos según el recorrido que habíamos programado y pegaré a continuación para ayuda de aquellos que quieran usarlo de guía. Fue muy útil, sin embargo es fácil perderse porque las salas a veces son como un laberinto, no están una enganchadita después de la otra sino que, a veces de una se mete en otra que se desgaja en dos y sale por otro pasillo y uno se pierde; pero calma, todas tienen número sobre la puerta, y en cada sala hay personas que son muy amables para ayudar a orientarnos. Y antes de entrar hay un mostrador de información -buscarlo- donde dan mapa y plano del museo.

A nosotros nos ayudaron sobremanera e increíblemente una de estas señoras que cuidaba una sala nos recordó a pesar de haber visto cientos de persona pasar delante de ella y nos llamó preferentemente para indicarnos dónde estaban los impresionistas y post-impresionistas, que dicho sea paso están en otro edificio afuera y en diagonal al Palacio de Invierno.

Importante no engolosinarse con las primeras salas con estanterías y cositas ya que se nos irán los minutos en piezas, no por desmerecer su importancia, que seguramente la tienen, pero estar en un monstruo de Museo que expone TRES MILLONES de obras, nos obliga a esta pequeña crueldad de pasar de largo por muchas vitrinas y salones, mirando sólo de reojo para no cansar la atención y concentración.

Estos tres millones de obras que se exponen actualmente en el Ermitage son solamente la quinta parte de la totalidad de obras de arte que alberga. Las obras empezaron a ser adquiridas, en cantidad y volumen por Catalina II, la Grande y luego por sus nieto Alejandro y por otros gobernantes posteriormente.

Durante la invasión nazi, miles de voluntarios trabajaron para embalar y trasladar dos trenes llenos de obras hacia el lejano este ruso. Un tercer tren no se llegó a tiempo, sin embargo pudieron mantenerse a buen resguardo. El Ermitage fue refugio para las víctimas de la guerra, miles de ciudadanos se asilaron allí. También sufrió un incendio en el que sí se perdieron obras y algunas habitaciones debieron ser reconstruidas y restauradas, tal el caso de la actual sala de malaquita que antes era de jaspe. Esta sala es una joyita! tan sólo para cubrir delicadamente las columnas imitando y puliendo tratando de conseguir la veta de la roca madre, se precisaron 2200 kilos de malaquita de los Urales, hay muchos más muebles elaborados y recubiertos con este precioso mineral.

En la época soviética, al igual que otros Museos y Centros Culturales, la entrada era gratis.

Hay salas con gobelinos, pisos con marquetería, mobiliario con incrustaciones de oro y piedras preciosas, instrumentos musicales de la época, la biblioteca, la sala del trono. Así que, además de albergar y desear ver una de las pinacotecas más espectaculares del mundo, la fastuosidad de cada uno de los salones llamará nuestra atención todo el tiempo.

Hay un reloj mecánico que perteneció Catalina, se encuentra justo sobre el que fue su jardín colgante. Se trata de un pavo real, a modo de Cucú gigante, de oro, que despliega todos sus encantos para dar la hora. Sólo lo activan en vivo y en directo para funcionar determinados días y horarios, pero allí, junto a la enorme figura dorada, exponen un video de todo su despliegue y esplendor.

Nuestro paseo por el interior del Museo fue intenso. Entramos a las 10.30 y salimos a las 19. Sin dejar de contemplar arte puro y belleza. Fue una visita maravillosa.

Este es el plan que seguimos, excepto la sala 100 de Egipto que decidimos descartar porque ya estuvimos en Egipto.

«Entrar desde la Plaza del Palacio y atravesar el patio del Palacio de invierno, puesto de información con plano gratuito.Escalera del Jordán, la que se ve delante cuando se atraviesa la entrada principal del palacio. 

Salas: Palacio de Invierno, 1era Planta: 100: Antiguo Egipto.

Palacio de Invierno, 2da Planta: 143 a 146: Monet, Degas, Renoir, Cézanne, Picasso, Matisse (decomisadas a nazis). 155 a 166 obras rusas tapices. Visitar (alrevés) de la 187 a la 175, ocupadas por última flia imperial, salón de malaquita:189. Salas de gala: 193 a 198. Si hay tiempo pasar a la sala 304 (indicaciones confusas) grabados en piedra.

Pequeño Ermitage, 2da planta:Sala 204 da al jardín Colgante de Catalina Grande y reloj del pavo real. 207-215:arte florentino, 213: 2 pequeños Botticelli y en 214: Leonardo Da Vinci (2 obras). 217-222: arte veneciano, Tiziano y Rafael. 228-238: arte italiano, Rafael y una estatua de Miguel Ángel en 230. 239 y 240: Goya, Murillo Velázquez, El Greco. 244-247: arte flamenco, 246: Van Dyck, 247: Rubens. 248 a 252: arte holandés, 254: 26 obras de Rembrandt.

Palacio de Invierno, 3era planta: por la escalera que hay en la 2da planta junto a la sala 269 subir a la 314. 316-320: impresionistas y postimpresionistas: 315: esculturas de Rodin; 316: Gaugin; 317: Van Gogh, Rousseau; 318: Cezanne, Pisarro; 319: Pisarro, Renoir, Degas. Escuela de Barbizon y romanticismo, Rousseau: 321 y 322; Delacroix y Vernet: 331. Arte ruso, Kandinsky: 333. 334: más de Van Gogh. Matisse: salas 343-345 (35 óleos). Picasso: 348 y 349. (Esto momentáneamente está cambiado y se expone en otro edificio del Museo, enfrente en diagonal.)

Arte de Oriente, China, Tibet, Mongol, Hindú: 351-371 y 381-397″

San Petersburgo (Leningrado)-Día 5

Llegamos a San Petersburgo en el legendario Estrella Roja. Siempre puntualísimo desde 1931, sin fallar nunca jamás ni un minuto. Viajamos, dormimos, y desayunamos muy bien, blinis con carne o manzana, al gusto. La estación de llegada, Moskovskaya, es un destello en sí misma. Salimos a Ploshchad Vosstaniya y nos encontramos con un obelisco que esgrime en su punta una estrella de cinco puntas y enfrente, en el Hotel Oktiabraskaya, un enorme cartel que nos recuerda que Leningrado es Ciudad Heroica. No es para menos. Esta ciudad de renovados palacios uno junto al otro, estuvo sitiada por los nazis durante casi 900 días. Fue un época terrible, pero Leningrado sobrevivió a la peor página de su historia y quizás de las historia de Rusia. Pudimos conversar con un ruso mayor, en el parque frente a la catedral de Kazan, un sobreviviente de aquel sitio en que no había más que comer, morían de a miles por día, no quedaron animales, ni ratas, ni gatos, ni pájaros porque todo se lo comieron y cuando no hubo más animales, se comían los cinturones de cuero, hervidos, el pegamento de los empapelados de las paredes. Les daban panes de 100 gr por día rellenos con aserrín. No había luz. Sólo un hilo de agua congelado durante el invierno permitía la llegada de poquísimos recursos. Las bombas asediaban por toneladas a esta ciudad. Y sobrevivieron! increíblemente, pero incluso, en esta supervivencia que logró su tesón, su dignidad, su fortaleza, fueron capaces de seguir creando, no se rindieron, no claudicaron, ejecutando actos de heroísmo y relevancia tales como transmitir la 7ma sinfonía de Shostakovich por radio a todo el país. Interpretada por una orquesta sentada en escombros y a la luz de las velas. Cómo no va a ser Heroica! Este señor a quien conocimos en el parque nos contó de una amiguita de su infancia quien vio morir uno tras otros a todos sus familiares. La niña anotaba en un cuaderno, la fecha y «hoy se ha muerto mi madre…»hoy a muerto mi hermanito…» y así sucesivamente todos los nombres. Quizás la salvó el hecho de escribir, la responsabilidad de revelar la historia a medida que sucedía.

A pesar de los miles de toneladas de bombas descargadas sobre Leningrado, hoy es una ciudad luminosa donde los palacios se superponen uno pegado al otro y es imposible exclamar tanta belleza porque no hay contrastes que la realcen de un edificio al otro. Sólo la catedral de San Issac se salvó de las bombas, aunque una de sus columnas fue impactada y aún puede verse el rastro. No la bombardearon porque su cúpula de oro puro era una llama que brillaba entre las ruinas y que servía de faro a los fascistas asesinos. Por eso, muchos habitantes se refugiaban en ella y a sus alrededores sembraron un enorme huerto de repollos.

Durante el sitio de Leningrado, cuando el nazismo alemán atacó con la operación Barba Roja violando el pacto de no agresión, Leningrado se apuró a evacuar de la ciudad muchísimas obras de arte, por eso, por esa actitud de generosidad, hoy nos es posible a los visitantes contemplar y aprecias miles de obras de arte que de haber tenido otra actitud, mezquina y egoísta, hoy ni siquiera existirían. Cómo no va a ser Heroica!

Arrancamos nuestro camino desde la estación hacia el centro de San Petersburgo por la Avenida Nevsky.

La Avenida Nevsky o Nevski prospekt es la avenida principal de San Petersburgo y una de las calles con mayor historia en el mundo. Tiene 4 km, innumerables puentes y palacios la cruzan y enmarcan. Testimonios arquitectónicos de la inmigración, muchísimos cafés, restaurantes, tiendas, museos y librerías hasta el Monasterio de Alejandro Nevski. Alberga las huellas de la matanza de estudiantes en la época zarista, germen revolucionario, y muchísimas historias narradas por Gogol, Dostoievski, Tolstoi, Gorky, suceden en esta histórica avenida que después de la Revolución se llamó 25 de Octubre.

Cruzamos el Puente Anichkov, el primer puente y el más famoso de los que atraviesan el río Fontanka. El puente actual combina una forma simple con detalles elaborados. Además de sus cuatro célebres esculturas de caballos, tiene antepechos de hierro ornados que lo distinguen de otras estructuras de la ciudad. El primer puente fue construido por orden de Pedro el Grande, era de madera con varias aberturas y construido sobre pilares depositados sobre el río Fontanka. Cuando la ciudad creció se reemplazó por un segundo puente levadizo, fue uno de los siete puentes levadizos de piedra con tres aberturas y torres que atravesaban el río Fontanka. En el siglo XVIII, las enormes torres, no estaban en consonancia con el aumento del tráfico que atravesaba el puente sobre la Avenida Nevski y se construyó una estructura de mayor tamaño, más adecuada al ancho de la avenida. Su belleza ha sido alabada por autores como Pushkin, Dostoievski o Gógol. El puente se considera un monumento al sitio de Leningrado porque fue muy afectado por la guerra y en la restauración se han dejado huellas de los bombardeos alemanes como muestra de lo ocurrido en aquellos años.

Desde este puente es clásica y llamativa la vista del palacio rosado Beloselsky-Belozersky. Es de estilo neobarroco, con ventanas color malva. El primer palacio era más pequeño que lo que vemos actualmente y fue construido siguiendo las líneas de la arquitectura francesa, estucado y pintando, imitando la piedra caliza parisina. Fue uno de los palacios más elegantes de toda Rusia, continuamente renovado por sus sucesivos habitantes, con salones de fiesta, salas de pintura y de conciertos. Adquirió un aspecto rococó. Fue Centro Cultural durante la época soviética y dañado por los bombardeos durante el sitio, luego vuelto a restaurar. Actualmente se dan allí conciertos y alberga una exposición de figuras de cera.

En buena hora pasamos por casualidad por el Café Ceber que me ha recomendado mi profesora de ruso, justo a tiempo para hacer un desayuno tentenpié de media mañana con las mejores tortas y pasteles de Rusia.

Nos detuvimos un buen rato frente a la Catedral de Kazan conversando con los vecinos y apreciando el panorama. Enfrente, la Casa Singer, un edificio Art Nouveau, llamativo, que alberga actualmente la Dom Knigi, Casa del Libro, librería que está abierta hasta las 24! un banquete! y sí, pegadito a la venta de libros hay un café con encanto romántico. El edificio Singer consta de seis plantas coronadas por una torre de bronce y cristal en cuya cima se encuentra una bola acristalada de 2,8 m de diámetro. Las esculturas del edificio fueron creadas por el escultor estonio Amnadeus Adamson. Fue el primer edificio de San Petersburgo en ser construido con estructura metálica. Esta estructura permitió la instalación de amplios ventanales en la planta baja. Fue equipado con las últimas novedades en ascensores, calefacción y aire acondicionado, y también con un sistema automático de limpieza de la nieve del tejado. Fue dañado durante la guerra y reparado en 1948.

La catedral de Nuestra Señora de Kazán es la principal catedral de la ciudad y está consagrada a la virgen de Kazán uno de los íconos más venerado de Rusia. El templo es notable, sobre todo, por una gran columnata de 96 columnas. Una de las curiosidades de esta catedral es que el altar se encuentra en el ala este del templo, mientras que la salida principal y la fachada se sitúan al oeste. Por lo tanto la famosa fachada de columnatas que dan a la avenida no es la fachada principal de la catedral, sino que es en realidad una de las fachadas laterales. Las alas de la columnata forman la plaza enfrente de la catedral. La catedral de Kazán fue percibida por sus contemporáneos como un monumento a las victorias militares de los rusos en la guerra contra Napoleón.

San Petersburgo está surcada por el río Neva y los ríos Fontanka y Moyka, de los que se desgajan un laberinto de canales e islotes. Fue construida prácticamente sobre pantanos, sobre una marisma. Siguienda la línea del canal Griboedova vamos hasta los Jardines y el Palacio de Mijailovski, rodeando y echando un primer vistazo exterior a la Catedral del Salvador sobre la Sangre Derramada. El Parque Mikhailovsky combina los estilos francés e inglés, está acompañado a un lado por un suntuoso palacio donde funciona el Museo Ruso. Enormes espacios tapizados de verde césped y arboledas. Hay bancos y esparcidos por ahí pequeños quioscos de venta de helados. Muy cerca de allí está el teatro Mikhailovski, otro teatro imperial de ópera y ballet que fue elegantemente restaurado después de la guerra.

Por la tarde y luego de alojarnos en un céntrico departamento sobre la Avenida Kazanskaya, donde conversamos largamente y de manera fluida con la amable anfitriona, Alla, quien fue muy solícita y afectuosa con nosotros, salimos otras vez.

Bajo chaparrones leves e intermitentes recorrimos el Teatro Alexandrovski, el más antiguo teatro nacional de Rusia y progenitor de todos los teatros rusos. El teatro está en un admirable edificio neoclásico que desde su construcción se consideraba uno de los teatros más perfectos del mundo. La grandiosa fachada principal que mira a la plaza está decorada con una honda logia con pórtico de seis columnas corintias, coronado por un carro del dios Apolo, patrono de las Artes.

Pasamos también por el Teatro Mariinski, conocido durante la época soviética como el Teatro de Ópera y Ballet Kirov, a él se asocian los mejores logros del arte ruso de ópera y ballet.

Luego nos acercamos hasta la Catedral de San Nicolás de los Marinos, se llama así ya que fue fundada por los marineros y los empleados del Almirantazgo que vivían en esa zona, se puso bajo la advocación de su patrón San Nicolás y se la conoce como la iglesia del Mar, o de los Marineros. Es de estilo arquitectónico barroco isabelino. Tiene planta de cruz griega, la fachada pintada de blanco y azul está sostenida con columnas corintias y arquitrabes de estuco. La coronan cinco cúpulas doradas.

Terminamos la tarde con un pic-nic en el Parque Alexandrovski, un oasis de verde arboleda en la ciudad. Allí se encuentran bustos de varios personajes de la cultura rusa como el escrito Gogol. Pasamos apenas por la omnipresente Catedral de San Isaac con la promesa de regresar y visitarla a fondo. Y durante el recorrido, perdiéndonos un poco en este laberinto de ríos, puentes y canales, vimos tantos pero tantos palacios y palacetes que sería imposible en un post hablar detenidamente de cada uno de ellos. San Petersburgo es un Museo a cielo abierto.