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Sueño de Solentiname

Solentiname es un archipiélago de treinta y seis islas que salpican el enorme lago de Nicaragua que es tan enorme que puede tener tantas olas como el mar.
El nombre de Solentiname está teñido con un aura mágica de color y poesía. El color de los animales de madera pintados con gracia, los cuadros típicos de estilo naïf de la cultura ancestral, y la poesía de Ernesto Cardenal que eligió este lugar encantado para morar.
Desde su ventana o desde el porch de su casa de madera, se tiene una imagen idílica e inspiradora del lago y del paisaje.
Me dejé tentar por la posibilidad de irme a Nicaragua a hacer un voluntariado y, atraída por toda esta leyenda de color y poesía, busqué un voluntariado en Solentiname.
El primer trabajo que encontré resultó un fraude.
Estaba en Chiapas. Desde allí me fui a Guatemala y desde allí hacia Nicaragua en bus. Ver el maltrato hacia los latinoamericanos que viajan tantas horas y días en esos autobuses de cuarta, es denigrante. No importa la edad de los pasajeros, el calor, la humedad pegajosa, la mugre. No importa si hay bebés o niños. Las comodidades son nulas. El maltrato y la humillación se acentúan en cada frontera terrestre, obligando a bajar todos los bártulos, abriéndolo todo, decomisando mercadería según le venga bien a los oficiales de turno, es una asquerosidad.

América Central en autobús

De ida, desde México a Nicaragua, viajé en un autobús barato lleno de locales. A la vuelta, cuando luego de estar tres meses en Solentiname y más allá, regresé hacia Chiapas, tomé un autobús más caro, el Ticabus, unos 80 a 100 euros, con turistas. Es otro cantar. Hasta aire acondicionado tenía y pasamos por las fronteras como si nada. Un vergüenza que para los locales el trato sea tan denigrante y para los gringos de tanta categoría.
Los viajes, tanto de ida como de regreso, suelen hacer una parada y noche en San Salvador donde hay que pagar un hotel. Ellos sugieren uno y está muy bien.
Volviendo al fraude del voluntariado. Lo encontré por internet y consistía en trabajar con una Fundación de un yanqui que había abierto un instituto para homologar el nivel de los alumnos de Solentiname hacia el nivel que se les requiere luego para ingresar a la Universidad fuera de las islas. La idea es muy buena porque el nivel educativo en las islas, si bien hay escuelas accesibles a todos, lanchas que recogen y despachan a los alumnos, buenos maestros e inclusive clases los sábados para el nivel secundario con profesores que llegan desde San Carlos, los chicos de las islas van un poco desfasados respecto de los contenidos que se dan en las ciudades. Por eso, la idea de la Fundación era buena.
Tras un par de días de viaje llegué a Managua. Allí me encontré con el yanqui responsable de esta Fundación, Jim, con quien me había estado comunicando por email. Él estaba haciendo un tratamiento médico y necesitaba comprar algunas cosas en Managua. Nos alojamos en una hacienda en las afueras, Finca Portón Verde. Era de un extranjero también. Unas tierras maravillosas, fértiles y exuberantes entre las sierras calurosas. Espectacular. Lleno de plantas y frutos tropicales.

Luego de una noche allí salimos hacia Solentiname. Se pasa por la ciudad de San Carlos donde existen todos los servicios y un nutrido mercado y allí se toma la panga: la lancha colectivo o la lancha rápida que salen cerca del mediodía.

Un voluntario fallido y otro en el camino

Al llegar a la casa de Jim en la isla principal de Solentiname, Mancarrón, el humor del tipo empezó a cambiar. No tenía nada organizado. Me dijo que busque un lugar por ahí para montar la carpa. El terreno no era muy apto. Las comodidades nulas. Y el hombre se notaba molesto. Alrededor de él giraba un harem familiar. Maricela, la madre de Maricela, el esposo de Maricela, el hijo, todos se ocupaban de Jim como si fuera un rey convaleciente. Jim se relajaba en la hamaca paraguaya. La panza obesa rebosaba sobre la camisa desprendida. No lo abanicaban literalmente con hojas de palma, pero ese detalle gráfico era lo único que le faltaba a la postal.


Un día después Jim me envió a la Fundación. Yo no sabía ni dónde quedaba pero pregunté y llegué. Era una casa en cuya parte principal se había instalado una familia a vivir. En otra habitación que estaba con llave se veían mesas, computadoras, libros apilados. La llave no la tenía nadie. La Fundación estaba cerrada. No funcionaba.
La familia que vivía allí que también eran parientes de Maricela -todos son parientes allí- me explicó que tras la muerte de la esposa de Jim, éste había quedado triste y tocado y que desde que murió ella que era la que se ocupaba de organizar las clases, la Fundación ya no funcionaba.
Jim estaba de mal humor casi todo el tiempo. Bipolar negativo diría yo sin respaldo profesional. Con algún rasgo esporádico de euforia y entusiasmo pero en general, bajón total. A mi proyecto de hacer voluntariado allí le veía pocas perspectivas así que empecé a pensar en pegarme la vuelta.
En la isla de Mancarrón hay una biblioteca que fundó Ernesto Cardenal. Es magnífica. Hay libros de la historia de Nicaragua de los que sólo allí pueden encontrarse ejemplares. Además hay internet, televisión, DVD, películas. La gente de la isla puede usar el lugar que es cómodo y lindo desde para conectarse y usar las redes sociales, leer, o ir a ver películas. Los fines de semana se deja abierto o se le da la llave a alguien para que no quede limitado el acceso.
El lugar está cuidado y limpio.
Me instalé allí. A leer, a conectarme. Allí conocí a las chicas que lideraban otra Fundación voluntaria: Huelva con Solentiname. Les vino bien contar con una maestra voluntaria para ir de isla en isla. Organicé clases de inglés y francés y empecé a trabajar con ellas.

Abandoné a Jim sin explicaciones. Me mudé al hostal Buen Amigo donde sólo me cobrarían algunos gastos ya que estaría como voluntaria. El hostal el Buen Amigo es de un hermano de Maricela que está casado con Andrea, la madre de Pedro que a su vez es el esposo de Maricela. Así de enredados se tejen los parentescos. O sea que Andrea es a su vez la cuñada y la suegra de Maricela y, el Buen Amigo, es a su vez el padrastro y cuñado de Pedro. Los hijos de Maricela y Pedro son los sobrinos del Buen Amigo pero los nietos de Andrea que es su esposa, y Ever que es hijo de Andrea y el Buen Amigo es sobrino de Maricela pero hermanastro de Pedro que es el esposo de Maricela. Macondo, un poroto.
Me quedé con Huelva con Solentiname con Nieves y Al Zahra, dos chicas andaluzas que llevaban bastante bien organizadas una serie de actividades en el Archipiélago. Actividades que iban desde llevar clases a todos los isleños a mejorar el cuidado de los recursos naturales, sobre todo el agua.


El Lago de Nicaragua sufre el vertido de deshechos industriales desde Nicaragua y también desde Costa Rica. Está cada vez más contaminado por minerales pesados. Normalmente se bebe de las aguas del lago, se lava allí la ropa y la gente tira al lago la basura. Es un desastre actualmente. En potencia, ni hablar.
De la mano de las chicas de Huelva por Solentiname y en la pamga conducida por Ever, conocedor de cada rincón de l inmenso lago, viajé de isla en isla, conocí todas las comunidades y el quehacer de su gente. Iba a La Venada, San Fernando, Mancarroncito, Santa Rosa o la Atravesada. Los fines de semana daba clases también en la biblioteca tanto de idiomas como ayudando en el manejo de las computadoras y los programas digitales.

Fue un buen tiempo. Aprendí mucho de Solentiname y de su gente. Disfruté su ambiente caluroso y sofocante. El aroma de los sacuanjoches enredados desde los pies hasta las trenzas. Los tamarindos del enorme árbol que hay cerca de la biblioteca. El canto y el vuelo de las oropéndolas. La amistad de Belkis, del maestro Juan y de todas las personas tan sencillas como grandes y maravillosas que conocí en las islas.
Solentiname es un lugar para conocerlo así. Quedándose un tiempo. En general todos los lugares es mejor vivirlos y convivirlos de esta manera.
Estuve allí tres meses. Luego emprendí el regreso a Chiapas.
Jim murió poco después.

Día 51 (10 de mayo) – de León a El Tránsito

Un camino fácil. Tomamos la ruta que va a Managua, una ruta en buen estado y con pocas ondulaciones. En un empalme desviamos por el camino que va a Puerto Sandino. Es una ruta nueva, muy lisa y ahora sí con algunos desniveles, pero cómoda. Pasamos por una petrolera del ALBA, ondean juntas las banderas de Venezuela, y Cuba. Desde Puerto Sandino fuimos hasta El Velero, un sector amplio de playa diseñado por el FSLN para que los nicaragüenses puedan disfrutar del mar. Siguen las marejadas en toda la costa del Pacífico, desde Chile y hasta México, pero esta parte de Nicaragua no ha sido afectada. En la entrada al complejo de El Velero hay un guardia de seguridad, la entrada es libre y, aunque hay algunas casas cerca de la costa, el acceso es para todo el mundo. Hay una piscina natural que se llena con el agua del mar y cuando la marea baja, a eso de las 11 del mediodía, queda el piletón lleno entre las rocas y la gente va llegando a bañarse. Un buen lugar. Ahí se puede acampar. Hay un espacio entre árboles, lugar para fogón y suficiente leña. No vimos agua dulce o canilla. El lugar es agreste. No hay tiendas, las tiendas están en la entrada de la playa, a unos 500 metros.

Pasamos varias horas en esa playa. Charlamos con un nicaragüense que nos ofrecía dormir en su casa de fin de semana, ahí en El Velero. Nos contaba que el gobierno sandinista ha hecho una ley para que la costa no pueda privatizarse y ha mejorado esa zona y otras parecidas, con seguridad y abiertas a todo público.

La ruta de pavimento, por ahora, se termina ahí. Decidimos seguir hacia El Tránsito por un camino de terracería; está bueno, pero las bicicletas saltan mucho y se bandean y se caen los bultos. Son varios kilómetros de tierra con subidas y bajadas. El Tránsito es un pueblo pequeño sobre la playa. Hay balnearios para surfistas, muy exclusivos, donde aunque la costa no se pueda privatizar, grupos de extranjeros que ni siquiera hablan español tienen establecimientos cerrados y no reciben gente. Hay un Surf Camp donde al preguntar si tenían espacio para camping u hostal, nos dijeron que solamente por semana con curso de surf incluido y carísimo. En otro lugar similar, también extranjeros que no hablan ni entienden español, nos dijeron que el lugar estaba cerrado, que todavía no abrieron. Nos dejaron en la calle. A pocos metros, Martín había visto a un señor que nos miraba pasar para un lado y nos miraba pasar para el otro,

-preguntale a ese señor si nos alquila un espacio…

y ese señor, Domingo, nos alquiló debajo de unos árboles, con vista al mar, canillas, duchas, baño, enchufe, por 100 córdobas para los tres. El lugar de Domingo es el mejor lugar de El Tránsito. Sobre la playa. Con suelo blando de arena y a la sombra de dos mangos. Nos ofreció todo lo necesario, le puso una flor a la ducha y hasta una bujía más entre los árboles para que tuviéramos luz.

Salimos a comer las enchiladas en un puestito de la calle del centro, cuestan 25 córdobas -no eran tan ricas como las de Villanueva- un hot dog en en el restaurante también cuesta 25 córdobas; compramos unos pancitos de a 1 córdoba cada uno. Esos sí están bien, ricos y baratos.

Fue un día de mar.

Datos técnicos: León-El Tránsito 59.8 km

3.38.10 hs

Total: 3416.35 km

Día 50 (9 de mayo) – de Chinandega a León

La ruta es recta. Muy fácil. A 10 kilómetros de salir de Chinandega está la entrada a Chichigalpa, sinónimo de Flor de Caña. En Chichigalpa se fabrica este ron que según palabras de Martín, especialista en catación y coctelería, es uno de los mejores rones del mundo. Flor de Caña es valorado internacionalmente, lo respaldan 126 años de historia y tradición, la quinta generación familiar asegura que siguen usando ingredientes finos y largo añejamiento.

Son solamente 40 kilómetros entre Chinandega y la heroica ciudad de León. El calor aletarga pero Nicaragua justifica cada parada. Vale la pena. A las 10 de la mañana ya estábamos en el Hotel Casa Ivanna, el mismo en el que he parado anteriormente y en el mismo cuarto que ya siento mío. Cuesta 5 dólares y es muy confortable. Los cuartos están limpios, hay cocina equipada que se puede utilizar, café gratis, enchufes, internet lento, libros, sala de estar con sillones hamaca y hamacas en el jardín. Enfrente, en la esquina, está el Teatro donde la primera vez que estuve en Nicaragua escuché a la Orquesta Sinfónica de Cuba,

-pase, señora, es gratis.

Fuimos a comer un plato completo a la vuelta del hotel por 50 córdobas, y luego a caminar por el mercado y las calles pintadas de banderas rojinegras. Pasamos por la casa donde nació Rigoberto López Pérez, el poeta que disparó contra Somoza García asesino de Sandino. Por la casa natal de Rubén Darío y la catedral donde descansan sus restos custodiados por un león. Fuimos al Museo de la Revolución, a la casa de los héroes y mártires. Veneramos cada placa por cada guerrillero muerto, por cada luchador del pueblo nicaragüense. Ahora somos nosotros los curiosos y ellos los que cuentan su historia:

-veinticinco mil contras nos mandó Reagan, pero nosotros éramos todo un pueblo y por eso ganamos, y acá estamos, a pesar de haber vivido todo lo que vivimos, acá estamos- medita en voz alta Rodolfo López López.

Datos técnicos: Chinandega-León 40 km

3.18.03 hs

Total: 3356.55 km

Día 49 (8 de mayo) – de Villanueva a Chinandega

Transitamos la región más calurosa de Nicaragua. Calor y sol. Chinandega es una de las ciudades más calientes de Nicaragua, se la llama ciudad cálida, ciudad mártir, y ciudad de las naranjas, y es todo eso. La ruta es sencilla, casi plana pero sin sombra. Muchos animales pastan en los bordes y se cruzan la carretera. Hay vacas, cebúes, caballos. Encontramos un caballo maniatado. Paramos a liberarlo pero cuando Martín se acerca el caballo desconfía y se encabrita. Nuestra ruta va derechito hacia el volcán San Cristóbal. Nos acercamos directamente a él. Es el volcán más alto y activo de Nicaragua, siempre humeante. La cúspide de su cráter está cercenada por el viento en diagonal. Lo rodeamos y queda a nuestra izquierda el resto del camino. No está solo, son en realidad cinco volcanes juntos.

Llegamos a Chinandega y buscamos un hotel. Hace muchísimo calor y la gente ansía como un ruego que llueva. Cae un chaparrón. Justo llegamos al Hotel San Juan. Cuesta 200 córdobas por persona. Está bien ubicado, cerca del centro y accesible para tomar la carretera. Hay internet, el cuarto tiene ventilador, hay enchufes, y está limpio. Mientras nos alojamos el chaparrón pasa y nos da chance de salir a merodear por el bullicio urbano. Hay coloridos mercados callejeros, llenos de frutas y verduras. Un cronista y fraile español, hace cuatro siglos escribió, “el pueblo de Chinandega compuesto por muchos indios, abundante maíz y de todas las frutas de la tierra, parece un pedazo de paraíso.”

Comemos algo en una cantina, barato, 32 córdobas el plato de comida con vaso de gaseosa. En la noche, para la cena, vamos al parque lleno de bares y restaurantes abiertos hasta bien tarde. Los combos cuestan de 40 a 60 córdobas y hay riquísimos licuados de remolacha, zanahoria, cacao, avena, zapote. Cuestan 25 córdobas el vaso chico y 40 la jarra grande. Nicaragua está más barato que los otros países de Centroamérica y es en el único país donde en cualquier pueblo o ciudad grande, la gente se queda afuera de sus casas hasta la madrugada con las puertas abiertas y sin miedo ni advertencias. Chinandega es la tierra de Tino López Guerra, el rey del corrido nicaragüense autor de ‘León puede ser abatido, pero nunca vencido, viva León, Jodido’. ¡Allá vamos, León!

Datos técnicos: Villanueva-Chinandega 69.4 km

4.43.34 hs

Total: 3316.55 km

Día 48 (7 de mayo) – de Choluteca (Honduras) a Villanueva (Nicaragua)

La ruta entre Choluteca y la frontera y luego hasta Villanueva, es muy sencilla, si no fuera porque cuando levanta el sol el calor es agobiante se podría hacer rápido y sin chistar. No hay desniveles pesados y hay sombra y sombra de mangos cargados de frutos maduros. Tantos que se caen al suelo regado de mangos. No hay mejor desayuno. Todavía no salimos de Honduras y paramos a darnos un atracón. Honduras tan pobre y tan rica. Cargamos unas bolsitas de mangos para exportar en nuestras alforjas rumbo a Nicaragua.

Las fronteras terrestres de América Central y en especial las que rodean a Honduras siempre son un engorro. La anécdota no nos sorprende con ningún cambio favorable. Todo sigue igual. Los empleados de migraciones de Honduras no están en las ventanillas. -Honduras no está. Honduras llega tarde,- bromean los de Nicaragua. Las mafias de intermediarios estafadores ofrecen hacer el trámite que juzgan imposible sin su ayuda y piden desde ocho a ochenta dólares. Los empleados se sientan con parsimonia y desgano a atender. Atienden a uno, le toman las huellas digitales, planillas, datos, fotocopias. Falta algo. Hay que pagar. El empleado se para y se va y vuelve media hora después. Algún avezado viajero de la región muestra ostensiblemente la billetera anticipando una buena coima si le permiten colarse. La aduana humilla revisando los bolsos de manera indiscreta. Sin consideración al otro. A la mamá cargada de chicos. A los viejos. Las fronteras de América Central suelen ser más violentas para los centroamericanos. Autoflagelación. Porque eres tan indio como yo entonces no vales nada. Jodete.

Al final podemos pasar a la ventanilla de la patria de Sandino;

-ustedes son de Argentina, de la tierra del Che.

Lo normal es que nos identifiquen con Maradona o con Messi, pero al llegar a Nicaragua, nos hablan del Che y de Gorriarán Merlo y del Capitán Santiago,

-los valientes que acabaron con Somoza en Paraguay.

Nicaragua es conmovedora a cada paso. La historia está viva en su gente. Ellos, con los que hablás en cualquier calle, son los protagonistas del pasado rebelde y libertario. Ellos los que estuvieron siguen estando. Es maravilloso escucharlos.

-Ya parecía que se armaban los campamentos otra vez pero alrevés. Antes la Contra se ponía allá, del otro lado del Guasaule para atacarnos, y en 2009 se ponían los catrachos de este lado para defender a Zelaya. Ya andaban revoloteando los F5 aunque Honduras decía que no. Acá se conocen muy bien esos aviones gringos, son los que traen ellos en la Fuerza Aérea.

Llegando a Nicaragua hay que pagar 10 dólares y 45 córdobas. Dan recibo. El pasaporte, si es mexicano, debe presentar fotocopia.

La moneda de Nicaragua se llama Córdoba. Un dólar equivale a 27 córdobas.

Hace calor y hemos demorado en las ventanillas de migraciones. Pero ya estamos en Nicaragua Nicaragüita. Otra vez mi Nicaragua querida. Paramos a comer en Somotillo, a pocos kilómetros de la frontera. Los platos de comida completa y bien llenitos cuestan 50 córdobas. El vaso de fresco de calala, bien fresco y con hielo, cuesta 10 córdobas. Comemos bien, seguimos, y llegamos hasta la entrada de Villanueva. Ahí paramos otro ratito y participamos del humor de los nicas que hacen chistes, ríen, y también se interesan por nuestra travesía, preguntan y nos cuentan un poco de sus vidas.

Desde la entrada, por un desvío de 5 kilómetros llegamos a Villanueva. En el centro encontramos el Hostel Mendoza. Los dueños, Albin y Rubiña con su hijita Briana, son muy agradables. El cuarto tiene dos camas, es amplio, es sencillo, pero está limpio. Está a dos cuadras del parque central pasando la policía. El baño y la ducha -a balde o cubeta- están afuera del cuarto. Hay entrada independiente. Tenemos enchufes, dos ventiladores. Cuesta 150 córdobas.

Datos técnicos: Choluteca (Honduras)-Villanueva (Nicaragua) 70.2 km

4.28.43 hs

Total: 3247.15 km

La casa con ruedas (México-Argentina en auto) Nicaragua

Nicaragua vive! Estelí, 11 de noviembre de 2009

Estoy emocionada, desde que llegué parece que hubiera traspuesto las puertas de un cementerio o antro de momificación. Nicaragua está VIVA. Lo de Honduras es muy triste. Hay gente en la resistencia, ahí la vemos, la gente sigue reuniéndose tantos días después, desde el 28 de junio!!!Pero hay situaciones insoportables y capaces de asquear a cualquiera con dos gramos de cerebro como escuchar decir anoche, en la Tv, a un periodista, que Chávez quería hacerle a Honduras lo mismo que le está haciendo a América del Sur, que ayer, Chávez, dejó sin luz a Brasil. Qué tendrá que ver??!! Es repugante con qué liviandad mienten, relacionan cualquier cosa con cualquier cosa, tejen historias truculentas y la gente común, lejos de intentar ver más allá, abrirse un poco la cabeza, por curiosidad, por dignidad, se queda en el molde, como si nada. No es todo el pueblo hondureño así, hay una minoría luchando contra la corriente y debo decir que tuve el agrado de leer las columnas del diario El Tiempo, donde algunos pensadores se juegan con verdaderas reflexiones.
Esta mañana dejé Honduras. En el borde fronterizo se vienen al humo. Quieren sacar plata. Ayudarte a hacer el trámite desde antes de llegar a la fronteras ya te empiezan a perseguir y a intentar pararte. Ya no me paran. Sólo si se identifiocan, si están uniformados, yo sigo de largo hasta las oficinas. Están las oficinas de migraciones y de aduana y no puede ser tan complicado hacerlo uno solo, para eso están ahí los empleados. Sin embargo a veces es engorroso porque los que trabajan en las oficinas están prendidos en la mordida y entonces no atienden en las ventanillas, se quedan adentro leyendo el el diario. Yo me mando, por la puerta. Buenos días, buenos días… voy a salir de Honduras y a entrar en Nicaragua, con mi carro. Por favor, me descarga el permiso de entrada del carro?? Y me sellan la salida en el pasaporte…?
Aquellos que planeen travesías de ida y vuelta por América Latina, sobre todo hablo por Honduras (hasta el momento), no les conviene cuando entran y salen por primera vez descargar el permiso aduanal del vehículo, si pueden evitarlo… les sirve para el regreso siempre y cuando esté en los términos de fechas. Es lo que hice yo. Vine en agosto, tenía permiso hasta noviembre, pero en el medio me fui a Guanajuato y cuando me fui, me hice la boluda y me llevé el permiso, no lo descargué, por eso ahora cuando regresé, ahí estaba escrito que mi permiso, estaba en mi poder y estaba vigente. Hoy al final descargué el permiso, pero el hombre de migraciones de Honduras no estaba. Así que seguí de largo hasta el siguiente puesto de oficinas donde me dijeron que había uno. Lo tuve que esperar. Nicaragua desde su ventanilla ostentando retrato de Sandino se preguntaba dónde estaba Honduras…? Dónde estará Honduras…? Habrá que preguntar a Estados Unidos. Honduras no sabe dónde está, vive este período en la sombra generalizada y la pelotudez. Mi abrazo a la resistencia, su labor y constancia es admirable inmersa en ambiente de tal apatía. Admirable.
Al final apareció el hombre de Honduras, me quería cobrar los 3 dólares de la entada otra vez. Le dije que no. Que ya estaban pagados, que ahí estaba el papelito abrochado, que se fije y que yo sabía que se paga una sola vez. En Nicaragua me cobraron 7 dólares, son dos pagos, uno de 2 y uno de 5 dólares. La moneda nicaragüense se llama Córdoba, 1 u$d = 20,20 Córdobas.
El permiso de aduana me lo hicieron con rapidez, eficiencia y es gratis, no se paga. Ya de entrada, ahí, en la oficina de aduanas me encantó porque había tres tipos en sus computadoras y apenas supieron que era argentina me dieron cátedra del Che.
Encaré feliz y chocha de la vida pero ups! La policía! Antes de que pudiera avanzar más de cien metros la poli de Nicaragua que tiene que revisar el auto, me sacaron todo y por poco no lo desarman. El poli que me paró estaba de civil así que al principio no le hice caso, se ve en una foto de remera marrón queriéndose meter adentro de la puerta. Miraron hasta el útlimo hueco. Me preguntó para qué llevaba el gas pimienta y le dije que para defensa personal en caso de necesitarlo. Me dijo que en Nicaragua las mujeres son muy respetadas y que estaba seguro que en su país no lo necesitaría. Al final me pidió disculpas pero me dijo que tenían orden de revisar todos los autos con placa de México, la puta, no había pensado en ese detalle. Ayer en esa frontera de Las Manos encontraron un auto de México con 685 kg de cocaína.
Llegué a Estelí. Sandino está en cada rincón de la ciudad, la bandera del FSLN también. El hotel donde estoy es barato y precioso, entré el coche, el cuarto es lindo y hasta tiene una mesa que da a una ventana donde me puedo sentar a escribir. Charlé con Pancho, el dueño del hotel, tomamos mates, hablamos de política, me contó de la larga dictadura y de la guerra, está queriendo ampliar con otras personas de la ciudad el museo de Estelí. Que ya nos dejen de joder los yanquis, aquí el pueblo es el que manda y les guste o no, es nuestro pueblo, son sus palabras. Comí un vaho, una especie de puchero, hecho en un brasero en la esquina, con una mezcla de grasitas animales hervidas, yucas, plátanos, rico y nutritivo. Todo parece ser bastante barato. El vaho 30 Córdobas, unas mandarinas 9 Córdobas… Me fui a la galería de héroes y mártires de Estelí y cuando entré y vi todas esas fotos, esas caras, esa gente, me puse a llorar. Me emocionó. Este pueblo tiene historia y MEMORIA.

Estelí, 12 de noviembre de 2009

Y sí, sigo en Estelí, y de pura cháchara. Ahora se me hace tarde, tarde no sé para qué, pero en todas partes me quedo charlando. La gente a mí me resulta normal, o sea que si a mí me resultan normales es porque deben ser todos locos como yo.
Hoy caminé hacia un cerro donde hay una cascada, se llama la Estenzuela, muy lindo el camino, subida, subida y subida, buen ejercicio, a 6 km del centro. Estuve un rato con las patas en remojo en el río (fijensé en la foto, junto al pie izquierdo, un pez.. o un cangrejo…) y disfrutando de la bruma de la caída de agua, del aire, del olor de las plantas, del sonido. No andaba mucha gente. Un tipo al que se le había quedado el auto, otros que lo iban a ayudar con un camión. La gente amable y los hombres respetuosos, algunos dicen algo, pero no se zarpan. En Honduras, eran bastante pesados y groseros. Otra cosa, que noto, diferente, acá, en Nicaragua hay mujeres en la vida pública, mujeres solas en auto, o en la calle, en Honduras no me encontraba con mujeres en la carretera, a veces en la gasolinera atendía una mujer, pero no andaban manejando ni en los hoteles en que paré, sólo hombres que andarían de paso. Bueno acá todo es más unisex y más mixto. Antes de llegarme a la Estenzuela me di una vueltita por el mercado desbordante de frutas y verduras inyectadas con siliconas naturales de sol, calor y humedad y no transgénicas, con el color propio y el olor de la tierra fresca, recién salidas del barro o de la rama, un olor especial el del mercado.
La comida me resulta rica y barata, una empanada 5 Córdobas, una bolsa de frutas surtidas 7 Córdobas…
Después de disfrutar de los aires frescos de la cascada encaré el regreso de bajada y a mitad de camino se me sumó una chica, Mayra, y después otra, “así nos acompañamos” -dijeron- y charlamos. Bárbaras las dos, me contaron de sus vidas, tienen una vida propia, tienen hijos, trabajan, quieren viajar, tienen proyectos, hablan de los padres, de lo sacrificado que fue para ellos sacarlas adelante de cómo es ahora, discuten, me entero. En 12 años de guerra hubo más educación y progreso que en 16 años de neoliberalismo, en 16 años de neoliberalismo no se hizo ni se construyó ni un solo plan de viviendas ni una sola escuela. Me encanta enterarme. Nadie parece estar del otro lado.
Llego a la casa y Aura, la hija de Cándida, la señora que limpia el hostal, que me espera preparando el mate. Luego Aura me da un show -ella con mis ojotas-, me canta una canción, tiene 5 años y hace ademanes como si estuviera en un escenario y baila. Charlo con Cándida, charlo con Pancho y Elena, los dueños del hostal “Tomabu” (lo recomiendo para los que pasen por Estelí, está en la Av Central, pronto tendrán página web) que se conocen todo, que saben de todo, que conocen el mapa de centromaérica como la palma de su mano, que han viajado y vivido en Nicaragua desde que nacieron hace más de 40 y pico de años. Charlo, tomamo mates y me tardo, me entretengo, me tardo, me quedo, me gusta.
Me voy al centro, a la librería Rubén Darío, es grandísima! Farid quiere una bandera del FSLN y me dijeron las chicas que conocí en el camino desde la cascada que ahí pueden tener. No les quedan más, sólo pequeñas, pero paso por el comité del FSLN donde estuve ayer. Charlo, otra vez charlo (esto parece Cuba), dos horas con las mujeres que me cuentan de sus hermanos caídos en la guerra, que opinan y discuten sobre lo que pasa en Honduras. Tienen como 60 años y están al tanto de todo y mañana, una de ellas, me va a llevar su propia bandera para que viaje conmigo y de regalo para Farid. Es increíble. No dan ganas de irse. Acá me gustaría quedarme, hacer algo, aportar algo, pero Nicaragua recién empieza, Estelí es mi primer amarre a Nicaragua. Me gusta, iré a ver qué pasa más adelante.
Estoy feliz compañeros de utopías, vivir para cambiar el mundo vale la pena y hay gente que está en camino aunque algunos no lo muestren y otros no se interesen por verlo, acá se siente que el pueblo está vivo y que no es más que eso, un pueblo, con su cotidianeidad, con sus penas y alegrías pequeñas y diarias pero VIVO.
Y como si fuera poco hablan de “vos”, vos mirá, vos venís, vos querés… y se puede tomar agua de la canisssssshhhhhhaaaaaaa!!!!!!

Matagalpa, 13 de noviembre de 2009

Esta mañana fui al comité departamental del Frente Sandinista donde la señora María me había prometido que ella me llevaría una bandera del FSLN para Farid. Ahí estaba. Misteriosamente doblada y pculta en una bolsita. -No la saques- me dijo en voz baja, -acá todos quieren y se agotan…
Di una vuelta por el centro de Estelí. La ciudad nicaragüense del muralismo. Inscripta en el libro Guiness por haberse elaborado allí el mural más grande del mundo. Es triste partir de Estelí. La pasé tan bien… no es que la ciudad sea un encanto… una de esas postales del lugar soñado con farolas, flores en los canteros y casitas de colores. El encanto lo pone la gente, el movimiento, las voces, el desparpajo de colores, la música de la calle, el olor de braseros y frutas, la charla, la sonrisa. Tomé mates con Pancho y Elena y me fui retrasando, aletargando la partida hasta que al final, partí. Venía en la ruta, escuchando en la radio a los productores de café de la zona, trabajan en cooperativas y están recibiendo, traído por el gobierno, capacitación de especialistas brasileños en café. Son tantas cosas… que yo pensaba en que esto que siempre pensamos los que pensamos como pensamos, en esto que siempre y tanto nos repetían que era muy “idealista”, al punto de llevarnos casi a dudar de si ese “idealismo” con el que venimos cumpliendo años y seguimos cumpliéndolos (sin sentar cabeza), sería viable alguna vez o sería una quimera. Estar acá, me pone delante de los ojos, en los oídos, que no es una quimera. Pensar como pensamos no es solamente caminar hacia la utopía y seguir caminando, es poder concretar logros durante ese camino y es realizable, hoy soy testigo, todo el tiempo, en este país, de que se está trabajando por ese “idealismo” que es revolucionario porque se rebela contra un orden económico mundial que pretende a través del poder del dinero mantenerse en boga, sin embargo pende de un hilo. Me preguntaba cómo llega Nicaragua, además de haber padecido años de guerra, a llevar a cabo esta instancia de proceso de realización. Es que de esa pobreza que provocaba la desigualdad en la distribuciíon de los recursos, de esa pobreza mayoritaria, y de ese enorme dolor y herida que les dejó la guerra, organizarse para una vida más justa y equitativa para todos no implicaba prácticamente nada que perder para nadie. Y acá está la gente, gente que sabe de todo, que habla, se comunica, participa, se moviliza. A mí este pueblo me conmueve.
Estoy en Matagalpa. Comí unas güirilas, tortillas de maiz tierno con nata… mmm… qué rico. También unas rosquillas. Todo rico y barato. Estoy en un hotel muy lindo, charlando para seguir apegándome a la costumbre, con Ángela, la encargada del lugar. Mañana partiré a una finca donde producen y elaboran café y de ahí, a seguir, a seguir descubriendo Nicaragua y el quehacer de sus maravillosos “nicas”.

Jutiaga, 14 de noviembre de 2009

Esta mañana, aún en Matagalpa, fui a la casa de José Amador Fonseca, líder sandinista oriundo de esa ciudad. Di otra vuelta por el centro y volví al hotel donde charlé y tomé unos mates con Ángela.
Salí de Matagalpa hacia Jutiaga, subiendo una cadena montañosa, uno de los escenarios naturales más preciosos que en cuanto a camino he visto en Nicaragua. La ruta está un poco rota, buraco por aquí y por allá, pero yo voy despacio, voy mirando… las montañas cultivadas, las plantaciones de café, el olor en el aire, respiro fuerte… mmm… y sigo subiendo a la ciudad de las brumas por un camino bordeado de flores naturales y de puestos que venden más flores, abundan las flores, los viveros y las fincas cooperativas de café, de café café y de café orgánico.
Sigo hablando con la gente. No quiero ser densa con mis impresiones. El nivel de organización, la cohesión que existe en toda la comunidad en pos de un proyecto y el conocimiento que se les brinda para que todos estén al tanto de cómo va a funcionar. La organización es lo que me deja pasmada y la confianza del pueblo también en lo increíble pero realizable. La entrega. La solidaridad.
Se trabaja en la producción vacuna, para exportación y vacuna para extracción de leche, consecuentemente se trabaja en la instalación de los tambos, paralelamente se entregan chapas para cumplir con el proyecto techo para todos.
Ayer, las mujeres de Matagalpa presentaron un festival en la radio, radio comunitaria, en el festival presentaron los discos que les grabaron a los grupos que ganaron un concurso previamente organizado para la gente del campo, de las fincas en los alredodres de Matagalpa y Jutiaga, la gente de la montaña que también hace poesía y le pone música y la canta pero que esta mujer explicaba a veces se les hace tan difícil llegar a un estudio de grabación y darse a conocer, ellas lo hacen posible. Piensan en todo.
Me sigue conmoviendo. No quiero ser pesada. Esto está funcionando y para mí que es un sueño. Un sueño hecho realidad… qué sé yo… ando tanto que a veces dudo de seguir en la tierra o en esta dimensión, hay tanto para mirar, tanto para ver, oler, probar, escuchar, aprender…
La comida es barata, una enchilada 5 córdobas, una empanada 5 córdobas, cuando querés acordar te llenaste la panza con el valor de un dólar. Todo el mundo me calienta el agua en su cocina, el agua de la canilla es potable, gasto en gasolina nomás, cuesta 25 dórdobas la súper, creo que es por litro… no estoy segura, creo que sí. Hasta ahora resulta buena. No he encontrado camping en Nicaragua, pero un hotel como el que estoy hoy, lindo, limpio, con anfitriones amables, educados, cuesta 100 córdobas, menos de 5 dólares… o sea… que qué más podría pedir, si el viaje de esta vida o la vida que es este viaje continúan de esta manera, esto es en serio un sueño y yo que creí estar despierta…
Aquí van algunas fotos, algunas de Matagalpa, un poco más populosa que Jutiaga. Con el hijo de Ángela, Steven y su amigo Jonathan, otras del centro de las dos ciudades -están mezcladas- y millones de abrazosssssssss… desde Jutiaga, la ciudad de las brumas (dicen que dentro de un rato, el cielo se cae con la tarde y hará mucho frío aunque ahora parezca increíble. Así funciona por acá lo que a simple vista parece inconcebible)

León, 15 de noviembre de 2009

Me fui junto con las brumas de las montañas de Jinotega. Era cierto. Anoche sólo se veían los duendes fugaces que brillaban como bichitos de luz adentro de una nube que parecía infinita. Entra la bruma se distinguían las chispas de los fogones de los puestos de fritanga. Carnes, papas, plátanos, quesos. Me comí un buen plato de res (anticuchopara elque entiende) con frijoles, arroz, ensaldas y me llevé de postre un plátano frito con queso también frito. Hígado resiste, estaba buenísimo. Me desperté temprano, sin duendes y rodeada de pájaros y me levanté como se levantaban las nubes por las laderas de las montañas. Todos me sugerían, “te vas por el Guayamil…” Yo no sabía que era el Guayamil, pero cuando vi un cartel que decía Guayamil me mandé. Resultó ser una ruta más nueva y menos pozeada que por la que había llegado desde Matagalpa. Viajé con los rebaños, los arrieros, las vacasy las vaquitas que no son ajenas. El paisaje en sí es menos desopilante que el de subida pero ya lo había conocido y estuvo bien bajar por ahí.
Llegué a la ciudad deLeón, una de las joyitas coloniales de Nicaragua, cuna del poeta Rubén Darío, transitando la cadena volcánica llamada Cordillera de los Maribios. Algunos de estos volcanes siguen en actividad, sobre todo a uno de ellos, se lo veía fumar en ayunas esta mañana.
Me estacioné en el parque central donde está la catedral más grande de centromamérica, construida a lo largo de cien años y donde está el mausoleo del poeta custodiado por un león esculpido, no pude entrar, en Nicaragua la mayoría de las iglesias están de adorno, cerradas, abren de vez en cuando como museos, dicen que en esta hay un vía crucis que es una verdadera obra dearte pintada por el artista Antonio Sarría.
Dejé el autito en el parque y me encaminé a buscar hostal, después de ver un par decidí quedarme en la Casa de Ivana, un cuarto con estilo de poeta que escribe en máquina antigua, una entrada con sillones hamacas, reloj de campanadas, toda la luz de un patio interno, abierto al cielo y a una galería colgada de helechos y begonias, un papagayo que grita, una guacamaya que le contesta cantando y una cacatúa que se da aires de opereta. Cuesta 140 córdobas, el coche en un estacionamiento, por día 15 córdobas. Atrás mío llegaron almismo hostal una pareja que está recorriendo América Central en bicicleta. Él, un hombre medio mayor, más mayor que yo, perdón… de Estados Unidos y ella, una alemana que enseguidale echó el ojo al mate, su madre es argentina. Entró acalaroda por la pedaleada y tomamos unos mates que le vinieron bárbaro para recuperar energías. Casi al mismo tiempo llegó una francesa que está recorriendo América Latina a pie, en colectivos, a dedo y en lo que venga, arrancó del sur de Chile.
Salimos a caminar por la ciudad. Yo dedicada a los héroes y mártires. La ciudad de León es una de las ciudades más progresistas y pulenta de Nicaragua, acá, en los años de revolución, toda la ciudadanía luchó contra Somoza, todos y cada uno de los habitantes de León que hoy día son cerca de 140mil habitantes. Y por lo poco que he podido charlar con la gente del lugar hasta ahora que hace apenas unas horas que llegué, sigue VIVA.
Sé que medio me estoy instalando en Nica. Por ahí me preguntan cuánto tiempo va adurar el viaje y no sé… No quiero batir un record para el libro Guiness, entiendo que la primera parte fui práctimente volando, hice 3mil km en menos de 10 días y ahora aletargo, aletargo… y no quiero que se acabe este descubrimiento fenomenal que estoy padeciendo en estos días. Poco apoco iré acercándome al sur, por ahora me sigo estacionando en estas tierras. Además de todo, el clima me envuelve, el climaen genera,en lamontaña o acá donde hace mucho más calor. Anoche,en Jinotega, todos andábamos con nuestras capuchas de lana y pompones, increíble, acá es con ventilador y aire acondiciaonado, a sólo dos o tres horas de camino, pero está bueno, me saqué los largos-es horadeque los lave- y ando de vestidito ligero, me di una ducha apenas llegué, refrescante, y salgo a andar y me gusta, me gusta mucho Nicaragua, nunca había pensado en este país como destino, si alguien piensa en viajar, VALE LA PENA, es muy rico en todo sentido, cultural, arquitectónico, paisajístico, y bueno lo que le pone la gente que es la mayor riqueza.
Y ni hablar de la comida…
Ya me comí el raspado de hielo granizado de dulcede leche, una bolsa de frutas surtidas y ahora voy a salir a buscar algo. Casi todo cuesta 5 córdobas.
Para que se den una idea, puse nafta y todo, el litro de la super que ayer dudaba cuesta 20 córdobas (casi un dólar). La gasolina es más cara en Honduras y mejor en Guatemala, acá va bien, está bien. Pero voy al grano, a los números, puse nafta y todo y hace cuatro días cambié 50 euros para repartir en 4 días y hoy que se cumplen los 4 días, me doy cuenta que me van a alcanzar para 5, está bien no? Durmiendo en hotel… Y comiendo algo sólido…a ver qué hay…mmm…

Poneloya y Las Peñitas, 16 de noviembre de 2009

Hoy me fui a la playa, un rato. Pero antes de eso, me es imprescindible echar unas página pa’trás. Lo de anoche fue A-LU-CI-NAN-TE. Salí del ciber como a las 5 de la tarde, empezaba a oscurecer. Desde afuera del teatro se escuchaba música sinfónica. Me acerqué a la cartelera a ver qué anunciaban. -Si quiere pase, es gratis- me dijo una voz masculina a mis espaldas. Me di vuelta. -Es la sinfónica Nacional de Cuba- agregó el hombre, -acaba de empezar y aún hay butacas libres.
Me quería morir de la emoción. La sinfónica de Cuba! Subyugada ante las interpretaciones. Hacen sonar los instrumentos, pero no como cualquier snfónica, los hacen SONAR con todo el cuerpo que tienen, desde las cuerdas hasta las cajas. Interpretaron varias composiciones, sobre todo cubanas. En una de ellas, El Huahuancó, en un fragmento, todos los integrantes de la orquesta comienzan a desarrollar un ritmo percutivo con su instrumento, uno tras otro se van acoplando y suena increíble y en eso entra una trompeta con un solo exelso. Aplausos de pie. Después del concierto habló el alcalde de León, agradeciendo al pueblo cubano por estas presentaciones solidarias con el pueblo nicaragüense, dijo que en el amar a otro pueblo, no hay pueblo que ame más que Cuba y otras cosas. Fue conmovedor.
La sala es grande, estaba casi llena. El alcalde contó que cuando le ofrecieron traer la soinfónica de Cuba a León, le dijeron que tenía que anexar unas plataformas al escenario, alargalo, porque no entrarían los músicos y que él decía que no, que no podía ser, que el escenario nunca había hecho falta alargarlo, que al final agregaron un tapanco hacia adelante y así y todo los músicos estaban muy juntitos.
Salí del teatro y me fui a comer al Parque Central y se me acercó un hombre que me había visto en el teatro, cómo para que no me vea, yo era la que gritó, VIVA CUBA!! BRAVO!! OTRA!! El hombre se llama Bernardo y es periodista en Managua, tiene dos progranmas de radio, charlamos mientras comíamos unos plátanos fritos con salsas, me dio su dirección y los programas en los que trabaja para que los escuche cuando voy en el auto.
Vi que la catedral estaba abierta, entré a ver la tumba de Rubén Darío, ya apagaban las luces así que salí rapidito y volví al hostal donde tomé dos termos de mates con Marisa, la alemana hija de argentina, que esta mañana partió con su compañero a pedaleo limpio y parejo. Salieron temprano, como a las 6.30, pero me levanté un cachito antes para despedirlos y tomarnos otro matecito. Después esperé leyendo y me fui a la lavandería y al banco. Pasé por La Casa del Obrero.
La Casa del Obrero la están remodelando, es importante porque ahí fue donde Rigoberto Pérez ajustició al primer engendro asesinos de la saga de los Somoza, claro que enseguida lo mataron, pero Perez cumplió su cometido y acá es considerado un héroe y mártir del pueblo. Después pasé por la casa de Rubén Darío. Quién diría, si preguntan, -dónde está María, -fue a la casa de Rubén Darío, el poeta, el de Maragarita está linda la mar y el viento lleva escencia sutil de azar tu aliento yo siento en el alma una alondra cantar tu acento, Margarita, te voy a contar un cuento. Me la sé toda, todavía la recuerdo… Y se fue la niña bella por el cielo y más allá a buscar la blanca estrella que la hacía suspirar.
Me fui al mar. El mar está a menos de 20 km de León. Me fui en el colectivo amarillo, desde el Mercado de Sutiava donde sale, a 1 km del centro, caminando siempre recto por la calle principal, Rubén Darío. La playa estaba casi sola. La arena impecable a lo largo de la costa, ni una huella, el aire, una brisa reconfortante. Me quedé un rato en agua y después me fui a un barcito a tomar un batido fresco de café con banana. Estaba en Las Peñitas y caminé por una calle que une Las Peñitas con Poneloya. Poneloya -algo así como “poné la olla”, en vez de la pava- es de aguas más apacibles, como una laguna de mar.
En Las Peñitas el suelo es de arena pero hay peñascos que forman sutiles bahía de olas muy caprichosas en el medio. Ahí conocí a Nelson quien me contó un poco de su vida. Bien vale decir, de las vueltas de su vida. Tiene como 40 años y me habló de cómo una mañana el ejército lo reclutó en el colegio para pelear contra la revolución. Dejó de estudiar, tenía como 14 años… Dice que casi todos los soldados de su escuadrón eran hondureños, entrenados en Honduras, porque los muchachos Nicas ya se iban yendo desde antes, a la guerrilla o a otro país. El se escondía en el monte y agradece estar vivo, dice que él no podía matar a sus hermanos, a sus vecinos, a gente de su misma familia que se había ido antes con los sandinistas. Volvió a la escuela y émpezó a estudiar agronomía, pero volvió la guerra y el ejército volvió a buscarlo. Pensó en irse del país pero sólo le quedaba su mamá y no quiso dejarala, por eso huyó a las montañas. Dejó de estudiar y a vivir como podía, dice que siempre contaba con la ayuda de los campesinos, pero que después a los campesinos los mataban aunque no hicieran nada y fueran nada más que una familia simple en el medio de la nada, con su ranchito y lo poco que les quedaba. Cuando fueron las elecciones volvió. Terminó de estudiar agronomía y trabajó para la producción del algodón. Los gobiernos neoliberales extirparon el algodón de Nicaragua y dedicaron la tierra a la soja y a los ingenios azucareros de dos o tres millonarios que todavía son dueños de todo eso y dice Nelson que el proceso de transformación es muy difícil pero que la gente tiene confianza y las propuestas vienen una tras otra y están bien pensadas, que espera que a nadie se le ocurra dar un golpe de estado acá como en Honduras, porque algunos tienen la idea de pagarle a los militares para voltear al sandinismo, pero él dice que contra ellos no van a poder y después de un rato se despide. Me estrecha la mano. -Fue un gusto conocerla, compañera.
Vuelvo en el colectivo de colores que cuesta 10 dórdobas, 20 km. En el camino desde el mercado de Sutiava encuentro a Severine, la francesa que viaja hacia el norte. En el hostal me hago amiga de dos italianos, Alessandro y Katia. Ellos van para el sur, igual que yo pero a pie o en lo que venga. Son del lago de Como. Esta noche vamos a charlar acerca del camino. Quieren llegar hasta Argentina, así que nos pondremos de acuerdo y seguro nos iremos viendo bastante durante el camino porque llevan más o menos el mismo ritmo que yo.
Y visto y considerando que ya anochece y tengo hambre, emprendo el camino de las fritangas, frutangas y otras gangas. Y como le dijo el poeta a Margarita, yo siento en el alma una alondra cantar tu aliento guarda niña un gentil pensamiento para aquél que un día te quiso contar un cuento.

Masaya y Granada, 17 de noviembre de 2009

Y anoche encontré la fritanga en las inmediaciones del Mercado de León. Una buena dósis de queso y banana frita y unos choricitos con ensalada. Después hubo cerveza Toña y mate en la sala de la Casa Ivana con Alessandro, Severine, Janis y Laura (letonios), parece que Katia, la tana, se había puesto brava que mamma mia y va fangulo.
Esta mañana partí con rumbo a Masaya, esquivando Managua. Anduve cerca de la metrópoli, pero en cuanto arreciaba el quilombo de autos, colectivos de colores y bocinazos yo como quien dice esquivaba el bulto y me iba por la tangente. Llegué bien. Entré en Masaya departamento al que pertenece el pueblito de Niconohomo donde nació Augusto César Sandino. En la galería de héroes y mártires de Masaya está la partida de nacimiento del llamado general de hombres libres. Sandino, ídolo. Cada pueblo, cada ciudad, abre las puertas de su galería en conmemoración de los que dieron su vida en esta lucha. En la de Masaya, esta mañana, me detuve en las cartas, esos mensajes de puño y letra que los milicianos enviaban a sus mamás o a sus hijos o testimonios de la gente que vio cómo mutilaban y asesinaban a sus vecinos, tantos niños… Hay muchos objetos que utilizaban en la guerra, además de su ropa sencilla, restos de caite, sandalias hechas de una tira de cuero con las que se adentraban en las Segovias, las granadas rudimentarias, fabricadas con latas de sardinas, ingenio artesanal que con más voluntad que fuerza enfrentaba a los tanques de los yanquis invasores. Me di una vuelta por el Parque Central de Masaya y partí hacia Granada. Granada es la otra joyita colonial de Nicaragua. Está impecable. Es una ciudad bella. Con sus farolas y sus colores contrastantes y estridentes. En un extremo hace guardia fumando su pipa el volcán Mombacho y en otro de los extremos sacude el Lago de Nicaragua su oleaje efervescente. Está picado. Anduve caminando y buscando un estacionamiento para que la autita colorada pasara la noche. Ya está, a una cuadra del hotel Esfinge. En el hotel Esfinge podemos usar la cocina y hay un patio concurrido de viajeros con mesas y hamacas; el hostal está frente al Mercado, así que es un barrio concurrido y hay panes, güirilas (tortilla de maiz con cuajada), fritanga, frutanga, y a un par de cuadras está el centro histórico.

Granada y Niquinohomo, 18 de noviembre de 2009

Hoy, allá fui, a la casa de Sandino. Alguien se preguntará, -dónde está María? -Fue a la casa de Sandino. El mismito, Augusto César, como dice la canción, con Bolívar y el Che, porque el mismo camino, caminaron los tres.
Temprano deambulé por los barrios pintorezcos de Granada. Granada es bonito. Ha rivalizado con León históricamente, al punto de haber transitado una guerra civil (mediados del siglo XIX) en la que, contratado por León, el filibustero William Walker la destruyó y dejó inscripto, “aquí fue Granada”, érase una vez una cuidad llamada Granada… sin embargo los granadinos sudaron -no es complicado sudar acá- hasta reconstruirla. Mucho antes había sido víctima del pirata Morgan y otros bucaneros que llegaban a través del Atlántico ingresando a lo que es hoy territorio de Nicaragua por el Río San Juan y el Lago de Nicaragua. Morgan como en el 1600 y pico se fue de Granada con medio millón de libras esterlinas.
Aquí sigo, en el hostal Esfinge donde hace unos minutos estuve tomando unos mates con Benjamín, otro viajero que ambula en micro, a pie o en lo que venga… Granada parece ser una comunidad más pequeña y más conservadora que la de León. Es de construcción típica colonial y justamente dicen que es la ciudad más colonial de Nicaragua. Anda bastante turismo. El FSLN es menos visible -aunque está presente- que en las ciudades por las que paré antes.
Y hoy me fui. Me tomé el bus de colores y me fui a Niquinohomo, la ciudad natal de Sandino. A su casa!!! Entré a su casa y anduve en su patio como él lo haría hace un siglo. Hoy la casa es una biblioteca, fue reconstruida y arreglada. Permanece una pequeña exposición de fotos históricas de Augusto César como general de hombres libres y de su familia. Fotos de él, la familia, su hermano Sócrates con el bigote incipiente y seductor sentado al lado de Augusto César, Rubén Ardila Gómez… de cuando estuvo en Yucatán y fue entrevistado por periodistas mexicanos. Con su esposa Blanca… Ahí está la foto del abrazo con el presidente Sacassa sarnoso, después de haber firmado una paz engañosa allá por 1933 y con Anastasio Somoza, traidor, asesino, después del mismo acto hipócrita. Pero Sandino no murió. Su sueño enarbolado detrás de su ejemplo y de su nombre hoy se realiza. Me conmovieron los padres, de luto en El Salvador, luto por los dos hijos muertos Sócrates quien también aparece en una de las fotos con su bigotito incipiente y seductor, sentado al lado de su hermano.
El pueblo de Niquinohomo es pequeño, di una vuelta por el parque central y regresé a Granada a tomar unos mates, una merienda de empanadas de queso y pastel de maiz blanco, todo por 17 córdobas. Otra vuelta por Granada y paso por la llamada Casa de los Leones donde vivió el poeta Ernesto Cardenal, no sabía que era de Granada, me lo comenta Chichí y casualmente vivió en esa casa señorial del centro de Granada, miralo vos.
Pienso salir mañana rumbo a la playa de San Juan del Sur, está cerca de Rivas. Me voy acercando a la frontera costarricense, dicen los que dicen porque ya han pasado por ahí, que no es nada agradable. Es la única frontera que hay por tierra entre los dos países, así que abundan los tramitadores chupasangre y los camiones esperando el trámite. Ya les avisaré para que prendan velas y se hinquen y recen y hablen con sauces y jacarandaes para que vibren en sintonía con las buenas ondas y pueda pasar sin mucho contratiempo.
Ah! Me avisaron que salió una notita en La Opinión acerca de mi viaje. Qué loco y qué lindo. Hay mucha gente que hace esto. No parece muy común, pero a diario encuentro en los hostales o campings gente que anda, en el camino. La notita está linda. “María Va” la titularon, y sí, voy… y además: “mirar rasgado… patitas chuecas… quiso la siesta ponerle DOS niños a su soledad… y se ve en el sol que huele a duende… La vi por internet, gracias por acompañar…!

San Juan del Sur, 19 de noviembre de 2009

Despedi a Granada y su cielo azul de metileno. El volcan rezongaba esta maniana y el lago que vi desde el camino, no se quedaba atras. Sin embargo en pocos minutos Granada recupero ese cielo implacable que la caracteriza, ni una nube dando tregua al calor que abrasa.
El camino fue breve y tranquilo. Unos 100 km hasta San Juan del Sur, bahia paradisiaca en la costa nicaraguense, ya casi llegando a la frontera con Costa Rica.
Me hospedo en un hostal de 8 dolares, caro para lo que venian sindo 5… pero incluye internet -en computadora sin enies ni acentos- y se puede usar la cocina y hay dispenser de agua caliente para el matecito y MUY IMPORTANTE, esta frente al mar.
Miro el mapa, al de America Central ya lo di vuelta. Esta la mitad de un lado, la otra mitad del otro. Llevo menos de 4000 km hechos, unos 3700… y estoy tan contenta que anoche soniaba que por alguna razon habia tenido que regresar a Mexico y ahi, me veia con la guia de rutas en la mano, y mi tia Ana, desde Mar del Plata, preguntaba, pero… no pensaras empezarlo de nuevo?? Y yo gritaba POR SUPUESTO!!! MAS VALE!!!
Voy al porch y de cara a la bahía me tomare unos mates en nombre de todos ustedes.