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En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 18: Rians-Parque Verdon

La ruta de este día es bien rutera. Salimos por la carretera 561 y después tomamos la 560. El pedalear es placentero. El trazado de la ruta presenta deliciosos desniveles, largas subidas y consecuentes bajadas.

Se pasa por una cascada que no es muy llamativa pero que amerita un breve parate. Disfrutar del rumor del agua y respirar el aroma del lugar. El agua que cae, se escurre por el terreno desparejo formando pozones de agua azul.

Esta es la región de Var, al sur de las Gargantas de Verdon y se destaca, además de por su naturaleza, por su tradicional y delicada porcelana artesanal.

Desde la cascada seguimos hacia Salernes donde no hay camping por lo tanto continuamos unos 5 o 6 kilómetros más hasta el Parque Verdón donde acampamos.  El camping nos costó 10 euros. Los baños son lindos y limpios. Es un predio enorme en medio del bosque. Se respira pino.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 17: Apt-Rians

Desde Forcalquier salimos a Manosque. Manosque es una ciudad poco agradable, con mucho tráfico, ruidosa, mucho smog. En la carretera también, muchos coches, mucho tránsito, y mucho smog.  Difícil respirar al ritmo del pedaleo.

Se puede tomar un tren para abreviar un tramo más poco agradable hasta Meyregules y desde allí seguir a Jouques y finalmente a Rians.

Nosotras pedaleamos y el camino, además del smog, nos regaló algunas lindas sorpresas. Pasamos por una bodega romana del siglo II y por un castillo de la Ravellette. Allí, cerca del castillo, nos perdimos. Los caminos hacen una T y nosotras escogimos el de la derecha. Mala elección. Siempre es mejor por la izquierda.

Sin embargo el error nos llevó a descubrir otros parajes repletos de viñedos en colinas onduladas, luego bosques de pinos, y entre la espesura oasis de pradera recortada donde se yerguen castillos. Muy mágico.

En Rians no hay campings por lo que acudimos a dormir a un albergue pipícucú. Su dueño, Marc Antoine, nos hizo un precio especial y fue muy amable y cordial.

El lugar es un departamento con estilo y una terraza con vistas alucinantes. No pudimos despegar los ojos ni de día ni a la caída de la tarde, ni a la puesta de sol, ni a la noche. No nos perdimos nada.

El pueblo tiene su encanto. El almacén es caro. Todo muy exclusivo, pero los habitantes son simpáticos.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 16: Apt-Forcalquier

Entramos en los Alpes y las colinas se hacen notar de buen grado y agrado. La ruta sigue estando muy bien señalizada por el símbolo de la silueta del niño en bicicleta.

Atravesamos muchos pueblos viejos y llenos de encanto como Raillane, pueblos encaramados en las laderas de lomas empinadas.

Hubo buena cosecha, lechuga de campo y un melón increíble que saboreamos a la sombra del camino.

El camino cruza infinitos campos de lavanda. Son enormes extensiones lilas y durante buena parte del recorrido nos inundamos de ese aroma refrescante impregnado en todo el espacio. Luego en lugar de los campos violáceos hay bosques de pino. Es un placer para los sentidos, uno tras otro.

El recorrido nos lleva también a pequeñas ermitas de oración y monasterios. Algunos tramos son carreteras angostas, con muchas curvas y abrupto desnivel.

Pasamos el Observatoire Saint Michel, un sitio enclavado en lo más profundo de un bosque sombrío con una energía muy especial.

En Folcalquier acampamos en el único camping de la ciudad. Cuesta 13 euros con una linda piscina y show de magia para los veraneantes.

 

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 15: Saint Gilles-Apt

El bidegorri sale directamente del camping municipal. Luego se pierde alguna veces, sobre todo al cruzar por ciudades más pobladas y con más movimiento.  No se encuentra fácilmente la señalización, pero una vez hallada la buena senda, el camino de esta jornada es hermoso. Casi todo discurre por una buena Vía Verde. La cartelería se basa en un dibujo de una silueta infantil de niño en bicicleta. Hay de este tipo de carteles azules y rojos. Los azules son los que van en nuestra dirección. Los rojos serían para regresar en la dirección contraria.

La pista sale de Cavaillon, donde se complica un poco el tema de la señalización. En breve pasaremos al pueblo de Roubion, muy pintoresco y, más adelante, una antigua estación de trenes: Goult. Allí podemos descansar. Hay una fuente de agua, mesitas y toilet.

Retomando la ruta llegaremos a un enorme crómlech (dólmen), muy bien conservado. Es del neolítico y su establecimiento data de 3900 años antes de Cristo.

 

Siguiendo siempre por la formidable pista ciclable nos encontraremos con otra área de descanso muy agradable y provista con una «boîte aux livres», mesas y bancas bajo una arboleda.

Todo el camino hay frutales cargados de frutos maduros y deliciosos en verano. Buena cosecha de ciruelas muy dulces, de varios tipos y colores.

Llegamos a Apt y acampamos en el camping Los Cedros,  inmersas en el parque Luberon.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 14: Carnon-Saint Gilles

Precioso bidegorri siguiendo la Via Rhone.

Saliendo de Carnon cuesta encontrar las señales para arrancar. Preguntando encontramos la pista ciclable que va por la costa y entramos a una playa a mojar los pies en el Mediterráneo. Luego seguimos hasta la Grande Motte que nos pareció horrible con un montón de edificios de cemento con formas raras. Como si quisieran barcos. No sé, pero de mal gusto.

Saliendo de la Grande Motte otra vez volvemos a perder la pista ciclable. Cero Eurovelo por ninguna parte así que tuvimos que superar Le grau du roi y Aigues Mortes por la carretera.

Al llegar a Aigues Mortes, que es lindo con su puente y su castillo, vimos que el bidegorri venía junto al río. Y era lindo…

Dentro del castillo de Aigues Mortes hay una ciudadela con casas pintorescas, frentes arquitectónicos bonitos y ventas turísticas.

Otra vez a lidiar para encontrar el bidegorri de salida de Aigues Mortes hasta que encontramos la Via Rhone y desde allí, listo. La Via Rhone está bien señalizada. Corresponde a la Eurovelo 17 y como es una via ciclable previa mantiene su marca y está bien.

Para arrancar los caminos ciclísticos siempre es lo mismo: complicado al cruzar los centros urbanos y un fastidio.

A lo largo de la Via Rhone llegamos sin contratiempos a Puerto Gallicien y, desde allí, encaramos a Saint Gilles.

Saint Gilles es una ciudad vieja, con una antigua abadía del siglo XII y vetustos frentes de piedra clara.

Dormimos en el camping La Chikannette que está ubicado dentro de la misma ciudad. Llegamos con un charparrón tupido y armamos las carpas debajo de una hermosa pérgola de enredaderas. El internet funcionó mejor. Hay una pileta espléndida y hay mesas y bancas y sombrillas.

En la recepción y en general la gente de este camping es muy simpática y amable.

 

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 13: Agde-Carnon

En este tramo del camino entre Agde, por la costa y hasta Carnon, hay bastante señalización de Eurovelo. Carteles con flechas que indican el kilometraje hacia los próximos enclaves playeros. Como ya es habitual siempre se llega a un punto en que las señales desaparecen. Normalmente al pasar por algún pueblo o ciudad. Hay que dar mil vueltas, preguntar. Ya llevo hechos varios trayectos de varias Eurovelo y siempre es el mismo fastidio. No se les ocurre poner en las ciudades, en los centros más urbanos, un cartel con una flecha que diga por dónde sigue la ciclovía. Es un fastidio que quita el ánimo de seguir usando estas vías.

Los pueblos que pasamos fueron Marseillan, Sète, Frontegnan, Vic la Guardiola, Villeneuve les Mugelon y terminamos en Palavas pero como los campings de ahí están atendidos por gente antipática y soberbia y son caros y desordenados, llegamos hasta Carnon.

El camino es pintoresco y novedoso. Por un hilo de tierra rodeado de agua entre el mar y las marismas. Hubo un poco de lluvia, llovizna. Luego nublado, luego sol, calor, luego brisa. Variado pero lindo. Harta un poco la movida turística. Mucho amontonamiento de gente veraneante.

El camping de Carnon, Saint Maurice, es un poco más tranquilo. No es la panacea pero a estas alturas del camino veraniego, no se consigue nada mejor. Cuesta 16 euros.

Lo bueno del camping Saint Maurice es el restaurante y el muchacho que canta bonito.

No hay internet pero sí electricidad. Los baños están sucios y las duchas sin agua caliente. Las personas que estaban en seguridad eran amables.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 12: Serignan-Agde

Una pedaleada breve a la pesquisa de los carteles de la Eurovelo 8 que aparecen muy esporádicamente y son confusos.

Durante la primera parte pedaleamos siguiendo un canal con muchas piedras y escollos en el camino. Lo bueno es que íbamos tranquilamente, sin tener que vigilar el tránsito vehicular y mirando la vegetación por lo que hicimos una abundante cosecha de ciruelas.

A Agde llegamos por ruta. En la oficina de información turística del centro no están muy enterados de nada. Nos atendieron a las apuradas y nos dijeron que no había espacio en ningún camping así que decidimos buscarlo por nuestra cuenta y encontramos un lugar que está bastante bien. Ni tanto como el Floralys de Narbona ni tan poco como l’Etoile de Serignan, pero bien.

Con una recepcionista muy amable y simpática y con merenderos puesto a la sombra de sombrillas. Se llama Le Marider y cuesta 17 euros por persona. Tiene una piscina fantástica.

El internet funciona mal y sólo en la brasserie y el tema de la electricidad complicado como estas cosas en la France.  Hay máquinas lavadoras de ropa.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 11: Narbona-Serignan

La primera parte, desde Narbona, sale bordeando el Canal du Midi. Desde el mismo camping Le Floralys, hay una puerta que sale directo al camino. El Canal du Midi si bien es bonito por su naturaleza casi salvaje, no es apto para bicis de carretera.

Durante todo el trayecto de esta parte y lo mismo en la zona de Carcassone, es un sendero angosto entre raíces que sobresalen de la tierra y piedras. Es desparejo todo el tiempo. Un sangoloteo. Incómodo para la bici pesada con la carga y más aún si se las ruedas son finas que además se corre el riesgo de pinchar o romper.

De todas maneras hicimos un tramo pero en algún momento le erramos y agarramos para el otro lado. Nos dimos cuenta por el pueblo de Saint Nazaire Aude, cerca del castillo de Ventenac en Minervois. Allí pegamos la vuelta pasando por segunda vez por Salleles de Aude y Cuxac d’Aude y le dimos por ruta hasta Serignan.

La ruta tenía bastante tráfico. Pasa por Coursan, llegamos a Nissan les Enserune. Bastante feo por ahí.

Paramos en una casa a pedir agua y justo era una familia de rusos, así que aproveché a hablar con tres generaciones de mujeres muy amables.  Seguimos nuestro camino por Lespignan, Vendres y finalmente Serignan donde no había lugar en ningún camping y todos costaban más de 20 euros por persona!!!

Finalmente nos quedamos en Étoile de Mer porque fue el único que tenía hueco. Todos estos campings de zonas turísticas del Mediterráneo, en verano, son ruidosos. Con animadores gritando por altoparlantes, piscinas con toboganes e inflables. Horrible.

Las prestaciones de los campings son limitadas. Una parcela pelada. Sin mesas de picnic ni bancas, electricidad e internet pagando.

Pedaleamos mucho pero además, estuvimos dos horas buscando lugar dónde acampar. No es fácil porque está todo superpoblado y lleno de turistas. En fin que Serignan en el verano no es un lugar tranquilo.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 10: Casilhac-Narbona

Hermosa jornada. Saliendo del camping nos encontramos con un ángel de 76 años, Jean-Claude. Nos indicó, con lujo de detalles, el mejor camino a tomar esta jornada para dejar atrás Carcassone y llegar a Narbonne.

Jean-Claude nos acompañó hasta la salida de Palaja. Nos indicó que debíamos cruzar Montegoul y tomar la carretera durante sólo 5 kilómetros rumbo a Trebes. En el desvío, tomar la ruta a Lagrasse.

La ruta a Lagrasse es bellísima, con leves y agradables cuestas y colinas. Rodeada de verde. Se interna en las gargantas de Corbières.

Pasamos por pueblitos que emergen de las laderas a ambos lados de la garganta. Todos encantadores. En Lagrasse hicimos una parada y comimos una deliciosas tarteletas de la panadería del pueblo. Deliciosas.  Luego retomamos por esta apacible ruta a menudo cercada por una galería de árboles. Pasamos por Tournissan y Saint Laurent y luego entramos a algunas carreteras un poco más moviditas hasta Narbona.

Acampamos en Florelys un camping de dos estrellas que tiene de todo, hasta piscina. Este es un camping muy recomendable. Gente amable. Espacio con mesas y bancas para sentarse. Proveduría con buenos precios. Ya pasé dos veces por allí y no hacen más que mejorar.

En Bicicleta de los Pirineos a los Apeninos-Día 9: Mirepoix-Casilhac

Desde Mirepoix avanzamos buena parte sobre una Via Verde (antiguas vías de tren recuperadas como caminos ciclables). Muchas de estas Vías Verdes son caminos rústicos y aptos sólo para bicis de montaña o todoterreno, no como las nuestras que son ruteras. Son senderos abiertos en la naturaleza, a veces muy angostos, lo que no sería problema, pero con muchos baches y piedras que sí son problema para las llantas más delgadas.

Encontramos muchos tramos no ciclables para nuestras bicis así que nos bajamos y empujamos caminando buena parte del recorrido.

Pasamos por Belvèze du Raze y Brougairolles y otra vez nos topamos con una ruta muy transitada por Cepic. Fue un tramo corto. Salimos en Pomas.

Enseguida, pasando Verzeille, el camino volvió a perderse y cerrarse sobre una huella imposible. Tuvimos que volver a bajar, caminar y empujar desde Leuc hasta Cazilhac por senderos de pedregal horribles y bajo un sol y un calor aplastante.

Lo que es innegable es que se trata de una jornada con una provechosa cosecha.